Historia de los Aventureros, filibusteros y bucaneros de ... - BAGN

-
. . Bucaneros
de América
d f i c r i t e 'en holandé~ por ~lsxander Oliver ~exmk~in , ,
Traducida de una EdEdiciOn Francesa de la Si*+ dibg- Par is -
(1 920)
c
,
wumo destgmio &l Olonks. Su viaye a Honduras
El Ellods, des pues de haber cogido. tan gran botín, debia dtar
satisfecho y pensar por último en retirarse lionradamente a la vida
privada.. Sin embargo, como estaba obligado sin cesar 5 hacer gran-
des gastos; que no tenia fondos niogunos, y que desde hada mtichb
tiempo no habia realizado* ninguna presa, se encontraba debiendo
varias sumas tan considerables, que todo el dinero que había trai-
do de Maracaibo, no hubiera sidq suficiente para pagarlas. Con e1
fin de remediar esta desgracia, pens6 en una nueva empresa en la
que acariciaba esperanzas. de obtener resultados más importantes
que;' nunca.
- Habl6 de es9 con sus camaradas, impacientes tambitn de en-
contrar una oportunidad de volver a empezar, pues el dinero les
faltabg-ya y estaban reducidos a la vida ordinaria de un habitante,
que es' muy poca cosa para gente acostumbrada a la buena vida.

Anrobaron las. intenciones del Olonec, v no dejaron de i,iihlicarlus
I
A
por toc
D abrir los ajl 05
1 las partes. EE dincro de Maracaib a hech
d 3 vario: S, de madera que un pan núnicrc ibitanst s610 h a-
tian sembrado tabaco, a bandona~-on los ~ii~;tpicos, :
rrer aventuras. .
il ={ LU-
Así, pucs, el Oloni-S cncanrró nlayor riúriicr-o € 1 ~ hornbrpq
que los c~uc cabian en sus buques. Hizo pl-epai-ai Tan u
cn (EIute) ($9 que había traído dc iM;~racaibo, en la e emba
c6 con trescientos hombres, y coloch otros trescientos cn cinco buques
pcqueíios. Can esta dotacidn, sc hizo a la veIa para DayajA, Iiiyrir
Ejai LUI -+nodo para carenar los buques y abastecerlos de vivcrfic &m?. LiJL F.tu-
X
vo alli muy poco tiempo y cn seguida los buques estuvici "Olk coi TIpIetam
ente li stos.
Ya . se sal le que carenar (74) significa el trabajo que Eo S carpi rlteros
c le ribe ra esttin obligados a Iiaccr para ponilr un b uque i ~n
<
CO~~~C~OILCS de navegrir. . ,
Lomirnicb, pues, su dcseo a toda su gente y Ics nlostr6 un indi-
Eena, nacido en la regiiin del lago cle Nicaragua, ;i donde 61 quería
algunas citldades. AscgrrU que .allí sc cncon tl riquezas
inmen isas, porque los aventureros no habían realizai
1
pais grancrcs descmbarcos y :rgregO que, llevando un hucn gula, no
dejaría irprender a los españoles; que en fin, PJ no les dariñ
tiempc evarse sus riquezas.
Q1 uedaroi n muy contentos al oirlo, c hicieron juramento de obedecerlc
! y sec undar10 en codo. Habiéndose Ilccho el contraro comi,
de costumbre, sc hizo a la vela con su flota y di6 corno lugar de cita,
para el caso eii que alguno se cctr;iviara, a Mata-Mano (79, que se
encuentra cm la costa sur de Ia isla de Cuba. El habia escogido este
lugar, poxque alli hay gran cantidad ¡?e pescadores de tortugas. A
estos pescadores les llaman los franceses varezdrs y los españoles varndores.
El Olon&s, iba, pues alIí para tomar botes, con el ( de
llevar cn ellos su gente, cuando llegara a la desernbocadur -io
que conduce al lago lrle Nicaragua, a fin de padcr remontar nata
donde los buques no pueden ir por falta de agua. Cuando Ilcg& a
Matamar16 cogi6 todos Ib botes de aquellas pobres pescadores, y
los puso cn sus buques y de alli hizo ruta para el cabo de Gracias a
--
(73) FEute: f. del holandb fluil: en espallol urca. Embarmci6n grande. con
tres palos, usada para transporte, particularmente para material dc $1
(74) Carenar (del latin rnrina-ctisco). Dar carena n iina nave es reparaci i6n
de las obras vivas o fondos rle las naves. TirmbnrIa a la banda para repasar 10s
fondos.
(75) Golfo de irfaiamand, al sur dc Batabanb, al norte de 12 ísIa dc Pino!
al Oeste de la pcninsuln dc Zapata.

del !,ugar, el ctrd es bastante -ejrac.to. -te ese .a-
*ros encontraron una gran .- .y 'la sorriente. q@C
al oeste, les hizo derivar (9) hacia el golfa de Hbni
no pudieron salirse por muchos esfiie~xos- que w-
quefios que eran m& fdcilmente .menejabl&s,
resistir mejor el viento que. el del Olor&,
ero como el buque. del .Olands w d prinal,
.&tuvieron obIigadm a esperarlo, porque no pdian hacer na-
. .
de .un mes y siempre indarnente, en querer
naban en Q s dias, lo perdian ek una. ha,,
eran los mejor avituallados, se. .vi@oQ' ob1;gailw7
A argiba~ .al primer puerto. Enviaron sus botes, con d$irn~s hom-
~ 4 que. . hqbian .recol~ido. aquellas costas en otro riempw Y' estos .subieron
la corriente de un rlo. a orillas del cual. viven: lu,nds hdíge7 .
nas ?que, lo$ aventureros .llaman orejones (~randes;0@&&) a asa
de teyieflap, ~xfremflamente d . . ,
: &os, hdiw han sido, sometidos por los ~paf\ole,r@ &p$nes obe-
&genI ~~m~~,*tr$buta~ios.
.-e ,. Aunque ellos están baswte'lej@'de los espgiiQl&e,~i.
np. faltan. ningiin año a trasliidarse -alIi -para. cobrar
el uib.u@ , a, los i~dios .y Uevan ,siempre un sacerdote que Jes administra
los samamentos. Esa gente pag4 con cacao, gallinas, fibras de
pita, p. mdx,. o con otras clases de prqductos que .lw espaiioIes acepa,
porque los indios no tienen dinero. Algunas ~ces los españ01es
vn. a tratar,-con ellos. y le. llevan pulseras de cueateciIlas de vidrii,
aJi.illos, espejos, agujas ; alfileres que ell,~s camb-iaq por cacao. -
;* Nues@~s .aventureros $610 querian coma: piilaron las casas de
10s indios, ;les cogieron sus aves caseras y el maiz, qpe es esese millo
qve llaman trigo de Turquia; no contentos con eso, hicieron
w a devastacihn- completa y cargaron sus botes con todo lo que pudierog
qgpr; en seguida se reunieron con sus camaradas lo$
cieñte para tanta gente; sin embargo,. lo
-repartieron entre todos los buques y se celebrb consejo para resolver
msj se ,continuaba la ruta con -tan' pocos iiveres.
Los que tenian más experiencia encontraron que era mejor de-
que no dura sino tres o cuatro meses, sin de-
aldeas y pequeñas ciudades 'dd golfo de
ras y que pertenecian a 10s españoles. Todos opinaron del
o; separarse un buque hacia sotavento del rum-

HISTORIA DE LOS AmNTURERO
;iismo mocIo: dejaron el río Zague y se hicierorl cl ra vzia a lo 1arg.o
ssta hasta Pu iballo, a zloncIe la
1s filibusteros raron allí un buque
einticu 3 caiíbr i y doc .e bara is de río que cogieroxl, yrro
10 encc
unas 1 Iiercani cias que debian quedarse a
... orrllas aea ma,, ,., el fin cre riaccr cambios crin Tfic indígenas del
1: iais, pi les las otras mercar icías liabian sido dl das y 1 levada
L ierra a dentro.
El Puerto-Caballo es un lugar en que los buqucs españoles que
comercian con Honduras vienen a Ionciear ordinariamente y alIi hay
almacenes en los cuaIes denositan L '-.O lUJ rercancias A11 que vienen de Ia
T Guater nalñ, c :ochinil la, índigo, ~iicsos, zarzapar~lild~
J. - , .. y mect ioacail 1 Olon és bajó a tierra sin encon-
2 rar res isteilciz i ni ta. mpoco mercancías e n los ; ~lmacer les. Qr ienió 6 s-
t os, cog ICi 319 inos es pafiolcs a qufcncc hi izo dar tome nco pa ra sabr !F
11.--1- A
-T J:--
,**l.-.T. a- -1 .*a. --. * h.. A.
CLVIIUC tcnian CJ u111ero. Si ellos no les errx~idunrr cr c'siiiiiiu yuc ue-
seaba; si I ~ Q Ic indicaban los lugares, eri que los mAs ricos sc habían
refugiado, los mataba cIe un machetazo. Hizo suErir a un mulato
los mAs :S torrncntos que se puedan imaginar y en seguida los
hizo ari I n~rii-, vivos aún, con los pies y las manos Zigaclas, a fin
de aterroruar a dos +~rnaradas suyos cluc estaban preselites y a los
cuat'cs jurh que les haría lo mismo y tal vez alga ni&, si nó Ics enseñaban
el camino de San Pedro, pcqueíia ciudad que él quería cap.
t miseral >les, viendo a srrs catnarad, as rrat: idos as '1,
a llevar iaii. L1 UIonCs envi6 algrii nos de sus bi 1-
rluc5 d Cruzar todo lo largo de la costa y llevU consigo proxrrnanienre
trescientos hombrcs, a quienes dijo resucltamcnte, que, en cualquiera
oasihn que fuera, 61 estafía siempre a su cabcza, pero que cl.
p~irnero que retrocediera, lo mataría con sus propias manos.
El OIonés se puso pues, cti camino. No habia hecho todavía
tres leguas, cuancio cay6 en rina emboscada dc españoles atrincherados
clctrgs de unos gavioncs, cri un dcslilacIcro que era imposible
evitar, a causa de lo tupido de los bosques y de los matorrales espinosos.
Eso no le admir0: piinierailientc di6 lnuertc a sus dos guías,
y se TanzG con su gente sobre los españoles con tanta impctliosidad,
que los oblig6 a emprender la fugi* nci sin dejar la mayor parte de
su gente muerta.
Hizo mircfios ~risioneros, sin contar a los heridos a quienes acababa
de mat: :rrogados los prisioneros, contestaron al I Olon és
que algunos Cs~lavvs fugitivos esparcieron la noticia de su d ese$ ba r-
(77) Mechoacans saiz de una enredadera mejicana: mcclmoa&n negro es Ea
jalapn que ae usa en rncdicinri como purgante energico.

erw en la atima e
Por fin . t. al. . llegar allí .hicie~:+ alto y despub se diripieron valeraipmeate
p. w;Star d lugai a en la Q-&aa-..B-~p~ leip
embargoi l& medio! de ,pasar

DE LOS AT~ENTVRERBS
ver-sc Sin emprender 1 61 estaba resuelto a no nacer) ani-
m6 a su gente diciPr anos 121ios, no debe hacer cuartcl;
* mientras más maternos aau los encontraremos en Ta ciudad".
I
L .n segu ida los 1Fev6 al com ibate, con e1 dcsipio c2c vencer o morii-.
%,.,A, , LC~UL- que los españr ]les Jes divisaron, dispararon su ca66n cargado
con cartuchos Y de5p ués cfe saludarlos así, volvieron a cargar al mismo
tiempo gt le haci ian fuego con sus mosquetes. El OEon&s y su
gentc, al -- ~ . -. r rstn- r sr -2 acostaron boca abajo de rnoclo que sinticron
1: lrga so' as sin recibir el menor dafío; y sIesdc entonces
c &ron SI ) sobre los esya6oles a quienes casi no podían
d listingu [ir. Pei -a, con 10 teni ían mi icha pBlvora, RO disparaban sino
c uando divisal ban al! pno.
1
6ca comtlate aurd próxlrnamente cuatro horas y 1116 bastantc
c
A
lo pox una y otra p arte; a 1 Einal, los aventureros se cansarotl
Y rieron arriesg do, y cargaron a los españoles, quienes,
a !l ver c n atrev imlento, se llenaron de espanto. El 010 F-
c Iii, con
.-
nta 'ho~ nbxes y veinte heridos. Su victoria no I
.A n-a
1-
yri hri íittividau. UCSPU&S de permanecer como quincc dias ca~a
1 a ciudad, propuso a su gente ii- a pedir reEcrerzo a orillas cFeI
- '- '*.
rrrar y atacar la ciudad de Guatemala. Pero todos consideraron estc
lo 1
una temeridad, pues, sin contar Jo largo y difictilt
no, ellos no eran en torlo sino quinientos hombres y
esa ciiraaa tenia mhs de cuatro inil combatientes.
El OlonCs, aI ver que nadie opinaba corno 61, se contentb con
saquear la pequeña ciudad de San Pedro, dondc no encontrii un
I
$ Tan bc itin, pues los habitantes, que son todos pobres, no produccn
1 nás qu e índigo, que es el comercio de ese pais: Sin crnbargo, si el
-- .
Uionts hubiera querido cargar ese hdigo, hubiera conseguido mis
de cuarenta mil escudos; pero él no buscaba rnk que dinero. Yo he
visto a los £ilibusteros dejar andes cantidades de inercancias quc
les hubieran valido mucho. Szi pereza y su repugnancia que tienen
por hacer nada los unos por los otros, es la causa de ello. Por otrü
parte, cuando han llevado mercancías a su país no quieren pagarle
por ellas lo que valen. Pm- eso, descuidan llevarlas p a veces ha resultado,
como lo he visto varias veces, que cuando apresan un Iiuque
cargado de efectos de los que no pueden scrvirce, las arrojan
y las deterioran antes que IIevíirselas a donde podrían hacerlo chmodmen
te.
Y no es que la ciudacl rlc San Pcclro no pudiera ser vcritajosa
para los filibusteros; sino que los espaííoles tiencn siempre la pracaución
de ocultar las cosas m;is preciosas que poseen antes q ~ c
pensar en defenderse, romo si estuvieran seguros de sucumbir y ser

CAPITULO XVII
Bi Olon& captura Ea urca de Honduraq se ve abandonado por una
fiarle de su gente. Su naufragio. Su muerte.
El Olonh, para poder apresar más fgcilmente la urca, se re-
tirb a las islitas que hay en el fondo del gol£o y dej6 dos botes en
la desembocadura del río de Guatemala, para vigilar la hora en que
ilegaria ese buque. Cada tripulacibn de la flota tomb SU puesto en
esas islas y eI nombre que quisieron, como tienen costumbre de ha-
cerlo en casos semejantes; en seguida, desaparejaron, es decir, qui-
taron todo el aparejo de sus buques para repararlos; una parte sc
mp6 de preparar las redes para pes&. En ese lugar hay una gran
cantidad de tortugas que esa gente sabe coga con las redes, que ellos
lZaman locas (80). Ellos las hacen con la corte22 de un 6rboI que Uab
, (79)- Urca: buque de carga holandh, con la proa y la popa redondeadas, Bii-
do plano y que navega poco. Vease la nota 71.
(80) Lmas:':'T&rmino de pesca para llamar una red que x tiende formando
bolsas o pliegues en todas sus direcciona.

