Rogelio Sinán, alta cifra poética y
Rogelio Sinán, alta cifra poética y
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—Mi grito se ha partido!<br />
—Se ha rajado mi voz en las tinieblas!<br />
Para culminar en la queja dantesca de Paolo y Francesca:<br />
—Giraremos acaso eternamente?<br />
En <strong>Rogelio</strong> <strong>Sinán</strong> saludamos a uno de los más grandes poetas de Panamá,<br />
y bastaría su INCENDIO para consagrarlo en la lírica americana<br />
como uno de los renovadores del Continente . No importa que su obra<br />
<strong>poética</strong> sea escasa, apretada en tres ó cuatro poemarios . En realidad el<br />
gran poeta se revela en un sólo poema y no necesita realizar la proeza de<br />
Lope de Vega, ni desbordar su inspiración en numerosos volúmenes como<br />
Rubén Darío, nuestro aporte americano a la lírica universal. <strong>Rogelio</strong> <strong>Sinán</strong><br />
es el poeta de Panamá, y aunque está bien dotado para el verso, su<br />
sensibilidad <strong>poética</strong> se desborda en cauces más anchos en busca de la más<br />
plena expresión . Poeta es también <strong>Rogelio</strong> <strong>Sinán</strong> en el relato que es poesía<br />
dura en cuadros de lirismo inquietante y seductor . Su fantasía lírica<br />
estalla en esa aventura de la imaginación más tortuosa, en sus extraños<br />
relatos que le han dado renombre universal.<br />
Indudablemente es en el relato en donde se encuentra plenamente el<br />
escritor vigoroso que es <strong>Rogelio</strong> <strong>Sinán</strong> . Conoce la técnica del cuento, domina<br />
magistralmente la intriga y es hábil en recursos de la novelística moderna,<br />
introvertida y psicológica a los James Joyce . Enamorado de los<br />
símbolos de Kafka, todo él se hunde en los temas oscuros del existencialismo<br />
que a veces recuerda la cínica actitud de Sartre, el desvergonzado<br />
descaro de Francois Sagan, y toda la angustia neurótica de la novela francesa<br />
que acusa en la post-guerra, una crisis de valores que se derrumban<br />
estrepitosamente. Todo ésto agravado por una tendencia al tema sexual<br />
que lo domina casi totalmente y lo arrastra por tortuosos caminos donde<br />
puede perderse su talento . En su sensualismo hay resabios de Zolá, pero<br />
es más crudo el trasplante americano, que surgió y muy bien, contra la<br />
sensiblera novela romántica del tipo María, Cumandá y otras más en el<br />
Continente. Pero quedarse en la crudeza sexual, es entender mal el nuevo<br />
realismo, y atrasar el reloj estético que pide un enfoque de la realidad interpretando<br />
lo que pugna por estallar, lo que es reflejo de la lucha social.<br />
En Ecuador, patria del relato, hubo también esa tendencia hacia el<br />
tema desnudo y sexual, en LOS QUE SE VAN, obra de equipo de tres<br />
descarados mozalbetes que marcan rumbos y abren brechas profundas a la<br />
sensibilidad romántica y llorona con sus malas palabras y su rudo lenguaje<br />
montuno. Ellos son, Demetrio Aguilera M<strong>alta</strong>, Enrique Gil Gilbert y<br />
Joaquín Gallegos Lara . Y así se forma el Grupo de Guayaquil : Cinco erg<br />
PAGINA 60<br />
L O T E R I A