Escucha a tu corazón - Prisa Ediciones

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ESCUCHA A TU CORAZÓN
ESTAMOS AQUÍ
PARA APRENDER
LECCIONES, Y
EL MUNDO ES
NUESTRO MAESTRO
Si no aprendemos una lección,
¡debemos recibirla una y otra vez!
Cuando aprendemos una lección,
avanzamos a la siguiente.
(¡Las lecciones nunca se agotan!)
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ANDREW MATTHEWS

ESCUCHA A TU CORAZÓN
¿POR QUÉ DEBO PADECER DESGRACIAS?
LECCIONES
VIVIR Y APRENDER
Puedes tener algo frente a tus narices...
Cuando tenía diez años de edad, mi bien más preciado era la
pelota de fútbol: comía con ella, dormía con ella y la limpiaba
cada semana... algo que no hacía con mis zapatos. Sabía todo
sobre fútbol, pero en cuanto a otras cosas, como de dónde vienen
los bebés, tenía ideas muy vagas.
Una tarde, mientras jugaba en la calle, perdí mi preciada
pelota. La busqué por todas partes. Creí que alguien la había
robado.
Finalmente, vi a una mujer que parecía ocultar algo bajo su
abrigo. Caminé resueltamente hacia ella y le dije: “¿Se puede
saber por qué tiene mi pelota bajo su
ropa?”.
Resultó que ella no tenía mi
pelota, pero esa tarde aprendí de
dónde vienen los bebés y cuál es
el aspecto de las mujeres con
nueve meses de embarazo.
Más tarde, ese mismo día,
encontré mi pelota.
Lo que me pareció
más fascinante fue que
antes de los diez años,
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ANDREW MATTHEWS
nunca había reparado en las mujeres embarazadas, y después
de ese incidente parecían estar en cada esquina.
SABIDURÍA AL MINUTO
Llegan momentos en la vida en que estamos listos para
recibir nueva información. Mientras tanto, podemos tener
algo frente a nuestras narices y no notarlo.
¿Por qué debo padecer desgracias?
Las únicas ocasiones en que la mayoría de las personas aprendemos
algo, ¡es cuando caemos de espaldas! ¿Por qué? Porque
es más fácil no cambiar. Por eso continuamos haciendo lo mismo
hasta que chocamos contra un muro de ladrillos.
Por ejemplo, piensa en la salud. ¿En qué momento modificamos
nuestra alimentación y empezamos un régimen de ejercicio?
Cuando nuestro cuerpo está desmoronándose, cuando el
doctor dice: “Si no cambias tu estilo de vida, ¡vas a matarte!”.
¡De repente nos sentimos motivados!
En las relaciones, ¿cuándo decimos a nuestra pareja lo mucho
que la queremos? ¡Cuando el matrimonio o la familia están
desmoronándose!
En la escuela, ¿cuándo nos decidimos a estudiar? Cuando
estamos a punto de reprobar. En los negocios, ¿cuándo probamos
ideas nuevas y tomamos decisiones drásticas? Cuando
no podemos pagar nuestras cuentas. ¿En qué momento aprendemos
por fin sobre el servicio al cliente? ¡Cuando los clientes
se han ido!
¿En qué momento solemos rezar? ¡Cuando nuestra vida está
desmoronándose! “Dios mío, sé que no he hablado contigo desde
la última vez que derramé el yogur sobre el ventilador...”

ESCUCHA A TU CORAZÓN
Las lecciones más importantes son las que aprendemos
cuando las cosas se ponen difíciles. ¿En qué momento has tomado
las decisiones más importantes de tu vida? Cuando estabas
por los suelos, luego de las desgracias, los rechazos, las
patadas. Es entonces cuando nos decimos: “Estoy harto de estar
quebrado, harto de que me traten con la punta del pie. Estoy
harto de ser mediocre. Voy a hacer algo”. El éxito es digno de
celebrarse, pero no nos enseña mucho. El fracaso duele, y es
entonces cuando aprendemos. En retrospectiva, vemos que las
“desgracias” que vivimos fueron momentos decisivos.