m: zote (S'). Esta a es tan fácil de tr
fía je pueden fab Dn eIla jarcias y cabl
los ue cañarnq si se traaayii-air del mismo rnocLr-
€il ibilsteros pasaban cl tiempo tra
spwx~i~~~ldad de salir de1 gol1oj donde la cvlril
q" e no 1 podían
les m sewia n de a
-. -- 1.. - -AmL- -
itarla.
3. h4c I
i era 1
las fn
- .
COFElO
bueno:
espera: ndo la
-ii tan I'u er te
1- h._.-.
CY)rneri las ucrds siriu por Uila giaii llilcilsiri~trr, ;i L~US~I uc C~LK LICIILII
I*

~~ISTURTA DE LOS A~NTUREBOS 357
te, donde el sacerdote cspañol, en sus b. ccIebra to
catCilicc
: Cuanrio un niño nace, los indios lo ilcvrlri a cs'i iglesia Cri uurlde
debe pasar la noche, cxpztecro, completamente clesnrrdo, en uri lii-
garcito que han regado .con cenizas preparada cle la. corteza de iin
A
7 pasad ias por un tamiz. Al dia siguicnt fea pa: ra obser-
Y huellas del animal que- se haya aproxim: niño. 5 ii se han
1 ,
apxirnaao dos animales, se toman 10s dos patronos. Si sGlo se ha
acercado uno, a eseL Unimmcnte se toma. Dcspués, crian al niño hasta
cuando tenga ccinocimicnto de su religibn. Cuando este la conoce,
y cuando ya esta grande, los padres le nombrar 1 sri p; azr611, Y,
bien sea Iiomiga, rata, ratbn, gato o serpiente, el I niño d ebe ad o-
omo su dios. Ellos nn apelan jainrís a su ciíoc sino en ia add,
es decir, ciianclo han perdido alguita cosa o cuarido le Iian
ocasionada. algún clisgilsto.
xa eso, se dirigen a tina casa destinada a esta prhcticá y 011-e-
~t'ii uria goma llamada copol, corno nosotros eCrecenios . el incienso.
is de dso, cualquier tqbirnera que les pasa por la cabeza, Sea
deseo de vengarse [le alguna pretenclirla alrenta, o sea0c~ialquierñ
-.
acro pensarnien to, clIos -creen que cs sil ~iati'ón guieh , se las inspira
\: no c tejan- n iurica clc proccclei- en consecuencia.
* . .. , , --- --
A$uiiur espacoles nic. han diclio que cuando se trata - - u-
jeres y que éstas tienen grandes ani+mnles por patronos, e1 diablo
viene ' bajo esa figiira a visitarlas durante su sueíib. {~iiedc 'haber
. . ,
iiada más quimcritb? .
. En siis matrimonios observan ciertas cciemonias y no toman
sino una ~~ujer. Cuando alguno quicrc casarse, se ponc dc acirercIo
ion el padre y la madre de I;i joven; cn seguida sc rciinen, 'se rego-
pjan y al'dia siguiente de la boda, la joven se prcienta . . a su madre,
k . . pone dc mdillas le iii~ i rito de ycrlizs quc 1 las 'virg ;eiies
llevan 01-ciinaria , y poi o, lit~a:~ varios so2lc izns pa ra
panifestar el pesar qiie sicnce por no ser ya doncella.
: Esos indias SOTI laboriosos y muy alrtjiitlus de los que son pere-
;rosos. Su ingenia sc ejercita en hacer mil pcquefios y lioni~os
traba-
.jm, pero poco Utilcs. Xn sil país se eiicuenrran una gi-an, cantidad de
maderas que les sumiitisaan rriuy bella$ tintes; la madera de que nos
servimos para c-scraci- el i~cgro y el vioicta vienen de allí y por eso
es que lo llaman madera cle cainpectie. Sus habitaciones son bonitas
y ellos no siembran sino cosas necesarias a la vida. Las mzriercs hiIxn
ki algod0n, con c1 que fa hricaii' Iiainacas, qiie son una cspccie de le-
chos muy bellos. farriis cstrixi en guerra con los otros indios, porque

558 BOLET~N DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN
An muy lcjos unos de otros y sdlo ticnl vecinos a 10: s espa-
Ies. Sus viajes más largos so11 los quc E- i las islas quc ! están
en el golr- J.W \4L
e* m,.-.
- Hondu--* J-nclc se quedalA ,~~,~riñs veces. Deiu Ld.5L
siemprc 7 ~uelven tala1
Desp ub de. esta cIi
vo ñ OCU~~TIIIC CIC ~~LIC~LI
tui ue deja i las is.
SE'S icra al1 ilonbs t
c
L.,. 1.-
~b *Y CT~-
temor de que la urca tuviera tiempo de descargar. Alg~ttios opinar011
~ U era C mejor esperar su vrreltn, porquc entonccs tracria dinero, rnicntras
que apresindola . an tcs shlo encoii trarian niercancíns. Este
jo fue aceptado; los Eilibustcros rio dejaban de eriviar aIgzno:
para vigilarla, pero los que estaban cil la urca, que ruvicron notlcial;
de quc los aventureros estaban cn la costa, se conlcnraron con desembarcar
las incrcancias y no se prcciviraroi~ para el represo.
1_1
El IC ilonés y su gentc, c spcrclr, 'Ori sos pecha9
rle que es ;e buqi ie pu

HISTORIA DE LOS AVENTUREROS
ondea a 1;i e
puert I recor os buqucs
o, par;
rienen a nave,
de la ( :asta).
1 Olonés, al aprcsar la urca, no ~11~~1ltr6 -- ..-- el botin que
bia imaginado; si 1 !o hub iera cogido cuando ha, habrla
- . -- ;uido toda la carga - quc valía mAs de un :millb--, ,-, J al i-cpccosa
carnbirí, pues C f debia 1 comp rendcr qiie', desciibii mo
estaba y Iia' biendo inecido 1 en esas costas cert scis
, ese buquc: no cargarla jrirnac a su vista.
610 se encontrb en la urca 3e veinte mil resmas de papel
i tonelaclas dc hierro en barcas quc servia de lastre al buque.
n algut 10s farl dos de merca: ncias, 1 >era de poco vaque
te las, sar .ga, de Iiilo en g
* -
pa Iios y 1 cintas
ran
-. . i:;kfi ti( lad. -1: edo csí 1 rio dejaba cle valer alpiin clxnero y ciri embargo
ian visto Ilegi- de Masacaibo colmada de riquezas, cansador; de
--esa
abEe vi [la. comenzaron a quejarse y a dei cir en voz alta que quevolver
:t Ea Tortuga. Los viejos aven tu ircros, acostumbrados a
ras murmuraciones, se burlaran de cll is decían que preferían
~riejor morir que inarcharse sin dinero. n se confabularon unos
-+--c-a otros. Los de mayor experiencia entre ellos, viendo crue el
viaje de Nicaragua ~io tendria buen é sito, si F embarcaron iyo-
-..* m
ria sccretameiite, en cl buque que a lanclab a Mois6s Val que
habían cogido cn e i1 pucri LO Caballo y c Iue era un htien velcra.
Su resoIuci6n era de ijar aI Olone: ;, ir a la Tortuga, reparar
-1 -.- -
A---- -
Iltique y después volver a comenzar el cursu; pero, cuan& quisie~vii
salir, naufragaron sobre un escollo y su prop6sito naufragb también.
Si ese buque no se hubiera destruido de ese modo, habría henuchci
mal íi los csp ~arioles, Era el mejor velero que se halisto
dc :sdc Iia icia cin icuenta en toda Ia America.
. - ,.-
Moids vauciin, al verse sin buque, busc6 una oportunidad pa-
1-3 conseguir otro: cncontrh muy a propbsito a1 cabailei-o dri Plessis
que llegaba de Francia, expresamenLe para establecer crucero contra
los cspañoIes, y como Vauclin conocia los paises y los lugares que
los españoles frecuentaban, fué bien recibido por el caballero, quien
le pr eornetid que Ia primera presa que realizara se la entregaría en
caso de que CI resolviera volver a Francia. Pero el caballero no pudo
. r-irmr
U..,+lii. su promesa, pues combatiendo contra un navío español, re-
f

360 BOLET~N DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACZ~N
cibib la muerte y Moisés, declarado capitztn de sti buquc, con el cual
al'
la Habana, un buque cargado rEe cacao, que valiari
nii libras.
ilon&s, que estaba en Honduras, ccincibi6 tal nto de; spedio
co 1 loisés por haberlo dejado, qric JurG vcngarsc i tan * pronto
COI encontrara. LT- *m' Picardo lo abandonó tarnblc~~, prr --- -- U CAL
vei lverse a la T( se ftié todo lo largo de la costa de Custñ.
dondc cstab1e crucero Frente a1 rio de Chagres, a firi
tlc apresa s el primer buque que se presentara. C cle est
sin L hacer nada, resolvi6, con su tripulacibn clf ~ta 110
-.-. ---
POLU llli15 O meilos, bajar por el rio cEe Veragua y saquear el pueero
del mismo nombre, que es~á. a orillas del río. Ejenitíi su empresa
rnuy fácilmente y sin gran resistencia, pero tambiin sin encontrarp
ini achas c :osas, porque en ese piiebIo no hay mas que esclavos clue
va1 n a CZ var la tierra en las montañas veciilas.
Ellos colocan la tierra en sacos para Iavarla en seeuida, pues
encuentran en ella pepitas dc oro muy puro y fii-io. sclavo,s
pertenecen a vecinos burgueses y a cmerciantcs dc la C~UU~LL dc Nata,
situad la eii la costa dcI mar del Sur, a vciiirc Icguas de1 puetiIu
dc Verag ua que solo sc cc~nstruy6 a orillas del río para ocupar a los
ksclavos y a algunos bandidos cspañolcs que haii ido a refugiarse aIli.
El Yicardo ilo sc quedó alli Iiirgo ticmpo; los españlilcs que sib
habian reunido cn Nata y en Panami, lo 011lil;asoil a alejarse aceleradamente
lo qiic no prido llevar a cabo sino dejando rnuclios de los
suyos, tanto muertos conio heridos, ademris de alpznos otros prisiuneros
que se habían quedado arrsc cn un boteci~o. Los aventureros
no tuvieron ni siquicra ticmpo para rccoger toclo cl btin y solo pudieron
llevarse, prhxiriiairiente tres o cuatro libras clc oro que encontraron
en alguiios frascos; y todo csto oci :c tal modo, qiic el:
Picardo tuvo que ir a buscar mejor iortlir irra parte.
El Olonh cstaba ~nuy apesadumtiraclo, pucs tcnia un buque
equipaclo con trescientos liombrcs, siri vivercs, de tal 'manera que
se veian nbligadns a saltar a tierra diariamente para pi-ocurarcc aliinentos.
Mataban todo lo que encon traban, 10 mrís a me~iudo avcs v
monos. Eso era lo qiac hacian durante cl día. Por la noche, con CI LCrraI,
trataban de salir y clc escaparse. Despues dc iiiuclio trabajo consiguieron
lIcgar al cabo Gracias a Dios y Sucron Iinsta las islas clc ias
Pctlas y de Carncland.
EI OEonés tenia todavia algunas espci-rinzas rle dcscmbarcar eli
Nicarasua; dejar alli su buque y remontar el rio.de San Juan cori
vue tenía. Por este rio era que se proponía ciitrar en el lacaragiia.
En efecto, dejó alli sil buque, pero no como &1 10

HISTORIA
DE LOS AVENT~ROS .
pens6, pues ese buque desaloja rnuclia apa y al quercr nproximvlo
a la costa lo eiicalló sobre un arrecife, de donde no pudo sam-rJo jani;is;
Cuantos esfuerzos se hicieron pasa sacar a tierra sus botes y ,cl
cafiún, fueron inútiles. Conio no había remecli o para u gente
salt6 a tierra dende construyeron algunas choza S, (R~O que sori
iinaas pequcfiasa casilIas que parecen barracas, pnra ---- t-sperar ,. que p: t-
sítse algúii buque qire Ios sacara de allí.
Sin ernbar~o, el Olonbs, acostumbrado a los contratiew-,-_, 1nns- 11 -_o
S iingiln pesar con todo esto o por lo menos no lo dej6 cmn-
I .; poi- e1 contrario conjtirb a sus compañeros a que no perc
lieran el valor, asegurándole que 41 Eiabia encontrado el medio par
~a salir de aquel lugar y de fortuna antcs dc volver a la isla
r--,.+. m,-.
rl uL~ura. Comisionb a una parte de eIIos pasa sembrar algunos vive-
1 esa isla, cs decir, frijoles, que se pziedcn cosechar, buenos ga
1 imerlos, al cabo de seis semanas; algunos a cazar o a pescar;
c m-OS a despcdazñl- el buque perdido, para I sitcar tanta madera y Clavos
I romo p ~uclieran y labricar una barca lar: ;a; por lin, con sus botes 6-
---LA-
,-m--#.
. peraoan aún penetrar en el lago de Niciiiijun. Mientras ellos preparan
sus barcas, yo hal-t ahora iina pequeña descripcih de las islas dr*
Carneland.
ras son vecinas de rnudias otras 5 s en el 129 g i0
. m
,361
a de la titud septentrional, próx nte a niarcnr as
del cabo Gracias-a-Dios, y están habitadas. par una clase de i~iuius de
la tierra firme, que vienen algunas vcces allí a pasar una parte del
irño. Uria de esas islas es mayor que la otra; la más grande puede tcnei.
cuatro o cinco leguas dc circunferencia y la otra tres. El ierreno es
inriy bueno y fertil; hay allí grandes bosqiies y bien podria vivirw,
pero habría que cavar pozos para conseguir apa, y esta agua es salobre.
Los aventureros las visitan a meiiudoi, pues no se atrcvkn a ir a
la tierra firme donde los indios son perversos y no admiten sufrir a
ningún cxtrniijero, pues cllos mismos, como no tienen residencin fija,
están obligados a vivir errantes por los bosques. Los aventureros no
liabian visto jamils ninguno de esos indios, hasta que un día encontraron
trcs quc ernprcndieron la fuga prontamente. Se les pcfsigtiib
tan activamente, que se les vi6 entrar en una guarida subterr-jnea,
donde tanlbikn entraron los aventureros sin temor ninguno: los capturaron
y sc les trajo al cuartel del Olanbs, sin hacerles nin$n mal.
Eran tres, dos mujeres y itn hombre.
Nuestros aventureros se imaginaron que esta captura .era uiia
biiena fortuna para ellos, pensaron hacer amistad con aquellos sal-
-?ajes, para conseguir poder cntrar en su país, pero muy pronta, e
. .

