Insultos discriminatorios en el ámbito laboral. - Inadi

INADI
Instituto Nacional contra la Discriminación,
la Xenofobia y el Racismo.
Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos.
I. DICTAMEN N° 001/08
“2008 - Año de la Enseñanza de las Ciencias”
Buenos Aires, 30-01-08
Llega a esta Asesoría Legal la denuncia MFN 1195,
presentada por el Sr. C. M. D. G. contra los Sres. J. E. V.
y R. V. A., a fin de determinar si los hechos denunciados
constituyen una conducta discriminatoria conforme los
términos de la ley 23.592.
II. DESCRIPCIÓN DEL CASO
Que a fs. 1 a 4 se presenta la denuncia del Sr. D. G.,
en la que se manifiesta que el denunciante, empleado de una
playa de estacionamiento perteneciente a los denunciados,
habría sido víctima de acoso laboral y específicos actos
discriminatorios por parte de los Sres. V. y V. A., en el
marco de su relación de trabajo.
A fs. 18 figura copia de un telegrama laboral (ley
23.789) enviado por el denunciante al Sr. V., en fecha 18
de julio de 2005. En el mismo, el denunciante solicita el
cese de las actitudes discriminatorias a las que atribuye
la finalidad de forzarlo a renunciar.
En dicho telegrama se detalla que el denunciado, Sr.
V., habría empleado para con el denunciante expresiones
tales como “negro”, “inútil”, “te voy a cortar las patas”,

“que regrese a mi país”, “que todos los bolitas son
iguáles”, “te voy a quemar el hígado” (sic.).
A fs. 19 figura copia de una carta documento que el
Sr. V. A. habría enviado en respuesta al telegrama laboral
antes mencionado. En la misma, el Sr. V. A. niega
categóricamente haberse referido al denunciante en los
términos descriptos en el telegrama laboral.
A fs. 20 figura copia de un telegrama que el Sr. V.
habría enviado en respuesta al telegrama laboral
mencionado. El Sr. V. también niega haberse referido al
denunciante en los términos reseñados anteriormente.
En fecha 8 de mayo de 2006 se tomó en este Instituto
declaración testimonial al Sr. A. S. M., testigo presentado
por el denunciante. El Sr. M. ratificó lo sostenido en la
denuncia, dado que testificó que, hasta que dejó de
trabajar en la paya de estacionamiento en el año 2005, el
Sr. V. en varias oportunidades se habría referido al
denunciante en los términos: “negro de mierda, por qué no
te vas a tu país” (sic.) (conforme fs. 22).
El día 21 de junio de 2006, en este Instituto se tomó
declaración testimonial al Sr. E. A. R., testigo ofrecido
por el denunciante. El Sr. R. también ratificó lo sostenido
por el denunciante, dado que sostuvo que, en varias
oportunidades presenció agresiones como: “negro de mierda,
por qué no te volvés a tu país, negro pata sucia” (sic.)
(conforme fs. 23).
A fs. 27 figura el descargo presentado por los
denunciados. En el mismo se sostiene respecto del Sr. V. A.
que en la denuncia no se le atribuye a él ninguna de las
expresiones discriminatorias contra el denunciante. En
relación con el Sr. V., se niega categóricamente que
hubiera proferido los comentarios que se le atribuyen en la

denuncia. Asimismo, se agrega que el Sr. V. se encontraría
bajo tratamiento psiquiátrico (lo cual aparecería
confirmado por certificados médicos obrantes a fs 32 y 33).
En el descargo de fs 27 también se sostiene que, en
alguna oportunidad, el Sr. V. habría llamado la atención
del denunciante, por motivos de incumplimiento laboral, y
se relata que habría sido el propio denunciante quien
habría agraviado al denunciado.
A fs. 39 y 40 figura el relato de un nuevo hecho de
discriminación que habría tenido lugar por parte del Sr. V.
contra el denunciante. Se sostiene que el día 28 de
diciembre de 2006, en horas del mediodía, el denunciado
habría quitado una silla en la cual el denunciante habría
estado sentado, al tiempo que manifestaba: “este negro no
debería sentarse” y “negro boludo” (sic.).
En fecha 20 de abril de 2007 se tomó declaración
testimonial en este Instituto al Sr. C. E. A. A., testigo
presentado por la parte denunciada. En su testimonio el Sr.
A. A. sostuvo que él utilizaría la playa de estacionamiento
cuatro veces a la semana y que nunca habría presenciado
incidente alguno entre los denunciados y sus empleados
(conforme fs. 41 y 42).
A fs. 44 figura un nuevo descargo de los denunciados,
en el cual se reitera que no surge de lo obrado en el
expediente que el Sr. V. A. haya tenido participación en
hecho discriminatorio alguno.
Con respecto al Sr. V., se sostiene en el descargo que
si hubiera manifestado algún improperio al denunciante,
ello se habría debido a la grave depresión que sufriría y
que de haber sido así se pedía disculpas al denunciante
(conforme fs. 44).

