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DOMINGO 1º DE ADVIENTO – CICLO C - Jesuitas de Loyola

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<strong>DOMINGO</strong> <strong>1º</strong> <strong>DE</strong> <strong>ADVIENTO</strong> <strong>–</strong> <strong>CICLO</strong> C<br />

T E X T O S<br />

<strong>DE</strong> LA PROFECÍA <strong>DE</strong> JEREMÍAS (33;14-16)<br />

Mirad que días vienen<br />

- oráculo <strong>de</strong> Yahveh -<br />

en que confirmaré la buena palabra<br />

que dije a la casa <strong>de</strong> Israel y a la casa <strong>de</strong> Judá.<br />

En aquellos días y en aquella hora<br />

haré brotar para David un vástago legítimo<br />

que hará justicia y <strong>de</strong>recho en la tierra.<br />

En aquellos días se salvará Judá,<br />

y Jerusalén vivirá en seguro.<br />

Y así se la llamará:« Yahveh, nuestra salvación.»<br />

<strong>ADVIENTO</strong> <strong>1º</strong> C 1<br />

<strong>DE</strong> LA PRIMERA CARTA <strong>DE</strong> PABLO A LOS TESALONICENSES (3;12-4;2)<br />

En cuanto a vosotros, que el Señor os colme y os haga rebosar en el amor <strong>de</strong><br />

unos con otros, y en el amor para con todos, como es nuestro amor para con<br />

vosotros, y que así os fortalezca internamente, para que cuando Jesús<br />

nuestro Señor vuelva acompañado <strong>de</strong> sus santos, os presentéis santos e<br />

irreprochables ante Dios vuestro Padre. Por lo <strong>de</strong>más, hermanos, os rogamos<br />

y exhortamos en el Señor Jesús a que viváis como conviene para agradar a<br />

Dios, según aprendisteis <strong>de</strong> nosotros, y a que progreséis más. Sabéis, en<br />

efecto, las instrucciones que os dimos <strong>de</strong> parte <strong>de</strong>l Señor Jesús.<br />

<strong>DE</strong>L EVANGELIO <strong>DE</strong> LUCAS (21; 25-28)<br />

Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia<br />

<strong>de</strong> las gentes, perplejas por el estruendo <strong>de</strong>l mar y <strong>de</strong> las olas, muriéndose<br />

los hombres <strong>de</strong> terror y <strong>de</strong> ansiedad por las cosas que vendrán sobre el<br />

mundo; porque las fuerzas <strong>de</strong> los cielos serán sacudidas. Y entonces verán<br />

venir al Hijo <strong>de</strong>l hombre en una nube con gran po<strong>de</strong>r y gloria. Cuando<br />

empiecen a suce<strong>de</strong>r estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se<br />

acerca vuestra liberación. Les añadió una parábola: "Mirad la higuera y todos<br />

los árboles. Cuando ya echan brotes, al verlos, sabéis que el verano está ya<br />

cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suce<strong>de</strong> esto, sabed que el<br />

Reino <strong>de</strong> Dios está cerca. Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta<br />

que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no<br />

pasarán. Guardaos <strong>de</strong> que no se hagan pesados vuestros corazones por el<br />

libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones <strong>de</strong> la vida, y venga<br />

aquel Día <strong>de</strong> improviso sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre<br />

todos los que habitan toda la faz <strong>de</strong> la tierra. Estad en vela, pues, orando en<br />

todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir,<br />

y podáis estar en pie <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong>l hombre."


LA PROFECÍA <strong>DE</strong> JEREMÍAS<br />

TEMAS Y CONTEXTOS.<br />

<strong>ADVIENTO</strong> <strong>1º</strong> C 2<br />

Jeremías es un profeta que nos resulta próximo, por su contexto vital y por su<br />

mensaje. Vive en la peor época <strong>de</strong>l reino <strong>de</strong> Judá, amenazado <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción<br />

por el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los babilonios, <strong>de</strong>struido <strong>de</strong> hecho y llevado al <strong>de</strong>stierro. Se<br />

opone a las interpretaciones oficiales <strong>de</strong> las relaciones con Yahvé: para él Dios<br />

es el esposo <strong>de</strong>l pueblo; ofrece el amor más que la justicia. La alianza no es<br />

algo jurídico y externo, sino la relación personal <strong>de</strong> fi<strong>de</strong>lidad con Dios. Hay<br />

solamente un paso para acce<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Jeremías a Jesús. Y todo esto le cuesta<br />

una vida <strong>de</strong> constante persecución, ser mal visto por los po<strong>de</strong>res públicos e<br />

incluso por la gente, y (probablemente) morir oscuramente en Egipto, fugitivo<br />

