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Del Arte Moderno al Arte Contemporaneo - Universidad ...

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Y lo que es más interesante: este inédito sujeto soci<strong>al</strong> habría adquirido t<strong>al</strong> nivel<br />

de potencia productiva y cognitiva soci<strong>al</strong> –o de conocimiento– que su rol en la<br />

producción vuelve innecesario el mando del capit<strong>al</strong>. En otras p<strong>al</strong>abras, la nueva<br />

sociedad en la que estaríamos inmersos, no necesitaría de intermediaciones, ni<br />

siquiera simbólicas, para ser, para inventarse, para crearse y ser radic<strong>al</strong>mente<br />

libre. Estamos hablando de la pura presencia, de una presencia que ya por el<br />

hecho de ser t<strong>al</strong>, es deconstituyente del viejo poder y constituyente del nuevo.<br />

Sin embargo de esta re<strong>al</strong>idad, el hecho de que el capit<strong>al</strong> haya logrado<br />

imponer su mando en los cambios tecnológicos le ha facilitado la capacidad de<br />

asignar el v<strong>al</strong>or de la producción que controla, lo cu<strong>al</strong> ha llevado a que también<br />

en las artes se imponga su arbitrariedad v<strong>al</strong>orativa. Con esto y nuevamente, el<br />

arte contemporáneo, por lo menos el ofici<strong>al</strong>, que no deja de ser también ahora<br />

una simbolización de lo que pasa en la economía mundo, vuelve en<br />

consecuencia a registrar los cambios soci<strong>al</strong>es anotados.<br />

Es por esto que, cuando se habla de la virtu<strong>al</strong>ización de la economía<br />

capit<strong>al</strong>ista se está <strong>al</strong>udiendo a que la vieja ley del v<strong>al</strong>or habría terminado. Es<br />

decir, que el tiempo de trabajo soci<strong>al</strong>mente necesario ya no es la clave para<br />

saber cuánto v<strong>al</strong>en las mercancías, y entre ellas, las artísticas. Hoy, gracias a la<br />

informática se puede producir más, en menor tiempo, con mayor c<strong>al</strong>idad, a<br />

menor precio y con menos mano de obra. El tiempo expropiado e incorporado<br />

en los nuevos medios de producción, ha permitido a sus dueños una mayor<br />

control y la posibilidad de dictar el v<strong>al</strong>or de sus mercancías, las cu<strong>al</strong>es v<strong>al</strong>en<br />

ahora lo que el capit<strong>al</strong> dice que v<strong>al</strong>en. Esta flotación del v<strong>al</strong>or ha llevado a lo que<br />

se llama la financiarización de la economía y, a un tiempo en donde se vive y se<br />

muere por v<strong>al</strong>ores ficcion<strong>al</strong>es.<br />

El símbolo de esta situación es el dólar, una moneda de confianza cuya<br />

resp<strong>al</strong>do princip<strong>al</strong> ya no es el oro ni la productividad de las empresas gringas,<br />

sino las once flotas que han desplegado por los mares del mundo y, las 800 ó<br />

más bases militares con las cu<strong>al</strong>es amenazan y atacan a quienes a ellos les da la<br />

gana.<br />

Esta arbitrariedad, como he dicho, <strong>al</strong>canza a las artes sistémicas cuyos<br />

v<strong>al</strong>ores también se han vuelto virtu<strong>al</strong>es y arbitrarios en correspondencia a la<br />

economía en la cu<strong>al</strong> se inscriben. Muchas obras de arte contemporáneo en los<br />

mercados capit<strong>al</strong>istas centr<strong>al</strong>es, v<strong>al</strong>en lo que se paga por ellas<br />

independientemente del v<strong>al</strong>or intrínseco que antes las v<strong>al</strong>orizaba, digamos la<br />

historia del arte, el virtuosismo del artista o la crítica seria. Estas obras flotan<br />

como flota el dólar: sin otro resp<strong>al</strong>do que la p<strong>al</strong>abra del emisor, pero también,<br />

gracias <strong>al</strong> apoyo ideológico de la red institucion<strong>al</strong> que sirve para el montaje de<br />

estas tramoyas. Entonces, una cabeza de vaca podrida, un montón de enlatados<br />

en cuyas etiquetas se lee “mierda de artista”, un busto de sangre congelada o<br />

unos reflejos del sol que unos espejos proyectan sobre una pared, son c<strong>al</strong>ificados<br />

de obras de arte contemporáneo, en una apología del nihilismo, la ban<strong>al</strong>idad, el<br />

vació existenci<strong>al</strong> y el desprecio a las culturas humanas. Dicho con otras<br />

p<strong>al</strong>abras: una apología de “v<strong>al</strong>ores” que emp<strong>al</strong>man muy bien con el régimen<br />

glob<strong>al</strong>itario que cada vez más si inclina hacia lo tecno fascista.<br />

No obstante, el delirio financiarizado del capit<strong>al</strong> transnacion<strong>al</strong> que<br />

sustenta y controla esta burbuja artística y sus extravagancias, es un hecho que<br />

también se han liber<strong>al</strong>izado los recursos expresivos en manos de la nueva<br />

sociedad (nuevos sujetos), la cu<strong>al</strong>, con estos y con otros medios, se lanza de<br />

manera masiva a b<strong>al</strong>bucear en <strong>al</strong>gunos casos y en otros, a decir lo suyo. Así<br />

vemos por ejemplo en nuestras ciudades el inconmesurable movimiento

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