Las personas exitosas
no salen a buscar problemas,
pero cuando reciben
una bofetada, se preguntan:
“¿Qué necesito cambiar
de lo que pienso y
hago? ¿Cómo puedo ser
mejor de lo que soy ahora?”.
Los perdedores ignoran
todas las señales de
advertencia. Cuando el
techo se derrumba, se
preguntan: “¿Por qué
todo me pasa a mí?”.
Somos criaturas de
costumbres. Continuamos
haciendo lo mismo
hasta que nos vemos obligados
a cambiar.
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ANDREW MATTHEWS
Al abandona a su novia Mary. Desolada, se encierra en su
habitación una semana entera. Gradualmente empieza a llamar
a sus viejos amigos y a conocer otros. Pronto se muda de casa
y cambia de empleo. Al cabo de seis meses se siente más feliz
y confiada que nunca, y la “desgracia” de perder a Al se convierte
en lo mejor que le ha pasado en la vida.
Fred pierde su empleo. Incapaz de encontrar trabajo, inicia
un pequeño negocio. Por primera vez en su vida es su propio
jefe y hace lo que en verdad le gusta. Aún tiene problemas, pero
su vida cobró un nuevo significado y es más emocionante, todo
gracias a una aparente desgracia.
ENTONCES, ¿LA VIDA ES UNA SERIE DE DOLOROSAS
TRAGEDIAS?
No necesariamente. El universo siempre está llamando nuestra
atención con ligeros codazos. Si los pasamos por alto, utilizará
un martillo.
El crecimiento es más doloroso cuando nos resistimos a
crecer.
Lecciones
Hay cuestiones que están más allá de nuestra comprensión.
Cuando un niño nace con sida, cuando una madre joven es
asesinada durante un asalto, cuando un pueblo entero es arrasado
por una inundación, no podemos evitar preguntarnos: “¿Por
qué?”. Parece no haber respuestas para estas preguntas. Pero
en otro nivel, en el “nivel de la vida cotidiana”, podemos hallar
algunas pistas.
¿Has notado que a ciertas personas siempre les pasan las
mismas cosas? Louise pierde su empleo cada seis meses, a Frank

ESCUCHA A TU CORAZÓN
lo demandan cada año, Jim siempre se intoxica con alimentos
durante sus vacaciones.
A ciertas personas no les suceden algunas cosas. A Jim nunca
lo despiden, Louise nunca va a la corte y Frank no envía
tarjetas postales desde el hospital.
Cada persona recibe lecciones especiales. Es posible reaccionar
a esto de tres maneras diferentes. Podemos decir:
y “Mi vida es una serie de lecciones que necesito,
en la secuencia perfecta.” (Es el enfoque más sano;
garantiza la máxima tranquilidad.)
y “La vida es una lotería, pero saco el mejor partido
de lo que se presenta.” (La segunda mejor opción;
ofrece una calidad de vida promedio.)
y “¿Por qué me pasa todo lo malo?” (Garantiza la
máxima aflicción y frustración.)
Continuamente enfrentamos lecciones. Si no las aprendemos,
debemos recibirlas una y otra y otra vez.
Llámalo como quieras, plan divino o desarrollo natural de los
acontecimientos, está sucediendo. Te guste o no, está ocurriendo.
Asume la responsabilidad o considérate víctima, combátelo o
ignóralo, está ocurriendo. Ha ocurrido durante toda tu vida. Cada
vez que un vecino te trató mal, un vendedor te timó o un amante
te abandonó, había una lección frente a tus narices.
Si nos sentimos desgraciados siete días a la semana, es probable
que hayamos pasado por alto una lección. Si una y otra
vez perdemos empleos, amantes, dinero... es señal de que no
hemos prestado atención. Como dijo una joven: “¡Tengo los
problemas de siempre en pantalones diferentes!”.