<strong>de</strong> su tierra. No sólo en sus palabras sino en su vida misma, <strong>de</strong>scubrimos en<br />

Jeremías una especie <strong>de</strong> figura <strong>de</strong> Jesús.<br />

Pero, en medio <strong>de</strong> tanta calamidad, Jeremías no pier<strong>de</strong> jamás la confianza en<br />

la salvación <strong>de</strong> Dios. El texto <strong>de</strong> hoy es como un himno <strong>de</strong> esperanza contra<br />

toda esperanza. Lo que está anunciando la letra <strong>de</strong> este himno es<br />

completamente <strong>de</strong>scabellado, impensable para aquel momento. Pero el<br />

profeta tiene más confianza en el po<strong>de</strong>r y la bondad <strong>de</strong> Dios que en todas las<br />

señales externas que hacen prever enormes calamida<strong>de</strong>s. Y, aunque él mismo<br />

anuncia esas calamida<strong>de</strong>s, es capaz <strong>de</strong> creer que a pesar <strong>de</strong> ellas, a pesar <strong>de</strong><br />

la inminente <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> la ciudad y el templo, se pue<strong>de</strong> seguir confiando<br />

en Dios y en su amor por el pueblo.<br />

LA CARTA A LOS CRISTIANOS <strong>DE</strong> TESALÓNICA<br />

Probablemente sea esta carta el más antiguo <strong>de</strong> los escritos <strong>de</strong>l Nuevo<br />

Testamento. Escrita por Pablo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Corinto el año 51 a los cristianos <strong>de</strong><br />

Tesalónica, comunidad fundada por el mismo Pablo poco antes, para dar<br />

gracias a Dios por su fe y también para tratar <strong>de</strong>l problema <strong>de</strong> la segunda<br />

venida <strong>de</strong> Cristo, que los tesalonicenses esperaban <strong>de</strong> inmediato. La carta<br />

está llena <strong>de</strong> preciosos mensajes, exhortaciones a una comunidad fiel y<br />

practicante. Quizá el más hermosos <strong>de</strong> estos textos sea el <strong>de</strong> la misma carta<br />

cap5, 8:<br />

“A vosotros, hermanos, como no vivís a oscuras, no os sorpren<strong>de</strong>rá ese día<br />

como un ladrón. Sois todos ciudadanos <strong>de</strong> la luz y <strong>de</strong>l día: no pertenecéis a<br />

la noche ni a las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los <strong>de</strong>más, sino<br />

vigilemos y estemos sobrios. Los que duermen, lo hacen <strong>de</strong> noche; los que<br />

se emborrachan lo hacen <strong>de</strong> noche. Nosotros en cambio, como seres<br />

diurnos, permanezcamos sobrios, revestidos con la coraza <strong>de</strong> la fe y el<br />

amor, con el casco <strong>de</strong> la esperanza <strong>de</strong> salvación. No nos ha <strong>de</strong>stinado Dios<br />

al castigo sino a la salvación, por Jesucristo..."


<strong>ADVIENTO</strong> <strong>1º</strong> C 3<br />

El fragmento que leemos hoy es una exhortación genérica a la vida cristiana y<br />

a progresar sin <strong>de</strong>scanso en la santidad.<br />

EL EVANGELIO <strong>DE</strong> LUCAS<br />

Es la réplica casi exacta <strong>de</strong>l fragmento <strong>de</strong> Marcos que leímos hace dos<br />

domingos (Domingo XXX ciclo B), y contiene prácticamente las mismas<br />

imágenes y el mismo mensaje:<br />

- El tiempo final y las señales <strong>de</strong>l cielo<br />

- La venida <strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong>l Hombre<br />

- La parábola <strong>de</strong> la higuera<br />

- La consigna: estad en vela.<br />

R E F L E X I Ó N<br />

El tiempo <strong>de</strong> Adviento empieza por ser, sin más, una preparación para<br />

celebrar bien la Navidad. Es una fiesta importante, luego hay que prepararla<br />

bien. La sociedad ya lo está haciendo: es una fiesta en que se va a producir<br />

un gasto importante, en comida, en regalos: un momento económico<br />

importante; y ya están mentalizándonos en todos los medios con la consigna<br />

habitual: "compre". Una inteligente preparación.<br />

Navidad es para nosotros algo mucho más importante, por lo cual la<br />

preparamos con tiempo y a fondo. Navidad es un momento fuerte <strong>de</strong> nuestra<br />

vida espiritual, un tiempo importante para nuestra fe y nuestra vida cristiana.<br />

