Ven, sígueme: Sacerdocio Aarónico 1
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Recursos seleccionados<br />
Extracto del tema “Plan de salvación”, Leales a la fe,<br />
2004, págs. 143–145.<br />
Vida premortal<br />
Antes de nacer en la tierra, vivías en la presencia de<br />
nuestro Padre Celestial como uno de Sus hijos<br />
espirituales. En esa existencia preterrenal, partici-<br />
paste en un concilio con los demás hijos espirituales<br />
de nuestro Padre Celestial en el que presentó Su gran<br />
plan de felicidad (véase Abraham 3:22–26).<br />
En armonía con el plan de felicidad, Jesucristo, el<br />
Hijo Primogénito del Padre en el espíritu, en su<br />
estado preterrenal, hizo convenio de ser el Salvador<br />
(véanse Moisés 4:2; Abraham 3:27). A los que siguie-<br />
ron a nuestro Padre Celestial y a Jesucristo se les<br />
permitió venir a la tierra para experimentar la<br />
condición de seres mortales y progresar hacia la vida<br />
eterna. Lucifer, otro hijo espiritual de Dios, se rebeló<br />
contra el plan y “pretendió destruir el albedrío del<br />
hombre” (Moisés 4:3). Él llegó a ser Satanás, y él y<br />
sus seguidores fueron expulsados del cielo y se les<br />
negaron los privilegios de recibir un cuerpo físico y<br />
de experimentar la vida terrenal (véanse Moisés 4:4;<br />
Abraham 3:27–28).<br />
Durante tu vida preterrenal, cultivaste tu identidad y<br />
aumentó tu capacidad para todo lo espiritual.<br />
Bendecido(a) con el don del albedrío, tomaste<br />
decisiones importantes, tales como la de seguir el<br />
plan de nuestro Padre Celestial. Esas decisiones<br />
afectaron tu vida en ese entonces y también ahora;<br />
progresaste en inteligencia y aprendiste a amar la<br />
verdad, y te preparaste para venir a la tierra, donde<br />
podías seguir progresando.