Historia de Roma..pdf - "Cerberus ad portam linguae latinae"!

El nacimiento de Roma.
·Los hermanos enemigos.
·En busca de la Roma arcaica
·Emplazamiento ideal
·Las ciudades del Lacio
·Los etruscos
·El arte de las necrópolis
·Los reyes etruscos
·El fin de la monarquía
La República de Roma
·Las instituciones
·Los hijos de Marte
·Conquistar Italia
·El triunfo
·El desarrollo cultural
·Vida en las calles
·La República agoniza
·Una multitud de dioses
Las Conquistas del Imperio Romano
·Las campañas de Augusto
·La legión
·Los oficiales
·La vida militar
·Trajano, el conquistador
·El campamento y el
·El Imperio amenazado
·Soldados y civilis
·El Imperio romano
La Paz Romana
·El principado
·Roma eterna
·Las de la ciudad
·La vida en el campo
·El gran comercio
·Los juegos, espectáculos del mundo.
·Dioses para todos
·El poder de lo sagrado
Los Primeros Cristianos
·Herodes el Grande
·Cesarea
·La historia de Israel
Incide

·Jesucristo
·La casa eclesiástica
·Las persecuciones
·Una religión oficial
·Monjes y ermitaños
·Los Padres de la iglesia
Decadencia y Ocaso de Roma
·La del siglo III
·La solución de Diocleciano
·El Imperio en el siglo IV
·Las carreras de carros
·El ascenso de los bárbaros
·Roma, saqueada
·Hacia un mundo distinto
·Occidente y Oriente

Historia de la Roma antigua.
La legendaria fundación de Roma, formación y desarrollo de la República e instauración del
Imperio. Roma se convierte en el centro del mundo: la capital de los dioses y los hombres. Los
emperadores y los oficiales, los centuriones y legionarios, la caballería y los arqueros.
La aparición de una nueva religión: el cristianismo...
La decadencia de Roma y la invasión de los bárbaros: hunos, ostrogodos, visigodos y vándalos.
·Nacimiento de Roma.
Los historiadores de la Antigüedad atribuyen el nacimiento de las ciudades a los héroes o a dioses.
Según la leyenda, Rómulo fundó Roma en el año 753 a.C. El mito responde a una realidad
histórica: las primeras viviendas del monte Palatino datan de esta época. Un siglo más tarde,
Roma saca partido de la influencia que ejercen los etruscos, que entonces estaban en pleno
apogeo, y se afirma como una poderosa ciudad.
Los hermanos enemigos.
Rómulo y su hermano gemelo Remo estaban destinados desde su nacimiento a grandes
designios: descendientes de Eneas, serían los hijos del dios de la guerra Marte y de la vestal Rea
Silvia, hija de Numitor, rey latino de alba.
Numitor fue despojado del trono por su hermano Amulio, que también intentó deshacerse de los
gemelos herederos del trono. Rea Silva se vio obligada a abandonar a sus hijos, pero no murieron
y llegaron al pie del monte Palatino. Sus gritos atrajeron a una loba que les ofreció sus mamas
llenas de leche pero a la vez encarnando la tierra nutricia y la ferocidad guerrera.
Cuando llegaron a edad adulta, decidieron fundar una ciudad, pero no se pusieron de acuerdo de
cuál de ellos correspondería ese honor. Al final fue Rómulo y de hay sale el nombre de Roma. Más
tarde Rómulo a Remo.
Rómulo pobló la ciudad con vagabundos, ladrones y proscritos. Roma creció y aumentó su poder.

Pero había que conseguir mujeres y para ello recurrieron a raptar a las sabinas, lo que provocó una
guerra que gano Rómulo, y que haría que fueran un solo pueblo.
Los romanos creían en la historia de Eneas y la evolución de ella a partir de esta leyenda.
En busca de la Roma arcaica.
El episodio de la fundación de Roma no es del todo imaginario, incluye elementos de carácter
histórico. En el monte Palatino, una de las siete colinas de la Roma antigua, las excavaciones
arqueológicas han descubierto restos de cabañas construidas entre 800 y el 700 a.C. Ello indica la
existencia de un primer asentamiento humano permanente, aunque, por aquel entonces, Roma
sólo fuera un villorrio.
En las colinas circundantes también se construyeron pueblos. Sus habitantes son campesinos que
cultivan las tierras cercanas. Roma no cobra empuje hasta los años 700-650 a.C, cuando todos
esos pueblos se unifican bajo una administración común para formar una ciudad.
Hacia el 600 a.C, se construyeron lugares de culto y un palacio real.
Gracias a la influencia etrusca, Roma se enriqueció y se abrió al comercio con el exterior. Hasta
ella comenzaron a llegar los productos de Grecia y de Oriente, y pronto e convirtió en la ciudad
más grande de Italia central.
Emplazamiento ideal.
En una fértil llanura rica en trigo, con vides y olivos, Roma se beneficia de un emplazamiento
privilegiado en una encrucijada de caminos entre el Norte y el Sur, y entre dos ríos; los navíos de
gran calado remontan hasta el puerto de Ostia, mientras que la sal es transportada por la Vía
Salaria. Roma reúne todas las condiciones para iniciar un rápido despegue económico.
·El pan toma una gran importancia. Se prepara con trigo molido.
·El aceite y el vino. Eran productos de importación.
·Peligros del mar: Además del peligro de las tormentas, los romanos tenían el problema de la
piratería. Los piratas buscaban sobre todo el rapto de personas para exclavizarlas o venderlas.
También buscaban piedras preciosas, metales, y otros objetos de valor.
· El primer puente que se creó fue el del Tiber, pero con la expansión del comercio el transporte de
tierra tomó más relevancia.
Las ciudades del Lacio.

