Biblioteca de México - Dirección General de Bibliotecas
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presenté al capitán. El capitán me dijo: "Yo no voy<br />
a ech a r e l buque a trás para <strong>de</strong>volverlo a La<br />
Habana; tampoco estaría en mi ética. Ahora veremos<br />
cómo <strong>de</strong>sembarca usted en Francia. Usted no<br />
trae pap el, no trae nada". Dijo Robert Desnos: "Yo<br />
m e arreglo". Y entonces, gracias a un amigo <strong>de</strong><br />
Alfonso Reyes e indirectamente -yeso lo record<br />
aré to da mi vida, y lo recordé en <strong>México</strong> cuando<br />
m e ll·e vé e l Pre mio Alfonso Reyes hace dos<br />
años- gracias a Alfonso Reyes, que era entonces<br />
embajad or <strong>de</strong> <strong>México</strong> en París, él hizo una pequeña<br />
llamad a telefó nica a la prefectura <strong>de</strong> policía,<br />
etcéte ra. Me i<strong>de</strong>ntificó y yo, a fin <strong>de</strong> cuentas,<br />
cuando llegué al final <strong>de</strong>l viaje, fui recibido con<br />
ho nores <strong>de</strong> diplomático. Y entonces, vine, hice el<br />
viaje co n Robert Desnos y me instalé en París.<br />
RF: En París, Alejo Carpentier penetra inmediatamente<br />
en el mundo artístico y literario gracias a<br />
Robert Desnos.<br />
AC: Instalarme no fue difícil, me fui a un hotelucho<br />
<strong>de</strong> mala muerte en Montparnasse, que era<br />
francamente -hoy que lo pienso en la distancia-<br />
un hotel absolutamente lamentable que me<br />
pareció un palacio. Estaba en París, estaba en<br />
Mo ntparnasse, la capital <strong>de</strong>l arte. Pensaba encontrarme<br />
a Stravinsky y Picasso en cada esquina ...<br />
no, no tanto: no se veían nunca, se veían <strong>de</strong> cuándo<br />
en cuándo. Pensaba que todos los creadores<br />
<strong>de</strong>l arte mo<strong>de</strong>rno, <strong>de</strong> las nuevas i<strong>de</strong>as, etcétera,<br />
eran gente muy amiga; se <strong>de</strong>testaban todos, no<br />
podían verse en pintura uno a otro. Pero en fin,<br />
había <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego algunas conexiones entre ellos.<br />
y entonces llegué, pero enseguida conocí a la<br />
ge nte <strong>de</strong>l grupo surrealista, gente juvenil, gente<br />
ascen<strong>de</strong>nte que iba subiendo pero don<strong>de</strong> ya se<br />
estaba dibujando una rebeldía contra la excesiva<br />
autoridad <strong>de</strong> André Breton. Ya en ]acques Prévert,<br />
en Raymond Queneau, en Pierre Prévert, hermano<br />
d e ]acques, que s iempre andaban juntos, en<br />
Michel Leiris, en Robe rt Desnos, en mucha gente<br />
vi que soplaban vientos <strong>de</strong> rebeldía. En aquella<br />
épo ca d e jaron <strong>de</strong> frecuentar la peña <strong>de</strong> André<br />
Breto n , que estaba en el café Cy rano, creo yo, <strong>de</strong><br />
Montmartre . Y e nto nces formaron un grupo en<br />
Saint-Germain <strong>de</strong>s Preso Todas las tar<strong>de</strong>s me reunía<br />
yo con ellos, y durante los años 29, 30 y 31<br />
tuvimos el grupo realmente más maravilloso que<br />
pueda concebirse en cuanto a la amistad, la cordialidad<br />
que re ina b a entre los integrantes <strong>de</strong><br />
aquello que llamaré "peña", por usar el término<br />
español. Geo rges Bataille y Michel Leiris dirigían<br />
una revista; lean Raymond Desegne tenía la revista<br />
más hermosa <strong>de</strong> la época; Robert Desnos trabajab<br />
a p a ra la radio, comenzaba a trabajar en la<br />
radio; Roge r Vitrac estaba representando sus primeras<br />
obras que han tenido tanto éxito; Antonin<br />
Artaud estaba elaborando su teoría <strong>de</strong>l Teatro <strong>de</strong><br />
la Crueldad ; ]ean-Louis Barrault, muy joven actor,<br />
principiante, casi <strong>de</strong>sconocido, do rmía en el teatro<br />
p o r falta <strong>de</strong> albergue; ]acque s Prévert, Pierre<br />
Prévert, tod a aquella gente, formábamos un grupo<br />
d e una cohesió n que nadie co ncebía la posibilidad<br />
<strong>de</strong> hacer una revista, o rganizar un espectáculo<br />