1
- &l .Qjmés qonsigui&-por fin realizar- sW deseos. En ;el espacio
dg @ez.-meses que permapede en las ishs m. gente;: ,&nshuy&
una bwca larga, cap, de: -mar .;la maym pmte de su -@ptc, la que
embard en eUa )t el r ~to
entr6 el. río
en le bqtes. En esa f~rma
$a& Jw, Uamado .por los :rspañoles, Deeadera. Cuando rem;on-
;&abakcl rio'heron descubiertos por los %&S que perteneúan a I&
qd;81es; y quienes en seguida advierr-iebn a 19iis. amos. Estos endamn,
delante de ellos una tropa de indios dque les4 impidieron sesir.
'adelante, y Ios obligaron a retirarse cdm pérdida ile mucha
,gell€ed I -
- INueitros aventureros :estaban desconsolados Al .no p-ader ni haal@mh
ni regresar a la Tortuga, pues. no: tenían buques.
Sk -%@pamfdn, pues, pdr miedb $e privarse de vivere$ mutuamente
!y;.* iuio se fué a su bote: una paite se dirigi&:a! Graci--
;Bi@?idbn& pedecieron mn una riaci6n de *ih:d~qi -qhe &porta-
-íiah; J$ *la + aventureros 'én sua tierra. y basta que los. *-. d%a
. pP -
;*,w r hié :,a ?od-dei-~m, doirde .a .rwnudO ae'gái aeqture-

os buscando tortugas para abastecer sus buques. Estos tcnian pcilsado,
cuando Ilegaran aven embarcarse con cllos.
Desembarcaron en un rugar llamado la Pun ta-de-Diego, .prics
a buena agua para bi de sacar a tierra sus botes,
It .on un fuerte , es de hera de horcones, a fin dr:
poder defenderse de los indios quc allí son muy peligrosos. El 010nés
con su barca, tenia el prophsito de hacer un crucero frente n
Cartagena, pasando por las bahías Bar6ri, que estiín ccra del golfo
de Darién, se vid obligado a dese mbarcar y buscar a1$n puehlecita,
de indígenas o de ecpai ioles p ara saquearlo y encontrar vívcrcs-
I: 'ero es ta empresa no tuvo - iixito que las ;interiores; por c :E
c ontrari .o, tuvo la desgracia icr prisionero de los salva :jes clu e
las españoles llaman in dio5 ur uws: cstos lo dcsciiartizaron,
ron y se lo comieron.
lo aw 1-
r
Tal fue la vida y e1 Sin del Olonés; sus camaradas quc pudicapar
IIegaron a 1a Tortuga con su barca, no habiendo hec
nca una expedicihn miis [unesta que aqutlla. Me olvidaba
decir oue una parte de la gente del Olonks que se ]labia retirado a
1
I rna isI; a en las costas de Cartagena, JZalrnaclri Islri Filcrtc, c
tlli ave
ii
1 a firme y esta ocasi6n se present6 muy a propdsito para li-
E is. En la esperanza de conseguir algUn botin, dijeron a Iris
irrgirses que ellos tenían todavia niuchos camaradas en varios lugares
de la costa. Los ingleses, muy contentos al saber esta noticia, los
buscaron y los recogieron cn sus buques. Su intcncihn cra navegar
I
I
rlo Mosquitos, que corre por el cabo Gracias-a-Dios, 'para
le saquear algún pueblecito espafiol, porque nadie üiites había
estado por alli. Uno de los stiyos les había asegurado q~ie
1 . 2 ntureros ingleses que tenían la intención dc dcsrn~h; n
entre
t de Mosquitos y el lago de Nicaragua había iina coniunicl-
~lvrr. von esta esperanza, los aventureros sc embarcaron, en niirnerc,
de quinientos en los botes pera remontar el río, pero después de
haber probado fortuna clurai~ te quince dias si11 encontrar otra nisa
que algunos luFrejos donde se retiraban los indios y que cstabm
completamente deipmvistos de víveres, buscaron varios medios para
salir de aquel apuro.
Eii fin, viendo que no ganarian nada, sc Iucron atravesando
bosques para buscar tin camino. Pero, despuCs dc haber cmpleado
alynos días, corriendo de un lado para otro, no pudieron encontrar
ningún camino, ni coger ningún prisionero que les sirviera dc
guía. Abandonaron pues, su propósito y volvieron al punto dc partida
sin haber conseguido nada. El hambre, que los acosaba extrc:
madamente, precipith mPs todavia su regreso, y si hubieran encon:

. *
CAPITULO XVUI
Cuando pienso en lo que he escrito ya de los aventureros y en
10 qk me falta por decir, no dudo que enur los que' lean su liis'to- ..
ría,' se kncuentren algunos incrCdulos que, tomen 10s detalles' dk 'al-
@ha aventura extraordinaria, como si se tratara de una novela.
Aionsejo, pues, a los tales incrédulos, no leer la vida"de los filibus- -
te-, eii ia que todo es extraordinario.
< ' .
.b ..
.
]Eri efecto, como esos avemireros esth siempre navegando,
a menido hauhagan, y esos naufragios los arrojan en peligros Jan
soipiendektes -o terribles. Como ellos intentan eipiesas tan aire-
Yidai &&* difíciles, la ejecuci6n de estas empresas los exppnen i =a-
da rato' a' aventuras igualmente sorprendentes e increíbles. ,
' Y por e&, ¿qué puede pensarse cuando se vea que Pedro el +m-
de,.
te hombres, se hizo dueño, osi en un instante, del Vice-almirante
de los gdeones del rey de Espafia y volverse a Europa, rib para
siempre?
cQud +puede pensarse cuando se sepa que Roc, despub de su
~iaufragio, ,mqchaba como si fuera un vencedor por un pafs enemip;
que dvpte su marcha, derrota a los espa501es9 se ~podera de
sus caballos, apresa una barca y sale, por fin de un gnn peligro,
mn más pérdida que dos hombres heridos y dos muertos?
puede creerse, por fin, cuando se lea que el Olonts, descubierto
por sus enemigos, acompañado ~610 de un pequeiio. grupo
dc sus =&ras, atacara y tamara una fragata armada con diez casones
y ochenta hombres, de Ia más bella y vigorosa jitventud de la
Habana, y que haya en seguida realizado todo la que ya hemos
con un buquecito, armado con cuatro ligeros cañones y con +&-

Ciertamente quc esas cosas con extraord linariñs , pero tambittn,
por POCO buen sentirlo que se tcnga, y sin pi revcnsii 5n, es ficil comprender
qilc ellas estrin acompaliadas de circunsrancias tan originales
y tan naturales, que es imposible diiclar, porque a pesa] r rIe todo,
eEJas respiran siempre la verdad. Por otra parte, pol r ex trai ordinarios
que sean los relatos, puedo asegurar qile yo ie prcscnciado,
y si mi tcstirnonio no basta para clas i narracidn,
cstoy aún en capacidad cle confirmarla, con ~~~timonio de una
rantidad de personas dc consideraci0n, que están tl odavia llenas de
vida, y cuyos nmbrcc daría voluntariamente, si x io fuet -a pon que
actuaImente estan ocupando pues tos ven tajasos y tal vez 3ja-
rían de que sc supiera que ellos fucron Eilibusteros, aun j er-
' --- "D esa profesión, realizaran mil bellas acciones que nici c ~cr ian
ilaraclas. Pienso, sin cnibargo, qire eJlos no sc cuidarían de que
Ciritiran, porque, desíle aquel tiempo, hall realizado otras tan
bellas, y aUn más gIoriosas para ellos y m;is Útiles para sri patria, no
iiabiendo sacado la espada sino para e1 servicio de su principe.
Y voIviendo a los que dan e1 nombre de novela a todo Jo que
Ics causa sorpresa, yo les prcguntaria qué dirian si se Pcs contara las
exmdicioncs cie -4lejandr0, apriIlidade Brazo-dc-Eiierro, a causa de
:rza de sus puiks? Se pucdc decir qire este nuevo Ale Ira
i su nomtirc tan notable entre Ios aventureros cmo i F"
,\lejandre ciistingui6 cl suya entre los conquistadores. Y no debe
considerarse extraña Jn carnparacíbn, puesto que, Alejandro cl Gran-
de, por más Alcjaildro que fuera, era acaso, otra cosa sino un averi-
iurero, pero iin aventurero de familia real? Y éste de que voy a 11a-
Idar era tambi6i1 iin Eiom bre distinguido.
Era bcIIo dc cara y robusto c2e cuerpo; yo pea" hahlar de esto
porque lo vi de inuy cerca; porque lo traté, lo vendi. y lo curé de
una herida grave. Mi iortiina Gibicra sido hedia despues dc esta
cura, si Pste hubiera sido tan liberal como e1 otro Alejandro; pero
por desgracia mía, él no lo cm.
Tenia mircho talento cuando se trataba de emprender algo y
un gran valer cuaiido tc trataba clc ejecutar.
Muy cliferentc de los otros aventureros que van a sus correrías
con escuadras enteras, él no iba nunca sino con rin solo barco, llama-
do eI Fénix, IIeno de gente cscogida y de resoluci~n conlo él. SOlo
contaré un incidente dc su vida; éI me lo contb en espalio1 y yo lo
traduzco aquí en francés.
Un día que el aventurero estaba navegando para la ejecucibn
de una empresa importante, que no es indispensable decir, porque
rio tuvo buen éxito, se presentd una cama chicha prolongada y tras

ella se dcsencadenb repentinamente una tempestad inuy fuerte, acompaF
iada di o vientos, tru rayos furiosos. ¿os vientos It. rornpie-
r on SUS m i6stiIes y 10s i ~cendiaron el pañol cil que se

Los bárbaros, admirados se aproximaron aastante para exarninqr ~1
tiro y pidieron una bala con la esperanza cer Io i
di6 la bala v la colocaron en la punta un dardo v sonlaron
#
@da cc in toda is sus fuerzas, creyendo que el so usa dcl
gran ruj ido qul e habia eido; pero desde que sc Ia, ésta
cayó a sus pies y ellos quedaron tan admirados, que Ale~rixidro, qric
10s habia puesto en libertad, no solamente no supo mAs de ellos, sino
que ni siquiera vió nunca a nadie que se atreviera a atacarlos,
istros aventureros comenzaban a cansarse de perrnailccer
ta tmpo en aquel lugar, cuando divisaron a Iarga distancia, un
buque en el mar, que se clirigia precisamente a donde ellos se encon-
traban. Se ocultaron, pensando que el buque no se aproxirnaria si
ellos se mostraban. Unos opinaban que se rogara al capitan del buue
que S c1 las rel cogiera; otros, por el contrario, o] pinaba: n que era me
JC ir de fe: nderse, temiendo que se Ics quitara Ia 1 libertac 1 Y Ti c sc le! S
h iciera tal vez peor. Alejandro, que era muy vivo para deliberar y
rr lucho 1 más pronto para resolverse. decidi6 que, lejos de defenderse,
el a p~ c~erible atacar. Los aventureros todos se adhirieron al pareccide
Alejandro, porque 6stc tenia muchos ascendientes entre ellos y
se fiaban enteramente en que los mandara, por que confi:iban rnuc
su valor, pues lo había puesto a prueba cn mil ocasiones.
huque tom& puerto, atraído, como sc supo después, por la
falta ae agua que tenía, y porque sabia que el agua dc aquellas is-
1; muy buena. Era un huqrie mercante armado en guerra. Los
oticiaies hicieron desembarcar sus mejores soldadws y se pusieron
a la cal )ez+ porque 3 sabian las peligros que se corrían en es( I
a causa de los indios de qui 2 ya he hablado. Ellos no pensarc !-
lutamente en nuestra gente quc estaba oculta y lista a ejecutar io
que vamos a ver.
Es bueno hacer notar que nuestros aventureros habían permanecido
bastante largo tiempo cn aquellos lugares para conocer bici1
todos Ios rodeos.
Se 1 :ron muy suaveniencc por entre los arboles que Eorma-
I: ian un espeso entonces y desfilaron en seguida por ciertos
caminos secretos que ellos conocian; de modo que cn corte tiempo
rodearon el camino real qiie atravesaba el bosque, y que los encrnigos
ocupaban por temer a una sorpresa. Nrrcstsos aventureros caminaban
en buen orden. Sin embargo, iban ocultándose detras de los
tirboles, porque si hubieran cornliatido al clescubicrto, los cnc-
~nipc; que estaban en mayor nilxmers, los hubieran destruido en p-
co tiempo, Pero, como no los perdian de vista, les hicieron de rc-
])ente una descarga tan mortifera como imprevista. En seguida los

368 BOLET~N DEL AECRPVO GENERAL DE LA. NACION
cncrnigos dieron el frentc, mas sin disparar, porque no veiail a nadie.
Pcro, como sin cesar caian caían algunos cIe sus hombres y quc no
veían flechas, comprendierc in fácil mente que se las había11 con otra
clase de gente que no eran los indios, y para hacer inÚtiI el fuego
de los que los atacaban, resolvieron accist :arse bc Ica abajo y no levan-
1-
tarsc sino cuando el fuego hubiera cesaclo u
- -.
cilanclo hubieran visto
llegar alguno.
Los aventureros, que miraban por las aberturas que hablan preparado
en la espesura del follaje, quedaron muy sorprendidos al
no ver a nadie: se imaginaron primeramente que los enemigos pudieran
haberse retirado, pero, comt 1 no Iiz tbian o ido rui do algi LlXZO qu e
indicara su retirada, no sabían 1t 1 que se Iiuk iiera Ii ccho, .J I menc )S
aún lo que aquellos mismos debía11 - l., ,m iia~cr.
Alejandro cc encontraba .cn cl mismo caso; pero impaciente como
estaba por vencer, se decidib prontamente y salil acoinpañado
de aquellos qiie estaban entonces con él para buscar a los cncrnigos. .
Estos cuando Jos vieron, dieron un gito, se Ievantaron y corrieron
inmediatamente contra ellos. AIejaiidro, al ve rIos Vf n tant a
impetiiosidad, se puso en lugar seguro con los suyos 1 pasar i1
.L.,
rorrcnte; cn seguida, agarro a1 que vcnia a la . ----
L ~ U C L uc ~ 1W5 esiciiiigos
y le descarg6 un sablazo, que resbalii sin consecuencia alguna,
cobre un gran porro Con el que tenia cubierta la cabeza. Se preparaba
a repetir d golpe; cuando la raíz de un 6rhoZ que salia del suelo
y con la cual tropezó, lo hizo caer. Al instante se IcvantO, medio
sosteniclo con una mano, no pudiendo hacer nada mejor, porque se
veía acometido fuertemente por su adversario, y con e1 dorso de Ia
otra mana (pties tenia la mtrñcca muy clura) hizo saltar cl sable de
su enemigo, lo que le permitió levantarse por completo y gritar: "A
mi, camaradas! a mil'* para advertir a los que estal>an todavía en el
l~osque. Sus compaíicras salicsan en seguida, unos por un lado, otros
por el lado opuesto, y cayeron sobre los enemigos, ya por In espalda,
ya por e1 flanco, ya por la cola e Iiicieron tina carnicería enorme;
por fin, se reunieron todos a una sena1 que les hizo Alejandro, y se
arrojaron sobre el: enemigo, sable en mano, y los encontraron de tal
modo debilitados, que mataron sin gran trabajo hasta e1 último, pues
estaban empeñados en no dcjar escapar ni un solo.
Por otra parte, los que habian quedado en el boscjuc, oycndo
e? fuego de la mosquetería, creyeron que su gente halda encontrado
alguna emboscada o alguna partida de indios: pero, como la tropa
de soldados que había desembarcado era brava y numerosa, pensa-
ron que ella había destrozado a los indios y que los otros se ha-