La preparamos con cuatro semanas, esperando, anunciando, preparando "la<br />

llegada", el "adviento" <strong>de</strong> Jesús.<br />

Un acontecimiento histórico sucedido hace 2.000 años tien<strong>de</strong> a celebrarse<br />

como algo no-activo. Es un recuerdo, como el día <strong>de</strong>l cumpleaños <strong>de</strong>l<br />

tatarabuelo difunto... Pue<strong>de</strong> ser un hermoso pretexto para celebrar un "día <strong>de</strong><br />

familia" y mostrar mucho cariño por los niños.<br />

La diferencia es que el tatarabuelo murió y Jesús está vivo. Y no celebramos<br />

que Jesús nació sino que ha nacido, está presente y vive en nosotros. Si Jesús<br />

es importante para nosotros, la Navidad es una fiesta importante.<br />

Ha nacido Jesús, Dios-con-nosotros-salvador. Ha nacido el Libertador. Ha<br />

nacido y no muere. Nosotros, la iglesia, celebramos en Navidad la presencia<br />

<strong>de</strong> Dios libertador en la aventura humana: celebramos que hemos visto esa<br />

presencia en Jesús <strong>de</strong> Nazaret, y que la seguimos viendo en todos los<br />

humanos que construyen el reino, <strong>de</strong>ntro y fuera <strong>de</strong> lo que llamamos la<br />

iglesia. Celebramos la fe en Dios y en la humanidad. Celebramos que Dios<br />

está aquí, en mitad <strong>de</strong> nuestra aventura. Celebramos a Dios encarnado, el


<strong>ADVIENTO</strong> <strong>1º</strong> C 4<br />

valor divino <strong>de</strong> lo humano y el rostro humano <strong>de</strong> lo divino. Celebramos que<br />

creemos en nosotros mismos, porque Dios ha creído en nosotros. Celebramos<br />

toda una concepción <strong>de</strong>l ser humano y <strong>de</strong> la religión, una concepción llena <strong>de</strong><br />

fe, <strong>de</strong> esperanza, <strong>de</strong> exigencia, <strong>de</strong> motivación, <strong>de</strong> compromiso. Hay mucho<br />

que celebrar y que preparar. El adviento es tiempo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempolvar la<br />

esperanza que se apoya en la fe, en la fe en Jesús.<br />

Los mensajes <strong>de</strong> los textos <strong>de</strong> Adviento, lo conocemos ya, están envueltos en<br />

imágenes. La más general <strong>de</strong> todas es "La venida <strong>de</strong>l Señor", el Hijo <strong>de</strong>l<br />

Hombre que viene entre las nubes con po<strong>de</strong>r y gloria. El contenido <strong>de</strong> esta<br />

imagen nos importa mucho: creemos que la aventura humana (la mía<br />

personal y la <strong>de</strong> todos) acaba bien, acaba en el triunfo, por la fuerza divina<br />

que está metida en esa aventura.<br />

Especifiquemos: contra los que piensan que no hay por qué buscar sentido ni<br />

finalidad a las cosas, a la creación, a la humanidad, a la vida personal,<br />

<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>mos que esto es un proyecto, un sueño <strong>de</strong> Dios, el parto <strong>de</strong> una<br />

familia <strong>de</strong> hijos que Dios engendra y saca a<strong>de</strong>lante. Hay sentido, hay<br />

proyecto, hay trabajo que hacer, personal y social.<br />

Contra los catastrofistas que creen sólo en el Dios juez y ven sólo los pecados<br />

<strong>de</strong>l mundo, <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>mos que el reino <strong>de</strong> Dios está aquí, que la levadura está<br />

en la masa, que Dios es esa levadura, la semilla que germina, que es el<br />

Libertador, el Padre que trabaja por sus hijos, y que hay muchos hijos, que en<br />

todas las personas hay mucho <strong>de</strong> hijo, y que la aventura acaba bien, por la<br />

fuerza <strong>de</strong>l Espíritu, porque Dios nos quiere y es po<strong>de</strong>roso, porque está aquí su<br />

