En Defensa del Marxismo - Partido Obrero
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Bancarrotas fiscales, crisis políticas, rebeliones obreras<br />
europea de someter a un centenar de bancos a una ‘prueba de<br />
resistencia’ en escenarios de crisis -cuyos resultados, naturalmente,<br />
serán falsificados. La utilización <strong>del</strong> paquete de la Comisión<br />
Europea y el FMI por parte de un Estado que caiga en<br />
‘default’ desplaza los derechos de cobro de los bancos en beneficio<br />
de los Estados que han suscripto ese paquete. Además,<br />
las deudas entre Estados deben ser pagadas en forma integral,<br />
no admiten quitas. Esta prioridad para los Estados prestamistas<br />
desvaloriza de inmediato las tenencias en poder de los bancos.<br />
El rescate de un Estado que declare la cesación de pagos se<br />
convierte en un nuevo episodio de la insolvencia de los<br />
bancos. Ese rescate público europeo no es, entonces, tal. <strong>En</strong> Europa,<br />
los bancos con mayor proporción de créditos incobrables<br />
son los alemanes, franceses y españoles (los ‘activos tóxicos’<br />
de los bancos alemanes alcanzan a casi 300 mil millones de euros).<br />
O sea que la crisis no está concentrada en la ‘periferia’<br />
sino en el ‘centro’. No sorprende que se encuentre cuestionada<br />
la sobrevivencia <strong>del</strong> euro y de la Unión Europea. Para<br />
enfrentar esta posibilidad, la Comisión europea ha lanzado un<br />
plan de liquidación de bancos menores o públicos para ser acaparados<br />
por los grandes bancos con financiamiento de los bancos<br />
centrales. Es lo que ya ocurre con las Cajas, en España, cuya<br />
mayor parte será absorbida y transformada en bancos; con los<br />
Landesbank en Alemania e incluso con bancos semi-privados<br />
en Francia. Cada país debe someterse a una directiva supranacional<br />
-como lo reiteran cotidianamente el español Zapatero<br />
y la CiU, el partido de la gran burguesía de Cataluña, cuyos<br />
votos permitieron la aprobación <strong>del</strong> ‘ajuste’ en ese país. La<br />
Unión Europea va tomando, en forma más definida, el carácter<br />
de un protectorado bajo la batuta <strong>del</strong> capital alemán. Pero esta<br />
perspectiva entra en contradicción con la tendencia al ‘default’<br />
de varios países y la posibilidad de su salida ‘transitoria’ de la<br />
zona euro, y con las crisis políticas que se extienden por las naciones<br />
europeas (Francia, Grecia, España, Italia, Alemania) y<br />
las luchas crecientes de los trabajadores. La combinación de<br />
ambos factores plantea la perspectiva de una disolución de la<br />
zona euro y de la Unión Europea. Esta tendencia disolvente se<br />
manifiesta ya en los choques al interior de numerosos Estados,<br />
entre los gobiernos locales y el nacional -como ocurre con el<br />
nonato ‘federalismo’ de Berlusconi-Bossi; con los Länder, en<br />
Alemania, y con la autonomía de Cataluña.<br />
El reciente derrumbe <strong>del</strong> euro, en abril-mayo, ya es considerado<br />
el segundo episodio <strong>del</strong> tipo de Lehman Brothers, el<br />
cual, en septiembre de 2008, estuvo a punto de provocar la dislocación<br />
<strong>del</strong> sistema bancario. La repetición de un momento<br />
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