HISTORIA DE LOS AVENTTJREROS . . . 369
brian ocultado en sus cavernas. Por eso fué que sc cori~critaron con
disparar el cañón del buque para asustarlos.
Sin embargo, nuestros aventureros no perdieron ,. ,*,:npo. Despojaron
a los mucrtos, se vistieron con sus rol las, y c
:asi
enteramen tc cubierto con grandes gorros que había
SUS
d . .
criemigos y dando, por fin, grnndcs gritos en sena1 ae victoria, se dirigieron
al buque. Los quc estaban a bordo, al verIos venir, creyeron
que eran sus compañeros que regresaban vencedores y. Ios recibieron
en el buque: éstos eran cmerci;iritcs, marineros y alpnc is mili4 zia-
110s. Inmediatamcn te los aventureros pasaron a cuchilIo a todos los
y uc cncontrnron, quienes, no esperando nada de eso, presentaron
niuy poca xcsistencia. De manera quc elIos se hicieron muy pronto
dueños del buque, quc estaba cargado de toda clase de mercancías
y de 1-iquezas cle las que yo no supe cl detaIle. Además, yo no formaba
parte de esa expedición.
Sripc por el mismo Alejandro varias otras empres; 2s que no
escii bo, pues no~6, que al cont&imclas, pasabn muy ligera so-
.mente
. r.
I>rc lo que lc coiiccrnis, y hacia mucho hincapic en lo que se rereria
;i los dembs, dáncIoles casi toda la gloria. Dc manera que, si hago
í~lusidn a algunas circunstancias que sc refieren a él, 10 hago porque
ribtuvc los infomcs, no por 61, sino por sus camaradas.
He acjui uii acontecimiento muy sorprendente, ocurrido al capitán
Montsnban, muy conocido en toda Ia ciudad de Burdeos.
CAPITULO XIX
Viaje del Cnpiidn Monlambún. n In Gzrinea, con nlgtsnas
pnrticulcll-idndes de su rrida,
El capitán Montanb5n navegú drirante mis de vcintc años por
las costas dc Nucva Espafia, Cartagcna, MéjIco, la FIorida, la Nueva
YOrk, las islas Canarias y Ias del Cabo Vcrdc.
La campaña que hizo en 1691 Eué inemorable por la devasta-
ción redizada cn las costas de Guinca; entr8 en el rio de Sierra Leo-
i!a y tom6 la fortaleza con veinticuatro piezas de artillería que la de-
í'cndían; la hizo volar por tcmor cle qrrc los inglescs vinieran a esta-
blccerse aIIi.
En 1694 estaba en las costas de Caracas y de allí sc dirigiii a
Santa Cruz, y al saber aIIi que u11 convoy de buques debia salir para
las islas de Barbadas y Nieves, y después seguir a Inglaterra, fue a
situarse en las cercanías de las Bermudas con el propósito cle apo-
derarse de el. Poco tiempo despiiés de su llegada, diviso el convoy

-wq~hapii
- ,.
. &i (ae ia&lant6ts~a~~~~~~11
:bj&
captv~6 mn .O~ZW dw , bu4~
y ' .
t$& ,de azhak; 103 oirop, buques. se e~Caf&p:@~ d e -
' \-
--Mjmb&n Ile,vaba esa #esa a FrMq se apode& de
.con seis piezas de cañdn,. que iba p;iraiIn-
R+ela, 'dbnde d. Al~mtazg6. la jt@
otry,
e y U@. el- 3 d&;sep$iembre
buques, los que ven&&# c@
da, .que no habiah viito,, la! Senda ,
ncon&grgee en una ciudad -- @.q* '
W# $idei:on gastbs~ c;smiaerabI'en: jb I
.comido el. m,or en la ciudad, de 'las gtmdes ipreswe*
. . h :qae kilos tenfan p-, nadie puso dificultad en p$q-@rle~
- 8
&ti&. .
. , -@5i~wn.exMlaganck llegaron a tal extrema que qa. morentos @n
pasefime .. ..... pOr . . la sudad,? .enmaicarados,, día y qodie. ae bddb U*
, 5ii, ,&
de mwo, precedidos de hachones encendidos en plenq.,me;;
dji .a+ La in.$tpexancia y los mmos. ogsionaro~i~ la. muerte a
Wnw-
.pgrgs des.er'.taroi y el apitdn . ~o&nbán, al. que SU-
&te *-da, da-6 -&.- 10 más pronta p-a~e;' .
S,n b h& cuidado fué rebnii @a@ b , n h & ~ :a-
-, .del
pais l p ~ -~IJ& .
7 . o nwero de 'filibustero$ que 4*fa40@i~3 3 -
d~puds. de haber abaJtd& su buque, 7atmg& sOlameri@ '@n

L
HISTORIA DE LOS AVENTUREROS
-.
- . . 371
islas de San 'l'hom, :conoc( 3. el a ~bo San Juan, que esta
cn la tierra fimne presb in bqu rie ingles de veintc ca-
Tlones, cargado de Lviliriiius rir elcfaii; [cs. de cera y trescientos cincuenta
negros.
De aIli, al 12egar- a la vista de la isla del Prir un
cupe (B4) de Erandeburgo ("1, que Iiaciñ el crucero ngueiia altura
y que apresaba todos los buqucc pequefios quc encontraba sin
ri;rtinci0n de bandera ni de nación. Antes que .Montanbán se arries-
* qace I mis lejos, envi6 su presa inglesa a Santo Domingo, pero ésta
le fut arrebatada en Petit-Goave.
Montanbin volvio a la rada de las islas del Principe y de San
Tlzornas, donde carnbi6 su caprc de Hsandcburgo por víveres, de
wt-n.in que, al encontrarse en condiciancs de partir, levó anclas para
las costas de Angola, que están, coino a doscientas cincuenta
s mis alla de la linea equinaccial. Llegó el 22 cle diciembre,
y poc o despuks descubrid un buque con pabellón ingIis, armado con
rincul Finta y dos piezas de cañhn. Como kl Iiizo todas las maniobras
*---A-. 11~~t.barias para Eiacerlo aproximar, sil enemigo liacia Io mismo, mc-
vendo que se trataba de un buque mercante. Y cuando los dos bu-
ques se encontraron a tiro uno del otro, cl ingIés dispar6 un cañomazo
con bala, lo que obligh al capitdn Montanbin a izar cl pahe-
Hón 1 irancks. Al vei- esto, el buque ingICs disparii dos andanadas que
ariatai-on siete Eilibusteros, sin que Moritanbin, por su parte, disparara
ni un tiro y eso para envalc~~ranar a su eiiernigo y quc lo abor-
4lara, pues él na podía hacerlo por encontrarse a sotavento.
En efecto, el ingles se aproxim6 de manera que el 'capitdn Monr;inbán,
que vi6 la ocasión favorable, di6 la señal a todos los filibusteros,
que habían pcrrnanecido acostados boca abajo en el puente.
Esa gente, que s61o espesaban la ordcn, sc levantaron prontamente
c hicieron un fuego tan terrible quc a poco rato disminuy6 el dc
las enemigos, cuya tripulaci6n era de m9s de trescientos hombres.
Este crecido número, segiin toclas las apariencias, debía asegiirarEes
el triunfo si Jlqaban a las manos. Y por eso, sc les vi6 muy
pronto lanzarse al abordaje, pro£
iriendo grandes gritos y amcnaran-
do de no dar cuai+tcl a nadie si no se rendían. Sus ñrpeos o ganchos
pudieron agarrarse a la popa dcl buque aventurero, y entonces
el inglés corrií) tan violentamente que vino a destrozarse la parte pos-
terior de su propia nave can el hauprks de su enemigo.
--- (R4) Cap~v
tfcl holandb k'alrrcr. Esptide de Iiñrcci corsario [le la itiarina an-
tigua. Los soldados tlc marina qiie tripulalian esos biiques, no EenIan sucldo y $610
disfrutaban cle una p;irricipacihn en las prcsas qiic w hacian.
(05) Ornndelitcrgn: Provincia de la Alenianiít dcl Nortc, Iinñ de las .regiones
*As trism de aquel pais.

I
i
' ROLLET~N.DELARCIIWOGENERA~~X)E~NACIÓN
Fuii eatonces cuando los filibusteros aprovechado el irnpcdimento
en que estaba la maniobra, no perdieron ninguno de sus tiios
e hicieron un fuego tan terrible durante una hora y media, qur
los igleses, que no podían resistir mis y que habian perdido muchos
1
1 liombres, abandonaron su castillo de proa y se rctirarnn a la partc
. ,
, .
de abajo, entre los puentes.
Montanbin, notando que los contrarios liüciari setiales pidieii-
do cuartel, orden6 a'lbs filibusteros que suspendierari e1 fuego e Iiizr)
!
N decir a los enemigos que ocuparan sus lanchas pira venir a borda -.
del buque aventurero. No obstante eso, 61 hacia que su gente saltari
! al buque enemigo para apoderarse de él, creyendose ya en estado de
1 ..!
m (
, .1
I"i
c'mp,renderlo todo con una presa tan importante, pues se tratabit
del guarda costa Angula, el mayor dc los buqucs qiie los ingleses
tenia11 en aquellos mares. Se veía a los filibusteros, emuljndose unus
a otros para prepararlo todo, cuando la pólvora dc la santablrbarí
del buque ing1Cs tam6 fuego, por medio dc una mecha quc el capitán
habia colacado allí, con la esperanza de sitlvarsc en sus laiichas.
Los dos buqucs, que estaban enganchados ciitre si, saltarmi
-. en el aire, haciendo el ruido mis espantoso que nuiica se había oído.
Es imposible hacer una pintura exacta dc aquel pavoroso especticulo,
pues los actores de esa sang~ienta escena no se cncontrabaii
en estado de juzgarla por sí mismos, sino por las hcridas y golpes recibidoi.
Se deja al lector imaginai-sc el horror quc puede cauzar 1a
vista de dos buques que la expIosidn eleva a mls dc doscientas twsas
(80), con un csuépito espantoso, ' for~nando conio tina montaña
de agua, de fuego, de pedazris de madera y de hierro dc todos tanianos.
Se deja, pues al lccror. al cuidado de irnagiiiarse, toda eso y
ahora se diri por qué fortuna, pudo salvarse el capitin Montanbán.
El capitin se encontraba a bordo de su buque, dando &denes,
cuando ocurrii, la explosiiin, y Zo elev& a tal altura sobre el puente,
que el mismo creyú que eso fué lo que lo salvó de los desperdicios
de todas clases que lo hubieran , descuartizado completamente; de
inodo que cuando cay6 al mar desvanecido, permaneció un rato siri
volver en si. Por fin, luchando como un hombre que teme ahogarse,
se agarr6 a un pedazo de mástil. Su sorpresa fue muy grande, cuancio
vi6 alrededor suyo un n6mero infinito de miembros humanos
dispersos y cuerpos des trazados.
Pero eso no impidi6 que Montanbán animase a algunos de las
suyos que nadaban cerca de 61, dindoles esperanzas de poder salvarse
por medib de una lancha que 61 habia divisado en medio dr:
--
-
(86) Del .franch loise: Antigua medida de Iongitud usada cn Francia, antcr
de In adopcidn dd cisterna mktrico decimal y que valfa Im 949. V&se la nota 13.
1
1

HISTORIA DE LOS AVENTURZROS . , . 373
.algunos pcclazos de rnndera que ffotabaii cn cl agua. En seguida,
quince, o dieciseis hombres, cada tziio agarrado a riii .trozo rEe madc-
ra, se dirigieron a la lancha para desembarazarla dc las cosas quc
la tenian cercada y sc crnbarcaron cn el4 salvaron tambien
un artillero que había perdido una 4 colnl>;~.t~:. S(:
sirvieron (le algiinos pedazos de tabla, como rerrlos v Iiahicndo encontrado
cori quC preparar una vela y un pcq~wÍío ~nüstiI, se r"~nfirlron
a la ~"roviclencia, Ja iiiiica que podía co~ic~dcrics In s;iltici y 1ñ
vida.
Desde que cl capit5n hTontazib;En pudo ociiparsc rIe si ~nismu,
110th qrrc la sangre lc corria cle uira herida quc liabía recibirlo en
la cabeza, Jc lavaron la herida coit orines; Ic iipliearon hila'; quc
Eiabian sacado de srr pañuelo v lc vendaron 1a c:z bcza con uri ~ir:bam
d ropia cswiisü. Lo misino hicieron a tocioi los qui
cl in igualmente Iieridos, y entre tanto, icha n:
x
sin ciescubrir tierra, si11 víveres y sin saber- dónr~c encontrarlos,
Tres c1Ías transcurrierori dc esc niodo, cu;inrlo uiio dc los Mibusteros,
acosado por el I-iainbre y por la scd, bcbiti tanta ama de
mar que nuriii poco despues; los otros soportaroit s ~ i ni31 E S
~~aciencia, pero, cmo hahiari tragiido tanta agita al caer al
e ncon tr: aban medio muertos y cl capit511 hlentanb5ri contrajo una
lidrnpe sía de la que no cur8 sino c1espui.s de silf'rir urias ficbrcs iqterrniricntes
cuartanas que 10 inolestarcin muclici tiempo. Estaba
c ornplc t amente desfigurado: la esplosi6n de Ia pGlr.or;i lc liabia quem
nado ti 3da uri costado, 10s cñheIIos y la cara, y el cstrkpito de esi
exdosi611 causb taI impresihii en todos sus Órganos, que sc Ic vi4
í1 sange por la nariz, por los oídos y por la Lioc:i. como sucede
~r uiifiai iamentc a los hnmF0-1-cleros quc sirvcri cii los huqiac~.
Esos desgraciados no podian ayudarse entre sí, porque todos es-
taban seriarncnte estropeados. Sin embargo, a pesar clcl abatimiento,
que les causaba el Iianibrc cluc sufriair, I'ué iicccsario llegar al cabo
dc Cdrcega (8" y vencer los obscSculos qtze la riatui-akza les oponía
con la barra qtrc hace la cost;i inaccesible. Ellos Ilc~:';irci~i,
bargo, despuí.s clc muchisiinns traliajos; unos de los Iitriiibi-cs f~it a
siii mi-
buscar algo que comer y por suerte encon~rh, eil ti11 estariqric qurt
cI mar ha formado cerca de alli, un criadero de ostr:is. Todos rueroti
al estanque subienrlo la corrieiiie del canal p coii !»S cuchiIIos quk
Tlevaban en las bolsilIos, caíla uiio coiniú ostras coi1 gra~~ :~pctito.
(87) Ronihaxrlsro: swldatln de artilleria dcstiiiado al .;crviciri rlt: lns iiiartcnJs
y las bomliardas. Bombarda: CaAón antiguo de griiesti ~1li1~i.c. 4lort~ro : C:tlidii
pandc para disparar bombas.
(88)' Cabo de COrcegri: E1 pnimontorio quc forina la 1iuiit;i 1115s scptenlrianal
dc ln isln dc Chrcega.