Viento, su Espíritu.<br />

Recobramos la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> Jesús que hace el cuarto evangelio: "La tienda <strong>de</strong><br />

Dios entre nosotros". Somos - la humanidad entera - un pueblo que camina, y<br />

Dios alienta a caminar, camina con nosotros, da <strong>de</strong> comer y <strong>de</strong> beber, es luz,<br />

está implicado en el viaje y garantiza la llegada.<br />

En el camino pue<strong>de</strong> pasar <strong>de</strong> todo, pue<strong>de</strong> parecer que todo se <strong>de</strong>rrumba, que<br />

no hay esperanza. Pue<strong>de</strong> quedar <strong>de</strong>struida la Ciudad Santa y arrasado el<br />

Templo <strong>de</strong> Dios, como le tocó contemplar a Jeremías. Jesús pue<strong>de</strong> ser<br />

crucificado. La humanidad pue<strong>de</strong> pasar por las más espantosas<br />

<strong>de</strong>generaciones y sufrimientos. En mi vida personal pue<strong>de</strong> cruzarse el mal,<br />

puedo arruinarme, pue<strong>de</strong>n morir mis seres queridos, mis planes pue<strong>de</strong>n<br />

quedar truncados por un cáncer, puedo ser esclavo <strong>de</strong> mis pecados y <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

luego puedo morir, y moriré. Pero nada <strong>de</strong> eso es más fuerte que mi fe en<br />

Jesús: si Dios ha compartido mi humanidad, mi humanidad está segura.<br />

Cuento con la presencia <strong>de</strong> Dios mismo en mi aventura: ni la vida ni la<br />

muerte, ni el pecado ni ninguno <strong>de</strong> los po<strong>de</strong>res <strong>de</strong>structores podrá contra la<br />

humanidad, porque Dios está en el ella.<br />

Si es ésta nuestra fe, esto hay que celebrarlo. Es esto lo que celebramos en<br />

Navidad.


<strong>ADVIENTO</strong> <strong>1º</strong> C 5<br />

Hoy se habla en el evangelio <strong>de</strong> señales. La más bonita es la <strong>de</strong> la higuera:<br />

unos retoños en los troncos muertos y se <strong>de</strong>spierta nuestra certeza <strong>de</strong> la<br />

primavera. Los pastores <strong>de</strong> Belén recibieron <strong>de</strong> los ángeles un mensaje "Os ha<br />

nacido un Salvador", y una señal "Encontraréis un niño envuelto en pañales y<br />

acostado en un pesebre". ¡Bonita señal!. La señal <strong>de</strong> Dios salvador es un niño<br />

pobre, como tantos.<br />

¿Hay señales en nuestro mudo?, ¿hay señales <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> Dios<br />

salvador? ¿hay señales <strong>de</strong> esperanza?. Sí, hay señales. ¿No son señales que<br />

ya la palabra "guerra" no es sinónimo <strong>de</strong> "gloria" o <strong>de</strong> "valor" sino <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sgracia, <strong>de</strong> error, <strong>de</strong> calamidad?. ¿No es señal que, aunque seguimos<br />

produciendo pobreza y explotación, sentimos cada vez más eso como un mal<br />

y lo hacemos disimulándolo y escondiéndolo, sabiendo que está mal? ¿No es<br />

señal que tanta gente, y tanta gente joven, se enrola cada vez más en<br />

movimientos <strong>de</strong> solidaridad y cooperación? ¿No es señal que nos<br />

preocupamos cada vez más por la ecología y sentimos temor por la<br />

<strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> la tierra? ¿No es señal que las religiones están empezando a<br />

sentir la necesidad <strong>de</strong> ser verda<strong>de</strong>ramente fermentos humanizadores y<br />

unificadores <strong>de</strong> los pueblos, que se avergüenzan <strong>de</strong> haber matado en nombre<br />

<strong>de</strong> su dios?<br />

Todas estas señales son niños pobres, en medio <strong>de</strong> un mundo ruidoso, rico y<br />

miserable, insaciable buscador <strong>de</strong> los placeres <strong>de</strong> la noche. Pero hay mucho<br />

niño pobre <strong>de</strong>spierto en la noche <strong>de</strong>l mundo. Muchas semillas, mucha<br />

levadura, mucho cariño, mucha familia profundamente unida, mucho trabajo<br />

silencioso y sacrificado, mucho i<strong>de</strong>alista que no busca medrar, muchas<br />

personas religiosas que se sienten comprometidas y no privilegiadas por su<br />

fe, muchas personas no-religiosas que se sienten comprometidas con la<br />

humanidad sin fundarlo en Dios. Hay mucho viento <strong>de</strong>l espíritu en este<br />

nacimiento <strong>de</strong>l tercer milenio, mucho motivo <strong>de</strong> celebración .... y mucho,<br />

muchísimo trabajo por hacer.<br />

Los que vamos a celebrar religiosamente la Navidad lo haremos celebrando la<br />

