descarga - Asociación Fe y Luz
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espuesta al sufrimiento de los padres, que con tanta frecuencia se encuentran<br />
aislados, angustiados, incluso desesperados. Hacer un llamado a amigos, sobre<br />
todo jóvenes (18-35 años) para que se unan a nosotros no para servir como<br />
voluntarios sino para tejer relaciones de fidelidad y ternura con las personas<br />
débiles, y dejarse transformar por ellos. Que se unan a nosotros para que<br />
experimenten todo esto, susciten nuevas comunidades a escala humana, como<br />
escuelas de amor en las que aprendemos a amarnos, unos a otros, tal y como<br />
somos.<br />
Era algo sencillo pero revolucionario. Tuvimos que enfrentarnos a muchas<br />
críticas y múltiples obstáculos, pero también nos encontramos con mucho<br />
entusiasmo por parte de los que querían afrontar el desafío. Todos iban a<br />
buscar, uno por uno, a familias, jóvenes, capellanes… De 1968, fecha en la que<br />
se comenzó a preparar el peregrinaje, a Semana Santa de 1971, 300 nuevas<br />
comunidades nacieron gracias a esos esfuerzos. Esa era la condición para<br />
participar en el peregrinaje.<br />
Ahora que estamos preparando nuestras celebraciones alrededor del mundo,<br />
reanudamos la marcha con la gracia del primer peregrinaje y nos enfocamos en<br />
tres dimensiones esenciales e indisociables:<br />
Obrar para que todas nuestras comunidades sean cada vez más, lugares<br />
llenos de vida, amor, paz y gozo en torno a los más débiles. Que todos los<br />
que nos vean vivir puedan decir, tal y como se decía de las primeras<br />
comunidades cristianas: “Miren como se aman” y que invitemos<br />
constantemente a nuevos miembros. Y si nuestra comunidad se ha<br />
“dormido” un poco en la tibieza, no dudemos en organizar un “Día para un<br />
renacimiento”.<br />
Ahora, como hace 40 años, nos movilicémonos con un entusiasmo<br />
renovado por suscitar nuevas comunidades. ¿Por qué no imaginarse al<br />
menos tres o cuatro por provincia, respaldadas por la oración y el apoyo de<br />
las demás comunidades? Y con la misma ilusión, ¿por qué no promover<br />
sobre todo la creación de comunidades de familias con niños pequeños,<br />
muchas de las cuales se encuentran fuera de lugar en las antiguas<br />
comunidades? Es tan difícil para los padres de familia lidiar con la espera,<br />
el nacimiento, y la educación de un niño discapacitado, y es tan alentador<br />
saber que una comunidad de <strong>Fe</strong> y <strong>Luz</strong> con niños pequeños está dispuesta a<br />
acogerlos. Tampoco olvido que Ghislain, Isabelle y su pequeña Julie nos<br />
acompañaron en el peregrinaje de 1991 gracias a que se había lanzado una<br />
invitación urgente a las familias jóvenes.<br />
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