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Los cinco puntos del calvinismo.pdf - Iglesia Presbiteriana ...

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LOS CINCO PUNTOS DEL CALVINISMO.<br />

II Timoteo 2: 15:<br />

Nadir Carreño M.<br />

Esc. Dom. <strong>Iglesia</strong> Smirna.<br />

Dgo. 1º diciembre de 2007.<br />

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como<br />

obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la<br />

palabra de verdad”.<br />

El sistema de teología conocido históricamente como “<strong>calvinismo</strong>”, aunque no<br />

todo se originó con Calvino, sino más bien con sus discípulos, carácteriza a las<br />

iglesias llamadas “reformadas”, entre las cuales está la presbiteriana.<br />

Entre las muchas variedades <strong>del</strong> sistema está el hiper<strong>calvinismo</strong>, que<br />

sostiene una soberanía de Dios tan absoluta, que anula por completo toda voluntad<br />

humana y cae en el fatalismo.<br />

Otra variedad es la de los calvinistas estrictos, que sostienen firmemente los<br />

llamados “<strong>cinco</strong> <strong>puntos</strong> <strong>del</strong> <strong>calvinismo</strong>”, que son los siguientes:<br />

1. Total depravación espiritual de todos los seres humanos;<br />

2. Elección incondicional;<br />

3. Expiación limitada;<br />

4. Gracia irresistible; y<br />

5. Perseverancia de los santos.<br />

Nuestra <strong>Iglesia</strong> <strong>Presbiteriana</strong> Fundamentalista Bíblica tiene una posición<br />

calvinista moderada, porque acepta cuatro de estos <strong>cinco</strong> <strong>puntos</strong>, pero no el 3, sobre<br />

expiación limitada.<br />

Antes de referirme a estos <strong>cinco</strong> <strong>puntos</strong>, debo señalar que lo más esencial de<br />

la posición reformada es la aceptación sin limitación de la soberanía de Dios, aunque<br />

no en forma tan extrema que elimine por completo la voluntad humana. De esa<br />

soberanía los calvinistas estrictos deducen lógicamente los <strong>cinco</strong> <strong>puntos</strong>. Pero la<br />

lógica no siempre coincide con los hechos, porque la lógica es una construcción<br />

intelectual, mental. <strong>Los</strong> hechos son en la realidad. Para nosotros, la realidad es la que<br />

se nos da a conocer en las Escrituras. Cuando la realidad bíblica coincide con la<br />

lógica, no tenemos conflicto con el <strong>calvinismo</strong>, pero cuando la Biblia entra en<br />

contradicción con la lógica, nosotros nos quedamos sin vacilar con la Biblia y<br />

rechazamos la lógica <strong>del</strong> <strong>calvinismo</strong> estricto.<br />

La posición histórica contraria al <strong>calvinismo</strong> es el arminianismo, que limita la<br />

soberanía de Dios y atribuye a la voluntad humana por sí misma, aunque auxiliada por<br />

la gracia la capacidad de aceptar o rechazar el evangelio. Esto se conoce también<br />

como semipelagianismo y es la teología característica de la <strong>Iglesia</strong> Católica. La<br />

posición extrema es el pelagianismo, que niega completamente la soberanía de Dios y<br />

sostiene la absoluta libertad humana para rechazar o aceptar el evangelio, sin auxilio<br />

ni intervención alguna de Dios. Rechazamos terminantemente tanto el pelagianismo<br />

como el arminianismo. Por nuestra aceptación de la soberanía de Dios somos<br />

calvinistas.


Examinemos ahora los <strong>cinco</strong>s <strong>puntos</strong>, teniendo siempre presente que para<br />

nosotros la Biblia está primero, después la lógica y que, si hay contradicción,<br />

rechazaremos la lógica sin vacilación.<br />

1.- Total depravación espiritual de todos los seres humanos.<br />

Esto, la Biblia lo afirma categóricamente y con tal abundancia y claridad, que<br />

sólo el orgulloso corazón humano puede ignorarlo. Entre muchos otros pasajes,<br />

veamos los siguientes: Génesis 6: 5, 12; 8: 21; I Reyes 8: 46; Salmo 51: 5; Isaías 64:<br />