Roma no es la ciudad más antigua del Lacio. Rómulo, procedía de Alba, en el corazón de los
montes Albanos. Alba fue construida por los habitantes de Lavinia. Roma, Alba y Lavinia son las
capitales tradicionales del mundo latino que estan organizados en una confederación de
ciudades.
Los Albanos honran a Júpiter; en Lavinia, las delegaciones de las diferentes ciudades se reúnen
alrededor de una antigua tumba, que es de Eneas. Más rica y poblada que sus rivales, Roma
soporta el papel subalterno que tiene asignado en el seno de una liga latina. Roma no conseguirá
imponer su hegemonía hasta el años 338 a.C., bajo la República, tras una dura guerra con los
demás pueblos del Lacio.
Los etruscos.
Aparecen Etruria hacia el siglo VIII a.C. Su territorio se extendía por la Toscana actual hasta el
Tíber, donde hoy se levanta la Ciudad del Vaticano. Mientras éstos vivían en villorrrios y tenían una
agricultura de subsistencia, los etruscos habitaban en ricas ciudades, como Veyes, Tarquinia o
Bolsena. Contaban con una refinada artesanía y realizaban intercambios con otros países
mediterráneos, en especial con griegos y fenicios. Dieron impulso decisivo a las civilizaciones que
aparecían en la Italia central. Hacia el 700 a.C. Los etruscos elaboran su propia escritura; nosotros
la podemos leer, pero no encontramos ningún sentido. Los etruscos, que eran profundamente
religiosos, legaron a los romanos muchos rituales. Las tumbas de Etruscas eran decoradas
pintadas la pared. A los difuntos se les decoraba las tumbas ya que querían ofrecer una morada
digna a los propietarios de las tumbas, que eran ricos aristócratas. Los más pobres tenían que
conformarse con una simple fosa cavada en el suelo. El significado de las pinturas pintadas en las
paredes ha sido objeto de numerosas controversias. Significan la vida de felicidad suma,
concebida según el modelo de la que llevaron en la tierra.
El arte de las necrópolis.
Los temas eran muy variados: juegos de atletas, escenas de pesca o caza, danzas que están
detallados y banquetes. En la realización de estos frescos funerarios participaron talleres de
artistas griegos, que muestran de la pintura griega de esta época.
Los reyes Etruscos.
La monarquía existió en Roma con toda seguridad. Los primeros reyes son legendarios, los
nombres que se les atribuyen son auténticos hasta cierto punto. Trata tanto de romanos como de
sabinos, en virtud del acuerdo que firmaron ambos pueblos depués de la guerra que sobrevino tra
el rapto de las sabinas. Otros dos soberanos etruscos sucedieron a Tarquino el Viejo: Servio Tulio y
Tarquino el Soberbio. Servio Tulio accedió al trono de la manera más pacífica. Tarquino el soberbio
fue un tirano cruel; enfurecio por no haber sido designado rey, no dudó en recurrir a la violencia
para eliminas a Servio Tulio y así recuperar el trono de su padre Tarquino el Viejo. Roma accedió al
rango de ciudad con los reyes etruscos.

El fin de la monarquía.
Los romanos no tenían un buen recuerdo del periodo monárquico. La monarquía fue sinónimo de
odiosa tiranía, sobre todo en el reinado de Tarquino el soberbio, a quien sus súbditos odiaban.
Este rey fue destronado el 509 a.C. Por una revolución de patricios: Tarquio el Soberbio era un
tirano que imponía duras cargas al pueblo y hacía caso omiso de los consejos que le daban los
notables que constituía el Senado. Los romanos estaban muy descontentos, pero tuvo que ser la
mujer quien los incitara a rebelarse.
Lucrecia al final decidió suicidarse.
·La República romana.
Desde lo alto del Capitolio, Júpiter Optimus Maximus extiende su protección sobre Roma. Le
llaman Júpiter a Capitolino desde que en el 509 a.C., se le consagrara un templo erigido en la
colina. Según los cimientos se encontró una cabeza humana. Los primeros años de la República,
se vieron agitados por las rivalidades que enfrentaban a las clases sociales. Los patricios se habían
organizado en una casta. A menudo, las campañas militares los mantenían alejados de Roma. El
senado debía reemplazar a los cónsules designando un magistrado con poderes especiales a título
temporal.

