no 41, octubre de 2010 - Vicam Switch

¡Qué Foto del Recuerdo!
Estaba en
todo su
furor la
segunda guerra
mundial. Era
presidente don
Manuel Ávila
Camacho y se
corrió el rumor
de que Hitler
uería invadir México. No sé si los Estados
nidos le aconsejaron o fue idea de Ávila
amacho, pero lo cierto es que dio la
rden de que todo muchacho de 18 años
e edad fuera sorteado en toda la república
ara ser alistados. En Vícam fueron cuatro
óvenes los que salieron sorteados y
ueron mandados a Guadalajara a recibir
nstrucción militar.
Ellos fueron Ramón Madueño,
osé Sostenes Rivero (hermano de
erminia), Francisco (no recuerdo
u apellido, pero le decían el Mongo
porque él era el que anunciaba la película
La Invasión del Mongo cuya versión
moderna es la Guerra de las Galaxias), y
Teodoro Montiel, mi hermano.
Ni qué decir del sufrimiento de
mi madre y demás señoras pues creían que
llegando a Guadalajara los mandarían a
la guerra. A los de más edad, como Beto
Limón, el Cacharo y Man Pándura, Manuel
(mi otro hermano), Nico Acosta, Bernardo
Félix (mi futuro esposo), por mencionar
algunos, también les dieron instrucción
militar al otro lado de la vía y allá íbamos
los señores como mi papá José y por
supuesto las novias a verlos marchar con
su rifle al hombro. Los veíamos regresar
todos sudorosos y cansados, pero nunca
se quejaban. Los muchachos que fueron a
Guadalajara duraron un año allá.
Antonio (Toño) Sandoval Dueñas
y su esposa Fina, que tenían muy buena
relación con nosotros y que eran de Jalisco,
nos traían razón de mi hermano Teodoro
Vícam Switch No. 41/Vícam, Sonora. Octubre, 2010 Pág. 22
Nos llegó a la redacción esta foto que no tiene desperdicio. Estamos seguros que todos los que hoy andan por encimita de los cincuenta añorarán los tiempos aquellos en que estos
rostros eran parte del paisaje social de Vícam y de Pótam. Poniéndoles el vestiario de los sábados, imagine a este grupo de chicas caminando al rededor de la plaza oyendo los acordes
de los Gua Guays (de las Guásimas) que cantaba aquello que decía: “Me fui muy lejos para ver si acaso me olvidaba de lo mucho que te ame.” Este nutrido grupo de muchachas,
algunas de las cuales por desgracia ya no están entre nosotros, constituian el equipo de SoftBall de la Secundaria Federal Lázaro Cárdenas. Haciendo los cálculos respectivos, la foto
fue tomada en un momento entre 1972 y 1974. Enfrente, sentadas, Luz María (La Lolo) Rosales, de Pótam; Yoya Castro; Panchita Cota; Bertha Cervantes; Lorena García; Armida
Cruz, Ozumi, sobrina política del profesor Juan Partida, director de la secundaria, Gina Montiel Velasquez (ya fallecida) y Martina Molina. De pie, en la fila de atrás: Clarisa Chávez,
de Pótam; Matha Cota; creemos que la que sigue es, según una exhaustiva investigación, Alba Quiroz (pero corríjanos si nosequivocamos); Isabel (la Chabe) Acosta; Eva Acosta;
Clara Ochoa; Manuela Cúpiz; Rocío Evangelista; Alicia Vílchis Aguiar (ya fallecida), Alma Rosa García; Adriana Encinas, y la profesora de corte y confección Leonor Pech-Uck,
llegada a Vícam desde Yucatán.
Historias de Quitina
Cristina Montiel Vda. de Félix
El año de 1943
cada vez que iban a visitar familiares. Por
su parte, mis papás aprovechaban los viajes
de los Sandoval para mandar cartones de
pan y algo de dinero. Me parece que a los
conscriptos les daban $3.00 pesos cada
mes, mismos que gastaban cuando les
daban permiso de salir fuera del cuartel.
El señor Chuy Preciado, uno de
los buenos herreros que tuvimos en Vícam,
y su esposa eran también de Jalisco e iban
con frecuencia a ver a su familia. Ellos
también nos hacían el favor de llevarle a
mi hermano dinero y pan que compartía
con sus compañeros soldados.
El feliz día que ya esperábamos
su llegada, nos amanecimos yendo y
viniendo a la estación del ferrocarril ya que
nos daban una hora de la llegada del tren y
luego otra, hasta que llegó por la mañana.
Un dato adicional para los jóvenes
de hoy (por si sus papás no les platicaron)
es que sí fueron mexicanos a la guerra.
Salieron del puerto de Veracruz en barco
y se les conocía como el Escuadrón 201.
Desgraciadamente el barco fue hundido
por los Alemanes, aunque muchos de ellos
regresaron vivos.
En esa guerra muchos muchachos
mexicanos que vivían en los Estados
Unidos murieron. Fue el caso de un primo
de mi esposo. También a dos primos míos,
Oscar y Enrique Figueroa Talamante, les
tocó ir. El primero regresó bien a Tempe,
Arizona, pero al segundo lo hirieron en un
brazo.
En esos años, los periódicos
de la capital traían titulares tales como
¡Europa Arde! Afortunadamente nuestros
conscriptos viqueños no tuvieron que ir a
pelear a esa guerra que empezó en 1939 y
terminó en 1945.