6; Jeremías 17: 9; Mateo 15: 19; Romanos 3: 10 al 12; 7: 14, 15, 18, 19, 23, 24;<br />

Efesios 2: 3; etc.<br />

2. Elección incondicional.<br />

Esto significa que de entre toda la humanidad justamente perdida por sus<br />

pecados, Dios quiso, con extrema bondad, elegir a algunos para salvarlos. Si él no<br />

interviniera, no se salvaría ninguno, por lo cual su decisión de salvar a algunos no es<br />

injusticia para con los que se pierden, sino suma bondad para los que se salvan.<br />

Ahora bien, a los que eligió los eligió por su pura buena voluntad, sin ver en<br />

ellos mérito alguno. No los eligió porque previera que en ellos habría algo digno de ser<br />

amado. <strong>Los</strong> elegidos somos tan culpables como los no elegidos. Por eso la elección es<br />

incondicional.<br />

La Biblia también afirma lo anterior categóricamente: Romanos 9: 11-23;<br />

Efesios 1: 4, 5, 11; II Tim. 1: 9, etc.<br />

3. Lo dejaré para el final.<br />

4. Gracia irresistible.<br />

Significa que los elegidos recibirán a Cristo como su salvador en algún<br />

momento. Pueden resistir, incluso largamente, el llamado de Dios, pero siempre<br />

terminarán convirtiéndose antes de morir. Si Dios les eligió, es seguro que se salvarán,<br />

debido a la soberanía de Dios. Si un elegido pudiera perderse, querría decir que Dios<br />

habría fracasado respecto a él y que en ese caso esa persona o el diablo que lo aparta<br />

<strong>del</strong> evangelio, serían más poderosos que Dios. Esto es imposible y contrario a la<br />

amplia prueba escritural de la absoluta soberanía de Dios. Sin embargo, la seguridad<br />

de que un elegido finalmente se salvará no es automática, porque existe un medio<br />

indispensable para que la elección haga segura la salvación <strong>del</strong> elegido y ese medio<br />

es la conversión, es decir el arrepentimiento y la fe.<br />

Esto no significa que Dios obliga a convertirse a los elegidos, sino que los<br />

regenera, es decir, les imparte nueva vida, por el Espíritu Santo y les da el don de la<br />

fe, de modo que más pronto o más tarde, al recibir el llamado de Dios para<br />

arrepentirse y creer, deciden voluntariamente hacerlo. La gracia irresistible significa<br />

que esto ocurre con todos los elegidos. Este es un asunto que tiene dos caras. Desde<br />

el punto de vista de Dios, se salvan todos los elegidos. Desde el punto de vista <strong>del</strong><br />

hombre, se salvan todos lo que reciben a Cristo como único y suficiente salvador. El<br />

conjunto de todos los elegidos es exactamente el mismo conjunto de todos los que<br />

reciben sinceramente a Cristo.<br />

Por otra parte, a los no elegidos tampoco les impide Dios creer por un simple<br />

acto de su voluntad. Hace que les sea presentado el evangelio o, en su defecto, ha<br />

grabado en sus conciencias el conocimiento <strong>del</strong> bien y <strong>del</strong> mal, les llama a creer, es su<br />

buen deseo que se salven, debido a su benevolencia, pero al dejarlos librados a sí


mismos, a su propia voluntad y debido a la total depravación espiritual, ellos siempre<br />

eligen libremente rechazar el evangelio.<br />

Romanos 8: 28-30 muestra que quienes Dios llama interna o eficazmente siempre<br />

terminan glorificados. Esta es la gracia irresistible.<br />

5. Perseverancia de los santos.<br />

Se refiere a que los que verdaderamente se han convertido se salvarán sin<br />

duda. De la mano <strong>del</strong> Señor tienen completa seguridad de llegar al cielo.<br />