Lo peor que podemos decir es: “¡No es justo!”.
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ANDREW MATTHEWS
SABIDURÍA AL MINUTO
No estamos aquí para recibir un castigo. Estamos aquí
para aprender. Todo acontecimiento tiene el potencial de
transformarnos, y las tragedias son las que más pueden
cambiar nuestra forma de pensar. ACTÚA COMO SI CADA
ACONTECIMIENTO TUVIERA UN PROPÓSITO Y TU VIDA
TENDRÁ UN PROPÓSITO. Descubre por qué necesitabas
una experiencia, sal venturoso de ella y no la necesitarás
otra vez.
Puedo hacer lo que sea,
¡excepto eso!
Normalmente posponemos nuestras lecciones más importantes.
Podemos decir sobre la relación espinosa con nuestra
madre: “Después de todas las cosas desagradables que ha
dicho, puedo hacer cualquier cosa excepto amarla”. ¡Cierto!
Es probable que en este momento puedas hacer cualquier cosa
excepto ésa. Por eso es tu lección. ¡Crecer significa entrar en
terreno desconocido!
¡MI EX MARIDO ES INSOPORTABLE!
Divorciarnos de alguien no significa que haya concluido nuestra
clase con esa persona. Si el matrimonio ha terminado, pero
seguimos culpándolas de nuestra desgracia y nuestra hipoteca,
¡seguimos enganchados a ellas! Seguimos vinculados porque
hay más que aprender.
“¡Pero ese tipo es un zopenco! ¡Puedo hacer lo que sea excepto
perdonarlo!” Tal vez perdonarlo sería lo más difícil y
probablemente no tengas facilidad para hacerlo; por eso recibes
la oportunidad de practicarlo. Puedes posponer la clase, pero si
quieres que tu vida y tu salud mejoren, algún día deberás to-

ESCUCHA A TU CORAZÓN
marla. Si creemos que alguien está arruinando nuestra vida, esa
creencia lo convertirá en realidad. Puede parecer que ellos
bloquean el camino hacia nuestra felicidad. De hecho, nosotros
somos quienes lo bloqueamos, porque elegimos cómo vemos a
la gente.
MI JEFE ES UN GUSANO. NO ES MI CULPA. ¡ÉL NECESITA
DEJAR DE SER UN GUSANO! (ENTONCES, ¿CUÁL ES MI
LECCIÓN?)
Mientras sigas pensando que tu jefe es un gusano, seguirá siendo
un gusano. Y no hay problema en pensar que lo es. En el
momento que decidas cambiar y, por ejemplo, concentrarte en
sus virtudes, dejar de juzgarlo o incluso ponerte en sus zapatos,
el problema desaparecerá.
“¿Pero cómo?”, te preguntarás. Hay mil posibilidades: a) puede
responder a tu cambio de actitud y empezar a abrirse, b) puede ser
transferido a otro departamento, c) tú puedes encontrar otro empleo,
d) él puede encontrar otro empleo, e) puede llegar a simpatizarte.
(¡En serio!) ¿Cuántas veces entablamos amistad con personas que
al principio no tolerábamos?
Cuando tú cambias, tu situación cambia. Es una ley. No
necesitas entender cómo ocurrirá. Tu transformación modifica
tus circunstancias. Pero tu cambio debe ser honesto. Puedes
decir: “Me resignaré a Fred, pero sigo pensando que es un
idiota”. Sin embargo, ¡ésa no es una transformación importante
de tu parte!
¿Cuánto tardará? El tiempo que tardes en cambiar.
¿Por qué no simplemente busco otro empleo? Puedes hacerlo,
pero lo más probable es que termines trabajando para otro
gusano. ¡Todo es parte del gran plan de estudios cósmico!
