Los secretos de la mente millonaria - Las Mejores Herramientas ...
Los secretos de la mente millonaria - Las Mejores Herramientas ...
Los secretos de la mente millonaria - Las Mejores Herramientas ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
son dos caras <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma moneda. Quienquiera que <strong>de</strong>cidiese que es mejor lo primero que lo segundo, simple<strong>mente</strong> tendría<br />
un escaso dominio <strong>de</strong> <strong>la</strong>s matemáticas: por cada uno que da <strong>de</strong>be haber uno que recibe, por cada uno que recibe <strong>de</strong>be haber<br />
uno que da.<br />
PRINCIPIO DE RIQUEZA:<br />
Por cada uno que da <strong>de</strong>be haber uno que recibe, y por<br />
Cada uno que recibe <strong>de</strong>be haber uno que da.<br />
¡Piénsalo! ¿Cómo podrías dar si no hubiese alguien o algo que recibiese? Ambos tienen que estar en perfecto equilibrio para<br />
trabajar <strong>de</strong> tú a tú, al cincuenta por ciento. Y puesto que el dar y recibir <strong>de</strong>ber igua<strong>la</strong>rse siempre mutua<strong>mente</strong>, han <strong>de</strong> ser también<br />
iguales en importancia.<br />
A<strong>de</strong>más, ¿qué sensación produce dar? La mayoría <strong>de</strong> nosotros estaría <strong>de</strong> acuerdo en que dar produce una sensación maravillosa<br />
y <strong>de</strong> plenitud. A <strong>la</strong> inversa, ¿cómo te sientes cuando quieres dar y <strong>la</strong> otra persona no está dispuesta a recibir? La mayoría <strong>de</strong><br />
nosotros estaría <strong>de</strong> acuerdo en que es una sensación terrible. Así pues, graba esto en tu <strong>mente</strong>: si no estás dispuesto a recibir,<br />
estás “arrancando <strong>de</strong> ti” a quienes quieren darte.<br />
Estás, real<strong>mente</strong>, negándoles el gozo que proviene <strong>de</strong> dar y, por tanto, se sienten fatal. ¿por qué? Porque todo es energía,<br />
y cuando quieres dar pero no pue<strong>de</strong>s, esa energía no consigue expresarse y se estanca en ti. Esa energía “atascada” se<br />
transforma entonces en emociones negativas.<br />
Para empeorar <strong>la</strong>s cosas, cuando no estás dispuesto a recibir plena<strong>mente</strong> ¡estás diciendo al universo que no te dé! Es sencillo: si<br />
no estás dispuesto a recibir <strong>la</strong> parte que te correspon<strong>de</strong>, ésta irá a parar a otra persona que sí lo esté. Esa es una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s razones<br />
por <strong>la</strong>s que los ricos se hacen más ricos y los pobres, más pobres: no porque sean en absoluto más valiosos o merecedores, sino<br />
porque están dispuestos a recibir mientras <strong>la</strong> mayoría <strong>de</strong> <strong>la</strong> gente pobre no lo está.<br />
Aprendí muy bien esta lección una vez mientras estaba <strong>de</strong> acampada solo en el bosque. Preparándome para mi estancia <strong>de</strong><br />
dos días, hice un cobertizo atando <strong>la</strong> parte superior <strong>de</strong> una lona a un árbol y <strong>de</strong>spués sujeté <strong>la</strong> inferior al suelo, creando así una<br />
cubierta <strong>de</strong> cuarenta y cinco grados sobre mi cabeza para dormir. Menos mal que preparé este mini apartamento, porque llovió<br />
toda <strong>la</strong> noche. Cuando salí <strong>de</strong> mi refugio por <strong>la</strong> mañana, comprobé con satisfacción que estaba seco, igual que los objetos<br />
situados bajo <strong>la</strong> lona. Pero al mismo tiempo, no pu<strong>de</strong> evitar percatarme <strong>de</strong> un charco inusitada<strong>mente</strong> hondo que se había<br />
