descarga - Asociación Fe y Luz
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La palabra del mes<br />
Lidia – Es curioso como las parábolas de Jesús siempre<br />
revelan algo nuevo, incluso cuando creemos conocerlas<br />
bien. Creemos que son historias sencillas que se leen<br />
rápido, pero cuando las volvemos a leer y las meditamos,<br />
descubrimos siempre algo nuevo. Esto fue lo que me pasó<br />
precisamente con la historia del hijo que se había ido de la casa de su padre.<br />
Clemente – ¡Es una bonita historia, pero no es muy realista! ¿Conoces a<br />
algún padre que actuaría así? ¡El hijo no tiene que rendir cuentas, en absoluto!<br />
No está bien. Si fuese mi hijo… ¡no sé si le daría media algarroba para comer!<br />
Lidia – Es verdad que entorno a nosotros, la idea es la de toma y daca, pero<br />
Jesús nos dice precisamente que hay que actuar de forma diferente.<br />
Clemente – Sí, y me molesta. Hay algo en mí que se resiste. ¡En el fondo, no<br />
estoy de acuerdo con esta historia del hijo pródigo!<br />
Lidia – ¿Por qué hablas del “hijo pródigo”? ¿No crees que se trata más bien del<br />
Padre?<br />
Clemente – Pues no, Jesús habla de la partida del hijo.<br />
Lidia – ¡Eh, cuidado! Te estás olvidando del principio: “un hombre tenía dos<br />
hijos”. Hay, por tanto, tres personajes. Y luego, Jesús se dirigía a los escribas y<br />
fariseos, que creían tener hijos verdaderamente obedientes. Le reprochaban a<br />
Jesús que estuviera del lado de los marginados, de los que no respetaban la ley<br />
de Moisés. Y Jesús se atreve a decir que viene precisamente a invitar a esas<br />
personas al banquete del Reino. ¡Qué locura! Pues a todos esos señores que se<br />
consideran justos, Jesús les dice las cosas claras. No hace más que imitar a su<br />
Padre, un Padre que tiene un verdadero corazón de padre. Ese Padre sólo tiene<br />
una cosa que decir: “Hijo mío, me gustaría tanto volverte a ver”.<br />
Clemente – Tienes razón. ¿No me parezco al otro hijo, que no se fue y que por<br />
tanto no necesita volver, que se considera mejor a pesar de que tiene el<br />
corazón seco, que siente celos y resentimiento cuando el Padre perdona a su<br />
hermano? Sin duda me asemejo más al hijo mayor, y Jesús me está invitando a<br />
que me convierta.<br />
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