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ANDREW MATTHEWS
Tal vez si me mudo de ciudad podré empezar
de nuevo
¡Falso! En general, ¡el mejor lugar para empezar de nuevo es
justo donde estás! Por ejemplo, Fred debe dinero a la mitad del
vecindario, y piensa: “¡Tal vez debería mudarme!”. Pero cuando
se muda, llevará sus pensamientos y hábitos con él, y éstos
son los que moldean su vida. Fred cambia de ciudad y atrae las
mismas situaciones, y otro montón de furiosos acreedores.
Si eres derrochador y te mudas a Argentina, seguirás siendo
un derrochador. El mejor consejo para Fred es: “Antes de mudarte
de casa, ¡considera cambiar tu manera de pensar!”.
LAS LECCIONES NOS PERSIGUEN POR TODO EL MUNDO
Para la familia de Jill, “dinero” era una grosería. Sus padres no
eran precisamente pobres, pero a ella le avergonzaba pedirlo,
ellos no querían compartirlo y toda la familia discutía por él.
Jill dejó su casa, se mudó a Barcelona y se casó con un hombre
que gana mucho dinero, ¡pero que no le da nada! Cuando bajas
del avión, ¡tus lecciones están ahí para recibirte!
SI TAN SÓLO PUDIERA IR AL TÍBET, ENCONTRARÍA EL
SIGNIFICADO DE LA VIDA...
A ciertas personas se nos ocurren ideas monumentales acerca
de viajar a tierras lejanas para encontrar el significado de la
vida. Jim viaja al Himalaya. Un día, sentado en una polvorienta
esquina, atormentado por la diarrea y anhelando un baño
caliente, una nueva idea lo deslumbra: “¡Tal vez pueda lograr
la iluminación en el Ritz Carlton!”.
Buscar el significado de la vida en el Tíbet es una idea muy
romántica, ¡pero la iluminación en el Tíbet es para los tibetanos!
Para la mayoría de nosotros, el significado de la vida está en
nuestros barrios residenciales.

Lecciones que tememos
ESCUCHA A TU CORAZÓN
La única manera de vencer el miedo es enfrentarlo. Como
siempre atraemos las experiencias que necesitamos para aprender,
a menudo atraemos lo que más tememos.
Por tanto, si tienes un temor irracional a endeudarte, lo
más seguro es que llegues a
conocer esa experiencia a
fondo. Si temes la soledad,
la atraerás. Si temes quedar
en ridículo, caerás de bruces
en el piso. Es la manera
en que la vida fomenta
nuestro crecimiento.
SABIDURÍA AL MINUTO
Cada uno de nosotros es una causa. Nuestros pensamientos
atraen y crean situaciones. Si cambiamos, atraemos
situaciones distintas. Mientras no aprendamos nuestras
lecciones sobre las deudas, el trabajo o el amor, seguiremos:
a) atascados en la misma lección, b) recibiendo la
misma lección en diferentes envolturas.
La vida es así. Si quiere prevenirnos sobre algo, nos
arroja pequeños guijarros. Si ignoramos los guijarros, nos
golpea con un ladrillo. Si no tomamos en cuenta el ladrillo,
nos saca de combate con una piedra. Si somos honestos,
podemos identificar cuándo pasamos por alto las señales
de alarma. Y luego tenemos el descaro de preguntar. “¿Por
qué a mí?”.
Vivir y aprender
“Sólo cuando descendemos al fondo del abismo
podemos recobrar los tesoros de la vida.
Ahí donde tropiezas
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ANDREW MATTHEWS
yace tu tesoro.
La cueva a la que más temes entrar
resulta ser la fuente
de lo que buscabas.”
JOSEPH CAMPBELL
La vida no tiene que ser dolorosa siempre, pero el dolor es
el motivo principal por el que cambiamos. Si no sentimos dolor
podemos seguir fingiendo. Nuestro ego dice: “Estoy bien”.
Cuando la situación es suficientemente dolorosa —por ejemplo,
cuando estamos muy solos o asustados—, quedamos desprotegidos.
