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Consagracion al Inmaculado Corazon de Maria (33 dias - Recursos ...

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PREPARACIÓN PARA LA CONSAGRACIÓN AL TRIUNFO DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA<br />

Gener<strong>al</strong>mente, la dificultad no está en reconocer sino en seguir<br />

prontamente las inspiraciones <strong>de</strong> la gracia. Esa voz interior pi<strong>de</strong> un<br />

sacrificio. No estamos obligados a seguir el llamamiento; la inspiración<br />

nos invita, no nos impone; es María invitándonos a amar más y mejor<br />

a Jesús; sepamos como Ella <strong>de</strong>cir SI a lo que nos pi<strong>de</strong>.<br />

A veces <strong>de</strong>cimos esta p<strong>al</strong>abra y la felicidad es nuestra<br />

recompensa.<br />

A veces pasamos <strong>de</strong> largo y hemos perdido ocasión <strong>de</strong> agradar<br />

a nuestra Madre.<br />

A veces sostenemos una larga lucha: habla María, habla la gracia<br />

con voz dulce, suplicante, imperiosa, - SI es la voz <strong>de</strong> María - y quiere<br />

oírla también <strong>de</strong> nuestros labios. No resistamos.<br />

¡SI Madre. Por Vos todo lo que queráis aunque cueste!.<br />

¿Cómo luchar con María?<br />

Las tentaciones diarias son una molesta cruz, pero son una<br />

ocasión <strong>de</strong> mostrar nuestro amor a Dios. ¡Cuánto nos <strong>al</strong>entará pensar<br />

que es María quien, luchando por nosotros y con nosotros aña<strong>de</strong> un<br />

episodio más a la guerra que a<strong>de</strong>lanta contra el <strong>de</strong>monio!. Ella es la<br />

Virgen victoriosa en todas las bat<strong>al</strong>las <strong>de</strong> Dios, es la Mujer aplastando<br />

en su raza la cabeza <strong>de</strong>l Dragón. Cada cristiano <strong>de</strong>be aquí también<br />

completar -como diría San Pablo- lo que f<strong>al</strong>ta a la victoria <strong>de</strong> Jesús y<br />

<strong>de</strong> María. Nuestra pelea es continuación <strong>de</strong> su guerra.<br />

¡Qué consoladora y <strong>al</strong>entadora i<strong>de</strong>a: la guerra con que el <strong>de</strong>monio<br />

nos asedia es un ataque a la Virgen en sus hijos!. Esta <strong>de</strong> por medio el<br />

honor, la victoria, la pureza <strong>de</strong> María -no la suya propia- pero si la <strong>de</strong><br />

sus hijos. Diré, pues, a la Virgen: Da mihi virtutem contra hostes<br />

tuos. Dame fuerza contra tus enemigos.<br />

Defen<strong>de</strong>remos en nosotros SU gracia: nuestra es la<br />

Omnipotencia suplicante <strong>de</strong> María. ¿Quién no siente redobladas sus<br />

fuerzas combatiendo con María?. Suyo es el combate, la victoria es<br />

suya. Luchando en nosotros, por nosotros, con nosotros la Virgen<br />

consigue una victoria más en la serie interminable <strong>de</strong> combates para<br />

llevar a la humanidad a Dios. No estamos solos. <strong>Maria</strong>nizando nuestra<br />

lucha multiplicamos el esfuerzo y centuplicamos el ardor.<br />

Para que os ame, os sirva y os invoque siempre en la tentación<br />

¡venid a mi socorro, oh Madre <strong>de</strong> bondad!.<br />

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