Esto, además de ser la conclusión lógica de los otros <strong>puntos</strong> está abundante y<br />

claramente enseñado en la Biblia, por lo cual basta remitirnos a ella:<br />

Juan 10: 27-29; 6: 37; Heb. 6: 4-9 (que hace una clara distinción entre los que<br />

profesan ser salvos sin serlo de verdad y en los cuales puede haber actuado<br />

poderosamente el Espíritu Santo, pero sólo superficialmente y los efectivamente<br />

salvados: Vs. 9). Es evidente que un cristiano meramente profesante se puede apartar<br />

y de hecho se apartará definitivamente <strong>del</strong> Señor, mientras que uno genuino, nacido<br />

de nuevo por el Espíritu Santo, aunque puede apartarse de la iglesia y <strong>del</strong> Señor,<br />

siempre se volverá a él con sincero arrepentimiento antes de morir.<br />

Consideremos ahora el punto 3.<br />

3. Expiación limitada.<br />

Significa que Cristo murió y pagó por los pecados de los elegidos y nadie más.<br />

Esta es una conclusión lógica de los <strong>puntos</strong> 1 y 2, pero ¿es bíblica?<br />

El razonamiento es que si Cristo pagó por los pecados de todos los seres<br />

humanos y los no elegidos se pierden el propósito de Dios se habría frustrado, lo que<br />

es contrario a la soberanía de Dios.<br />

Armados de este principio lógico interpretan todos los numerosos pasajes que<br />

dicen que Cristo murió por todo el mundo restringiendo el término “mundo” no a todos<br />

los seres humanos, sino sólo a los elegidos. Es indudable que hay pasajes donde<br />

“mundo” tiene esta restricción, lo que resulta claro <strong>del</strong> contexto. ¿Es así en todos los<br />

pasajes?<br />

Creo que hay tres pasajes, entre otros, donde es imposible que “mundo” tenga<br />

este sentido restringido:<br />

I Juan 2: 2: “Y él es la propiciación por nuestros pecados y no solamente<br />

por los nuestros, sino también por los de todo el mundo”. Existe aquí un claro<br />

contraste entre “nuestros pecados”, que se refiere indudablemente a los de los<br />

elegidos, y los de todo el mundo, que serían los no elegidos, para mantener<br />

debidamente el contraste. Todas las explicaciones de este versículo de los que creen<br />

en la expiación limitada son forzadas y le agregan al pasaje lo que este no dice. Son<br />

realmente insatisfactorias.<br />

II Pedro 2: 1: “Pero hubo también falsos profetas en el pueblo, como<br />

habrá entre vosotros falsos doctores, que introducirán encubiertamente herejías<br />

de perdición y negarán al Señor QUE LOS RESCATÓ…”


Dice el Señor que murió hasta por los malvados falsos maestros. Si se parte<br />

<strong>del</strong> principio lógico de la expiación limitada, la fértil mente humana encontrará alguna<br />

explicación que haga calzar esto con su principio, generalmente añadiendo algo que<br />

no está en el versículo. El sentido claro y directo es que el rescate obrado por el Señor<br />

fue también por los no elegidos.<br />

Hebreos 10: 26-27. “Porque si pecaremos voluntariamente después de<br />

haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por el<br />

pecado, sino una horrenda esperanza de juicio y hervor de fuego que ha de<br />

devorar a los adversarios”.<br />

No hay duda de que se trata de perdidos, no elegidos. Si profesan fe en el<br />

Señor y luego apostatan, ya no queda sacrificio por su pecado.<br />

A partir de estos pasajes bíblicos y de otros concluimos que en otros pasajes<br />

donde el contexto no restringe claramente el sentido, “mundo” debe entenderse como<br />

“todos los seres humanos”, que es el sentido normal <strong>del</strong> término. Un ejemplo relevante<br />

de esto es Juan 3: 16.<br />

La pregunta que surge de inmediato es: Si Jesús murió por todos, ¿por qué no<br />

se salvan todos?<br />

Contestamos:<br />

1º Porque no era el propósito de Dios salvarlos a todos, sino mostrar cuán<br />

enorme es su amor e inexcusable la incredulidad voluntaria de los no elegidos;<br />

y<br />

2º Porque, aunque la elección hace segura la salvación de los elegidos, ésta<br />

requiere de un acto voluntario de aceptación o recepción de la expiación obrada por<br />

Cristo, es decir, el arrepentimiento y la fe son necesarios para que los méritos de<br />

Cristo sean aplicados a un pecador. <strong>Los</strong> elegidos se convierten; los no elegidos, no.<br />