Eucaristía, es <strong>de</strong>cir, comulgando con Jesús como Jesús comulgó con nosotros,<br />

como comulga con nosotros Dios, diciendo que sí al compromiso que<br />

adquirimos en el Bautismo: nosotros, enrolados en lo <strong>de</strong> Jesús, trabajar a<br />

tiempo completo por hacer divino lo humano, por que los hijos puedan ser<br />

hijos, porque ningún hijo sea oprimido, ni por la pobreza ni por la ignorancia<br />

ni por la violencia ni por la injusticia ni por el <strong>de</strong>samor ni por la falta <strong>de</strong> fe.<br />

PARA NUESTRA ORACIÓN<br />

Los creyentes, y muchas personas <strong>de</strong> buena voluntad en nuestra sociedad y<br />

en el mundo entero, estamos -quizás hoy más que nunca- tentados <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sesperanza. ¿Hay salida a la violencia? ¿Hay solución para el terrorismo?<br />

¿Se pue<strong>de</strong> solucionar la <strong>de</strong>uda <strong>de</strong>l Tercer mundo? ¿Po<strong>de</strong>mos borrar el hambre<br />

<strong>de</strong>l Sur? ¿Se pue<strong>de</strong> salvar África <strong>de</strong>l Sida? ¿Po<strong>de</strong>mos salvarnos <strong>de</strong> la


<strong>ADVIENTO</strong> <strong>1º</strong> C 6<br />

corrupción política? ¿Pue<strong>de</strong> funcionar el mundo superando el hambre<br />

insaciable <strong>de</strong> las multinacionales? ¿Podrá occi<strong>de</strong>nte sobrevivir al hambre<br />

insaciable <strong>de</strong> consumo, <strong>de</strong> placer inmediato?<br />

Todo este cúmulo espantoso <strong>de</strong> amenazas a la humanidad, a la condición<br />

humana <strong>de</strong> nuestra existencia se parece a esas formidables acumulaciones <strong>de</strong><br />

monstruos <strong>de</strong>l Apocalipsis, que también parecen aterradoramente invencibles<br />

y están a punto <strong>de</strong> <strong>de</strong>vorar al niño recién nacido.<br />

Nosotros, los que creemos en Jesús, celebramos en Navidad la fuerza<br />

invencible <strong>de</strong>l niño pobre, la presencia silenciosa y todopo<strong>de</strong>rosa <strong>de</strong>l amor <strong>de</strong><br />

Dios que está aquí trabajando por lo humano. Nosotros, los creyentes, no<br />

tenemos soluciones milagrosas, no somos el Mesías que arreglará el mundo,<br />

no tenemos palabras <strong>de</strong> Dios para todo, no somos la luz <strong>de</strong> la humanidad<br />

para cada problema social, político o económico, no tenemos la fórmula<br />

mágica para acabar con el terrorismo, local e internacional, ni con la<br />

explotación <strong>de</strong>l sur, con la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>l planeta. Pero tenemos la Palabra,<br />

creo que tenemos hoy tres palabras.<br />

Primera palabra: creo. Y porque creo, espero. Ningún <strong>de</strong>sastre, ningún<br />

escándalo, ninguna inhumanidad podrá <strong>de</strong>struir nuestra esperanza. En las<br />

difíciles situaciones <strong>de</strong> nuestro mundo, <strong>de</strong> nuestra nación, <strong>de</strong> nuestra tierra,<br />

los <strong>de</strong> Jesús estamos comprometidos a mantener la esperanza, movidos por<br />

nuestra fe: por nuestra fe en Dios hecho hombre, en Jesús Dios-con-nosotros.<br />

Segunda palabra: comulgo. Con Jesús y con la humanidad entera. Si en algún<br />

momento, hoy más que nunca aceptar a Jesús es enten<strong>de</strong>r la vida como<br />

misión y compromiso. En comunión con Jesús y con la humanidad,<br />

construyendo el reino: no hay otra manera <strong>de</strong> ser cristiano.<br />