El día 6 de julio de 2007 el denunciante ratificaría
su denuncia, relatando que se habría desvinculado
laboralmente de los denunciados en fecha 20 de abril, dado
que la situación se habría vuelto intolerable (conforme fs.
49).
III. ADVERTENCIA PRELIMINAR
A modo de premisa esencial, debe delimitarse el ámbito
de competencia del INADI, tendiente a determinar la
existencia o inexistencia de un acto o conducta
discriminatoria en los términos de la ley 23.952 y, en
consecuencia, establecer el curso de acción correspondiente
conforme lo establecido en la ley 24.515.
Debe señalarse que la actividad probatoria obrante en
estas actuaciones administrativas es indiciaria, a los
fines de establecer el encuadre normativo de la situación
fáctica descripta. La elaboración del presente informe de
carácter no vinculante agota el curso de acción del INADI,
sin crear, modificar o extinguir derechos, dado que la
determinación de la existencia de un daño queda reservada a
la órbita del Poder Judicial.
IV. ANÁLISIS DEL CASO
En primer lugar, debe remarcarse que si bien los
denunciados han negado la existencia de las expresiones que
se le atribuyen al Sr. V., dichas expresiones aparecen
corroboradas por los testimonios reseñados, obrantes a fs.
22 y 23.
Tanto el Sr. A. S. M., como el Sr. E. A. R.
coincidieron en que el Sr. V. se refirió al denunciante
como “negro de mierda” (sic.), en varias oportunidades
(conforme fs. 22 y 23).

En virtud de ello, se tendrá por cierto que el Sr. V.
se refirió al denunciante empleando la expresión
mencionada. Por el contrario, no puede sostenerse que el
Sr. V. A. haya tenido un comportamiento similar.
Sentado ello, corresponde analizar si tales
manifestaciones constituyen o no actos o conductas
discriminatorios en los términos de la ley 23.592.
El artículo 1° de la ley en cuestión establece que:
“Quien arbitrariamente impida, obstruya, restrinja o de
algún modo menoscabe el pleno ejercicio sobre bases
igualitarias de los derechos y garantías fundamentales
reconocidos en la Constitución Nacional, será obligado, a
pedido del damnificado, a dejar sin efecto el acto
discriminatorio o cesar en su realización y a reparar el
daño moral y material ocasionados.
A los efectos del presente artículo se considerarán
particularmente los actos u omisiones discriminatorios
determinados por motivos tales como raza, religión,
nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo,
posición económica, condición social o caracteres físicos.”
Debe tomarse en consideración que la ley 23.592
resulta corolario de numerosos reconocimientos del derecho
a la igualdad y no discriminación. Desde 1853 el Estado
Argentino estableció a través del artículo 16 de su
Constitución Nacional que “Todos sus habitantes son iguales
ante la ley y admisibles en los empleos sin otra condición
que la idoneidad.”
Por otro lado, desde el 5 de septiembre de 1984 el
Estado Argentino se encuentra obligado internacionalmente a
respetar y garantizar el derecho a la igualdad y no
discriminación en virtud del depósito del instrumento de
ratificación de la Convención Americana sobre Derechos

Humanos, la cual establece en su artículo 24 que: “Todas
las personas son iguales ante la ley. En consecuencia,
tienen derecho, sin discriminación, a igual protección de
la ley.”
Es dable recordar que este instrumento internacional
goza, además de su valor vinculante como tratado
internacional, de jerarquía constitucional, merced a lo
dispuesto por el artículo 75 inciso 22 de la Constitución
Nacional, luego de la reforma constitucional del año 1994.
Se debe tomar en consideración que las expresiones
proferidas al denunciante se realizaron con evidentes
ánimos de insultarlo. En este sentido, un insulto es la
acción de ofender a alguien provocándolo e irritándolo con
palabras o acciones (conforme el Diccionario de la Real
Academia Española, < www.rae.es >). Es decir, el insulto
tiene por finalidad ofender a la otra persona
Ahora bien, usar el color de piel o la nacionalidad de
una persona como criterio para ofenderla, como ocurrió en
el presente caso, resulta un acto claramente
discriminatorio. Ello es así sin siquiera importar si las
características físicas de la persona resultan
efectivamente coincidentes o no con el insulto proferido.
Ello no podría ser de otro modo, dado que subyace a tal
idea la afirmación de un disvalor en el color de piel o la
nacionalidad de un individuo.
Corresponde a esta Asesoría Legal recordar que a fs.
44 los denunciados sostuvieron que, en el caso de que algún
improperio hubiera sido dicho, se pedía disculpas por tal
hecho. Tales disculpas, sobre hechos no reconocidos, deben
ser merituadas positivamente por esta Asesoría, no obstante
lo cual carecen de entidad para borrar el carácter
discriminatorio de los insultos proferidos.

En sentido similar, los denunciados sostuvieron que,
de haber tenido lugar los hechos no reconocidos, ello
habría sido debido a la grave depresión que sufriría el Sr.
V.. No obstante encontrarse acreditado tal padecimiento,
conforme certificado médico adjunto, corresponde a esta
Asesoría Legal dejar en claro que ello tampoco posee
entidad para eliminar el carácter discriminatorio de las
expresiones analizadas.
Se debe recordar que el insulto es un acto, una acción
y no un mero enunciado de ideas, expresión de opiniones o
transmisión de contenidos. Este insulto se produce en
condiciones concretas, que son las que hacen a la
discriminación. El insulto constituye un acto
discriminatorio, en tanto reproduce la estructura de
funcionamiento del prejuicio y lo naturaliza y perpetúa
hasta convertirse en su forma básica más extendida. 1
V. CONCLUSIÓN
En el presente caso, las manifestaciones proferidas
constituyen actos discriminatorios y le son atribuibles al
denunciado Sr. E. V..
Por los motivos hasta aquí expuestos, esta Asesoría
Legal considera que el insulto proferido constituyó un acto
discriminatorio en los términos de la ley 23.592.
Es cuanto considero pertinente informar.
1 Delfino, Silvia, “Insultos, burlas y agresiones verbales como actos
discriminatorios que promueven o incitan la violencia hacia algunos grupos y
restringen o menoscaban el pleno ejercicio de sus derechos”.

D. A. G – S.
Asesor Legal