El Derecho en la Actividad Financiera y Tributaria del Estado y sus ...

sintetizado en el aforismo “no hay tributo sin ley que lo establezca”, principio
que deriva de la facultad jurídica del Estado para exigir contribuciones a
personas que se hallan en su jurisdicción, facultad que requiere de la sanción
de una ley que necesariamente emana de los órganos depositarios de la
voluntad soberana.
En nuestro país este principio se encuentra reconocido expresamente en la
Constitución Política de la República no solamente en el citado artículo 301
sino además en los artículos 120 y 132 de la Carta Magna; el primero (120) en
su numeral séptimo determina que es facultad del Congreso Nacional la de
establecer, modificar o suprimir, mediante ley, impuestos, tasas u otros
ingresos públicos, excepto las tasas y contribuciones especiales que
corresponda crear a los organismos del régimen seccional autónomo; el
segundo (132) en su numeral tercero exige la ida una ley para la creación,
modificación o supresión de tributos, sin perjuicio de las atribuciones conferidas
a los gobiernos autónomos descentralizados; disposiciones que han
determinado que el Código Tributario establezca en su artículo 3º el principio
de reserva de ley disponiendo “la facultad de establecer, modificar o extinguir
tributos es exclusiva del Estado mediante Ley; en consecuencia, no hay tributo
sin ley”.
Del principio de legalidad o reserva de ley tributaria se derivan los de
inelegibilidad legislativa del poder tributario; exclusión de la materia tributaria de
las facultades legislativas de emergencia del ejecutivo; y, de irretroactividad y