sin contar unos con otros, cosa que tengo la<br />
impresió n <strong>de</strong> que falta un poco en París hoy en<br />
día, salvo un grupo muy pequeño y que tampoco<br />
tiene muchas antenas hacia afuera. Porque esa<br />
gente buscaba hacia el cine, hacia el teatro, hacia<br />
todas partes.<br />
Se publicó un manifiesto contra Breton en el<br />
año 30, titulado Un cadáver, en el que se estampó<br />
mi firma también. Fue la escisión y seguí con ese<br />
grupo. Y <strong>de</strong>bo <strong>de</strong>cir que ese grupo, vuelvo a<br />
<strong>de</strong>cir, fue uno <strong>de</strong> los más gratos, <strong>de</strong> los más cordiales<br />
que pu<strong>de</strong> frecuentar en toda mi vida. Y<br />
<strong>de</strong>bo <strong>de</strong>cir que su visión <strong>de</strong> lo suyo, como yo<br />
proseguía en mis preocupaciones, me ayudó a<br />
aguzar mi visión <strong>de</strong> América.<br />
RF: Carpentier estuvo, pues, íntimamente ligado al<br />
grupo surrealista, sin llegar a pertenecer a él, aunque<br />
se haya dicho que colaboró en la revista <strong>de</strong><br />
André Breton, Revolución Surrealista.<br />
AC: No es cierto. Lo cierto es que Breton, una<br />
noche que fui a verlo en el 42 <strong>de</strong> la Rue Fontaine,<br />
don<strong>de</strong> él vivía, con Robert Desnos, me pidió colaboración;<br />
pero yo tuve la impresión en aquel<br />
momento que, no que el surrealismo estuviera<br />
rebasado, pero que yo no tenía nada que componer,<br />
viniendo <strong>de</strong> América Latina a última hora, en<br />
un grupo que estaba dando lo mejor que ha dado<br />
nunca. Pero sí colaboré en las revistas que dirigieron<br />
surrealistas como Georges Bataille, como<br />
Michel Leiris, como Raymond Desegne, y en otras<br />
revistas menores.<br />
RF: Sin embargo, el Alejo Carpentier musicólogo,<br />
el autor <strong>de</strong> La música en Cuba, el compositor<br />
incluso -él escribió la música <strong>de</strong> escena <strong>de</strong><br />
Numancia, <strong>de</strong> Cervantes, montada por Jean Louis<br />
Barrault-, ese Alejo Carpentier se vio muy <strong>de</strong>fraudado<br />
por una gran laguna <strong>de</strong>l surrealismo.<br />
AC: Sin minimizar la importancia <strong>de</strong>l surrealismo<br />
-lo dije en una conferencia aquí, en el Instituto<br />
Hispánico, muchos años <strong>de</strong>spués: si el surrealismo<br />
no hubiese existido habría sido necesario inventarlo,<br />
porque las puertas que nos abrió sobre la<br />
visión <strong>de</strong>l mundo y las puertas que nos abrió en<br />
cuanto a mostrarnos la magia <strong>de</strong> la vida cotidiana,<br />
cosas que se reflejan incluso en la publicidad, en<br />
los afiches, en el adorno <strong>de</strong> las vitrinas, en todo<br />
hoy en día-, el surrealismo adolece <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />
comienzo <strong>de</strong> una carencia, que fue que si bien<br />
fue un movimiento maravilloso en lo plástico,<br />
maravilloso en lo pictórico, jamás alcanzó lo musical.<br />
Y esto se <strong>de</strong>bió en mucho a la suerte <strong>de</strong> pontificado<br />
que ejercía André Breton, para quien la<br />
música no existía, que era un hombre <strong>de</strong> oídos<br />
- .<br />
tapiados completamente a la música. Decía que la<br />
música era un disolvente. El estaba todavía en las<br />
viejas teorías <strong>de</strong> los que <strong>de</strong>cían, cuando el estreno<br />
<strong>de</strong> Tristán e Isolda, <strong>de</strong> Wagner, que era un arte<br />
disolvente. Lo veía disolvente porque pensaba en<br />
las evanescencia s <strong>de</strong> Peleas y Melisenda. Y entonces<br />
Breton jamás admitió la música en su sistema,<br />
pero él no se dio cuenta <strong>de</strong> que en el momento<br />
en que estaba fraguando el surrealismo, <strong>de</strong>finiéndolo,<br />
vertebrándolo sobre las bases <strong>de</strong> la expresión<br />
poética y <strong>de</strong> la expresión plástica, junto a él<br />
e staban creciendo músicos que muy poco <strong>de</strong>s-