“LOS PUENTES DE EUROPA” NOMBRE DEL PUENTE - Personal ...

PROYECTO “LOS PUENTES DE EUROPA”
NOMBRE DEL PUENTE: Puente del VII Centenario
LOCALIZACIÓN: Chiclana de la Frontera (Cádiz)
ACCIDENTE QUE SALVA: Río Iro
FECHA DE INICIO DE OBRA: 1998
FECHA DE FINALIZACIÓN DE OBRA: 1999 (aunque oficialmente se inauguró en
2003)
AUTOR DEL DISEÑO: Pedro Valdés del Fresno
EMPRESA CONSTRUCTORA: Ferrovial Agromán
TIPO DE PUENTE: Puente en arco atirantado.
MATERIALES UTILIZADOS: Armadura de acero galvanizado, hormigón y
hormigón armado.
LONGITUD TOTAL: 50 m
ANCHURA TOTAL: 18 m
ALTURA MÁXIMA: 14·5 m
ALTURA SOBRE EL AGUA: 6·29 m

UTILIDAD:
Chiclana se encuentra dividida por el río, por lo que la existencia de una serie de
puentes que unan ambas márgenes resulta fundamental para la ciudad. La ciudad se
divide en dos zonas conocidas como La Banda y El Lugar, unidas por los puentes que
cruzan el río. El núcleo urbano se levanta sobre las colinas de San Sebastián, El Castillo
y Santa Ana. Este puente ocupa el lugar en que anteriormente se encontraba ubicado el
llamado Puente Presa, desguazado tras las últimas inundaciones sufridas por la ciudad.
Sirve de unión entre la Avenida de los Descubrimientos (en la que se encuentra un
importante Polígono Industrial) y la Avenida de la Diputación, presididas ambas por dos
rotondas que dan también acceso al centro de la ciudad.
DESCRIPCIÓN:
El puente consta, como la mayoría de los puentes de arco superior atirantado por
tablero, de dos arcos metálicos verticales dispuestos a ambos laterales del tablero, entre
la calzada y las aceras. El tablero se compone de nervios longitudinales en el plano de
los propios arcos, y sobre ellos se apoyan una serie de vigas transversales. Las péndolas
verticales (nueve en cada lado) encargadas de transmitir los esfuerzos se apoyan en los
nudos que unen los nervios longitudinales con las vigas transversales. Cada uno de los
arcos forma con sus correspondientes péndolas una subestructura atirantada, con el arco
en compresión y las péndolas en tracción. Se constituye así una situación próxima a la
antifunicularidad, y los únicos mecanismos esenciales para su resistencia son la flexión
de los nervios transversales y el funcionamiento de cada uno de los arcos, sin esfuerzos
de torsión ni en tablero ni en arcos. La inercia lateral y torsional es imprescindible para
la estabilidad de estos arcos exentos, construidos sin ningún tipo de arriostramiento
lateral.
Consta de tres tramos, con una longitud total de 50 m y un ancho de 18 m, repartidos en
cuatro carriles. Su construcción requirió la prolongación del encauzamiento hasta sus
estribos. La cota de coronación de sus muros es de 7·30 en todo el encauzamiento
existente, coincidente con la cota inferior del tablero. Para evitar inundaciones, se
incorporó la construcción de dos caballones de defensa, uno en cada margen, aguas