Las instituciones.
Mientras los griegos inventaban la democracia, los romanos expulsaban a los reyes etruscos y,
acto seguido, implantaban un sistema político en el que el poder pertenece al pueblo pero es
ejercido por sus representantes: era la república. El gobierno se confiaba a magistrados elegidos
por un año.
Los primeros años de la República, sin embargo, se vieron agitados por las rivalidades que
enfrentaran a las clases sociales. Los patricios se habían organizado en una casta y se reservaban
a la mayoría de la población, Roma no podía sobrevivir. El pueblo romano, con exclusión de las
mujeres, se reunían en asambleas llamadas comicios y votaban las leyes.
Las campañas se mantenían alejados de Roma. El senado, debía reemplazar a los consules
designado un magistrado con poderes especiales a título temporal: el dictador.
El dictador era dueño de la totalidad del poder ejecutivo y, no tenía que rendir cuentas a nadie.
Los hijos de Marte.
Un historiador griego del siglo II a.C., Polibio, explicaba a sus lectores que si los romanos habían
conseguido conquistar toda Italia y los países de la cuenca mediterránea, se debió a su
constitución republicana. La sociedad romana se regía por un orden militar. El año comenzaba en
el mes de Marte, el dios de la Guerra. La asamblea del pueblo más importante de todas, los
comicios centuriados, se organizaban según el modelo de las unidades tácticas de la legión.
La guerra afectaba a la propia supervivencia de la ciudad, era una cuestión de Estado, y la
declaración de las hostilidades había de respetar los ritos religiosos y las formas jurídicas, pues no
cabía la posibilidad de equivocarse. Cuando Roma se consideraba perjudicada, el senado envió a
sacerdotes a que pidieran reparaciones al enemigo en los términos más precisos. Todos los
ciudadanos en edad de servir debían prestar un solemne juramento.
Conquistar Italia.

La República romana tuvo que defenderse de sus vecinos; primero contra ciudades del Lacio, y
contra los etruscos. Los primeros conflictos reforzaron la cohesión política y militar de la ciudad y
persuadieron a los romanos de que contaban con el favor de los dioses. También los montañeses
del centro de Italia, los samnitas, consiguieron capturar a todo el ejército romano el año 321. Los
romanos consiguieron que la mayoría de las ciudades de Italia asumieran el compromiso de
proporcionarles tropas auxiliares y dinero. Conquistaron un inmenso territorio que se extendió
hasta el extremo sur de la península italiana.
El triunfo.
Tras una campaña militar, el jefe victorioso, ataviado como Júpiter Capitolino y seguido por las
cohortes de prisioneros y los carros rebosantes de botín y por los emblemas de las ciudades y
países conquistados, desfilaba por el centro de la ciudad, donde en tiempo de paz estaba
prohibida toda presencia militar.
El desarrollo cultural.
Roma imponía sus estructuras políticas y administrativas a los países que iba sometiendo. Los
romanos que estaba impresionados por las ciudades de Grecia y de Oriente, procuraron atraer
primero y formar después a los maestros de obras capaces de concebir los edificios públicos y los
conjuntos arquitectónicos dignos de la grandeza y de la majestad de la República. Roma creció de
modo anárquico. Las calles tenían un trazado irregular. Los romanos emprendieron un gigantesco
trabajo de re estructuración urbana.
·El arte del retrato apareció, entre los aristocratas .
Uno de los aspectos en los que más destacó la Roma republicana fue el de la elocuencia.
Vida en las calles.
Los romanos como mediterráneos hacian vida en la calle. Los que no tenían medios para comprar

una de las amplias y hermosas moradas del Palatino, vivían en pisos habilitados en inmuebles de
varias plantas que daban a unas calles muy estrechas. Para un ciudadano roman que no fuera
artesano ni agricultor, la mayor parte de la jornada trancurría en la calle y en las plazas públicas.
La vida de los barrios tenía una gran importancia, y cada uno de ellos contaba con sus propios
representantes y sus cultos particulares. En tales ocasiones quedaban en un segundo plano las
tradiciones diferencias que oponían a ciudadanos y no-ciudadanos, a ricos y pobres, a hombres
libres y esclavos.
La república agoniza.
El último siglo de la República se caracterizó por excesos de todo tipo y por la violencia. Y condujo
a la muerte de un sistema político que se había consederado ideal. Mientras todos los itálicos
acababan de adquirir la ciudadanía romana, a los políticos solamente les preocupaba el disponer
de más autoridad y los ejércitos dejaron de estar al servicio de la República para obedecer sólo a
los generales. Mario fue cónsol siete veces. Su adversario Sila logró en el años 82 a.C. Que el
senado le concediera un poder dictatorial extraordinario, abriendo así la vía a los excesos de ses
sucesores.
Del fin de la República quedará una galería de retratos, los de los hombres ilustres cuyas
biografías escribió Plutarco, paralelas a las de los grandes de Grecia. Todos tuvieron parte de
responsabilidad en la desaparición del régimen, tanto por sus ambiciones desmesuradas como
por no llegar a comprender la inutilidad de mantener intactas unas instituciones que no
respondían en absoluto a la evolución de la realidad socia y política.
Una multitud de dioses.
A los dioses nacionales, que velaban por la prosperidad de Roma y eran honrados en los templos,
cabe añadir los dioses del hogar, que alejaban a los malhechores y la mala suerte, y a los cuales se
dedicaban oraciones y ofrendas cada día.
Algunos de ellos son:
·Juno, la esposa de Júpiter.
·Minerva: Diosa de las Artes y los Oficios.
·Venus: Diosa del amor y la fecundidad.
·Diana, Artenmisa, Avetino, Numa, Pompilio, Apolo, Marte, Egeria.

·Las Conquistas del Imperio Romano.
El ejército romano, reputado por su eficacia, conquistó un inmenso imperio que supo conservar
durante mucho tiempo. Gracias a la inteligencia y al genio militar de Augusto, una pequeña
ciudad de la Italia centras, Roma, llegó a extenderse de norte a sur desde el canal de la Mancha
hasta el desierto del Sahara, y de oeste a este, desde el Atléntico hasta mesopotania. Roma
mantendría su presencia en Occidente hasta el año 406 d.C antes de sucumbir, agotada, ante el
empuje de las invasiones bárbaras.
Las campañas de Augusto.
Emperador desde el año 31 a.C. Hasta el 14 d.C., Augusto obtuvo carias victorias que le
permitieron agrandar el Imperio. Después de la victoria naval de Actium, se apodera del Egipto de
Cleopatra y del reino de los gálatas. Las fronteras del Imperio llega hasta el Rin y el Danubio.
También son anexionadas Retia, Nórica, Panonia y Mesia. El ejército republicano, que se
reconstituía antes de cada campaña y se disolvía después de cada victoria, se hace permanente
con Augusto. Los soldados son asalariados, en un servicio que dura de 25 a 30 años. Los
privilegiados, por el uniforme, el sueldo y las condiciones de vida, constituyen la : cohortes pretorianas, cohortes urbanas y cohortes nocturnas.
La legión.
Esta unidad, de unos 5.000 infantes, constituyeron la principal fuerza del ejercito del ejército en
campaña, y presenta al enemigo una muralla de hierro erizada de jabalinas; los hombres de
primera línea avanzan escudo con escudo; los soldados de segunda línea los protegen con sus
propios escudos, colocados sobre sus cabezas.
Esta formación compacta presenta ventajas de ser muy flexible gracias a su articulación. Cada
hombre pertenece a una centuria.
Además ciento veinte jinetes aseguran las transmisiones entre las unidades o persiguen a los que
huyen.
Los legionarios son tan valiosos como insustituibles debido a su eficacia.
Desde el comienzo del siglo II, algunos de estos barbaron constituyeron un nuevo tipo de unidad,
llamada numerus, que sólo intervenía en las batallas cuando era requerida por su

Los oficiales.
El ejército romano estaba muy jerarquizado. En la cúpula se encontraba el emperados. El perfecto
del pretorio era, el ministro de la Guerra y estaba asistido en Roma por el perfecto de las cohortes
nocturnas, de los oficiales y de los centuriones.
La vida militar.
El pago de un salario, hizo que este atrajo a muchos ciudadanos.
Los provinciales se hacían cargo siempre de su propia defensa. Los más afortunados eran los que
habían nacido en Italia, porque ingresaban en la guarnición de Roma y disfrutaban de algunos
privilegios: salarios elevados y armas en perfecto estado.
Los oficiales pertenecían a la élite, al orden ecuestres y al orden senatorial. Los salarios que
percibían eran una minucia en comparación con las inmensas fortunas que poseían.
Trajano, el conquistador.
Con la anexión de Mauritania, Roma llegó a controlar todas las costas del Mediterráneo, un mar al
que los romanos llamaron Mare Nostrum. La conquista de Bretaña y de Dacia desplaza el centro
de gravedad del Imperio hacia el norte de Europa. Pero el enemigo más importante son los
partos, que se encuentran al este, es Persia.
Trajo fue el primer emperador nacido en una provincia.
Quiso ser una gran genera. Tres empresas importantes marcaban su reinado. Quería borrar la
afrenta hache a su prodecesor, Nerva, quien tuvo que pagar tributo a los dacios y apoderarse de
enormes cantidades de oro y esclavos.
Adriano al fin, hizo la paz con los partos y renunció a todas las conquistas realizadas más allá del
Éufrates.

