1. España y la guerra contra Inglaterra entre 1779 y ... - Telefonica.net

Aranjuez al comenzar la guerra en su alianza con España. Sin embargo la postura
francesa no fue nunca del todo clara ni lineal y las relaciones con el país vecino discurrieron
desde el mutuo recelo, porque los aliados tenían intereses, sino contrapuestos
al menos divergentes. El caso es que Francia, intervino con cierta actividad en el frente
mediterráneo durante las campañas de 1781 y 1782 con ambigüedad y en función de
intereses propios, según le fueran mejor o peor las cosas. España por su parte, sostenía
un difícil equilibrio entre su aliada y la Gran Bretaña, situación que Palacio Attard
describe con la acertada fórmula de “España más Francia igual a Inglaterra”. 9
La colaboración francesa durante estas dos campañas tuvo dos facetas: una oficial,
el consentimiento de establecer una flota combinada al mando del español Luis de
Córdova, el envío de cuatro regimientos de Infantería de Línea en calidad de auxiliares
en Mahón y de unidades combatientes en Gibraltar y otra oficiosa: el permitir la venida
de volontaires a título particular. Este último era un grupo heterogéneo de oficiales
de Tierra y Marina, con una elevada cualificación técnica, que habían ejercitado en la
mayoría de las campañas europeas de la segunda mitad del siglo XVIII.
La ayuda oficial
Como ya hemos dicho, la primera ayuda y colaboración oficial se realizo en la
campaña de 1781 con el envío de la denominada división francesa al sitio de Mahón,
al mando del barón de Falkenhayn, que luego actuaría al año siguiente en el sitio de
Gibraltar. Sin embargo en el año 1782, en primavera, hubo ciertos acontecimientos
que precipitaron e intensificaron la colaboración de Francia por propia iniciativa. En
concreto las promesas inglesas a Francia de aceptar una paz basada en el mantenimiento
por ambas partes de las conquistas hechas hasta el momento, impulsaban a
Luis XVI al cese de hostilidades, pero para ello debía contar con España a la que había
prometido en Aranjuez no dejar de combatir, al menos hasta que se conquistara Menorca
y Gibraltar. La Balear Menor ya se encontraba en manos de España desde el 4
de febrero. Ahora
quedaba el Peñón.
En este sentido y tomando la iniciativa, el ministro de Estado francés, conde de
Vergennes, escribió, el 16 de marzo de 1782, una carta a su colega de exteriores español,
en la que, tras felicitarle por la victoria de Mahón, pedía más vigor para precipitar
cuanto antes los acontecimientos. Éste gesto del ministerio francés era un signo de
apertura a lo que en la propaganda oficial se denominará la Bella Unión y supondrá un
mayor protagonismo de Francia en la contienda en el frente mediterráneo, que además
de las tropas enviadas y el establecimiento de la flota combinada envió al sitio de Gibraltar
a dos personajes de la familia real: el conde de Artois y el duque de Borbón,
como símbolo de implicación en el conflicto y de estímulo propagandístico..
Desde ese momento los acontecimientos se precipitarán y las relaciones con Francia
en el terreno de las operaciones militares entrarán en una fase de lo que por ambas
partes se denominó condescendencia y se elaborarán planes conjuntos para la campaña
del verano de ese año, tanto por mar como por tierra, sobre todo desde la derrota naval
del conde de Grasse por el almirante Rodney el 12 de abril, a partir de la cual Francia
necesitó más que nunca la alianza con España.
Esta es la razón por la que el 4 de mayo el conde de Vergennes, Secretario de Exte-
9 Vid. PALACIO ATTARD, Vicente. El Tercer Pacto de Familia. Madrid, CSIC, 1945.
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