CAPITULO II - bibliotecas morelos

7. La vida es un juego, juégalo
8. La vida es preciosa, cuídala
9. La vida es amor, gózala
10. La vida es promesa, cúmplela
11. La vida es tristeza, supérala
12. La vida es una tragedia, domínala
13. La vida es felicidad, merécela
14. La vida es vida, defiéndela
La ética en la cristiandad. Los cristianos fundamentamos nuestras creencias ético – religiosas en
las sagradas escrituras, de allí que la Biblia, que en griego significa “los libros” en general,
constituyen la fuente de las revelaciones divinas y la actuación de Dios en la historia de la
humanidad. La fe cristiana considera a estos libros como sagrados, es decir que a través de sus
autores humanos se manifiesta en verdad la palabra de Dios: De ahí deriva la veneración con que
han sido leídos siempre estos libros en las comunidades de creyentes y al mismo tiempo el fervor
con que han sido estudiados para comprender mejor su significado. Por ello la Biblia es el libro con
mayor número de ediciones en el mundo y en el mayor número de idiomas.
Según sean anteriores o posteriores a Jesucristo, los libros de la Biblia se dividen en Antiguo
Testamento y Nuevo Testamento: Pero en este caso la palabra “testamento” significa “pacto” o
“alianza” y se refiere a la Alianza de Dios con su pueblo, la antigua concertada con el pueblo de
Israel, descendiente de Abraham, y la nueva abierta a la humanidad entera de todos los que creen
en el Salvador Jesucristo, quien la selló en su propia sangre.
Los libros del Antiguo Testamento se pueden reunir en cuatro grupos:
1º . Pentateuco o los cinco libros de Moisés: Génesis, Exodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
El Pentateuco llamado la Torá o la ley de los judíos, recoge las más antiguas tradiciones israelitas,
principalmente por obra de Moisés, y nos narra con lenguaje popular y literario, sin ninguna
pretensión científica que sería algo fuera de tiempo y de lugar, la prehistoria de Israel desde la
Creación 110 (Génesis), la opresión de los descendientes de Jacob en Egipto, su liberación y su
peregrinación por el desierto del Sinaí con la revelación de las leyes mosaicas.
110 Véase: La Biblia. Editors. S.A. Barcelona. 1999. p.11y sus s.s. La creación del Universo. Al principio creó
Dios el cielo y la Tierra. La tierra era soledad y caos, y las tinieblas cubrían el abismo, pero el espíritu de Dios
aleteaba sobre las aguas. Dijo Dios: “Haya luz” y hubo luz. Y vio Dios como era buena la luz y separó la luz
de las tinieblas: y a la luz llamó día y a las tinieblas noche. Así atardeció y luego amaneció: día primero. Dijo
luego Dios : “Haya un estrato en medio de las aguas, que separe unas de otras” y así fue, Hizo pues, Dios el
estrato, separó las aguas que estaban debajo del estrato de las que estaban encima de él. Llamó Dios al
estrato cielo; atardeció y amaneció: día segundo. Dijo luego Dios, “Júntense en un lugar las aguas de debajo
del cielo, y aparezca lo seco” Así se hizo; y a lo seco llamó Dios tierra, y a la reunión de las aguas mares. Y
vio Dios como era bueno. Dijo luego Dios: “Produzca la tierra brotes de hierba verde con semilla y árboles
frutales cada uno con su fruto según su especie y con su simiente, sobre la tierra”, y así se hizo. Y atardeció
y luego amaneció: día tercero. Dijo luego Dios “Haya en la bóveda del cielo lumbreras para separar el día de
la noche, y servir de señales a estaciones, días y años; y “Luzcan en las bóvedas del cielo para alumbrar la
tierra” Y así fue. Y atardeció y amaneció: día cuarto. Dijo luego Dios: “Pululen las aguas animales vivientes y
vuelen sobre la tierra aves bajo la bóveda del cielo.” Y vio Dios que estaba bien, y los bendijo diciendo:
“Procread y multiplicaos y henchid las aguas de los mares, y multiplíquense sobre la tierra las aves”. Y
atardeció y luego amaneció: día quinto. Dijo luego Dios: “Produzca la tierra seres animados según su
especie, bestias, reptiles y fieras terrestres de toda especie” Y así fue. Y vio Dios que estaba bien. Dijo
entonces Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, a nuestra semejanza y señoree sobre los peces del
mar, sobre las aves del cielo, sobre las bestias y cuantos animales se arrastran sobre la tierra. E hizo Dios al
hombre a semejanza suya, a imagen de Dios lo creó, y los creo macho y hembra; y los bendijo diciéndoles:
“Procread y multiplicaos y henchid la tierra; sometedla y señoread en los peces del mar, y en las aves del
cielo y en los animales que se mueven en la tierra. Y añadió Dios: “Ahí os doy cuantas hierbas de semilla hay
sobre toda la superficie de la tierra, y cuantos árboles producen fruto de simiente; os servirán de alimento. Y
a todos los animales de la tierra y a todas las aves del cielo, y a todos los vivientes que se mueven sobre la
tierra, les doy para comida toda hierba verde”. Y así fue. Y vio Dios como era bueno cuanto había hecho, y
118