formado sobre el suelo, en <strong>la</strong> parte inferior <strong>de</strong> <strong>la</strong> lona. De repente oí <strong>la</strong> voz interior que me <strong>de</strong>cía: “La naturaleza es total<strong>mente</strong><br />
abundante, pero no sabe distinguir. Cuando <strong>la</strong> lluvia cae, tiene que ir a algún lugar: si una parte está seca, habrá otra parte que<br />
esté doble<strong>mente</strong> mojada”. P<strong>la</strong>ntado allí, sobre el charco, me di cuenta <strong>de</strong> que así es exacta<strong>mente</strong> como funciona el dinero: hay<br />
muchísimo, billones <strong>de</strong> billones flotando por ahí; lo hay, sin duda, en abundancia, y tiene que ir a parar a alguna parte. Lo que<br />
ocurre es esto: si alguien no está dispuesto a recibir <strong>la</strong> parte que le correspon<strong>de</strong>, ésta irá a parar a quienquiera que lo esté. A <strong>la</strong><br />
lluvia no le importa quien <strong>la</strong> reciba, y al dinero tampoco.<br />
Llegados a este punto <strong>de</strong>l Seminario Mente Millonaria, enseño a <strong>la</strong> gente una oración especial que creé tras mi experiencia<br />
bajo <strong>la</strong> lona. Por supuesto, es un poco irónica, pero <strong>la</strong> lección resulta obvia. Dice así: “Universo, si hay algo gran<strong>de</strong> y bueno que<br />
esté llegando a alguien que no se halle dispuesto a tomarlo, ¡mándamelo a mi! Yo estoy abierto y dispuesto a recibir todas tus<br />
bendiciones. Gracias”. Hago que todos los asistentes repitan esto conmigo ¡y se vuelven locos! Se emocionan porque hal<strong>la</strong>rse<br />
total<strong>mente</strong> dispuesto a recibir es una sensación increíble y genial, ya que es algo total<strong>mente</strong> natural. Cualquier cosa que te<br />
hayas inventado en sentido contrario es sólo una “historia” que no te sirve ni a ti ni a nadie. Que se vaya tu historia y que venga<br />
tu dinero.<br />
La gente rica trabaja mucho y cree que es perfecta<strong>mente</strong> apropiado ser bien recompensado por sus esfuerzos y por el valor que<br />
aporta a los <strong>de</strong>más. La gente pobre trabaja mucho, pero, <strong>de</strong>bido a sus sentimientos <strong>de</strong> falta <strong>de</strong> mérito, cree que no es apropiado<br />
que sea bien recompensada por sus esfuerzos y el valor que aporta. Esta creencia hace que los pobres vayan por el mundo como<br />
perfectas víctimas, y, por supuesto, ¿cómo pue<strong>de</strong>s ser una “buena” víctima si estás bien recompensado?<br />
Hay muchos pobres que real<strong>mente</strong> creen que son mejores personas por ser pobres. De algún modo, piensan que son más<br />
piadosas, más espirituales o más buenas. ¡Tonterías! Lo único que es <strong>la</strong> gente pobre es pobre. En el curso hubo un señor que<br />
vino a mi llorando. Me dijo: “no veo cómo podría sentirme bien por tener mucho dinero cuando otros tienen tan poco”. Yo le hice<br />
unas cuantas preguntas sencil<strong>la</strong>s: “¿Qué bien hace usted a <strong>la</strong> gente pobre siendo uno <strong>de</strong> ellos? ¿A quién ayuda estando sin<br />
b<strong>la</strong>nca? ¿No es usted una boca más que alimentar? ¿No sería más efectivo que creara riqueza para usted y entonces pudiera<br />
ayudar real<strong>mente</strong> a otros <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una posición <strong>de</strong> fuerza en lugar <strong>de</strong> <strong>de</strong>bilidad?!.<br />
Dejó <strong>de</strong> llorar y dijo: “Por primera vez, lo he entendido. No puedo creer en qué estupi<strong>de</strong>ces he estado pensando, Harv, creo que<br />
ha llegado el momento <strong>de</strong> hacerme rico y, en le camino, ayudar a otros. Gracias”. Volvió a su asiento siendo un hombre nuevo.