palabras de agradecimiento - Jesuitas de Loyola

AGRADECIMIENTOToki hau ezaguna zait. Izan ere, zuetako askok jakingo duzuen bezala,urtean bitan gradudunen izendatze ekitaldien eta beste ekitaldi ofizialbatzuen buru izatea egokitzen zait. Baina, hala ere, gaur ez zait hainerraza egiten hitz batzuk esatea. Horregatik ahaleginduko naiz laburraizaten, nahiz eta gauza asko eduki esateko, edo horregatik beragatik,gauza asko ditudalako esateko. Hitz gutxi batzuk, beraz. Lehenengoak,eskerrak emateko urte hauetako bidearen zati askotan zuen hurbiltasuna,adiskidetasuna, laguntasuna eskaini didazuelako. Zuek ondoan egon izanez bazinete, ez nintzateke gaur naizena izango. Eta, bigarrenak, aurrerabegira ere zuen laguntza eskatzeko, orain arte bezala, bidea elkarrekinegin dezagun. Hauxe da nire itxaropena: Jainkoak nigan hasi duenegintza, bukatu dezala. Eta itxaropen horrek oinarri sendo bat du:Jainkoak bidean jarri dizkidan laguntzak. Zuetako bakoitza bedeinkapenbat izan da, Jainkoak nire bizitzan jarri duen opari bat. Bihotzez, milaesker. Badakit ondoan izango zaituztedala.Aunque este lugar es escenario conocido, ya que aquí me toca presidir lasinvestiduras un par de veces al año, y algunos actos oficiales, no por ellome resulta hoy fácil hablar. No elegí la lectura del profeta Jeremíaspensando en este momento, pero lo primero que me sale es decir: ¡AyDios mío!, que no sé hablar, ¿qué digo?, ¡no soy digno de tanto!Unas palabras para intentar comunicaros un par de sentimientos, que mesurgen desde hace tiempo y que hoy se desbordan:La primera para expresar mi agradecimiento. Este es uno de esosmomentos que como al final de la experiencia de los EjerciciosEspirituales, uno pide ser consciente “de tanto bien recibido”. Y Diosme concede la gracia, de no sé si de todo, pero ciertamente me haceconsciente para sentir que he recibido mucho de cada uno de lospresentes. Quiero sintetizar este sentimiento con las palabras de Darío

Mollá, en su obra “Horizontes de vida (vivir a la ignaciana)”, cuyo títuloya es muy evocador para una celebración como ésta:El agradecimiento como actitud básica en la vida es la toma de concienciacotidiana de lo que voy recibiendo, la acogida de los bienes que me son dados yde las personas que me salen al encuentro, el vivir no tanto pendiente de lo queyo creo que merezco y no me dan, cuanto de lo que sin haber merecido, niesperado, ni pedido, he recibido y voy recibiendo día a día.Mi agradecimiento, a la Compañía de Jesús, y a cada uno de loscompañeros jesuitas, presentes y no presentes, de ellos y con ellos -yadesde los tiempos de colegial en Javier y Loyola previos a mi entrada enla Compañía- he ido aprendiendo a desarrollar una vocación que me hapuesto en camino para, como Abrahán cuando escuchó el “sal de tutierra a la tierra que yo te mostraré”, me ha puesto en camino para llegara ser lo que puedo ser y a poner en juego talentos que de otra manerahubieran quedado enterrados. La Compañía me ha dado formaciónacadémica, espiritual, humana, me ha dado amigos, y sobre todo me hadado mi identidad profunda y misión: saberme querido y llamado porDios para trabajar en las fronteras a favor de una humanidad rota quenecesita reconciliación.Mi agradecimiento, a vosotros amigos y amigas, compañeros de distintostramos de este camino, que en momentos pasados, presentes y, esperofuturos, me habéis conformado y me habéis ayudado a ser la persona, eljesuita que soy. Hago mías, especialmente hoy, las siguientes palabras dela CG 35:Compartir la misión con colaboradores nos anima a vivir más completa yauténticamente nuestra vocación religiosa de jesuita. Lo que aportamos a estasrelaciones es, en definitiva, nuestra propia identidad de hombres consagradospor los votos religiosos en el espíritu de las Constituciones, de hombres cuyaexperiencia de los Ejercicios Espirituales nos ha unido unos a otros en esteconcreto «camino hacia Dios », […con vosotros] llegamos a conocer mejornuestro propio camino y a vivirlo con nuevo celo y nueva comprensión.(Congregación General XXXV, Dec. 6, n. 15).

Gracias, por último, a mi familia. Sin vosotras, mis hermanas Luchi yRosa, sobrinos, tíos, primos y amigos, que soy parte de la familiaampliada en torno a La Venta, en torno a Cárcar, sin vosotrosciertamente hoy no sería lo que soy. Sin las actitudes que he aprendidoen casa, que nuestros padres nos enseñaron, no hubiese habido esa basepara que la Compañía intentara pulir y hacer de mi el jesuita que soy yquiero ser, hombre con los demás y para los demás. Cualquier palabraque diga se queda corta para agradecer todo el cariño, los desvelos, todoel apoyo… para que hoy sea realidad lo que estamos viviendo.Y junto al agradecimiento, hoy siento esa profunda humildad yconfianza, que os traslado también como petición. Soy consciente quehoy hago estos votos con la ayuda de todos vosotros. Os pido que sigáisayudándome, acompañándome con paciencia ante mis limitaciones, acumplir lo que he prometido. Sin la gracia de Dios y sin vuestra cercanía,vuestra amistad, vuestro compañerismo el futuro que tenemos delantesería un futuro imposible. Mi esperanza está en el Señor, que él que hacomenzado su obra en mí la lleve a término. Y esa esperanza estáfundada en las ayudas que me ha puesto en el camino: cada uno devosotros ha sido una bendición, un don que Dios ha puesto en mi vida.Muchas gracias a Dios y a vosotros. Eskerrik asko, Jauna.