Nuestro ego ya no tiene justificaciones y nos abrimos.
El dolor nos incita a tomar las cosas con seriedad.
Siempre es más fácil hablar con filosofía del dolor de los
demás. Decimos acerca de Jim: “Quedar en bancarrota fue una
buena lección para él”. De Mary decimos: “El divorcio la ayudó
a valerse por sí misma”. Todos estamos de acuerdo en algo:
“Los desafíos te hacen más fuerte”.
Pero cuando se trata de desafíos propios, no somos tan
entusiastas. Decimos: “Señor, ¿por qué esto? ¡Concédeme un
desafío cómodo!”. Por desgracia, los desafíos auténticos no son
cómodos.
Si tan sólo la gente que me rodea fuera
mejor...
Podemos pensar acerca
de nuestra vida: “Si no
tuviera que lidiar con
mi perezoso marido
y estos muchachosescan-

ESCUCHA A TU CORAZÓN
dalosos, podría dedicarme a mi crecimiento personal...”. ¡Falso!
Ellos son tu crecimiento personal.
Las personas que nos rodean son nuestros maestros. Los
maridos que roncan y dejan abiertas las puertas de los armarios,
los hijos “malagradecidos”, los vecinos que se estacionan frente
a la entrada de tu casa... No podemos decir durante mucho
tiempo: “¡Yo sería más feliz si esta gente se organizara!”.
Si tu esposa te hace enojar, tu misión consiste en manejar
eficazmente la ira. Y tienes a la persona perfecta para hacerlo en
tu propia casa. ¡Un compañero de prácticas! ¡Qué afortunado!
Tal vez pienses: “¡Me divorciaré de ella! ¡Eso acabará con
el problema!”. Pero sólo acabará con el problema hasta que te
cases con otra persona, la cual también te hará enojar.
SABIDURÍA AL MINUTO
Todas las personas presentes en tu vida son maestros. Aun
si te vuelven loco, te enseñan al mostrarte cuáles son tus
límites. El hecho de que sean tus maestros no significa que
deban simpatizarte.
Paso a paso
La vida es como una escalera. Para subir debemos resolver el
peldaño en que estamos, llámese trabajo, relaciones, dinero o
lo que sea. Una vez que está resuelto, avanzamos al siguiente.
Las personas abordan los peldaños de distinta manera:
“Odio este peldaño, quiero estar en otro.” Aquí es cuando
nos quedamos atascados.
“Quiero la escalera de otra persona.” A eso se le llama
envidia.
“Al demonio con esta escalera. Voy a saltar.” A eso se le
llama suicido.
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ANDREW MATTHEWS
Si estamos atascados debemos preguntarnos: “¿Qué no he
resuelto?”.
¿Cuándo se simplificará mi vida?
¡Nunca! Pero puedes aprender a manejarla mejor. Cuando te
inscribes en el planeta Tierra, te haces acreedor a la “clase de
por vida”, lo cual significa que mientras respires, las lecciones
continuarán sin pausa.
Creemos que al salir del nivel preescolar,
de la escuela primaria, de la
pubertad —o que al empezar a trabajar—
la vida será más sencilla.
No es así. ¡Nadie nos lo advirtió!
No es de extrañar que nos sintamos frustrados.
Hay personas que, a la distancia, parece que se la pasan en
grande, pero tienen sus propios problemas. Bill parece vivir en
el paraíso: se retira con una jugosa pensión, su casa está totalmente
pagada, tiene un bonito auto, come en restaurantes finos,
sale de vacaciones al extranjero, juega un poco de golf. Lo que
no sabes es que demandó a su compañía de seguros, su techo

ESCUCHA A TU CORAZÓN
tiene goteras, su hijo es adicto a la cocaína y algún ladrón habrá
robado su reproductor de video para mañana a esta hora.
Todos enfrentamos nuevos retos constantemente.
