Libro-Oraciones que Sustentan - Iglesia Adventista Agape
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Es impresionante darse cuenta en todos los detalles de nuestra<br />
vida, la operación de la mano poderosa de Dios. Ese “todo lo puedes”<br />
significa la total superioridad divina ante la finitud del pensamiento y<br />
de las obras humanas. Tener el conocimiento y la percepción de las<br />
maravillas <strong>que</strong> Dios puede realizar en nuestras vidas puede hacer una<br />
gran diferencia en el día a día del correr humano.<br />
La profundidad con la <strong>que</strong> Job relata la omnisciencia de Dios nos<br />
hace reflexionar sobre lo <strong>que</strong> realmente entregamos o pedimos a este<br />
Dios verdadero, <strong>que</strong> todo lo puede hacer, ejecutar o realizar en nuestra<br />
vida. ¿Será <strong>que</strong> tenemos verdaderamente consciencia de <strong>que</strong> podemos<br />
relacionarnos con un Dios poderoso, y <strong>que</strong> sus planes no pueden ser<br />
impedidos por ningún acontecimiento o decisión humana? Estamos<br />
ante el trono del Universo para depositar nuestras incapacidades,<br />
nuestras necesidades ante a<strong>que</strong>l <strong>que</strong> todo lo puede. Al dedicar nuestra<br />
vida a este Dios, podemos creer confiadamente <strong>que</strong>, en su gran sabiduría<br />
y fidelidad, “Mi Dios, pues, suplirá todo lo <strong>que</strong> os falta […] en Cristo<br />
Jesús” (Filipenses 4:19).<br />
Se cuenta una historia interesante de un joven de unos veinte años<br />
<strong>que</strong> estaba sentado en un puesto de periódicos. Allí llegó un señor de<br />
media edad y le dijo: “Joven, yo puedo realizar un sueño suyo, si me<br />
dices qué harás”. El joven un poco desconfiado e inseguro, comenzó a<br />
cuestionar al caballero. Al ver la actitud del joven, el hombre miró profundamente<br />
a sus ojos y exclamó: “¡Muchacho, esta es una oportunidad<br />
única! Piensa, relata, elije y cree”. El joven escuchó, comenzó a reconsiderar<br />
sus planes e indeciso, relató uno de sus sueños. Inmediatamente<br />
las cosas comenzaron a suceder…<br />
Esta narrativa, sólo expresa de forma simple, la dificultad humana<br />
para percibir y relacionarse con el Dios <strong>que</strong> todo lo puede.<br />
Elena G. de White, en su libro Consejos para la iglesia, página 392<br />
nos dice lo siguiente: “Las palabras de nuestro Salvador: “Venid<br />
a mí… y yo os haré descansar” (Mat. 11:28), son una receta para<br />
curar las enfermedades físicas, mentales y espirituales. A pesar de<br />
<strong>que</strong> por su mal proceder los hombres han atraído el dolor sobre<br />
sí mismos, Cristo se compadece de ellos. En él pueden encontrar<br />
ayuda. Hará cosas grandes en beneficio de quienes en él confíen”.<br />
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