LAS EXPERIENCIAS DE UN VETERANO COFRADE MI ... - Fecoes
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EL COCIDO MADRILEÑO<br />
<strong>UN</strong> <strong>DE</strong>LICIOSO Y SOCORRIDO PLATO<br />
Ya apenas se oye aquella famosa<br />
canción –copla popular aflamencada<br />
que llegó a ser– que<br />
ensalzaba el cocidito madrileño,<br />
casi como un bien supremo y necesario.<br />
Pero en la actualidad, al<br />
igual que a lo largo del pasado<br />
siglo XX y lo mismo que a través<br />
de unos cuantos siglos anteriores,<br />
el cocido madrileño es una de la<br />
señas de identidad de la capital<br />
de España. Es bastante probable,<br />
incluso, que otros conocidos<br />
y hasta famosos cocidos que se<br />
guisan y ofrecen en multitud de<br />
restaurantes a lo largo y ancho de<br />
nuestro país pudieran tener su origen<br />
en el madrileño, con ligeras<br />
variaciones a tenor de los productos<br />
característicos de cada zona<br />
o identidad geográfica. Los ingredientes,<br />
en unos y otros lugares,<br />
M.a.F.<br />
Carlos Ayala<br />
Director De “carnica 2000”<br />
son similares, salvo contadísimas<br />
excepciones.<br />
La verdad, dicho sea en todo su<br />
esplendor, es que el cocido madrileño,<br />
al igual que los cocidos que<br />
encontramos por donde quiera<br />
que vayamos, es un plato gastronómico<br />
de mucha enjundia, algo<br />
muy serio y completo contemplado<br />
desde un ángulo puramente proteico<br />
y alimenticio. Nadie se quedará<br />
tan satisfecho con ninguna otra<br />
comida, cualesquiera que puedan<br />
ser sus componentes, como quien<br />
se atreva a digerir plenamente un<br />
completo cocido madrileño, incluso<br />
de los más corrientes, que no<br />
digamos ya de los más exhuberantes<br />
y repletos.<br />
Pero si fuesemos a un cocido madrileño<br />
de los que podríamos designar<br />
como monumentales, pues<br />
la verdad es que –utilizando una<br />
expresion castiza y muy arraigada,<br />
por este terruño capitalino conocido<br />
antiguamente como poblachon<br />
manchego– no se lo salta un gitano.<br />
En ciertas y muy populares casas<br />
de comidas, a la antigua usanza,<br />
–cuyo nombre no es menester<br />
mencionar– hasta te lo regalan si<br />
te atreves con todo lo que te sirven.