Otra razón por la que la vida no se
simplifica...
Cuando las cosas se vuelven demasiado sencillas, buscamos más
problemas. Pensamos: “Puedo hacer esto con los ojos cerrados.
¡Necesito un reto!”. Cuando la vida se simplifica demasiado,
¡empezamos a formar una familia! Cuando la casa está totalmente
pagada, ¡compramos una más grande! El mundo no es el
único que nos complica la vida, nosotros también lo hacemos.
Entonces, ¿qué hago para no volverme loco?
Todo depende de tu enfoque.
y Nunca te digas: “No puedo relajarme y disfrutar hasta
que...”. Relájate y disfruta en cualquier situación.
y Pregúntate a menudo: “¿Qué estoy aprendiendo de
esto?”.
La vida nunca se nos da envuelta para regalo. La gente piensa
que la felicidad es una especie de oasis lejano, como si gatearan
a través del desierto y siguieran una señal que dice:
“FELICIDAD”. “Si puedo llegar ALLÁ, entonces seré feliz.”
Lo tienen planeado lógicamente: “Ahora no podemos ser felices
porque estamos remodelando el baño, pero el próximo mes...”.
Y el próximo mes, los niños se resfrían, el gato está en celo, los
suegros llegan a pasar unos días con ellos. Entonces dicen: “En
abril próximo...”.
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Acerca de dar
lecciones a los
demás
¿Alguna vez te ha emocionado
un libro que
acabas de leer? Se lo
llevas a un amigo y le
dices: “Lee esto. ¡Es
fantástico!”. Entonces
aguantas la respiración y
esperas una llamada entusiasta
de su parte. ¡Pero nunca llama!
Seis meses después preguntas por tu libro y descubres que:
a) nunca lo leyeron, b) lo perdieron. La lección aquí —aplicable
tanto a los “consejos de amigos” como a los libros— es que el
hecho de que tú estés listo para esa información, no significa
que todos lo estén.
SABIDURÍA AL MINUTO
Si la gente no te pide consejos, ¡es porque no los quiere!
¿Qué voy a aprender de esto?
Si reflexionas acerca de lo que ha sido tu vida hasta este momento,
tal vez descubras qué te hizo seguir el camino que elegiste.
Verás personas regadas por todo tu pasado —maestros,
parejas e incluso desconocidos en un vuelo de avión— que te
hicieron tomar una u otra dirección. Recordarás un libro que
encontraste en una tienda de remates y cambió tu manera de
pensar. Recordarás “accidentes” —pérdidas, enfermedades,
fracasos y crisis financieras— que te hicieron más fuerte y te

ESCUCHA A TU CORAZÓN
enseñaron la compasión. Verás “desgracias” que, en retrospectiva,
muy probablemente eran parte de un plan mayor. Tal vez
tengas la sensación de haber aprendido una serie de lecciones
en el orden correcto. Quizá descubras que una situación llevaba
a otra.
Al principio es difícil ver las desgracias en perspectiva.
Durante un tiempo nos decimos: “Esto no es parte del guión
aprobado. ¡Lo siento, Dios, cometiste un grave error!”. Nos
toma seis meses entender cómo es que ser despedidos forma
parte de un plan.
El universo es un maestro paciente y perseverante. Si obedeces
las señales, tu vida se desarrollará sin sobresaltos. Pero
si te duermes al volante y te estrellas, atraerás una experiencia
importante de aprendizaje: una bancarrota, un divorcio, un
ataque cardiaco.
Fred puede responder: “No hay tales planes. A todos nos
ocurren toda clase de experiencias”. Conforme se extienda su
conciencia, reparará en la manera en que se desarrolla su
plan de estudios.
¿Y DÓNDE ESTÁN MIS
SIGUIENTES LECCIONES?
Normalmente están bajo tus narices.
Con frecuencia sabemos
exactamente cuáles son, ¡y
deseamos que desaparezcan!
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