Cuentos del pájaro dragón - Fundación Gypaetus

peligros. Óscar y la patrulla de
animales buscaron por toda la sierra
sin encontrarlos. Pero a última hora,
cuando ya iban a marcharse, una
pequeña ardilla gritó:
—¡Aquí, aquí, venid todos!
Los animales acudieron a la llamada,
pero no sabían quién estaba gritando.
El problema es que la ardilla era muy
chiquirritina y no la veían. Así que
Óscar la tomó en brazos y todos
miraron a donde ella señaló.
—¡Allí veo al señor Barberínius! Está
junto a aquel árbol y parece herido —
dijo un zorro.
—¿Y la señora Picona? —preguntó
Óscar.
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Los animales acudieron a ayudar a
Barberínius, que estaba herido en un
ala y lo llevaron a la doctora
Curandalala.
—Guardarás reposo durante unas
semanas y el ala se curará pronto —
le dijo la médica.
Mientras Óscar había encontrado a
Tono y Pontones y les contó todo lo
ocurrido. Los chicos preguntaron por
su madre, pero nadie sabía nada.
Un vecino que pasaba por allí cerca,
no pudo evitar oír la conversación y
les dijo: