1. España y la guerra contra Inglaterra entre 1779 y ... - Telefonica.net
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iores francés, envió una nota a su embajador en Madrid, conde de Montmorin, en <strong>la</strong><br />
que le comunicaba que tras deliberación del consejo de ministros, Luis XVI había decidido<br />
co<strong>la</strong>borar activamente en dicha campaña, apoyando el sitio de Gibraltar con <strong>la</strong><br />
formación de una escuadra combinada, en <strong>la</strong> que al frente de <strong>la</strong> parte francesa iría el<br />
almirante Guichen, y el mando conjunto lo detentaría Córdova. El ministro francés<br />
remataba <strong>la</strong> carta a su canciller, diciéndole que:<br />
«...es inútil que os recomiende que no os descuidéis, para que este p<strong>la</strong>n sea<br />
adoptado por Su Majestad Católica, porque su éxito interesa al prestigio de <strong>la</strong>s<br />
dos coronas.» 10<br />
En vista de esta iniciativa francesa, Floridab<strong>la</strong>nca convocó una junta con Castejón<br />
y Muzquiz y, tras consultado el Rey, se tomó una resolución en <strong>la</strong> que se comunicó al<br />
embajador francés que Su Majestad condescendía con <strong>la</strong> propuesta francesa y <strong>la</strong> aceptaba<br />
en todos sus términos. El pormenor sobre <strong>la</strong> postura españo<strong>la</strong> se lo explicó Moñino<br />
a Castejón en los siguientes términos:<br />
«Amigo y Sr. anoche volví a hab<strong>la</strong>r con el Rey de <strong>la</strong> proposición de <strong>la</strong> Francia<br />
de resultas de lo que conferenciamos en nuestra junta del lunes. Su Majestad se<br />
hizo cargo del riesgo que corremos si damos un pretexto de disgusto a <strong>la</strong> Francia<br />
para que apresure su paz, una vez que ya en el<strong>la</strong> le ofrecen los ingleses todo<br />
lo que quiere y nos p<strong>la</strong>nta o nos reduzca a <strong>la</strong> necesidad de recibir <strong>la</strong> ley.<br />
(...) piensa SM que si se ha de hacer el sacrificio sea de modo que lo agradezcan<br />
y no piensen si damos respuestas ambiguas que vamos a engañarlos.» 11<br />
O sea: <strong>España</strong> aceptaba a regañadientes <strong>la</strong> intervención francesa. Quiere esto decir<br />
que desde el punto de vista militar no lo necesitaba o creía no necesitarlo en momentos<br />
como aquellos de entusiasmo por <strong>la</strong> toma de Pensaco<strong>la</strong> y <strong>la</strong> recuperación de Menorca,<br />
que había producido una atmósfera de optimismo general en los ambientes políticos<br />
españoles.<br />
Es, pues, en <strong>la</strong> faceta diplomática, donde Carlos III se vería disminuido si, como<br />
parece, Francia firmaba <strong>la</strong> paz con Ing<strong>la</strong>terra sin contar con <strong>España</strong>, lo que <strong>la</strong> dejaría<br />
en inferioridad, puesto que los dos países hasta entonces enemigos, acabarían aliándose<br />
<strong>contra</strong> el<strong>la</strong> y, como dice el conde, darían <strong>la</strong> ley a <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones internacionales con<br />
perjuicio para <strong>la</strong> Monarquía Católica.<br />
Por esta razón; porque siempre cada cual trató de arrimar el ascua a su sardina (<strong>España</strong><br />
no fue tampoco una excepción, en tanto que había negociado con Ing<strong>la</strong>terra a<br />
espaldas de Francia varias veces durante <strong>la</strong> <strong>guerra</strong>), <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones con Francia siempre<br />
se desarrol<strong>la</strong>ron en una atmósfera de desconfianza mutua y de c<strong>la</strong>ra francofobia por<br />
parte de muchos sectores de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se política y militar españo<strong>la</strong>, quienes acusaban a los<br />
franceses, no solo de negarnos <strong>la</strong> ayuda sino incluso de coadyuvar a nuestro fracaso.<br />
Este sería el principal argumento de <strong>la</strong>s sátiras que se darían al público tras <strong>la</strong> debacle<br />
del 13 de septiembre ante Gibraltar. Todo ello sin contar <strong>la</strong>s propias desavenencias y<br />
piques de los oficiales de ambos ejércitos <strong>entre</strong> los que hubo diversos incidentes. Estas<br />
desavenencias quedan c<strong>la</strong>ramente reflejadas en <strong>la</strong> carta que envió Floridab<strong>la</strong>nca a<br />
Aranda en estos términos:<br />
«los disgustos [tachado y sustituido por: “Por muchas consideraciones”] en cuyo<br />
por menor es excusado entrar ahora, sería de desear que en caso de venir los<br />
regimientos franceses no fueran los mismos [que fueron a Mahón]. O a lo menos<br />
su jefe, [el barón de Falkenhayn] para apagar tanto en <strong>la</strong> Nación como en toda<br />
Europa, ciertos rumores que se han esparcido y cortar en su origen <strong>la</strong> animosi-<br />
10 Vergennes a Montmorin Versalles a 4/05/1782. Copia en A.H.N. Estado, leg. nº 4225/1<br />
11 Floridab<strong>la</strong>nca a Castejón 15/05/1782. A.H.N. Estado, leg. nº 4225/<strong>1.</strong><br />
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