EOLET~N DEL ARCHIVO
Despues c IUC los filibusteros pasaror. dos días en aquel Iugal-, el
rapithn Mon t anbán, i tres grupos para ir a buscar viveres y
E1
kiabitaciones. F4i ~aiilbien lué DOY srr larlo y di6 órdenes de re-mesar
L
-<
1 noche s. la 1; incha; pero n to encc n sino ts man a-
( búfalc rs, que huían según avanz hacia E si, puf 35,
- -
. .
rrgesaron a la lancha, sin haber encontrado ni casas ni vestigios de
scres humanos, En este gran apu vieron obligados a partir al
siguiente dia y dirigirse al- puerto de Ltipez, a sotavento del cabo dc
COrcega, en donde los negros, advertidos por a Jgunos azos que
Ios buques dispararon a su Ilegada, vinieron a traerle: :S y todo
-
10 que les era necesario, como aguardicnre, cuchillos ; y hac
El capitán Montanb5n creía que entre aquellos 1 negra OS
4 cuales la mayor parte le Biabia proporciona[ 10 pro visiones frescas
1 cn los viajes precedentes que había efectuad( 3 por aquellas costas,
. m ,
. . A!.
kabria algunos que lo reconocieran. Y por eso, se airigib a varios y
les dijc que í.1 era e1 capitán Montanbrin y que les rogaba que 1c
dieran víveres; pero aquellos negras, al verlo tan desfigurado no lo
rieron :son que tl queria obligar los a c :so. hI< >n tanbán
les rog 6 que ~dujeran a presencia del F irincipf : Thor nás, hijo
+ m ,
-#-T ---. 3-
LL~-1 iry ur c~ -..,. pin, esperando que &I se acordaria oe los Diaceres que
z
el capitán lcs habIa hecho cxperirnent; negro S cond ujeron a
Montanban y a su gente a casa del príri~i~~~, 1 come1 entonces
a suavj izarse c on nuestros aventureros, y les proporcio naron plátanos,
que so n una especie Re higos más largos que la -m: ino (m:
E1 'mar estado en que se encontraba el capitán Montan b(in hi 20
que el principc ?'hamas no pudiera reconocerlo. Sin emhxr go, con no
-- -1 .
tste príncipe recordaba haberlo visto, bañiindose un día corr cii tapitán,
la cicatriz de un balazo de mosquete que tenia el capitdn en
un mudo, Ic dijo: "Voy muy pronto a saber si tb ercs el apitán
Monta nbrin, y si no Io eres te haré Cortar la cabeza". Entonces Ic
ardeni 1 que ensefiara el musIo, y cuando le vi6 la cicatriz, abrazó al
-.
capitán, lo retuvo cn su casa y a la gente de éste la coloc6 en casa
de los negros con Órdencs de tratarlos bien.
(89 En nut%m país no es necesario advertir 1a rlifcrencia que hay entre plitano
y guineo pus son frutos miiy conncirlos. Pero cscribimris ata nota para las
IE'SO~;LS qlle no Im conozcan.
No hay que confundir nuestro plfitano (hanane) con el plA tano originario
riel Asia Menor y que se usa en Europa como Arbol de combr .a y adc irno en los
paseos públicos. Estos producen una fnrta redoncla y pcqueña. Nuestra 1 pldtano o '
. .
banano, e5 una planta hcrbdcea. vivaz, rie hojas de 2 y S meam ac largo por 0.50
cts. dc ancho y prr#iucc unos racimos enorines, con ciento cir y inAs plA-
Panos c: ada , unc i. Los Iiay de varias clases y muy particirlam .S llamados
-. . - - - -
girineos, qcIr sc --
mmcn crudos.

HISTORIA DE LOS AVENTUREROS.. . 3'
A1
Un tiempo, c 1 princ :ipe lec ; propc
las
piezas
para ponerst I en e: :tudo c Ze pres
el
---
-.
rey padre. Este es un negro grande, bastante blen formada, de
psbxirnamnre cincuenta afi LOS, a 4 quien el prin cipe qi ueria presel i t ar-
.-A- -1
los. El rey los recibib con Loua ~iase de atencir 3nes. --, Y , al saber por e1
capitán que cI rey de Francia, su amo. sostenía la guerra contra los
ingleses y los holandeses, a quienes tl conocía personalmente, y
n contra los aleman 1s espafiaies, que sa. n nacii mes m 5s
~cas que las dos prii el rey manifestó qi ie ese relato le
-a.
-- J---
---l-.L
causaDa placer y se hizo tr7.r ~r1n0 de palma que no es ut.sagi isuasle
Wk* -
de tom lar, con el fin dc be1 ber a 1: a salud del rey de F rancia. El principc
T 'homAs hizo lo misn lo y tc )dos los Eilibusteros, por e rdbn del
rey, sil ;uicroil e1 ejcmplo. Este monarca, muy satisiccho cc relato
qi de acababan de hacerle, prcguntci c6ino sc llamaba t de
--
~"rancra, y al contestarle Montanbsn que sc IIamaha Luis cl ~~ratic,, 1 F
dijo qi le dcscaba que su n i~e iba a sci- bautizado muy bronto,
iicvard el nombre de Luis ancle.
Y hizo, Montanbln, que fue el padrino del ni-? io s'e Y ,i¿p
obligar accrlo 1Iamar así.
A pc~~asconcluida la ceremonia del baiitismo, el princ~pe -1'iiomas
llevir a pascar a Montanl~rin y a su Vntc a las aldeas mAs bonitas
de1 país, lejanas unas de otras como cinco o seis leguas. La mayar
iegrgros, qiie nunca Iiabian visto la orilla del 'm;
me, rariipoco habían visto nunca gente bIan'cí
én man numcro para verlos; unas veces Ies pasaban la mano pur-
~nde qiie su blancura Iuera natural; otros les rascab;
A V 3 UCJOS con un cuchillo: de modo que, a1 obserwar esto cl" prfncik,
Thom; Is, y cc N su int id comenzB a reir y icl
re tirar.
i tretani to, algi uiiua 3uasdias del príncipe TliornAs vinreron a
que h abian llegado varios buqucs al cabo Lbpez; sc preparii.
-- -a-.
en sepida, por orden suya, algunos botes, y Montanbsn, después.
iersc dc o del príncip 301e las gracias por 'todas ,la$.
les y d aciones de ar que rle &1 había recibido, se
embart 16 para ir cor I todos los suyos a1 Cabo LCipez, donde encont
iin buc 1ue poi rtuguCs cuyo comandante era nniigo suyo. Tres ilias d~
-
r m CER.
pnés, Ilegaror, a Thornas, de donde pasaron a Rarbad~~ en L..
huquc ingles cuyo capitdn parecid tan sincero, que Montianbdn a-*
que era cuestión de l~onor para 61 aceptar los ofrecimícntos que ki
capitán inglfs le hacia. Efectivamente este ingles, se portó 'bien, pero
el gcneral Russel retuvo a todos los filibiisteros como prisiofier&dc
guerra, y frie contra su valuntad que se encargcl, en tiempos de una

nr '-
CAPITULO XX
ReLcs'Ara dte la toma de In ciudad de Veramz
W, .Id WQ. q@e; -a
U expedici6n a Ia Veracruz es 'una de las más importante que
hayan redizado hasta ahora por tos filibwiteros, si se tiene en
el valor y la expe-
ems acontecimien-
,tos qye la vpañarpn; y por iiltko 1% grandes ventajas que se ob
tuvieron de ella, No sucedi6 nada en esa empresa que 'no fuera sor-
prendente; nada, por consiguiente, que no merezca ser conocido. La
.. . .
en el rfo Mosquito, una urca (90) y su patache tenian que desembar-
car un cargamento de índigo y, de plata: Este metal tienta más a los
filibu8tem que cualqui~r otra. cosa. Y los dos capitanes esperaban
que ei cargamento estuviera terminado para intervenir. Por ese mis-
*o tigmpo, Van Horn fué a Santo Domingo para efectuar la trata
de negros. .AUi tuvo motivos para quejarse de 10s españoles, pues é-
.06 fe,,reiuviemn sus, negrqs, por ,derecho de represalias, según decían,
pretendiendo que Van Horn los había pillado en otra parte. Sin em-
bargo, no es presumibIe que Van Horn hubiera ido a negociar di,
si 10s españoles hubieran tenido quejas de 61, pero, nunca se tiene
raz6n con esos señores, cuando uno se encuentra en condiciones de
resistir. Ellos no tienen ningún esscrilpulo de emprenderlo todo, sin
qaminar si tienen o no derecho de hacerlo y, cuando no encuentran
razones legitimas, no les faltan pretextos para' usurpar lo .que Ies
3m-~.
. Van Horn, ofendi40 con aquella injusticia los dej6, amenazan-
&los, p-ro los españoles hicieron poco caso de sus amenazas, de las
que, sin embargo* poco tiempo después, sintieron los terribIes efectos.
Van uorn se dirigib a Petit-Goave, donde, habiendo obtenido del
&fiar . de . Poincy, gobernador del pais, una comisihn contra los espa-
(90)' Urca. Vhsc lo ya dicho cn la nota 79 y sobrk'pabache vksc la nota 52.

Goles, proveyb su buque de todo lo qu ic nece citaba para una ~ a n
cmpresa, reunib el mayor número de hs ~rnbres
S que le Eué posiblc y
~ecluró cerca de trescientos hombres de --, Inc ,,,Bs m valientes, entre los
cx~alcs estaba e1 capidn Grammont, que se el ~ba en las misinas
condicienes que las otros filibusteros. Ei cial habi:i sido
arrojado a la costa de Santo Domingo por un huradn; su buque llevaba
cincuenta y dos cafioncs y todo lo quc podia poseer entonces.
Isi lué como Io perdiO todo, menos e1 valor que no lo abandonaba
nunca.
Van Horn sabia que los capitanes Lorenzo y Miguel estaban en
Honduras, acechando la urca que querían apresar. S )argo, de
eso, salid para la bahía de Honduras y sin que lo Su Losanzo
v Miguel, apresó la urcii. Esta no contcnia nada interradl~~c. E1 no se
conmovih por eso, contra la coctumbrc de los filibusteros a quienes
' Ic agrada sicmprc encunirar algo que coger; pero, estaba tan prcocupado
con la ventajosa idea quc sc habia formado de las riquezas
tic la veracruz,' que todo lo dmás no le importaba nada. por otra
parte, no iba 61, al proponer' al capitán Loreiizo un negocio dc m5s
importancia y calmar la amargura del diasm que Ic Iiabia hecho su-
Irir? Volviii, pucs, al Itrgar en que podría encontrarlo. Cuando Lorc:ilzo
vi0 aproximarse la urca se preparó al combritc; pci dli
completamenty sorprendiclo al ver el pabelliin blanco y al 5 ue
c1 buque que acompaiiaba la urca venia de Petit Coave y que Van
Hmn que lo mandaba se 11abia hecho duefio de esa presa.
Lorenzo, irritado con esta acción, dejó a Van Horn sin querer
oirlo; pero Van Horn, que descaba a cualquier precio que iuerrt vengarse
del ultraje que los españoles le habían hecho, no se prcocupú
de su indignacibn. Le sigui6 a Kutin, doiide le explicrj las razones
que tuvo para proceder como lo había hectio y le hizo comprender
que sus intenciones eran buenas, dc tal modo quc Lorenzo, persuadic.lo
ya dc su sinceridad, cnuó con él en la empresa contra la Vcracruz.
Ijcsdc esc momento, proprisieron a1 capitán Grammont, a JunquC y
3 varios otros. Se reuní0 zin corrsejo rcspecto a esto, pero todos fuero11
de opiniiin que se necesitaba mucho mapr niirnero de personiis de
Ias que se tcnian hasta entonces y que era absulutarnsnte necesario
i-(:unir la mayor cantidad de mtinicionn que Iuera - posiblc, a lin de
no tener nccesidrid de nada en el camino, necesidad que siernprc da
lugar a movimientos que hacen descubrir y abortar los pi-opdsitor mejor
concertados.
, El capithn Grammont, que formaba parte del consejo, apoyó cstñ
opinión: "Esta no es, dijo, una de las empresas comunes y cotidianas;
yo creería qiic esta es casi imposible, sin la experiencia, y

DS. ..
de qtrc esos dos buques eran los que esperaaap rnn tanta impaciencia;
que sir1 embargo, los otros k buques
en a11 ba mar y
rio se presentarian sino después c le1 bue
I cmpri esa.
Cuando llegaron a la costa dc la N los filibusteros
desenibarcaron en la antigua ciudad dc que est5 abandonada
y como a dos leguas de la nueva ciudat 3. des^ iués de sorprender
la vigilancia que estaba a orillas del mar r pasar por varios selz-
-
deros desviados, conducidos por algunos esclavos que Iiabian encon-
~ado t m su camino y a quienes habían prometido la ta- I
ron a l la Veracruz una hora antes dc amanecer. Entra -cbrir
las puestas y la matanza rliirh niientras hubo resistencia.
1s 72iE0.\: perdidos ("y), mandados por e1 capitin Lorenzo y que
tenían por abanderado a Carlos Roinel, natural de San Cristóbal,
se apo dcraron de la fortaleza, provista de doce cañones, los malcs
f
nlspararon sobre la ciudad, sin que nadie se opusiera a ello.
Los espafioIcs, despcreados al ruiclo de los cañonazos que disparaban
los Eilibustcros )r por los iro os aue daban los habitantes, no
I
podian distinguir dcsde cv LS, de II .o que se trat SR
al principio aquel ruido a desca ti-ga de ~nosqr ;aron
qi le se daba tina alborada a alguna persona notable de la ciudad
qt le llevara cl nombre dcl santo ciiya fiesta se celebraba ese dia.
'r
J.,as gritos que oían los tomaran por gritos de júbilo de los que ofre-
5 alboradn; por eso, permanecieron tranquilamente e :11 SUS 1 c-
iasta que IIeg6 la Iiora de levantarse; pero entonces £u4 m UY
*grande sti sorpresa, al saber que los filibusteros eran ducfios de Ia
ciuclad.
Irimcdiaramcnte, cada quien corri6 a ñrriiarse, gritando Io quc
ya todos sabiaii muy bícn, que ltis Iadxones estaban en la ciudad, y
fué entonces cuando el Iiorror de 1a matanza, los clamores, la con-
, el dcsbi-den, aurnen taran mis. Sin embargo, Ia tranquilidad
b muy pronto al tumuIto, pues los Silibusteros, al no encontrar
mis nadie qrie lcs Iiiciera resistencia cesaron en sus hostiliclades.
Sus aclvercarios estaban en fuga, hcrirloc, muertos o dcsarmadoc y
los mzis considerables de Ea ciudad se habían rendido. Como el número
de los prisioneros sobrepasaba e1 de los vencedores, se les encerrb
a todos en la iglesia mayor y se colociP en cada puerta tanta
(91) Enfants firrdus (niiios pedidos), Eslc nomhre militar francl5 se da :t
los soldarlos que sc eiivian a los pucstos avanzados y que por lo rcgular son todos
sacrificados. Por exicnsidn se da este nombre al individuo o individuos que se
colman al frente de zin pcli.gro o dc un asunto peli~ro~o.
En cspaiiol se tisa mucho el nomlire clc centinela perdido, en el mismo sen-
tido, y se dice tnmbiZ.n griardirr explorodorn o de recot~ociniiento.

