Investigación sobre la muerte de Pepillo Salcedo - Clío - Organo de ...
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<strong>de</strong> origen político por asuntos <strong>de</strong> partidos. Después <strong>de</strong> fusi<strong>la</strong>do<br />
<strong>Pepillo</strong> mi padre sorprendió una carta en que él le pedía con<br />
urgencia a un amigo suyo <strong>de</strong>l cantón que vo<strong>la</strong>ra en su auxilio<br />
porque Gaspar no pensaba sino en fusi<strong>la</strong>rle y él tenía sus te-<br />
mores <strong>sobre</strong> esa improvisada expedición a <strong>la</strong> costa.<br />
Dec<strong>la</strong>ración <strong>de</strong>l Gral. Agustín Castro<br />
Oyentes: Pedro M. Archambault y Rafael Reinoso.<br />
Dec<strong>la</strong>ró l<strong>la</strong>marse Agustín Castro, <strong>de</strong> 76 años <strong>de</strong> edad, nacido<br />
en esta ciudad.<br />
Yo era <strong>de</strong>l Estado Mayor <strong>de</strong>l Gral. <strong>Pepillo</strong> y venía junto<br />
con él <strong>de</strong> Gua~ubín una noche cuando hal<strong>la</strong>mos en Barrancón<br />
al Gral. Luperón que bajaba con gente. Como se sabía que en<br />
Santiago, Gaspar Po<strong>la</strong>nco había <strong>de</strong>sconocido el gobierno <strong>de</strong><br />
<strong>Pepillo</strong>, al encontrar a Luperón nos dispusimos al combate,<br />
pero <strong>Pepillo</strong> se opuso porque él había renunciado <strong>la</strong> presi<strong>de</strong>ncia:<br />
Entonces tuvieron los dos generales una <strong>la</strong>rga conversa.<br />
ción privada, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong> cual el presi<strong>de</strong>nte <strong>Pepillo</strong> nos<br />
or<strong>de</strong>nó reunirnos a <strong>la</strong> tropa <strong>de</strong> Luperón y seguir para Santiago,<br />
mientras ellos dos seguían paraHaití y <strong>la</strong> señora <strong>de</strong> <strong>Pepillo</strong><br />
reg~esaba junto con ellos a Guayubín.<br />
No sé a ciencia cierta lo que pasó <strong>de</strong>spués, pero sí que al<br />
llegar aquí nos mandaron a nuestro cuartel pero casi <strong>de</strong>sarmados<br />
porque nos cambiaron los fusiles y nos quitaron casi todas<br />
<strong>la</strong>s municiones. Días <strong>de</strong>spués se apareció <strong>Pepillo</strong> con Luperón<br />
y se fue para su casa, calle <strong>de</strong> Las Rosas <strong>de</strong> esta ciudad,<br />
casa que fue <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Viñals, entre El Comercio y <strong>la</strong> calle<br />
Cuesta B<strong>la</strong>nca, hoy Duarte. Allí estuvo <strong>Pepillo</strong> en libertad durante<br />
unos 15 o 20 días. Undíarecibió <strong>la</strong> or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> ir al cantón<br />
<strong>de</strong> Las Javil<strong>la</strong>s <strong>de</strong> Puerto P<strong>la</strong>ta para hacer una operación <strong>sobre</strong><br />
<strong>la</strong> costa; el general aceptó y entonces le mandaron un mal<br />
penco para que fuera con tres o cuatro <strong>de</strong> sus amigos. Pero<br />
<strong>Pepillo</strong> se irritó diciendo que él no montabaen caballos malos,<br />
que si no le daban un caballo igual a los que él acostumbraba<br />
montar, no iba a ninguna parte. Entonces le mandaron un<br />
buen caballo y partimos para Las Javil<strong>la</strong>s. Al llegar allí fue