Sin embargo, como vimos, aunque la decisión de los elegidos es voluntaria, se<br />

produce sólo después de ser regenerados por el Espíritu Santo y recibir el don de la<br />

fe, por lo cual no hay mérito personal, ni colaboración alguna <strong>del</strong> elegido que acepta<br />

voluntariamente a Cristo.<br />

Debo subrayar que esta no es una doctrina esencial de la fe, por lo cual los que<br />

aceptan un punto de vista u otro, pueden ser igualmente salvos e igualmente<br />

fundamentalistas.<br />

Como un joven, que no es de nuestra iglesia, y con el cual no he tenido la<br />

oportunidad de volver a conversar, me dijo que le nombrara un gran teólogo que<br />

sostuviera este punto de vista moderado y no pude hacerlo en ese momento porque<br />

no tenía la información, creo que es importante mostrar que nada menos en sus<br />

últimos años. Esta es la prueba:<br />

En su comentario sobre I Juan 2: 2 escribió: “Cristo sufrió por los pecados <strong>del</strong><br />

mundo entero y en la bondad de Dios es ofrecido a todos los hombres sin distinción,<br />

siendo su sangre derramada no por una parte <strong>del</strong> mundo solamente, sino por toda la<br />

raza humana, porque aunque en el mundo no se encuentre nada digno <strong>del</strong> favor de<br />

Dios, sin embargo él ofrece la propiciación al mundo entero, ya que sin excepción<br />

invita a todos a la fe en Cristo, que es nada que el gran Calvino sostenía esta posición,<br />

a lo menos más que la puerta a la esperanza”.


En su comentario sobre Marcos 14: 24: “… Esto es mi sangre <strong>del</strong> nuevo pacto,<br />

que por muchos es derramada”, pasaje que bien podría apoyar la expiación limitada,<br />

Calvino dice:<br />

“La palabra muchos no significa una parte <strong>del</strong> mundo solamente, sino toda la<br />

raza humana. Él contrasta “muchos con “uno”, como si dijera que él no sería el<br />

redentor de un hombre, sino que moriría para liberar a muchos de sus malditas culpas.<br />

Sin duda que hablando a unos pocos, Cristo deseaba que sus enseñanzas estuvieran<br />

disponibles para un gran número… Entonces cuando venimos a la santa mesa no sólo<br />

debería venir a nuestra mente la idea general de que el mundo es redimido por la<br />

sangre de Cristo, sino también cada uno debería considerar para sí mismo que sus<br />

propios pecados están cubiertos”.<br />

En su comentario sobre Romanos 5: 18: “Así que, de la manera que por un<br />

<strong>del</strong>ito vino la culpa a todos los hombres para condenación, así por una justicia vino la<br />

gracia a todos los hombres para justificación”, escribe:<br />

“El apóstol habla de la gracia que es común a todos; pues si bien Cristo ha<br />

sufrido por los pecados <strong>del</strong> mundo entero y se ha ofrecido, por la benignidad de Dios,<br />

por igual a todos, sin embargo, no todos la disfrutan”.<br />

Debo subrayar que nosotros no seguimos a Calvino, ni la lógica humana, sino<br />

la Biblia, aunque le debemos el mayor respeto a tan gran hijo de Dios y sostenemos la<br />

lógica y la razón cuando no contradicen a las Escrituras.<br />

Por último, algunos cristianos mal informados sobre lo que la Biblia requiere,<br />

principalmente jóvenes sin mucha madurez se oponen, basados en los principios <strong>del</strong><br />

llamado <strong>calvinismo</strong> estricto, a que se hagan llamados a los inconversos para que<br />

acepten a Cristo.<br />

Esto contradice claramente tanto lo que nos manda el Señor en su palabra, que<br />

por ser de sobra conocido no citaré, como también la posición de muchos y notables<br />

calvinistas estrictos.<br />

Por el tiempo, me limito a citar un poco de la Teología Sistemática de Berkhof:<br />

“El llamamiento externo consiste en la presentación y oferta de salvación en<br />

Cristo a los pecadores, junto con una ardiente exhortación para aceptar a Cristo por la<br />

fe, a fin de obtener el perdón de los pecados y la vida eterna”.<br />

“Pero esto (que el llamado es sólo para los elegidos) no se puede decir de<br />

Isaías 45: 22: “Mirad a mí y sed salvos todos los términos de la tierra, porque yo soy<br />