. -
zy&i de krkéii y ,d&o de ~rá@a, porque si se tr&t*i dé %&a, e&
fgir,pyn valdrta w.is' millones de -&dos. Si los filibustet~b huo2eran
hazdo
L. .._ ., pmukmr .- un mes 3iq1ii~ eh aqda ciudad; t hubih cempre. Y -6 ellóJ deseaban serioj frie gecesi-
.$od que &em poda'o+&ramn. para abaniloi la gartidri ,tan
. &idq rico$ p i
'ProJ?tO! - '
" -
Zaqr ,p:ódian temer, por ejempio, todas las *ciar.&--.
t ( e t rAiráid&$ a Ias &neb he un jefe, las que aran. miiy nüme--
'rosFr+, ya se ha &&of vhieran a a&rlas. Pu@jk ser 'bbidn
qin .'no qqh@efim mar complktameri@ la' sudid: &
bhita~ik entekente, con el IB~ ricoo otra otra. did % qhee
robarb cuindo les viniera en gaqas voltre a, p~e. preteindb
de;= hipoteado fodo lo que . perteneu: a los eqafíoI&,. de -,d pi+'
&;que, eupndo pm nis &S& erc@~oB', se ven obi@idos $'r~It@
a empezarn d filibuskrismo, iie les ve, al -&b~ rle al@& m&,
a ~t~da- los in&ese de lo que -diejanui, b~tkndie%:& :que ese
-to de& apbvechqies, cpm si fuerSn' légi&w pmpiewd? -y ., que
el espajiol está obli&a7& a rendirle cum& del usufructo.
Despues & saqueada la Eiudad, los filibusteros no ,p~n&cin '
h~m
que pagar el Mate a los qüe ~ ~ ieh-do a n en ia
iglesia. .$e 1& hiso hab* pm medio d&~n bacerdote apago1 qUe
subi6 al papito. CMI~ aste conotia la impa&rmua de los filibustem,
no les dirigid un lsrgp discpng; les "&o coapren'd~ ai pocaa
palabras que IUS filibi~ims no- qudan qpitarléi '09 la .limtaa.
ni la vida; que ellos hi-ente pe- diné~b, Y &ni6 k lib-d
y la vida son más preciosa$ que d dhem; ,era ~étesariio &helo :a ia
mayor brevedad. si se deseaba conservar uno y &A.
Cqcluído el discurso, & recomd toda la' Aaamble'g para hacer
una niestación general y se obtuvo de esta caridad forzada doieieni
mil escudos, que frieran ,entrega+ inmedii~amene .eñ manos'
Sinl ernbaqo, &tus no a>n~ed@an 'la libeitítd a
.. de m f ~btabs.
. ~aiii:prisionmoti, &o en el nñomento de su partida, qu'e fu& mt2y pon-
.ya se ha hedio notar. La mejor N6m qué pea:? d;u de .
esaE ademPs de las que se rrcabán ¡le alegar1 ,es que 1- tiliburtum.

sabian la llegada de 1ñ escuadra rle Nucva España, conipuesta de
diecisiete buques. Esa escuadra pasii al i de la cle los filibnste-
ros sin atreverse a atacarla. Pero, si el tiera estado c;trLg;rr'Ia de
dinero y que la de los I'iIibusteros, no cseuvicra llcna cle lo mismo,
eso hubiera sido una gran tentación para éstos y no sabemos bien
lo quc hubiera podiclo ocurrir. Esa escuadra de Nueva España 5610
llevaba mercancías y los filibustero5 no Jincen cls ellas mucho caso.
Puede decixse que nunca sc habían encontrado juntos tan va-
lientcc capitanes filibusteros, ni acasi¿~n cn que hubicran ganado
tanto como en esta.
El capitán Grammont no tenia ya nada; y debió enriquecerse.
Los capitanes Lorenzo, Van Horn, Miguel y otros que demostraban
tanta avidez y diligencia para conseguir e3 botin, lo encontraron
mucho mayor que lo que esperaban. Pero, ni unos iii otros pudic-
ron aprovecharse de eso y ya veremos más adelante, el uso que 10s
filibusteros hicieron de tantos tesoros.
Paso ahora a la historia dc los capitanes Lorenzo, Van Horn,
Gramrnont y algunos otros.
CAPITULO XXl
Histo~ia del Ca&iidn Lore?azo
Ya se ha podido conocer el caricter del capitrin Grmrnont por
el discurso que dirigi6 a los filíh~~steros; ahora, taI vez no sea des-
agradable saber, por lo que siguc, cli;íles eran las cualidades de los
capitanes Lorenzo y Van Horn.
E1 capitiin Lorenzo es de alt:i estatura, sin por eso scr inclina-
do hácia adelante; el rostro Scllo sin parecer aferniizario, los cabe-
110s de un rubio dorado, sin llegar a bermeja y un bigote a la espa-
dola que le sienta muy bien: nunca se ha conocido mejor artillero
que 61. Calcula con toda exactitud el lugar donde debe dar una ba-
la de cañhn, así corno también el lugm a que debe alcanzar la bala
de un fusil que 41 dispara. Lorenzo es activo, atrevido y determina-
do. Resolver, emprender, ejecutar, son para el la misma cosa. Es
intrépido en el peligro, pero se impacienta, se encolaiza y blasfe-
ma mticho. Fuera de eso, está siempre perfectamente instruido de
la manera de combatir de los españoles; los conoce .muy bien, porque
estuvo mucho tiempo entre ellos. Siempre lleva a bordo violines y
trompetas con los que se entretiene y divierte a los dernQs, que tam-
bien sienten placer cn ello. AdemAs se distingue entre los Iilibuste-
ros por su cortesía y por su buen gusto. En fin, se ha conquirtado

BOLETÍN DEL ARCHIVO GENERAL DE LA N A C ~ ~ ~ ~
an tan man nombre, que desde que se sabe que C
- ha llegado a algiLn
lu vienen de tor los lados par: a ver i :on sus propios ojos
si forma .do cor no los otros liom brt :s.
- 1
1-1 .
A lene esto cze particular, que, asi filrouscero como es, en otro
*tiempo simi0 a los espaiíoles en el mar contra los mismos filibusteros.
Si hubiera continuado sirviéndoles, él Ies hubiera evitado mu-
Ich os disg ustos y as pérc Iidas y con el ticmp e hubiera po- .
diq do res1 ~onder quc 111 ~biera sncedido. En efecto, , Lorenzo IEe-
1 1 .
XÓ N a las manos varias veces con los iilibusteros oe las islas de Santo
U( minga l, de Ia ,ga y de la Jamaica y después de muchas com-
4.-m l~a~cs cir -- . los que ~nuLa hecho gran cantidad de prisioneros. él mismo
ay6 por fin prisionero. Al verse ei ntre ae pella E
Eor CQnocia
por, .haberlo experimentado el n mucf ias oca
ió quedarse
entre ellos y :a recuperar de la nacihn española tanta o mayor
can tidad .de gen te que la que I-ial~i~ cogido a los fl-anceses. Duran te
CI tiempo que estuvo al servicio de los españoles, estuvo en condicioi~cs
cle conocer sris perEidias y sus crueldacles y deseaba ardientcmente
encontrar Ea opartui~idad de castigarlos por ellas. Por fin se
le presen ocasiGn descada. HabiPncTose unido con Van Horn.
jGIigue1 y capitanes, reaIiz6 varias expediciones cn las que sus
primcros anos sintieron los terribles efectos de su anirnosiclad. Los
espaiíoIes, que lo cons idcrabz in como el azote de las Indias, al saber
que los filibusteros se habian . separado: que unos iban a Ia 'Tortuga,
otros a Jamaica
2 Lore] nzo er; iico cti 3ue m:
cntonces en aqi mares, eilv'iari ios buc Ira pex 'seguir-
1.:-
-- --
L," ,
cir iiulilvrcs tuiiiu t-ii
30. Su buque eslitua riiiiy iircli. equipriuu, ~diiw
municiones de gucrra y dc boca. Navegando por aquelIos inares, 31-
4~anxii a ver clcis buques, que creyti en un principio, fueran de1 capidn
Gramrnont o de algUn otro comandante frai~cés. Pero por fin,
.al aproximarse reconoció que la maniobra era española y que los
~~10s buques eran el almirante y e1 vicealrnirante de los galeones del
i-cy de España, cada uno con sesenta cañones 7 mil quinieiltos Iioinihres.
o el capitAn Lorenzo unía su valor a la prudencia, coin-
Pr muy pronto quc la partida no cra igual y --- quc seria ni5s tc-
~neririad alor esperar aquelIos dos buque s. i-iizc 1, pues 1, lodo
1c posibf evitarIos. Pero viencio que 61 ha bia ad Lo mu-
&o y ~UF:
. rl na
~LIC romr5
para cste encuentro, y el único quc podía tomar, fu6 inspirar n
los suyos la nccesicIad dc defenderse hasta el tíltimo extremo. Eti
vista de esto, y examinando a todos sus hombres para descubrir sus
sentimientos, y dirigiéndose preferentemente a los franceses, les cli-
y* 110 había n-iodo de pocler cvitarIo, -- r _ . ~ ~ ~ ~ ~

jo: "Vosotros ten& ya bastante exneriencik, para no con^^-^ L L 4 L A
1
P -
ligro que corremos y sois demas iado v4 alientc! o. Es necesario
ahora, no perder ticrnpo, - arríes _ - - -,prlo i rse y a .mcar
al mismo tieinpe. El valor, 1; 1 astuc ia, Ia t emeridacl y 1; 1 deses PCracI6n
misma, todo debe usarse en est: 3 ocasi, On: O, si caer nos en tre
-- 1 1-1-
* ---...
las manos de nucstras enemigos, 110 ucvcnros esperar m;'i YUC to-
da clase de infamias y lus mas crueles tormentos y por fin, perder
la vida. Tratemos, pues, de escapcrr o su barbarie; y para eso, es necesar
ir combatir".
E ste discurso Iiizo una gran imprcsi6n cn el esp iiritii de los Mi-
1-
busteros, y e1 capitin Lorenzo, deseando aprovecliar la bucna disposiclbn
en que los veía, irnaginri, para someterlos a la última prucba.
llamar al más intrépido de clIos, y le di6 la orden, en su prcscncia
, de pegar fiiego al pafiel de la pólvora, a 1 a prim era señal
que é 1 hiciera y Ic ordeni 6 con i este objeto quedarse a dos pams dc
allí, siempre atento y con la ruecha encendida. Les hacia comrircrider
con esta resoIuciOn que no había m:ls s:~lvaciÓn que en ~erte
inisma o en su valor, En ese morncnto Liié al centro de ULLLIUC
hacer ui:a ciescarga dc fusilería de uno y otro Eadl u al
ecutado en seguida. DespuCs, Icvantando la voz para ido
idos y cnsciiando con la mano a los enemigos, dijo: "Es necepasar
entre siis buques y disparar vigorosamente sobre ellos.
~~uecrc ser suc cnlpIcara este ~neciio para tcner siempre en jaque a
1
los dc is buqi LICS y tenerlos occipiirlos igualrncntc disparanclo a dercclza
e izqu ie rda, irnpidiéndaIes asi venir a echíirscles encima y aca-
I~arlos por el gran núrncro. De cualq~iier modo que sea, los filibusteros
se metieron entre los dos grrleones y aguantaron al pasar todas
las descargas de sus cañones. Ellos contestaronJcon descargas [le sus
fusiles, que fueron tan sangrientas que, a la primera, los cspnfioles
vieron caer, en uno y otro cle sus galeones, por lo inenos cuarenta
y ach o de szis hombres.
E ,I fucgo continu6 así hasta que un caíionazo vino a dar cn cl
u
uuquc del capitiin Lorcnzo, quien result6 con una herida contusa
cn un muslo, que lo hizo caer al suelo. Pero se IevantO inmediatamente
y al ver a su gente sorprcndicla, grit6 con tono Iirmc: "No
es na4 da". Aquel hombre, m;ls vigoroso y treincndo que nunca, con
SLI pis tala en una mano y su sable en la otra, hizo aIIí cosas quc pu-
- -
dieron verse pero que scrian clil'iciles de describir.
Sin embargo, al ver que el combate se prolongaba e irnpacicnte
por librar a los suyos o perecer, pensii acudir al cañón y dirigir
la puntería 61 mismo, con tan bucna fortuna que el tiro rompi0 cI
palo malor del buque almirante español. No teniendo ya nada que

de este, se ocupó iiniamente del owo, cuyo comandante no
vi6 nunca a llegar al abordaje, demasiado mvencido de que
- de sus enemigos.
. El comandante dapañol se encontrb en un gran apuro, porque
tenía orden expresa de combatir y de apresar al capitln Lorenzo:
lo que 41 no se hubiera atrevido llevar a cabo por 'su propia autoridad,
conociendo el valor de ese capith.
La noticia de esta acción Urcul6 por toda la ata y produjo
efectos muy diferentes en la corte de Francia y en la de España. La
corte de Francia envió al capitán Lorenzo cartas de naturalizacihn
(61 era extranjero) y cartas de gracias, pues 61 habla dado muerte a
Van Hom, en cirknstancias que con& despub. la corte de España
IIam6 al comandante espan01 para que rindiera cuenta de su -
conducta. El se defendid Io mejor que pudo, pero lo estrecharon
bastante sobre lo de que, teniendo tres mil hombres en sus dos b-
ques, equipad& perfectamente, no hubiera abordado y tomado un
buque filibustero, mandado por un hombre que era absolutamente
necesario destruir, porque era la ruina de los sitbditos del rey y el
amo en las costas de las Indias de España; que ahora no se oiría
hablar más que de perdidas, devastaciones, saqueos y desolau6n
en esas mismas cotas, de todo lo cual tenia que responder. El m-
mandante español respondió con su cabeza, p u ~ le cortaron el
El capitán LoiC'nzo pudo evitar ese peligro, pero poco tiempo
despues se vi6 en otro, del que pudo salir aiin con alguna ventaja.
Como dl no podla permanecer ocioso, se fue a b casta de Cartagena,
con el fin de realiza alguna presa y para ese efecto, se juntb con
los capitanes MigueI, JunquC, le Sage y Braha.
Sin embargo, como las españoles lo miraban como su enemigo
principal y se imaginaban que desmiyendo a Lorenzo desmiian a
todos los filibusteros juntos, no lo perdian de vista. ,La gente de
Cartagena, al conocer el designio del filibustero, armaron a sus ex-
pensas dos buques de treinta y seis a treinta y ocho cañones y de tres
a cuatrocientos hombres, a los que agregaron otra embarcacii"in de
seis cafiones y noventa hombres.
Despues de tomar todas estas 'medidas, creyeron que por esta
en sus esppanzas.
1 1
1
.1
. ;

Los españoles, al salir clel pllrrtn de Cartagcna, hicieron runibo
a Ia bahia de Seinc, que est; avento de Cartagena, donde
ellos fiabian visto aparecer los avcn crircros. Los cricontraron allí torlavia
y quedaron sorprendidos c es may cir nijxnero de buqutns
de los que se habian imaginado i~tonces retirarse. Pcro
cl capitán Lorenzo no Ics di6 tiempo a ello: se les adelantó y des-
pués de rin combate de ocho horas, apresó el buque alnrirante )#
faIt6 poco para que realtrdra el abordaje dcl viccalinirante. No pcrdi6
en ese combate sino veinte hombrcs entre rnwcrtos y heridos,
y se supo despues que la perdida. de los españoles había sido mudm
tnás considerable, pero sin poder clecir precisatneiite en qué consisrían
sus pérdidas, pues a los españoles no les faltan nunca expedientes
para ocuItar las pérdidas que han sufrido,
Entonces, abandonando otro de los buques españoles al capitsin
Junqut, que lo habia apresado, cl capitán Lorenzo hizo rumbo sobre
el almirante; pero el buque se encallb poco después y los prisioneras
se fugarcin. Desencallar aquel buque costii grandis imo trabajo. .
Despues de esta expcdici6n, Ios capitanes Lorenzo y Miguel
convinieron en una sociedad para todas las prcsas que hicieran y se
dieron cita, para que, en caso de separación, ya por tempestad o
1'0' cualquiera otra causa, encontrarse en la isla de Rot6n en I;ic
costas de Honduras. El capitán Miguel lIegÓ a111 antes que e1 capit;in
Lorenzo, quien durante c ~ viaje i había aprcsado un buquc dc
catorce canones, cargado de quinina y dc cuarenta y siete libras dc
oro. Esta presa se realizh durante la noclie sin quc se dispararan
más de dos tiros de fusil. Además dc eso, encontrd a los espaEoleri
que habian apresado un buque inglés y lo conducían a In Habana:
y habiéndole vuelto a coger Lorenzo, lo devolvib a la tripulacióii
inglesa, la que le testirnoni6 su reconocimiento por haberla rescatado.
El capitin Miguel, que se habia separado de Lorenzo la vispcra
en la noche, quedO muy adiliirado al verlo llegar con aquel buque,
tan rápidamente a presado a unos y restituido a los otros. .
Antes de emprender nuevas emprcsas Lorenzo se dirigi4 con
cien hombres solamente, a la costa de Santo Damilige, para que- el
gobernador regularizase sus presas y le renoIfara su comisi6n, la cual
Iiabia expirado ya. El dcjb el mando de sii buque al capidn Broriage
duran te su ausencia.
& bueno consignar aquí, que frecuentcinerite, cuando los filibusteros
Iiacen declarar cl botín como "buella presa" sí110 lJcnan uri
acto de pura formalidad, pues muy a menudo, ya han dispuesto dc
El y han establecido por si mismos las valoraciones y reservado la
parte del gobernador, de bucna £6, y como si 61 estuviera preientc.