abajo, en una longitud aproximada de 400 m de cauce. En la margen derecha, al ocupar
el caballón la carretera de acceso a la depuradora, fue preciso ejecutar un muro de
hormigón armado para mantener el acceso.
Para evitar inundaciones de las bermas, se elevó su cota a la +4·56, reduciendo su ancho
a 2·0 m Siendo la función de esas bermas la limpieza del cauce, se construyeron dos
rampas de acceso para maquinaria, una en cada margen. Unos viales de 4 m de ancho
van adosados exteriormente a los muros, con acabado en tierra.
CURIOSIDADES:
Aunque su nombre oficial es Puente del VII Centenario, por haberse construido con
motivo de esta celebración, se le conoce popularmente como Puente Azul, por el
llamativo color de su estructura.
DATOS MEDIOAMBIENTALES:
Su sencillez de líneas evita excesivas interferencias visuales, en una zona de salinas y
esteros integrada en el Parque Natural de la Bahía de Cádiz. Sin embargo, su
iluminación nocturna, a base de grandes y potentes focos dirigidos hacia lo alto, resulta
un claro ejemplo de indeseable contaminación lumínica.
DATOS HISTÓRICOS:
Su nombre nos recuerda la celebración del Séptimo Centenario de la fundación de la
ciudad. Antes de esta documentada fundación hubo otros asentamientos. Los restos
arqueológicos encontrados atestiguan la presencia humana a partir del Paleolítico, pero
despoblada tras la invasión de los bárbaros, la información de la zona durante la alta
Edad Media es muy escasa. El gran historiador Domingo Bohórquez nos habla de que
en La Banda se localizaba la ciudad de Baessipo, de cuyo nombre deriva el topónimo
del río, que evolucionó primero a Besilo y luego a Iro. En el año 1303, el rey Fernando

IV hizo donación del lugar a Alonso Pérez de Guzmán (Conocido como Guzmán el
Bueno), para que lo poblase. A lo largo de esa primera mitad del siglo XIV se libró la
“Batalla del Estrecho”, que comenzó en 1291 y terminó con la conquista definitiva de
Algeciras y algunas localidades de la sierra, en 1350. En aquel tiempo Chiclana se
encontraba en la frontera entre el reino cristiano de Castilla y el musulmán de Granada,
de ahí su nombre. Hasta el siglo XV no se produjeron repartos de tierras, y la población
de la aldea se reducía a unos cuantos pescadores y algunos carboneros que explotaban
los bosques de la zona. Los Duques de Medina Sidonia, sucesores de Alonso Pérez de
Guzmán, fueron los señores de la villa hasta el siglo XIX. El desarrollo de la ciudad,
como del resto de la Bahía, estuvo ligado al descubrimiento de América. Entonces fue
cuando se inició la crianza y exportación de los vinos de la zona. El desarrollo llegó a su
apogeo cuando fueron trasladadas a Cádiz la Casa de Contratación (1717) y la cabecera
de las Flotas (1860) La segunda mitad del siglo XVIII definió el casco histórico de
Chiclana, con importantes edificios propiedad de la burguesía gaditana. Tras la
epidemia de fiebre amarilla (1800) y la ocupación francesa (1810-1812), la ciudad tardó
en recuperarse. El 5 de marzo de 1811 se produjo la llamada Batalla de Chiclana, en la
que ingleses y españoles se enfrentaron a las tropas de Napoleón, con victoria española
y un elevado número de muertos que dejó la villa destruida, arruinada y casi
despoblada. En la segunda mitad del siglo la gente acomodada y la nobleza de la capital
volvieron a utilizar el lugar para pasar sus vacaciones y reponerse en los balnearios. En
el siglo XIX se llevaron a cabo grandes proyectos, como la construcción de una
carretera entre San Fernando y Chiclana o la canalización del río Iro. El auge de los
vinos llevó a que el rey Alfonso XII concediese a Chiclana el título de Ciudad en el año
1876. En 1892 se produjo una importante crisis económica, debida a una plaga de
filoxera que acabó con los viñedos. A finales del siglo XIX el Marqués de Bertemati,
propietario de la Colonia Campano, introdujo la mecanización del campo, utilizando
máquinas de vapor en la explotación de los viñedos, dando un nuevo impulso al sector
vinícola.
Los comienzos del siglo XX contemplaron la constitución de cooperativas vinícolas y el
nacimiento de asociaciones anarcosindicalistas, que culminaron con la huelga general
de 1902. la depresión de 1929 afectó a la ciudad, al hacer descender el número de
exportaciones y aumentar el desempleo.Ya en el siglo XX, se produce un fuerte

