Los favoritos del viejo lobo-BP - The Dump
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SORPRENDIMOS AL ENEMIGO<br />
Al final un día llegamos a la principal ciudad <strong>del</strong> enemigo, Kumassi.<br />
Habían enviado partidas de hombres a vigilarnos durante algunas millas en el bosque<br />
pero nuestros exploradores las habían descubierto y durante toda la noche, en la más<br />
absoluta oscuridad, nos abrimos un nuevo paso de modo que rebasamos aquellos<br />
puestos de observación sin que lo supiesen. Para cuando amaneció ya estábamos<br />
bastante detrás de ellos y desde tres lados aparecimos de repente frente a la ciudad.<br />
Se armó un tremendo revuelo entre los nativos cuando nos encontraron allí, y podíamos<br />
escuchar sus tambores retumbando a lo lejos a un tremendo ritmo. Estas gentes tocan<br />
sus tambores de modo que se envían unos a otros mensajes, de modo muy parecido a<br />
como los scouts y lobatos pueden enviarlos en código morse.<br />
CAPITULO VIII<br />
CABALLOS QUE HE POSEÍDO<br />
Cualquier lobato que haya visitado mi hogar habrá visto, en la pequeña cabaña <strong>del</strong><br />
jardín donde duermo, un tablón de honor pintado en la pared. Es una lista de todos los<br />
caballos que he poseído durante mi vida castrense. Me gusta echar un vistazo a los<br />
nombres de cuando en cuando y recordar los días felices que pasé con ellos.<br />
<strong>Los</strong> caballos han sido buenos amigos y mis compañeros, y siento un gran afecto por<br />
ellos. Son unos animales verdaderamente bellos cuando llegas a conocerlos. El primero<br />
de la lista es Hércules. Fue el primer pony que tuve y por ello debería haber estado<br />
orgulloso de él.<br />
Y así fue de algún modo, pero... ¡era feo! Palabra, era feo. Un pequeño pony, flaco y de<br />
color castaño rojizo, con una cabeza como un violín y los huesos de las caderas<br />
sobresaliendo como los brazos de un perchero de sombreros, una cosa de visión<br />
deprimente.<br />
Realmente lo compré por pena. Fue en la India.<br />
Pertenecía a un hombre que vivía de cortar hierba y venderla a los propietarios de<br />
caballos para alimentarlos. Hércules tenía que transportar el cargamento de hierba cada<br />
día al mercado, y la carga era tan grande como él mismo. Así es como obtuvo el nombre<br />
de Hércules, porque éste era el nombre de un hombre muy fuerte en la antigüedad.<br />
Hércules no era bonito<br />
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