El campamento y el .
El campamento es una verdadera ciudad. Para poder albergar a una legión. Ha de tener por lo
menos una extensión de veinte hectáreas. Está protegido por una sólida muralla con esquinas
redondeadas, flanqueada por torres y atravesada por cuatro puertas.
El Imperio, amenazado.
Marco Aurelio es conocido a la vez como un gran filósofo y un gran emperador. Detestaba la
guerra. Compartió el título de emperador con Luci Aurelio Vero, un hombre amante de la buena
vida, pero asimismo buen general.
El ataque de los partos contra la provincia romana de Siria obligó a Lucio Aurelio Vero a marchar a
Oriente. Después de cuatro años de guerra, Roma conquistó una nueva provincia, Mesopotamia.
En esta ocasión fue el propio marco Aurelio quien intervino. Tuvo que vender la vajilla de oro para
poder costear los gastos de guerra. Todo parecía encontrarse en orden cuando, e curso de una
campaña en el Danubio contra los bárbaros, un nuevo azote hizo su aparición: la peste. Marco
Aurelio cayó enfermo y murió entre sus tropas. Su imperio lo dejó a manos de su hijo Cómodo.
Soldados y civiles.
La zona del fortificada por los campamentos, era muy próspera. Los soldados se
gastaban el estipendio, relativamente alto, que cobraban; además, su presencia garantizaba la
y atraía a civiles, campesinos, artesanos, comerciantes y organizadores del ocio.
Para ejercitarse, los soldados realizaban trabajos públicos, como construir carreteras que también
utilizaban los civiles.
El imperio romano.
El Imperio romano hizo mucho más que conservar el legado de la República: lo acrecentó en
proporciones considerables.
Fue un régimen tan agresivo con sus vecinos como antes lo había sido la República, por dos
razones: La codicia y el miedo. Todo el mundo mediterráneo quedó sometido al control de Roma,
cuyo imperio se extendió durante cinco siglos, desde Escocia al Sahara y desde el Atlántico al
desierto de Siria.

·La paz romana.
Durante el Alto Imperio Roma extiende su dominio desde el Atlántico al Rin, y desde el Danubio al
golfo de Pérsico. El dominio de todos esos territorios exige un buen conocimiento del terreno.
El principado.
Gracias al triunfo que Octavio, sobrino e hijo adoptivo de Julio César, obtuvo sobre sus rivales
Antonio y Cleopatra en la batalla naval de Actium en el 31 a.C, las provincias de Oriente y
Occidente quedaron unidas y se alcanzó así la unidad del Imperio. En el 27 a.C, Octavio, que
pretende restaurar la República, recibe del senado el título de augustus, dueño sagrado del
cosmos, con la aprobación unánime del pueblo romano. Convertido en Augusto, Octavio da su
nombre al mes de agosto. Se impone como prínceps a la vez que como imperator.
Así bajo la autoridad del emperador, que ejerce u poder sobre todos, noce progresivamente un
nuevo régimen al que se llama principado, y que designa tanto el poder militar del emperador
como el conjunto geográfico dominado por Roma. El emperador se reparte con el senado el
gobierno de las provincias y los poderes.
El emperador es objeto de un verdadero culto. Las ciudades y las provincias exaltan sus virtudes
personales y veneran a su familia y a sus dioses más queridos, las denominadas divinidades
augustas. Este cuto forma parte de la propaganda imperial, presentada y difundida durante los
juegos, y lo fomentan los escritores y los artistas, que a cambio reciben la ayuda y la protección
del emperador.
Roma entera.
Ciudad cosmopolita de un mollón de habitantes y metrópoli cultural religiosa que reflejaba la
diversidad de un inmenso imperio, Roma estuvo sometida a un constante proceso de
remodelación.
Roma fue también la ciudad del lujo y del comercio, en la que se podía encontrar lo que no había
en ningún otro lugar, según afirmaba Elio Aristides. Se mezclan millares de esclavos, de libertos y
de hombres libres. También se la calificaba de ciudad de los perezosos por sus fiestas y juegos
fastuosos.

Las de la ciudad.
La arquitectura romana, orientada a la vida pública, pretende ser duradera, armoniosa y
funcional. Roma exporta su modelo urbano a todo el Impero, lo que no impide que en las
provincias, tanto de Oriente como de Occidente, subsistan las características regionales. Los
antiguos núcleos urbanos y las nuevas ciudades, que participan en la unificación del Imperio y en
la integración de las culturas locales, se convierten en el escaparate del modo de vida romano.
Las ciudades son piezas indispensables en la vida del mundo romano. Milares de estatuas,
retratos e inscripciones celebran en todo el Imperio a esos bienhechores que se ocupan del
aprovisionamiento, asumen las funciones de la magistratura o del sacerdocio, financian juegos y
construcciones, y a veces distribuyen dinero a los más necesitados.
A sí se configura en las provincias un modelo de ciudad capaz de hacer frente a las necesidades
del Imperio.
Las manzanas de viviendas se extienden alrededor del foro, muchas veces forma de cuadrículas,
igual que en la mayoría de las ciudades modernas. Los barrios quedan divididos por una red de
calles.
La vida en el campo.
Durante el Imperio se producen importantes cambios en el campo; las tierras se cultivan mejor y
la producción agrícola se especializa para adaptarla a las necesidades del mercado. El campo de la
península itálica se enfrenta a la competencia de las provincias: el vino y el aceite llegan sobre
todo de hispania y de la Galia; los cereales de Egipto y de la provincia de África del imperio.
La orden de confeccionar el catastro general del Imperio romano que dctó Augusto convirtió a
éste en el organizador de una formidable empresa de modernización del campo. Había que medir
y trazar una cuadrícula rigurosa, señalar los límites de las parcelas de manera clara y precisa con
mojones, muros, vías o fosos, cuyos vestigios permanecen todavía en nuestras tierras.
El gran comercio.
A medida que se extiende el Imperio también se intensifican los intercambios entre Roma y sus
provincias. Los ríos y los mares se convierten en vías privilegiadas del comercio.
El puerto de Ostia, que ya en tiempos de la República era considerado como el gran almacén de
Roma, se queda pequeño. El emperador Claudio en el siglo Ie ordena el acondicionamiento de
instalaciones más amplias, dotadas de un faro.
El puerto de Ostia se ve animado por el tráfico incesante de los barcos, los tratos de los
comerciantes y la búsqueda de negocios lucrativos. Los estribadores descargan las mercancías y
las almacenan en grandes depósitos.

