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Serie Filosofia Española Vol 10_1999.pdf - Universidad de Navarra

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74 Tomás <strong>de</strong> Mercado<br />

sin embargo, un predicamento "como todos opinan" sólo se verifica<br />

<strong>de</strong> otro acci<strong>de</strong>ntalmente. Luego aquellas predicaciones, y todas<br />

las esenciales, no pue<strong>de</strong>n juzgarse <strong>de</strong>nominativas. Más aún "lo<br />

cual yo opino", ni el propio, como "risible", se predica <strong>de</strong>nominativamente,<br />

ni una predicación tan intrínseca y <strong>de</strong> por sí será juzgada<br />

alguna vez por mí como <strong>de</strong>nominativa. Pero si alguien extendiera<br />

la predicación <strong>de</strong>nominativa a toda la acci<strong>de</strong>ntal (lo cual no<br />

me repugna mucho), sin embargo, <strong>de</strong> ningún modo <strong>de</strong>be exten<strong>de</strong>rla<br />

hasta las [predicaciones] esenciales. De lo cual ciertamente<br />

se inferiría nuestra <strong>de</strong>finición más clara y exacta.<br />

Si este texto tiene verdad<br />

En primer lugar, contra la división <strong>de</strong> este capítulo: los análogos<br />

no son otro <strong>de</strong> estos miembros (ya que entre los unívocos y los<br />

equívocos se ponen como un medio); luego la división es insuficiente.<br />

Se confirma: los <strong>de</strong>nominativos, como "blanco", "sabio",<br />

"justo", son unívocos, pues se dicen unívocamente <strong>de</strong> los inferiores,<br />

y la razón <strong>de</strong> la substancia acomodada a los nombres es para<br />

ellos la misma, a saber, la sabiduría y la justicia. Se confirma, en<br />

segundo lugar: ninguno aparece como el dividido <strong>de</strong> esta división,<br />

pero tampoco pue<strong>de</strong> aparecer, porque a aquellas tres cosas no se<br />

les asignará nada común, máxime cuando parecen completamente<br />

disparatados. En segundo lugar, contra la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> los equívocos:<br />

las cosas se dicen equívocas según que subyacen a la intención;<br />

pero la segunda intención es para ellas unívoca y les conviene<br />

unívocamente; luego por ella no pue<strong>de</strong>n llamarse equívocas,<br />

porque ninguna forma da la <strong>de</strong>nominación opuesta a ella misma.<br />

En tercer lugar, se seguiría <strong>de</strong> ello que los cuerpos y las substancias<br />

se dirían equívocamente. Se prueba primero <strong>de</strong> los cuerpos,<br />

porque lo corruptible y lo incorruptible difieren en género. Segundo,<br />

la razón <strong>de</strong> substancia abstracta es muy diversa <strong>de</strong> la <strong>de</strong><br />

[substancia] corpórea, ya que no sólo son ellas incorruptibles, sino<br />

a<strong>de</strong>más carentes <strong>de</strong> cuerpo. Empero, el consecuente es falso, luego<br />

también el antece<strong>de</strong>nte. En cuarto lugar, contra la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> los<br />

unívocos: el ente no es unívoco, y, sin embargo, es un nombre<br />

común a los entes y la razón <strong>de</strong> la substancia <strong>de</strong>l nombre [es] la<br />

misma. Pues todas las cosas, porque son y tienen ser, se llaman

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