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la madre teresa <strong>de</strong> calcuta<br />
tural, las fuerzas <strong>de</strong> seguridad que estaban en la entrada<br />
conocían a la monja que les estaba mostrando su invitación<br />
blanca.<br />
—Vamos, venid todos aquí –nos llamó, volviéndose<br />
hacia nosotros.<br />
Entramos por la puerta principal. El resto <strong>de</strong> invitados<br />
ya llevaban tiempo sentados, esperando al Papa. <strong>La</strong><br />
<strong>Madre</strong> <strong>Teresa</strong> siguió andando sin inmutarse por la alfombra<br />
roja que habían puesto allí para el Papa, con su invitación<br />
en la mano levantada y seguida <strong>de</strong> dieciocho hermanas<br />
y yo. Llegó al asiento reservado para ella –para ella<br />
sola, que que<strong>de</strong> claro– en la primera fila.<br />
Al llegar, la saludó un monseñor muy circunspecto:<br />
—Sí, este es su sitio, en la primera fila.<br />
Pero la <strong>Madre</strong> <strong>Teresa</strong> se volvió hacia mí y dijo:<br />
—Padre, padre, venga rápido; ¡este es su sitio! Siéntese<br />
aquí.<br />
El monseñor intentó corregirla:<br />
—No, <strong>Madre</strong> <strong>Teresa</strong>…<br />
No pudo continuar.<br />
—No, el padre se va a sentar aquí.<br />
El monseñor estaba visiblemente contrariado y no sabía<br />
qué hacer con la <strong>Madre</strong> <strong>Teresa</strong> y sus dieciocho hermanas.<br />
Pero el problema le duró poco: la <strong>Madre</strong> <strong>Teresa</strong><br />
se encargó <strong>de</strong> aquello. El monseñor apenas pudo rechistar:<br />
—¿Dón<strong>de</strong> vamos a sentar a las hermanas? No pue<strong>de</strong>n<br />
quedarse aquí.<br />
A la <strong>Madre</strong> <strong>Teresa</strong> ya se le había ocurrido una i<strong>de</strong>a:<br />
—Es muy fácil. Cuatro hermanas, ahí, <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> los<br />
focos <strong>de</strong> televisión; cuatro hermanas, allí, al otro lado;<br />
tres hermanas, en este lado; y el resto, sentadas aquí <strong>de</strong>lante<br />
en el suelo.<br />
<strong>La</strong> <strong>Madre</strong> <strong>Teresa</strong> se sentó en el suelo con el último<br />
grupo <strong>de</strong> hermanas. El monseñor estaba indignado:<br />
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