crecimiento demográfico y un espectacular desarrollo económico, fundamentalmente en
los sectores secundario y terciario
El río Iro fue siempre el principal medio de comunicación de Chiclana con el resto de la
bahía. Así, se afirmaba en el siglo XVII:
“Por ser Chiclana pueblo delicioso, y que dista poco de la ciudad de Cádiz, es
frecuentado de los que de Cádiz salen a divertirse; pues sobre ser el paraje a propósito
para la recreación, la buscan con tanta facilidad los de Cádiz, como la de entrarse en
un barco, e ir gozando de la hermosura de una apacible ría, que termina en Chiclana”
Sin embargo, las crecidas sufridas por el río a lo largo del tiempo han ocasionado una
serie de desgracias a las que poco a poco se ha ido haciendo frente. Incluso en la
actualidad, cuando se está realizando la remodelación de la Plaza de España, se ha
puesto especial cuidado en colocar una gran viga, reforzada con arena, que garantice
que, en caso de producirse una fuerte avenida de agua, ésta no inundará la zona.
Las peores inundaciones que han afectado al municipio se produjeron en 1965. El Iro
solía desbordarse cuando había abundancia de precipitaciones en coincidencia con la
pleamar. En 1996, treinta años después de la “riá”, el caudal del río sufrió otro grave
desbordamiento. Entre las 9 de la noche del sábado y las 9 de la mañana del domingo 21
de enero, se recogieron unos 75 litros por metro cuadrado, que hicieron aumentar
paulatinamente el nivel del agua del río, hasta el comienzo de las inundaciones. El río
comenzó a desbordarse sobre la una de la tarde, alcanzando un nivel crítico sobre las
tres, cuando el coeficiente de marea llegó al 1·08. El puente presa, cuyo lugar ocupa
ahora el Puente del VII Centenario, obstaculizaba la bajada de las aguas, que saltaban
por encima. Desde su inauguración en 1983, este puente de compuertas se mostró
incapaz de dejar paso a los enormes caudales de agua del río. En esta ocasión, el agua se
filtraba por los miradores de la Alameda, inundando por completo las inmediaciones de
la misma. Aunque no hubo daños personales, sí se cuantificaron numerosas pérdidas
materiales. Once meses después se repitieron las inundaciones, y las administraciones
admitieron por fin los errores cometidos en la cuenca del río (carreteras que cortan los
drenajes naturales, puentes con escaas luz incapaces de contener una riada,
deforestación de la cuenca, etc), intentando poner fin al problema. El 4 de noviembre de

1997 se publicó en BOJA (nº 128) el Proyecto de la Dirección General de Obras
Hidráulicas sobre el Encauzamiento del río Iro para Defensa contra inundaciones de
Chiclana de la Frontera. En él se especificaba la demolición del puente de compuertas y
la construcción del nuevo puente.
FUENTES CONSULTADAS:
ALBA, A. Chiclana y sus siete siglos miran hacia el futuro, ZUM nº1, Conil de la
Frontera (2002)
ALONSO FRANCO, E. et al Los Puentes sobre el Guadalquivir en Sevilla, Colegio de
Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Madrid (1999)
DIARIO DE CÁDIZ
MONTERO VALENZUELA, D. Los puentes, Diario de Cádiz, Cádiz (1999)
MONTERO VALENZUELA, D. Siete siglos de historia, Diario de Cádiz, Cádiz (2000)
http://www2.uca.es/huesped/cspinar/Msur/Revista6/Repor7/Riosagua.html
http://www.chiclanadelafrontera.es
http://www.conectando.com/puentechico/reportajes/X_aniversario/fue_noticia.htm
http://www.dionisiomontero.com

AUTORES DEL TRABAJO:
Félix Carreño Sigler, Yasmin Junyent, Rocío Martínez, María Quintero Rosado y Eva
Samalea (1BTI A del IES Pablo Ruiz Picasso de Chic lana), Cristina Díez e Isabel
Romero (Departamento de Física y Química del IES Pablo R. Picasso)