Los juegos, espectáculos del mundo.
La pasión por tales espectáculos era comprensible. Nada se dejaba a la improvisación: los
gladiadores y los animales hacen pensar, por su exotismo, en el dominio de Roma sobre regiones
lejanas. El emperador no retrocede ante nada con tal de asegurar el éxito de un espectáculo
organizado por él mismo; así, el años 66 d.C., Nerón hace cubrir la arena con una inmensa tela
estrellada para la coronación del rey de Armenia.
Dioses para todos.
En el territorio del Imperio, todas las divinidades coexisten en paz, aunque no pertenezcan al
panteón romano tradicioanl. La unidad religiosa, encarnada por el emperador, admite la
especificidad de las creencias y de los cultos locales. Durante el reinado de Augusto se construyó
un vasto templo llamado Panteón porque estaba consagrado a todos los dioses. Para conjurar
cualquier tipo de amenaza, nacen los dioses sincréticos, dioses que poseen todos los dones de las
divinidades y aseguran a los hombres una protección total. Los romanos asimililaron rápidamente
las divinidades locales y las propagaron por todo el Imperio.
·Los primeros cristianos.
Ponpeyo se apoderó de Jerusalén en el año 63 a.C. En la Judea ocupada por los romanos apareció
durante el siglo I una región que, como el judaísmo, se fundaba en la creencia en un dios único.
Esa nueva religión era el cristianismo, que las autoridades romanos confundieron al principio con
uno de los diversos partidos religiosos judíos existentes en la época. La nueva fe transformaría
profundamente el Imperio romano antes de que se impusiera en el conjunto del mundo
occidental.
Herodes el GRANDE.
Herodes consiguió que el senado romano le proclamara rey de Judea gracias al apoyo de Octavio.
Este conquistó su reino con la ayuda de las legiones romanas, ya que los judíos partidarios de la
antigua dinastía, lo consideraban un usurpador.
Herodes era un personaje cruel y sin ningún escrúpulo que inició su reinado haciendo ejecutar a

45 miembros de los 70 que componían el Sanedrín. El reinado de Judea quedó divido entre sus
tres hijos.
Cesarea.
Durante el reinado de Herodes, Judea vivió un periodo de prosperidad económica. Como el país
no contaba entonces con ninguna salida al mar, Herodes hizo construir el puerto de Cesarea en un
antiguo emplazamiento fenicio. Cesarea era una ciudad cosmopolita, cuya población se componía
en gran parte de griegos y sirios.
La historia de Israel.
La historia del pueblo hebreo está jalonada de rupturas. El primer periodo se caracteriza por la
vida nómada y seminómada y está dominado por la grabn figura de Abraham, originario de Ur.
Hacia el año 1000 a.C, este pueblo tiene una tierra, una capital, un templo y un rey. Es la era
gloriosa de David y de Salomón.
Esta edad de oro es breve. Una serie de conflictos provoca la escisión en dos reinos: el de Israel al
norte, y el de Judá al sur.
La victoria de los persas sobre los babilonios puso fin a la esclavitud de los judíos. Después de ser
sometida por Alejandro Magno y de quedar incorporada al Egipto de los Tolomeos, Judea conoció
un periodo de influencia helenística.
Se traduce la biblia al griego.
La violencia y la represión son hechos cotidianos. La autoridad está representada por un
procurador residente en Cesarea.
Jesucristo.
Hijo del carpintero José y de María, Jesús vivió durante el último año del reinado de Herodes el
Grande en Nazaret, un pequeño pueblo de Galilea. Después de ser bautizado por Juan Bautista,
Jesús comenzó su vida de predicador y reclutó a sus discípulos, que le reconocieron como el
Mesías enviado por dios. Jesús, el día que se celebraba la pascua judía, fue a Jerusalén y allí fue
detenido por agitador. El sanedrín lo condenó como falso profeta y lo entregó a Poncio Pilato,
quien lo juzgó por rebelde contra Roma. La sentencia lo condenó a morir crucificado. La agonía