Dios y no hay más”… El último libro de la Biblia concluye con una hermosa invitación<br />

general: “Y el Espíritu y la Esposa (la iglesia) dicen: Ven y el que oye diga: Ven. Y el<br />

que tiene sed, venga; y el que quiera, tome <strong>del</strong> agua de la vida gratuitamente” Apoc.<br />

22: 17. Que la invitación <strong>del</strong> evangelio no está limitada a los elegidos, como algunos<br />

sostienen, se hace muy evidente de pasajes como Sal. 81: 11-13; Prov. 1: 24-26,<br />

Ezequiel 3: 19; Mat. 22: 2-8, Lucas 14: 6-24”.<br />

“El llamamiento externo es un llamamiento de buena fe… No se nos hace la<br />

invitación con la esperanza de que no la aceptemos. Cuando Dios llama al pecador<br />

para que acepte a Cristo por la fe, lo desea ardientemente…”.<br />

“El llamamiento externo es el medio señalado divinamente para conducir a los<br />

pecadores a la conversión. En otras palabras, es el medio por el cual Dios recoge a


sus elegidos de entre las naciones de la tierra. Como tal, debe por necesidad ser<br />

universal, puesto que ningún hombre puede distinguir a los elegidos” “La presentación<br />

<strong>del</strong> camino de salvación debe suplementarse con una invitación ardiente (II Cor. 5: 11,<br />

20) y hasta con un solemne mandato (Juan 6: 28, 29; Hech. 19: 4) para arrepentirse y<br />

creer, es decir, para aceptar a Cristo por la fe…”.<br />

<strong>Los</strong> Cánones de Dort, documento que no puede ser más estrictamente<br />

calvinista, también afirma repetidamente los conceptos anteriores.<br />

Por ejemplo:<br />

Capítulo 2 V: “Existe además la promesa <strong>del</strong> evangelio de que todo aquel que crea en<br />

el Cristo crucificado no se pierda, sino que tenga vida eterna; promesa que, sin<br />

distinción, debe ser anunciada y proclamada CON MANDATO de conversión y de fe a<br />

todos los pueblos y personas a los que Dios, según su beneplácito, envía su<br />

evangelio”.<br />

Capítulo 3 y 4 VIII y IX: “Pero cuantos son llamados por el evangelio, son llamados<br />

con toda seriedad. Pues Dios muestra formal y verdaderamente en su Palabro lo que<br />

le es agradable a él, a saber: que los llamados acudan a él. Promete también de veras<br />

a todos los que vayan a él y crean, la paz <strong>del</strong> alma y la vida eterna”.<br />

“La culpa de que muchos, siendo llamados por el ministerio <strong>del</strong> evangelio, no<br />

se alleguen ni se conviertan, no está en el evangelio, ni en Cristo, al cual se ofrece por<br />

el evangelio, ni en Dios, que llama por el evangelio e incluso comunica diferentes<br />

dones a los que llama, sino en aquellos que son llamados, algunos de los cuales,<br />

siendo descuidados, no aceptan la palabra de vida; otros sí la aceptan, pero no en lo<br />

íntimo de su corazón y de ahí que, después de algún entusiasmo pasajero, retroceden<br />

de nuevo de su fe temporal…”.<br />

Son muy notables también las expresiones de Carlos Hodge en su Teología<br />

Sistemática. El estricto <strong>calvinismo</strong> de Hodge está fuera de toda duda.<br />

De la traducción de su Teología Sistemática, publicada por CLIE, cito:<br />

“Ignora el hecho de que TODA la humanidad fue puesta bajo la misma<br />

constitución y pacto. Lo que se demandaba para la salvación de uno se demandaba<br />

para la salvación de todos. Se exige a todos que den satisfacción a las demandas de<br />

la ley. Ni más, ni menos. Si estas demandas son satisfechas por un representante o<br />

sustituto, su obra está igualmente a DISPOSICIÓN DE TODOS… Al ser la justicia de<br />