~bc ,a encoríqqr .ál gobetipdor
3 reprtg, o;] comandante L relata &o que
e@ uh estado de .la' pksa y le hace &$ente que fué
10s Wtes de validez de la comisi6n. TO&-.~W se
. toda cortesh. h. gobernador examina la nv~a y
4s o menos, del valor in juego. E! r e se divide
n e corno ya lo he explicado.
CAPITULO XXII
I@cidihtes +.- -- que mcedieron

HISTORIA DE LOS AVENT
para Ia reunibn general tlc los EiIibusteros que panarlo
cn una empresa importantisinia rjuc 61 Iiabia LuriLciL~iLru LVII ellos.
El capitfin Miguel se contciich con hacer lscs ~LIC
61 no les tcrnin y sc Su& innicrliatariicnte glarerrri
para rq~auñi. su buquc que bicri lo necesiraua. r.1 c;ili~c;~ii nronagc,
que no estaba n-icnos descoso rIe partir, liizo iwta Iitic-in 1;~ Tortille,
pero a la altura de las Re~.muclas reciFrirJ uri vciitciri-hii tan luertc
Y
si
iesiirbolh completarriente. Esta clesgr:ici;i
isla de Saii~t Thoriias, habitada por lo?
igd 3 4 :Ietcncitos
del rey di L.
r *
Tiina~narca, qiiicn poco después ccrlirj los descciir):i qi~c rcrli;i a csa
.la al elector clc Brandeburgo.
Esta isla sCiZo dista de Santa Cruz siete 1egu;is; ticnc tlria bucri;i
iirtalez: i y un bucn puerto. 1'1 cztpitrin Bronagc y sil 1
iicn red cibidoc por e1 gobernador, quien sabia qzrc 1 5
llevaban siempre mucho oro y pl:tta. Sin embargo, 61 los prwó rlcl
lescate del obispo cle qrie Iieinos lzahlacio y envi6 ;r1 ~irchdo a D
Rico, que estri distante de esta isla como cuatro o cinco Fcguas. Aclr:t~ác
clc eso, les vendi6 mrisiino los mastiles, por los tcn ian uri: a
~ecesidad imperiosa de eso y no podian tomarlc tra par .te. Est c
F
f
.h* -A-.
r clel gobcrnaclor tlcsa~rarl6 mucho a Eos aventurercla. IJL-III
estaban en condiciones dc quejarse. rnuchu por eso.
Hemos visto ya Ia vida del capitdn Lorenzo. u~ii algur~os iiicic
~LIC ocurrieron a siis asaciaclas. Veamos ahur:i, la del capirin
F .im, con alg-iinas p:irticirIaridadcs que concici-nen al cripitiri
C f rzznlm y la vuelta tlc los lilibusteros cargados con cl botiii
L raído 1 !facruz.
Van Horn tenía cl n1sii.o inorcno, era de pcqiieña estatui.:t y
i~o parccia ni hicn ni mal lormaclo. Pero todo eso iio significa nada,
pucs iio se iuzna a los tioi~ibres por cl aierpo, sino por su cardctcr:
S apaz c ii~teligciite para ni 11
t ~r, pues era ~nuy biicn pila II
r exam naba con mucha reFlcxiiiii todas las crrcuri?xrrricias quc ac-
F iian pr ~eceder o scguir una cmprcsa y los inctlios para conscgirirlo;
.-m ,.-m
C L uuc ~ nunca proponia nada sin tener la sccruridad del buen
ixito y 3 de e110 es la expcdicihil a Vera la cu: 1-
reg6 a amcnte y la cual tuvo un éxito i to. Fur
O
en un combatc que sostuvo contra el. capitfiri Loi-crixo, con matrvo

888
BOLET~N DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACI~N
tie un disgusto dcl nial no se Iia sabido,nada importante, sino que un
ingles inforil1ú a Lorenzo que Van Horn habia proferido palabras
ofensivas contra el, "Sostendrás tú cse?", le dijo en seguida Lorenzo
:iE inglés. "Si'" contest6 éste con tono firme, pm ues est; aba seguro cic
lo que había clicfia. "Vamos pues, repIicci Lo renzo y saliendo en
seguida £116 a encontrar a Van Horn, acompañado dcl inglés, para
repetir en presencia dcl uno y del otro el relato de Io que acababa
cle saber. Van Horn lo negh pero el inglés lo sostuvo. Sin oír mhs
I I ada, Li Drenzo sacO su cspada y dijo: "Esta es la que va a ve e U
ci e la in juria que rnc has I-iccho". Van Horn tiró también d' !-
1" ada y Lorenzo le infirib una herida en e1 brazo de Ia'cual mun6
1.1 kinricir ico días después.
rn r
dc dijo, sin embargo, que Iri herida no era mortal, riero aue fué
r&niidada. El airc ambiente viciado que reinaba sob a
cntrd por rnuclici en qtie la herida se inkclara y coi1 1
iiiuene. por el gran número de esclavos que los aventurcrol 1
a bordo de sus hiiqrics y porque la extremada escasez que h e
viveres, ocasionó ir na epidemia contagiosa que hizo morir la rriaywr
parte de los esclavos y aún de los mismos iivcntureros.
Volviendo a Van Horn diré quc durante algún tiempo fu& mar
como era muy econ6mico llegh a reunir dosc ien tos escudos,
C arincro quc habia hecI~o lo mismo, se unió a 61 t;
ante en
iirnlstad como en in lcrcses y se ftieron juntos a Francia para obtener
u ina cor y efectuar el corso. Van Horn, mris vivo y mis intri-
~ ~ L I LYUC C ZL utroI CO~~I-O un buque pequeno. que equin6 con veiii-
~icuatro o treinta hornhrcs bien armad os :paró s ztcacirjn
a la manera de los pcscadores para mejo ar sus ios. Con
esta tripulación, a tac6 a los liolandeses y les hizo varias presas, que
vendi6 como pudo. Firc en seguida a Ostcnclc, dondc cornpr6 un
l~uquc de gucrra y volvio a comcnzar sus corsos y stis presas con
tanto hito que nl -cabo de algunos años se encontrij sicndo jefe dc
r i na pequeña c.scuarlra.
\fii.ndose y s su ficien tcmente luerrc, ernprcndiri cosas mayoi-cs
que las que nunca Jiabia realizado, sin guardar consideración a Tiaclie,
fuera amigo o cnernigo, scgún su capriclio y según d lugar en
que se encontraba, o la ocasibn que sc presentara y el provecho qire
c-ncontraria al realixarla. Desliirnbrado coii su Euei~a lortuna, ataca-
1 ia indi stintamente todo lo que se encontraba en su camino. Enso-
1 >erbeci, do hasta cl exceso, hacia insolentcrnenti r bajar el pabelI6n a
S-.
Ici r~rdyor parte de los buques que encontraba, --- LUII ~xcepcihn -- de los
clel rey dc Francia. Y aún más, olviclanclo que el tiempo de su coinisi6n
estaba ya vencido, Ikgb a insultar a los mismos franceses.

I
KTSTORTA DE LOS ~vENTUEU~ROS . . .
La cosa lleg6 a tal extremo, que el Sr. GEstrfes recibid ordc ít
~.orte de arrestarlo y &te enviri contra 61 u11 buque. Desde c n
Horn lo cIivisCi, hizo lo posible por escapar, porque sil biquc tia
un buen velero, pero el que lo perseguía, era mejor velero quc el
suyo y muy pronto lo alcanz0.
Van Horn, al ver que no era posible evitar cl combate y conociendo
con quien tenía que habkrseIas, tratb de 1Iepr a un arregle.
En vista de esto, baj6 a su lancha con algiinos dc sus hombres y Eué
ri encontrar al comandante del buquc que Eo había perseguido, cte.
yendo que aquel se conmovería con el honor que se le hacia. Aquel
oficial le comunic6 que tenia orden del rey de conducirlo a Franc-ia.
Van Horn respondi6 que estaba sorprendido rle esa orden, puest
63, Van E-lorn, nunca habia hecho nada contra la voliintacl
4 , ni contra su deber, cuando había tenido que hacer con al-
~UHV ~nargado de la comisibn de Francia. Qiie si 61 habia cmrileado
Ia fuerza, habia sido contra aquellos que, so pretexte rle ñ-
dos de Francia y bajo su p;ibellhn, tratahan cie escnpárselcs. a
pesar de todas Ias razones quc pudo alegar, el capitan persistih
siempre en dccir qiie sus 6rdenes eran precisas y que no podía prescindir
de Ilevarlo a Monsieur d'EstrCec, quien, sin duda, le liciria
justicia, si, como decía Van Horn, él no hahia hcclio nada contra
Francia.
Van Horn, al ver que, crcctivamcnte iban a levar anclas para
Ilevrirselo, exdam&, arrebataclo dc cólcra y mirando a la cara al CQinatidante:
";qué pretendéis hacer? Crceis, acaso, que mis hombres
dejarán que me lleven asi, a su vista, sin combatir? Debeis saber
que esos individuos son todos hombres de valor y de ejecución, principalmente
mi teniente, y que ellos afroritarári los mhs grandes pelivps
y no temerán Ia muerte".
El capitin comprendi6 inmediatamente, por el aspecto dcterminado
de los filibusteros, Ia verdad de lo que le decía Van Horn, y
como éI no tenia hrdcncs expresas de arriesgar nada ni de hacer uso
de las armas del rey contra tales armadores, tom6 cl partido, m;ls
jmr politia quc por cixalquicr otro motivo, dc dejarlo en libertad.
Al escapar Van Horn de aquel peligro, y al tcncr mnocimienro
de que una parte de los galeones del rey dc Espana esperaban en
Puerto Rico una ocasirin favorable de una escolta para partir, hizo
iumbo para aquel lado, y entró aI puerto a son de trompetas e hizo
saber al gobernador que venís a ofrecer rus servicios y su esctiadra
para escoltar a los galeones.
El gobernador, que sabia muy bien de qué mancra habia procedido
él, tanto rcspccto de los holandeses que por lo que concierne

CAPITULO XXIV
' * .-
Pul'ticularidnties jue se refieren - al capitcin Gramm'ont, y' el regresa
de ZDS filibwteros enca~gado3.
de2 botz'a de Vermz.
Si no hubiera sido por un Caso imprevisto, Van Hoin'no hubie-
ra sido el tínico en perecer despues de la expedicih de ~éra&~t.

En efecto, los filibusteros que se encontraban llvi penuria aliso-
Irita, cuando divisaron uri buque cargada de harin a quc salia de
1 1 1 Veracruz, quc cayr', entrc sus manos. sin lo C L ~ A . b..os 011, no litibieran
ir a apresarlo, put :S habi
na; est a foritr ina int :Sles
proporcionó la ! mane
ir y d c cont inunr 1 su
El caplthn Gramrnont era quien los comandaba entonces, porrrue
Van Horn aI morir, Ie habia dejado el rnanclo de su buque, esto
que su hijo pudiera hacerse cargo de eso. GI nt, abrucon
la Frdizla de Van SIorn a quien queria y iba, dcjO
sscapar, en el primer inomento de su dolor, algunas palabras contra
Lorenzo. Un avcntilrero, amigo de éste se arrojó al mar y a nado fue
;i contarselo a hrenzo.
Previendo quc los aventureros iban, con e1 pretexto de este incidente,
a tomar partirlo unos contra otros y dcspedazarsc, Graminont
; aparejó dicictido qiic era más a propósito reservar tantos horntires
Y alientes para dcslracerse de sus enemigos comunes. En pocas
* -
palabras, él 5610 pensh en marcharse con toda su gente, cargados con
riI botín que habicin apres ado en la cxpedicibn de Veracruz.
Habiéndose provisto i de a2g1 mas provisiones frescas en el cayo
,lfoh.er (0 . " . Taula de las Mujercs" amada a caus a de q. uc
los esF al principie de la conquis as Indias, dej aban a Ili
. - . - .
:i sus niujcirs para perseguir a SIR encrriiav~,, cl capítán Grammont
sc hizo a la vela y trat6 de una manera decorosa al capitán español
clue mandaba el buque cargado dc harina, del quc Ia casualidad lo
hecho dueño; y clespuCs de haber cogido los víveres y todo lo
no mis, cogió adernris 10s dos gavia5 y no Ic de36 inAs
*.*ln iris vcias bajas para que Pudicra llegar a1 psiiner puerto de soo.
Y lo hizo así por temor de que ese bwquc co, miera al lado
,,,,,,,,o v fuen a advertir a los españoles del lups clondc se encon-
J
d
ti-a han i los al
D
ros.
a prudente retirada, Gramniont prepar6 su pa-
para ciirigirsc a Peti t Goave; Ilegh al1i con toda felicidad, pero
ache no tuvo la rnjstna suerte, pucs se ~Iesvii, dcl camino rec-
se encontró con las armaríillas (")que Jo persiguieron Y los
xreros que iban cm él, se vieron obligados a entrar en m-
se salvaron con la oscuriclñd de la noche en número ( le novt m-
ta hombres, :, a decir vcrdad, pidieron llevarse todo su dine-
--
(92) Debe ser cajbo 11iiijc.r~~
o Jauln de las Mujeres, como se ha dicho arriba. .
(93) Arrnadilla: dilnfnutivo dc orrnada. Escwnclra pequefía quc España cn-
viaba a siis colonias de America para protejerlas miiy particiilannenrc de 1m
filibmteros y bucaneros y para inip~lir que los Iiuques extranjeros realizarnn
rnmercio con ellas.