era muy larga y la muerte se producía por asfixia.
La historia de la Iglesia cristiana comienza hacia el año 30; a partir de entonces, los discipulos de
Jesucristo emèzaron su predicación, anunciando la muerte y la resurrección del Mesías. La vida de
Jesus y de las primeras comunidades cristianas está relatada con el Nuevo Testamento.
Los Evangelios no son relatos históricos en sentido estricto, ya que fueron escritos después de la
muerte de Jesucristo. Los Evangelios son confesiones de fe.
Los más antiguos fragmentos conocidos de los Evangelios datan del siglo II. Los escritos antiguos
proporcionan valiosas informaciones.
La casa eclesial.
Se construyeron las primeras basílicas, las comunidades cristianas se reunían en simples
viviendas, idénticas a las habitadas por la población de la ciudad.
La iglesia de Dura Europos estaba contituida alrededor de un patio central.
La comunidad estaba dirigida por los ancianos, por celadores, asistidos por diáconos y diaconisas,
ya que las mujeres desempañaban un importante papel en la Iglesia primitiva. Buena parte de ello
es que el primer cristiano bautizado en Europa de san Pablo fue una mujer, Lidia.
Discípulos de Jesucristo, los apóstoles se dedicaban a propagar sus enseñanzas por toda la cuenca
mediterránea. Conocemos los viajes que realizo san Pablo gracias a sus cartas y a los Hechos de
los Apóstoles. Murió decapitado en Roma en el año 70.
Las persecuciones.
Roma consideró a la incipiente comunidad cristiana como una secta más de las muchas que
existían en el Imperio, mientras que las autoridades judías intentaron suprimir la
que a sus ojos representaban los cristianos.
Pero Roma adoptaría muy pronto una actitud Hostil hacia esos que no participaban en
los cultos de la ciudad ni en el culto al emperador.
Las persecuciones tuvieron lugar a lo largo de dos siglos y medio, aunque siempre fueron
esporádicas. La de Nerón tuvo un carácter local, pues se limitó a Roma, y se produjo como
consecuencia del incendio de la ciudad en el años 64. En realidad, las persecuciones no alcanzaron
su objetivo, sino que provocaron más bien el efecto contrario. Morir por su fe le daba al cristiano
la posibilidad de entrar directamente en el paraíso. El mártir era un santo.
Una religión oficial.
El emperador Constantino se convierte en defensor del cristianismo después de su victoria contra
Majencio, en el puente Milvio, el 28 de octubre del año 312. Su reinado señala el fin de las
persecuciones y el comienzo de la Paz de la Iglesia.
Desde los primeros siglos, los cristianos se plantearon numerosas cuestiones de dogma. Como la

Iglesia no disponía de unas bases teológicas sólidas para resolverlas, se producían crisis
doctrinales. Para resolver los problemas de orden público surgidos a raíz de aquéllas, el
emperador convocó concilios.
Constantino presidió la primera sesión del concilio, y ofreció luego un suntuoso banquete en la
sesión de clausura. Se trataba de tomar una descisión sobre el arrianismo. Los grandes concilios
se celebraron en Constantinopla en 381, en Éfeso en 431 y en Calcedonia en 451.
Monjes y ermitaños.
El florecimiento de los monasterios cristianos está íntimamente relacionado con la paz religiosa.
Una vez que el cristianismo se convierte en la religión oficial, tiende a caracterizarse como un
fenómeno de masas, lo que conlleva un cierto relajamiento de las costumbres.
En menos de un cuarto de siglo, Pacomio funda nueve monasterios de hombres y, con su
hermana María, dos de mujeres. El modelo monástico se propaga desde el siglo V en Siria y
Palestina, hasta que llega a Occidente: en Italia con san Ambrosio, obispo de Milán. El monasterio
es dirigido por un abad. Allí se observa una estricta disciplina, o regla; la de san Benito (480-547)
inspirará la vida de casi todos los monasterios de Occidente hasta nuestros días.
Los Padres de la Iglesia.
Con este nombre se designan los autores y teólogos de los primeros siglos cristianos,
distinguiendo entre Padres griegos y Padres latinos, según la lengua que utilizaron para escribir
sus textos.
Durante los siglos II y III, los pensadores cristianos, cuya enseñanza se apoyaba en las Sagradas
Escrituras, se dedicaron sobre todo a refutar las acusaciones que los autores paganos lanzaban
contra el cristianismo y a combatir las doctrinas heréticas.
Más tarde aparecieron los grandes teólogos.
·Decadencia y Ocaso de Roma.
Los bárbaros de Europa ejercían una gran presión contra el Imperio Romano. Al final los bárbaros
rompieron la relación de las fuerzas.

