Investigación sobre la muerte de Pepillo Salcedo - Clío - Organo de ...

111
I
Hay que notar que el gran reivindicador de Salcedo fué
Pimentel, el mismo que inició las intrigas contra el notable
Salcedo porque en Dajabón, delante de una querida le llamó
desertor de su puesto de Gobernador de Santiago, de donde
faltaba casi constantemente durante la campaña del camino
de la Capital. niip en cierto momento fué Salcedo personai-
mente a dirigir. También capitaneaba ese movimiento Benito
Monción, uno de los enemigos de Pepillo; y estos dos reivin-
dicadores del victimado de Maimón son la mejor prueba de la
iustificación del gran hombre que por su pulcritud patriótica
llama con elocuencia el más eminente de los febreristas, José
María Serra, "el Bayardo dominicano", el caballero sin tacha
3a. Una sentencia militar condenó a Gaspar Polanca como
asesino y responsable del odioso crimen del sacrificio de Sai-
cedo. Y en aquellos tiempos los españolizados estaban fuera
de la Ley y no llevaban segura sobre los hombros la cabeza.
Era menester que Salcedo fuera un intachable para que se sus-
citara una reivindicación tan sonada, a la cual respondió tan
espontáneamente el corazón del país que no hubo lugar a un
solo disparo.
4a. Ulises Heureaux que como teniente se encontraba ep
tre los ejecutores de Maimón y el general Luperón, el más en.
camizado de los enemigos de Salcedo, fueron los que recogie-
ron las cenizas del eximio soldado de Guayubín, siendo don
Manuel Cocco Presidente del Ayuntamiento; le rindieron ho-
nores militares y digna sepultura en la fortaleza de San Felipe
de Puerto Plata, bajo una pirámide que lleva sencillamente el
nombre del patriota, mientras espera que la Justicia de los
tiempos logre lanzar su anatema de vengador sobre los verda.
deros autores de ese crimen, fruto dañado del funesto
que0 y reconocer que Gaspar Polanco era demasiado ignoran-
te para haber desempeñado en todas esas maquinaciones som.
brías otro papel que el de instrumento.
Mas el propósito de laresolución dela Sociedad "Amantes
de la Luz" expresamente manifestado en ella, no es señalar a
los asesinos ni fulminar a detenninadas personalidades de re-
lieve sino glorificar al héroe máximo de esa prodigiosa campa-
ña libertadora y -digámoslo sin embajes-lavar en cierto modo
con la esponja de la reivindicación la afrenta de un estupendo
crímen político, contra el cual la ignorancia ambiente y los