392 BOLET~N DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACION
rc i, pero no 10s esclavos ni las rnercancias quc tuvicron que abandci-
11, ar. Coi n esa lancha llegaron al cabo r2c San .iiitciiiiri y de allí a
. - - . - -
Tama~ca, , en -- "-iques nL ingleses.
iueno 3
cllos Ila,.,,..L míin 11 -n buen botín, cs decir, que traen iiiuclie dinero rlc
$1 irsiones i, van con prckrencia a Jamaica o a 1:i isla cle Santo
D 3 grie a cualqu ierrr otra partc, porque elicxicnrraii en esos
~IQS lugares una libertad absoluta Y todo lo que pucrlc satisfacer su
libertinaje. Citando ellos llegan a Jamaica van sicnipre con sus vnt
iclos destrozados, los rostros p;ilidos, flacos, cles f ígirados. Pero nadie
cc dl etiene a examirinr cl desorcleri de su cxtcricir sino Ias riqiirz;is
que traen.
T-qos .L U% estaban encantados de asombro al coni~rripIai- a unos GII-ados
cc ~n fa^ cos [le dinero cn las hombros o cri la cabeza:
e,.-. 11-
(i~rvs iwevando a ld l-malda o entrc los brazos todo lo que un honi-
-1 -- --
b rc pue( de cargar. Ca da uiic i cstaha conterito dc la Ilegarki de los ii- .
li bustert is y se ingeni i6, segi in su talento y su pr-ol'csitit~, la manera
-. - . - - - . de apruvccharse de aquel liotin, muy particularriiciitc: los cornerciailtcs
y los taberneros, las mujeres y los jrigado~+cs.
Hicieron su primera visita a los taberi~eros, rlonclc todo era alcgria;
primero sc lcs sirvih lo iitil a su aIirncritaci8n y a su restablccimiente
y tan pronta como se encontraron rcs~ablecidos, pasaron
d c Io ne cesario a lo superfluo. Todo eran mcs;is c::li.:;nrIns dc II OS man
ares y 4
Le j Ando
1 Es E Iiaccr notar quc los lilihustcros cluc liari liccha lo rlirc.
: F,
,
j; :le los vinos mAs deliciosos. El ardor dcl iiI)crr.iiiajc d ,-
1
, .
1 se sentir en cada cabeza, Iiacia que los vasos saltaran cn el aire :a
bastonazos y los jarros y fuentes mezclados confusartientc con el vino
y los pedazos de vidrio, hicieron clcgcnerar el Ecsi-in cn una cr5pula
a ;a, en la que la prolusión y el clesperclicio teir ian mayor parti
el placer.
~~pnos, cansados de este cgtl1lci.o de vida, Ftici-on a las casas clc
comercio y escogieron bucnar; telas cmn Iris que se lzici~ron preparaivcstidos
magníficos: todo sc volvi6 nrIori~os y tcrciopc2os bordados
con hilos de oro y dc plata. En ese cstacls Ezici-on ;t visitar Iñs damas
galailtcs y dc aEIi a las asas de juqo y en poco tieinpo, se vicrciri
rcdaicidos a la nada. Salieron de Ianiaica coma l-iabi;ii~ ezttrñclo, coii
excepción del dinero, qiic ya no Io tenían; p;irciciün tan abatidos y
extentrados a causa dc sus libertinxjcs y cic s ~ ;il,irlidancia, i
como lci
1. estado por el hambre y las fatigas dc ? i-crins.
ando se Ies pregunta que placer expcri 1 en gastar cn
t .an pot :o tiempo y con tanta prodigalidad las rirluczas qtic reuncri
:on tan
m,. --.-
nuestro des-
c itci trabajo y peligros, os responden ii~l;ciiiianicnte: 'Txppucstus,
LWIIEO estamos siempre, a iina infinidad dc l-idig~os,

HISTORIA DE LOS AVENTUREROS. . . 393
tino es bastante diferente del de Ios otros hornbrcs. Hoy estamos vivos,
mañana muertos, {qué nos importa, pues, acaparar y economi-
~ar? A nosotros no nos importa inri5 que cl día quc vivimos y no nos
ocuparnos dcl día que tendremos que vivir. Todo titiestro cuidado
consiste más bien en pasar la vida que en ahorrar para conservarla.
ContinuacfOn de lo qqse otilrri0 a los fi1ibustero.s cn !OS niíos
1685, 16x6, 1658 y 1690.
En el año 1683, 10s fiIibiistcros entraron e11 el ,9.Se1* del Sur v4)
y realizaron algunos desembarcas cn la costa, pero, siis guardias Irm
:raicionaron y cayeron en iina emboscada cle Eiidios, que se habían
levantado ei-i armas cri varios puntos. Los indios mataron gran nUmero
de fiIibiistcros y persiguieron al resto tan cir: cerca, que &tos
se vieron obligados a rembarcarsc, .si11 tcner tiempo siquiera de
hacer aguada y proveerse dc vivercs. Por fin, la escuadra que el virrey
del Perú había enviado para perseguirlos, estableciú un crucero
entre Lima y PanamA, y los aventureros se vieron abiipdos a
alejarse de la costa y a dejar el comercio libre entrr aquellas dos
cíiidades.
Los que sc adelantaron Iiasta Campcche no Iucron m63 afortunados.
Habían desembarcado mil honibres para ir a sorprender la
ciudad cle Mérida, en Ta provincia dc Yucatin. Los españoles enviaion
inmediatametite allí setecientos honibrcs y tomaron tan bien sus
inedidas, quc pusieron aquella plaza en condicioiies de no tener 112da
que temcr. Algilin tiempo clcspu&s, el gobernador dc Panamá envici
dos buqucs a perseguir ñ los avcntiireros, y esas brrques apresaron
cuatro naves que esperaban 10s lilihusteros en la costa de una
isla cercana, donde ellos Iiabian descnibarcado para hacer aguada,
Los esparioIcs pretendían liacerlos perecer cn aquel lugar por falta
ile viveres. Sin embargo, los filibusreroc, tan ingetziosos como valien-
1 les, pudieran escapar a la vigilancia de siis enemigos.
I
En el año 1686, fueron rnhs afortunados. Habiendo desemhñi--
cada en los alrededores de Cartagena, apresaron iin carro de mer-
cancías valiosisimas que conducían en ét y se fnternaroi-i clespuCs
sin ruido en d 'pais, y pillaron lus arrabales de aqzzella ciuchd. Cns
(94) Alar del Sur: Vasco NUñcz dc Rallmn, (1csciibrirIor clc este mar. fué
quien le di6 el nombre y así se le llarn6 cii los primeros liempns dac la conquiq-
ta; peso Magallñncs, que en larga travcsia qiic ren1iz6 cn CI no sintiil bomms
iii ternpestadcs lo llam6 Flor Pncijicu, 3fuclio despiiCs Ee le di6 tamliidn eI mm-
Iire de Gran Oceano al Ortano Pacifico, por sit gran extcnsidn.

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394 EOI,ET~N DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIQN
Iiabitantes dr la ciudad Ic :S eiitrc una ca .II tidad dcrn:isiado considei-able
dc dinero, por c 4 temo ue Inct rndiara .n sus casas. Los
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iiventurcros sc pusieron tan engreiaos E~C OI~ULID, al verse dueños dc
tan rico .botin, qw no puclicron repartirlo sin pan querella, cosa
contraria a sus cos~umbrcs ordinarias; y habrian lIegado a las ma-
XIOS, s llo~ no ra propuesto .sse a l o que dijera
ri de Fa $7, :i cloncle I a xanj ar sus di-
I'eren cias.
.En el año 1688, .~III individuo pir~icular quc venia de aquellos
países, donde hacia poco tiempo lia bia ganado una fort~ina considerable,
recibirí en su buque a trecc bucaneros para lIevarlos , de pa [so,
iq".irna 'isla adande querian ir y quc se encontraba en srr ca mino. Al-
.*nos dilis clcspub, divisú uri buquc ( rra ostendes que se dirigía
hacia- 61. Sc. atem~rizó ñ tal extri rc no pudo hacer otra
cosa sin? deplorar su .mala suerte, de vcrse prúximo a perder en un
,rito lo m le -había costado tan1 to trab ajo adquirir.
,m. $rece bucaneros que se enlret enian jugando, al escuchar a
este Iinrnbrc +que sc lamentaba de cse modo, quisieron saber el moiho
lds esa rlesoIaci6n tan inopinada, y, a1 ver e1 buque que venia
hacia .clIds, rli?eroii a sa bziespccl que no se asustara, qitc se ocunara
unicztmelitci cn prepararles una buena coinid a, pues ellos Parian
en clc1endt:rlo tan bieri, c~uc nadi e sino ellos mismos vendr ian
i6tscla. :
,m el'et:to, sc pusicron en estado de defensa e hicieron bajar a
.ia .noriega a todos aquel Ios que pudieran estor barles. Coinenzaron
entonces .el combatc con iina descarga de trecc tiros que mataron
ireccl.enerniqos y rsa operación Ia repitieron pur dos veces mas, sin
1,m S011 3 homlirc, - niataron cn tres riescar nueve eses.
-EIlc ts se hubicrati Ilccho dueries del 2: pañol ( lUP
-
1 , .
~nciaba, aE vcr qrlc sc las 11ahi;i con .filibustcros, no se hubiera
do. .
Ina .victoria ;!lcanzada .tan :i prophsito causi~ una alegría tan
c 211 iridividiio particular ducfio del buquc, que hubiera entre-
Con el rncjnr gusto la mayor parte cLc lo que había ganado, con
tal. :dc 1 :salvar el resto. Por eso agasajú ~nuy bien a sus bucaneros, no
ente con una comida, como cllos lo había11 pcdido. sino ramhacic~~do
10s gastos, diirante codo e1 viaje, que no fuC sino gozo
ifusirin de aguardiente y de todo lo que poclia convenir a los
S libertadores.
Pranscurrih niis de un año sin que se si npiera nada importante
S aventiiaeros y filibusteros, pero, en el año tf i90, hqr. de Cus-
"
1 .,rih, 'g$i-obeinador del rey en la costa de banto Domingo, reunió

prbximamcnte mil h0rnbr.c "arte filibiisteros y partc habitantes
del departamento del cabo puerto de Para, realiai) una expcdíción
contra Ia ciudaci d iaga de los Cabatlerns, sitilada a1
tiorte, casi al centro de esta isIa y acampando cn un lugar Elarn~dc>
Sabana d'Ogna-lg~essa (U", forrnh su pequeíio ejCrcito en batalIa y
present6 combate al gobernador espafiol, quien se retirii en ves dc
defenderse. . . *
Los filibusteros que tuvieron c!e este modo cl paso libre, avanzaran
sin ocuparse de rnAs nacla, v se vieron atacad tres mil
españoles, a media legua de la ciudad, en un desEiIa 1 que 6stos
se habían emboscado. El Señor dc Cussy, a quiell JL~:, pías habían
advertido, lejos rlc intimidarsc, marchb hacia el enemigo. cn
tan buen orden y con tal resoluci0n, que los obligh a retirarse huyendo
por todos Iados en .: los bosl qws, cclespuCs de Iiaber abandonado
inAs d~ e mil bajas en el ca .rnpo.
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. ,
Esta victoria sólo le cosrci corno cuarenta hoinbrcs y dos oficiales
subalternos, y como no encontró ningúh otro obsüiculo se di6
~ió rectalmente a la ciudacl de Santiago, la que los FiIibusteros.:pilIar
U
ron y qucmaroii, con excepcihn de las iglesias, que Mr.. de Cucsy Ics
había recomendado expresaiiieiitc.
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Despues de csta expedici6n. los aven turerds volvieron a la ' costa
con su botín, donde llegaron en el mismo momento aEgulrds índios
caribes. que son los antiguos Iiahitantes natiirnles dc &os lu"
+ . . . I
gires.
Esos caribes venían de la isla de San Vicente. ;t treiriia,-leguas
a barlovento de la Martinica, para cambiar cotorras, gallina's, fnitas,
cestos de junco que soportan el agua y una canúdad db COSA
de esa clase, con las que nuestros habitantes se acomodan rniir'bien.
os franctiscs llegados ii este pais, se sorprcndicrun ;i1 ., . verlos
etaniente desnudos, tanto los hombres como las mujeres, y pintados
dc un rojo oscuro que se llama rnumt, (9; ésta geitnte'&l'o ile:
va un pcclueño pedazo de tela amarrado a la cinti~i-a qw lbs ci~bri
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(95) Parcce que este nonifiri: de Sabatl~ dnO,pa Igra.rsn y la fecha cEe.
incursión cst:in equivocados. La invasihn dirigirla por \Ir. cEe Cuscy co;itra S
tiap dc los Cabalieros se v~sific6 cn fecha' 6 cle Jiilio tle 1689. Antcs de esa 6
ca Santiago Iiabia sido destruirla otras dos vcccs: cn lfi51) llegaron 104 filitiiisteroi
cl. Vierncs Santa, por la noclic y la pillaron Il;.v;lntlosc Itnsia Iau cainl-i:irilis, urnamentns
v vasos sag-;itlos rlc las i5lcsias. La ~cyiinrla invasiún SP efectl~d. cn 167.3
por orrleil de1 gobernador cic la 'I'ortu?, hlr. D'Ogcrlin; poco rlesprifs cl 21 dc
Encro cle 1691, di:t domingo, cirvieron sil r!esqriitc los. rloininico-esl-iriir3!c~. .cn. la
dlebre hatalla de SaOann EpaE o (le la 1,imnnnrin; cn cll;i pcreciemn hlr. t\c Cziscv.
Mr. dc 1;rniiquesnay y rniiclios otros jdcs y oficiales dc las tropas franwsas. ."
Desclc cs:i Eccha sc ernpcz6 a cc1cbr;ir cl 21 [le Enero comri Licsta' rlc la Virgen
rle la Alragacia.
(96) Roucou o TOCOTL es nuestra bija llamada también ochiolc; Arhol de A
rica cuyo fruto da una tinLum roja con la que dan colar a las com'idcis.

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por delante. Sus cabelIos estaban divididos de una oreja a otra; los
1r1 [e Ia p; arte de Ian tera cortados a cierta longituci y descendienclo has-
& a mitai 3 de la 1 frente !, y los de parte de atris en forma de trenzas y
1i evan tac que formaba un copete o inoilio en Ia parte postcrioi.
4 [e la a blucl~os de ellos teiiían collares de cristal y de vidrios
1- J:L- .tic UILCiCIILcU coIores. Dos de los mas distinguidos llevaban rIn ae-
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HISTORIA DE LOS AVENTUREROS. . . 397
El lcctnr no debe suponer quc ac: ~ui se te~rnii~an las aventuras
aliei~tel
ite vei
.+
.- 4.-
de todos aquellos gloriosos y v S capitanes. Duran R te
;iños mis, los vi combatir a Ins cspanolcc y cstrccliarlos Srii 111i~cri-
cnrdia.
Me falta, pues, cscribir la vida dc numerosos filíbusteros, todos
sedientos de peligros y de glorias; y eslicro quc, al relatar las proc-
li;l~, casi incrcibles CIC htor~iín,
sc encontrar5 el interks, que un tes-
tigo sincero y iicI intenta estampar en cstas piiginas, sin adornarlo
coti los adornos dr. la irnaginacib?, qur csdn siempre por debajo
rlt: los encantos (le la vcrdad.