La del siglo III.
Después de haber eliminado a la monarquía parta, los persas sasánidas intentaron restaurar el
antiguo Imperio aqueménida a expensas de Roma. El Estado persa era un adversario temible, bien
organizado, sustentado en una religión nacional y con un ejército preparado, dotado de caballería
acorazada.
La guerra trajo consigo la ruina y la pérdida de población, la depreciación de la moneda y la
inflación, y con ello los desórdenes sociales. La clase media de los curiales y los pobres fueron los
más afectados.
La solución de Diocleciano.
Diocleciano, que había sido proclamado emperador por el ejército y después fue ratificado por el
senado, incorporó a tres personalidades en las tareas de gobierno, implantando así la tetrarquía,
un directorio de cuatro miembros.
El precio que hubo que pagar por tales victorias fue elevado. Se había tenido que reclutar y pagar
al ejército. Éste se componía de ciudadanos, movilizados y voluntarios, y de bárbaros. Algunos de
éstos se enrolaban voluntariamente; otros, hechos prisioneros, trabajaban las tierras de los
grandes propietarios y también podían ser llamados a filas.
La tetrarquía se vio obligada a afrontar una serie de dificultades y de oposiciones, aunque las
usurpaciones fueron cada vez más escasas. Se iniciaron las persecuciones contra los cristianos y
los maniqueos. El fundador del maniqueísmo, un hombre de origen persa llamado Manes, fue
condenado a muerte en el año 276 por los sasánidas.
El Imperio en el siglo IV.
Los emperadores romanos, dedicados a la defensa de las provincias, rara vez acudían a Roma. A
finales de siglo IV se deterioran las relaciones entre Oriente y Occidente, que nunca habían
mostrado una gran solidaridad frente a los bárbaros. La sociedad, cimentada en la jerarquía y la

sucesión hereditaria, se había organizado en parte en función de las exigencias del Estado. Los
organismos burocráticos y policiales aumentaban sus efectivos desmesuradamente, sin que por
ello creciera su eficacia en la misma proporción, debido a la corrupción que los minaba.
Constantino había quedado al margen de los mecanismos de la tetrarquía. Su victoria sobre
Majencio le dedicó a abandonar el culto solar y a abrazar el cristianismo. Con excepción de
Juliano, todos sus secesores fueron cristianos, aunque en ocasiones adeptos del arrianismo, una
herejía difundida por los seguidores del sacerdote Arrio.
Las carreras de carros.
El espectáculo de las carreras de carros suscitaba la pasión popular tanto en Roma como en
Constantinopla. Los conductores, o aurigas, se distribuían según dos colores principales, verde y
azul, dos colores secundarios, blanco y rojo. Cada color tenía sus partidarios, que a menudo era
jóvenes y alborotadores, de modo que no era raro que terminaran enzarzados en una pelera.
El ascenso de los bárbaros.
Durante el siglo IV aumentó el número de bárbaros nacidos dentro de él, muchas veces como
consecuencia de las uniones mixtas; los bárbaros también tuvieron más facilidades para acceder a
puestos de mando en el ejército, tanto más rápidamente si eran aristócratas.
En 376, los visigodos, presionados por los hunos, solicitaron ser admitidos en el Imperio. El
emperador Valente los aceptó por considerar que serían futuros reclutas.
Roma, saqueada.
El 24 de agosto de 410, Alarico se apodera de Roma, durante tres días la ciudad es saqueada.
Después, sus visigodos, cargados de botín y de exclavos, vagaron por toda Italia antes de
instalarse en la Galia quedaría bajo control de los francos y de los burgundio, y el norte de África
sometido al de los vándalos.
Hacia un mundo distinto.
La personalidad más destacada de la primera mitad del siglo fue la hermanastra del emperador
Honorio, Gala Placidia. Ésta había sido cautiva de Alarico, esposa de su sucesor Ataúlfo y reina de
los visigodos, y se convirtió después en la esposa del emperador Constancio II antes de ejercer la
regencia en nombre de su hijo Valentiniano.

Paganos y cristianos se acusaban mutuamente de ser la causa de las desgracias de Roma. Había
paganos que afirmaban que los dioses no querían socorre a Roma porque la ciudad se había hecho
cristiana. Un sacerdote cristiano, Salvio, llegó a elogiar a los bárbaros so pretexto de que los
romanos habían sido justamente castigados por sus vicios.
A lo largo del siglo V y durante los primeros años del siglo VI se produjo en Hispania el
asentamiento de los visigodos.
La fijación de la capital en Toledo coincidió con el inicio de una política visigoda unitaria y con el
deseo de integrar a visigodos e hispanorromanos, y su organización social y jurídica como por la
religión que practicaban, la católica entre los hispanorromanos y la arriana entre los visigodos.
En los aspectos económico y social, la penetración visigoda no representó novedad de ningún
tipo. El antagonismo entre los visigodos y la población hispana hasta finales del siglo VI, la
inferioridad numérica de aquéllos y asimismo su modo de vida, predominantemente agrícola,
favorecieron la ruralización de la sociedad hispana.
Occidente y Oriente.
En 493, Odoacro fue asesinado por los ostrogodos, enviados por Zenón, emperador de Oriente,
quien así se deshizo de ellos. Cien mil ostrogodos decidieron instalarse en una Italia gobernada
por su jefe, Teodorico, dueño de Ravena. El Impero romano de Occidente había desaparecido,
pero no la idea de la unidad imperial.
El emperador de Oriente Justiano empeñó en 533 la reconquista de Occidente con éxito, aunque a
largo plazo fracasó en su empeño.