Tercera palabra: siembro. El reino no se construye, se siembra. La masa no<br />

se organiza, se fermenta. La paz no es el resultado <strong>de</strong> pactos <strong>de</strong><br />

conveniencia, sino <strong>de</strong> cambio <strong>de</strong> los corazones. La solidaridad internacional no<br />

es un ejercicio <strong>de</strong> economistas sino una cuestión <strong>de</strong> con-pasión. Como<br />

personas particulares, todos tenemos un oficio, una profesión, una función<br />

social. Como cristianos, tenemos una misión más profunda, mucho más<br />

silenciosa, personal y exigente: ser personas humanas y sembrar humanidad.<br />

La exigencia <strong>de</strong> una "santidad" personal, la conversión personal a los valores<br />

<strong>de</strong>l evangelio, es nuestra colaboración más importante. Solamente personas<br />

profundamente humanas construyen humanidad. A nosotros, como cristianos,<br />

no nos da el evangelio fórmulas políticas o económicas, soluciones concretas<br />

para los problemas concretos. Pero sabemos que los problemas <strong>de</strong> la<br />

humanidad sólo los resolverán personas con unas actitu<strong>de</strong>s y unos valores<br />

muy humanos: y esos valores y actitu<strong>de</strong>s sí están en el evangelio, sí son los<br />

valores que nosotros nos hemos comprometido a vivir y a sembrar. Sembrar<br />

esos valores, con la vida y la palabra, es la función <strong>de</strong> los cristianos y <strong>de</strong> la<br />

iglesia.


O R A C I Ó N (S A L M O 121)<br />

<strong>ADVIENTO</strong> <strong>1º</strong> C 7<br />

El CANTO RESPONSORIAL <strong>de</strong> hoy es el salmo 121. En él encontramos los<br />

cristianos un típico texto <strong>de</strong>l Antiguo testamento que "se <strong>de</strong>ja iluminar" muy<br />

bien, es <strong>de</strong>cir, que cobra sentido muy pleno <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Jesús.<br />

La "casa <strong>de</strong>l Señor, Jerusalén" es la plenitud a don<strong>de</strong> vamos. Cantamos la<br />

alegría <strong>de</strong>l peregrino que sabe que está llegando a la mansión segura, libre ya<br />

<strong>de</strong> las dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l camino, don<strong>de</strong> se reúnen por fin todos los Hijos.<br />

Los "tribunales <strong>de</strong> justicia" ansiados en una época en que la justicia era mal y<br />

poco impartida. "El Palacio <strong>de</strong> David", <strong>de</strong> don<strong>de</strong> la justicia se imparte para<br />

todo el pueblo.... es nuestro <strong>de</strong>seo profundo, el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> todo humano <strong>de</strong><br />

verse libre <strong>de</strong> lo injusto. La Justicia viene <strong>de</strong> Jesús, el Rey que viene.<br />

Finalmente, Jerusalén es también la Iglesia. Como el pueblo <strong>de</strong> Israel, la<br />

Iglesia es el lugar santo. La Iglesia, nosotros. Deseamos a la Iglesia todo bien.<br />

La Iglesia es presencia <strong>de</strong> la fuerza <strong>de</strong> salvación <strong>de</strong> Dios. Oramos pues por la<br />

Iglesia para que sea, como Jesús, fuerza <strong>de</strong> salvación, presencia <strong>de</strong><br />

esperanza.<br />

Qué alegría cuando me dijeron<br />

"Vamos a la Casa <strong>de</strong>l Señor"<br />

Ya están pisando nuestros pies<br />

tus umbrales, Jerusalén.<br />

Jerusalén está fundada<br />

como ciudad bien compacta.<br />

Allá suben las tribus<br />

las tribus <strong>de</strong>l Señor.<br />

Según la costumbre <strong>de</strong> Israel<br />

a celebrar el nombre <strong>de</strong>l Señor.<br />

En ella están los tribunales <strong>de</strong> justicia<br />

en el palacio <strong>de</strong> David.<br />

Desead la paz a Jerusalén:<br />

"Vivan seguros los que te aman,<br />

haya paz <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> tus muros,<br />

seguridad en tus palacios"<br />

Por mis hermanos y compañeros<br />

voy a <strong>de</strong>cir: "La paz contigo"<br />

Por la casa <strong>de</strong>l Señor nuestro Dios<br />

te <strong>de</strong>seo todo bien.

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