Cristo de infinito valor o mérito y siendo en su naturaleza precisamente lo que<br />

necesitan todos los hombres, puede serles ofrecida A TODOS. Así se ofrece a los<br />

elegidos y a los no elegidos y se ofrece a ambas clases de manera condicional. Esta<br />

condición es una aceptación de la misma de corazón como el único fundamento para<br />

la justificación… <strong>Los</strong> defensores de tales esquemas (antiagustinianos) dicen que el<br />

designio de la obra de Cristo fue hacer posible la salvación de todos los hombres.<br />

Todo lo que pueden significar por ello es que si cualquier hombre (elegido o no<br />

elegido) cree, será salvo, sobre el fundamento de lo que ha hecho Cristo. Pero los<br />

agustinianos dicen lo mismo. Su doctrina provee para esta OFERTA UNIVERSAL de<br />

salvación tan bien como cualquier otro esquema. Enseña que Dios, al llevar a cabo la<br />

salvación de su propio pueblo, hizo todo lo necesario por la salvación de TODOS LOS<br />

HOMBRES y por lo tanto que esta oferta SE PUEDE HACER, Y DE HECHO SE<br />

HACE, en el evangelio… Cristo, así, no murió igualmente por todos los hombres. Él<br />

puso su vida por sus ovejas; él se dio a sí mismo por su iglesia. Pero, EN PERFECTA<br />

CONSISTENCIA CON TODO ESTO, ÉL HIZO TODO LO NECESARIO, por lo que


concierne a la satisfacción de la justicia, TODO LO QUE ES PRECISO por la<br />

salvación de TODOS LOS HOMBRES. Así que todos los agustinianos pueden unirse<br />

con el Sínodo de Dort, diciendo: “Nadie perece por falta de una expiación”. (TOMO II,<br />

páginas 206 y 207).<br />

En conclusión, debemos seguir predicando el evangelio a toda criatura, como<br />

nos mandó nuestro Señor e invitando a los pecadores a recibir a Cristo, sea mediante<br />

la predicación o la obra personal. Tomemos en cuenta que las expresiones: “recibir a<br />

Cristo”, “aceptar a Cristo o el evangelio”; “creer en Cristo”; “convertirse”; “arrepentirse y<br />

tener fe en Cristo” son, para los fines prácticos, sinónimas, significan lo mismo.<br />

Al predicar el evangelio debemos ser cuidadosos para no ofrecer una salvación<br />

“fácil”, dejando todo lo más claro que podamos el significado bíblico de<br />

“arrepentimiento” y “fe”.<br />

Además debemos ser muy cuidadosos para no asegurarle a alguien que por<br />

haber declarado que acepta a Cristo, sea verbalmente o por haber levantado su mano<br />

o de algún otro modo, que ya es salvo. En muchos casos tal declaración no va<br />

acompañada de fe verdadera, es sólo emocional o es sólo un primer paso, que<br />

conducirá al fin a la salvación.<br />

Por eso, y sólo como sugerencia, creo que debemos ser cuidadosos para<br />

decirle al pecador que sin arrepentimiento y fe son verdaderos, ha sido salvado. Si<br />

oramos por él, podemos decirle al Señor que conforme a su fe, le perdone y le haga su<br />

hijo. Si nos referimos a estas decisiones verbalmente o por escrito será bueno<br />

limitarnos a decir que tales personas expresaron su decisión de recibir o aceptar a<br />

Cristo, porque sólo Dios sabe si esa decisión es verdadera o no.<br />

Como mucho de lo dicho será difícil de entender para algunos, tengamos<br />

presente que desde nuestro punto de vista humano, lo único que mas importa es estar<br />

seguros de que efectivamente hubo un momento en que nos convencimos de nuestra<br />

pecaminosidad sin remedio, nos arrepentimos de nuestros pecados sinceramente,<br />

creímos que Jesucristo pagó todos nuestros pecados y le recibimos en nuestro<br />

corazón como único y suficiente Salvador. Si es así, este es el testimonio <strong>del</strong> Espíritu<br />

Santo, por la Palabra, a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.<br />

Lo demás son sólo teorías no esenciales para nuestra salvación.<br />

Y ese glorioso, poderoso y maravilloso evangelio, que nos pasó de muerte a<br />

vida, <strong>del</strong> infierno al cielo, y que nos ha hecho tanto bien, debemos predicarlo con celo<br />

y ardor cada día.

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