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tinuista, sin afán de innovar especialmente,
introduciendo las mejoras y cambios justos
para que no parezcan el mismo juego, una
saga que no pretende captar nuevos adeptos
sino satisfacer a los antiguos. Y eso es
bueno y malo. Bueno, porque los que nos lo
pasamos pipa con los anteriores Halo lo
haremos otra vez con este modo historia.
Malo, porque si nunca te ha gustado Halo
tampoco te gustará ahora.
El juego no deja de ser un shooter bastante
convencional, sin aportar nada novedoso
en la jugabilidad, pero es terriblemente
divertido. Las escaramuzas contra los
miembros del Pacto, las grandes luchas que
se organizan y la utilización de los vehículos
redondean un apartado jugable muy
completo. La sensación de inmersión, de
sentirte el Jefe Maestro está más que lograda,
con lo que no os extrañéis si cuando
robéis un martillo gravitatorio a los Brutes
os corroe la ira homicida. A mí me ha pasado.
De algún modo, Halo 3 consigue implicarte,
consigue hacerte sentir parte de una
guerra que quieres que termine. Y ese es
sin duda su mayor mérito. Más allá de nuevas
formas jugables, Halo 3 recupera las
bases de sus anteriores entregas y las
potencia con momentos realmente emocionantes
que os costará olvidar.
Escenarios generalmente exteriores y
enormes (aunque siempre hay huevo para
los interiores) donde la clave es salir con
vida del asunto para llegar hasta la siguiente
batalla. Un desarrollo, como digo, simple
pero francamente funcional. La historia, por
su parte, ayuda a mantener el interés, sí,
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pero decepciona un poco el tipiquismo
abundante en las escenas, ciertos clichés
que uno no espera encontrar en la entrega
llamada a cerrar una saga con una base de
fans tan grande. Y es que el propio final de
la historia no podría ser más light y carente
de emoción alguna. Una lástima, desde
luego. Ojo, no es que sea una mala trama o
que esté mal llevada, en absoluto, pero
podría haber sido mucho, mucho mejor. Así,
el regusto que deja el modo campaña de
Halo 3 es ciertamente agridulce, con un
desarrollo emocionante por un lado y ciertas
carencias argumentales por otro.
Pero para muchos la verdadera carnaza
de la saga Halo no ha estado nunca en el
modo para un solo jugador. Son muchos los
fans que viven (casi literalmente) para
enfrentarse en el universo online de esta
serie. Incluso la propia Bungie siempre ha
parecido esforzarse más en los elementos
multijugador del juego que en ningún otro
aspecto, como demuestra la lluvia de imágenes
de este modo antes del lanzamiento
y la escasez de screenshots del modo campaña.
Pero más allá del esfuerzo publicitario,
digámoslo claro: el modo multijugador
de Halo 3 pasará a la historia. O, mejor
dicho, acompañará a la historia durante
unos cuantos años, porque no vamos a
poder despegarnos de él. El abanico de
opciones es tan inmensamente amplio, que
podemos pasarnos toda una tarde jugando
con él y que cada partida sea única. La clave
está en las distintas posibilidades de personalización
que ofrece, desde la novedad de
poder configurar el aspecto de nuestro
traje con tres tipos de elementos, que