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La cultura del proyecto 8 - Javier Seguí de la Riva

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a utilizar ya que, como hemos visto, usamos el 15% <strong>de</strong> nuestro cerebro. Des<strong>de</strong> los 30 años y tengo 62 he<br />

perdido todos los días centenares <strong>de</strong> miles y pue<strong>de</strong> que millones <strong>de</strong> neuronas diariamente, como son<br />

trillones da igual (risas). Pero quiero <strong>de</strong>cir que nadie se da cuenta, porque casi <strong>la</strong>s que se pier<strong>de</strong>n son <strong>la</strong>s<br />

que nunca se utilizan. Ese potencial no <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do se atrofia y punto.<br />

Entonces, cuando empieza los dos años y medio, en el niño tiene que marcarse este cambio <strong>de</strong><br />

una manera drástica. El enorme cambio que sufre el niño a los dos años y medio provoca los primeros<br />

conflictos a sus educadores y, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, todo el mundo <strong>la</strong> consi<strong>de</strong>ra una edad difícil y hay que<br />

observarlo con atención. Hace un rato <strong>de</strong>cía que ni los conocemos, ni los compren<strong>de</strong>mos, ni los<br />

respetamos y no te asombra que los padres muchas veces no se dan cuenta <strong>de</strong> lo que pasa con el niño.<br />

Había una época en el metro <strong>de</strong> Madrid don<strong>de</strong> te rega<strong>la</strong>ban pollitos <strong>de</strong> todos los colores el papá llega y...<br />

dice: "mira, hijo, que pollitos", el niño agarra el pollito por el cuello y se lo carga. pero el niño no es un<br />

sádico, simplemente no sabe lo que es <strong>la</strong> muerte: los animales no saben lo que es <strong>la</strong> muerte.<br />

Los griegos <strong>de</strong>cían que Hipnos era hermano <strong>de</strong> Tana, es <strong>de</strong>cir, el sueño, era hermano <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

muerte. Más bien era primo lejano, porque hay una diferencia bastante esencial que se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong> en<br />

cuatro estados: el sueño, el coma, <strong>la</strong> anestesia y <strong>la</strong> muerte; no es una diferencia <strong>de</strong> grados, es una<br />

diferencia esencial, aquí está vivo y aquí está muerto. Esta es una diferencia esencial para nosotros, pero<br />

para un animal no. Incluso para una mamá chimpancé, si tú le matas <strong>la</strong> cría con bastante arte para que no<br />

haya ruido mientras dure el experimento, <strong>la</strong> madre acabará abandonándolo, porque su unión con él está<br />

basada en sus experiencias sobre un feed-back, o sea, <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción <strong><strong>de</strong>l</strong> bebé provoca una nueva conducta<br />

en <strong>la</strong> madre. Entonces, si <strong>la</strong> cría no respon<strong>de</strong>, porque está anestesiada, <strong>la</strong> madre acabará abandonándo<strong>la</strong>,<br />

porque el<strong>la</strong> regresa a <strong>la</strong> cría, pero los períodos <strong>de</strong> abandono son cada vez más frecuentes y más <strong>la</strong>rgos<br />

hasta que el abandono es <strong>de</strong>finitivo. Y no creais que pasa mucho tiempo, a lo más dura <strong>de</strong> 48 a 72 horas<br />

en los mejores tiempos: los animales no saben lo que es <strong>la</strong> muerte. Cuando digo "saben" no me refiero al<br />

concepto <strong>de</strong> muerte sino a <strong>la</strong> conciencia <strong>de</strong> muerte, porque el niño tiene conciencia mucho antes <strong>de</strong> ser<br />

capaz <strong>de</strong> conceptuar, que eso se da a los 6 o 7 años <strong>de</strong> edad, parece ser.<br />

¿Cómo suce<strong>de</strong> esa conciencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte?. Viene porque un niño cuando nace está inmerso<br />

en el entorno. Previamente está en re<strong>la</strong>ción, lo más directa posible, con <strong>la</strong> parte más importante <strong>de</strong> su<br />

entorno que es su mamá y los pechos <strong>de</strong> su mamá, <strong>de</strong> los que vive. Hasta el parto, <strong>la</strong> mamá se encargaba<br />

<strong>de</strong> todo, inclusive <strong><strong>de</strong>l</strong> oxígeno, <strong>de</strong> <strong>la</strong> secreción... Ahora el niño come, digiere -cosa que antes no hacía-,<br />

respira y excreta; pero <strong>la</strong> comida <strong>la</strong> tiene que tomar, y <strong>la</strong> toma <strong>de</strong> su madre. Pero <strong>la</strong> comida no es<br />

suficiente, sino también un contacto físico necesario para su salud mental, <strong>de</strong> piel a piel. Freud habló <strong>de</strong><br />

sexualidad infantil porque era c<strong>la</strong>rísimo que al niño le gusta mucho estar agarrado <strong>de</strong> <strong>la</strong> teta sin chupar,<br />

por el puro p<strong>la</strong>cer <strong>de</strong> chupar, porque muchas veces no hay succión, so<strong>la</strong>mente contacto. L<strong>la</strong>mar a eso<br />

sexualidad se <strong>de</strong>be en parte a <strong>la</strong> represión sexual en <strong>la</strong> época <strong>de</strong> Freud: no todo p<strong>la</strong>cer físico es<br />

sexualidad, <strong>la</strong> líbido no es tan importante, si no, no habría Arquitectura ni Arte. En el caso <strong><strong>de</strong>l</strong> niño<br />

podríamos hab<strong>la</strong>r <strong>de</strong> sensualidad oral. No hay que confundir sexualidad y sensualidad. El p<strong>la</strong>cer es un<br />

fenómeno positivísimo, es un estrés, pero agradable en lugar <strong>de</strong> un estrés no agradable; el estrés es <strong>la</strong><br />

vida y únicamente es malo su exceso. Soy especialista en estrés y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego he tenido que i<strong>de</strong>ntificar el<br />

estrés positivo y diferenciarlo <strong><strong>de</strong>l</strong> negativo. <strong>La</strong> reacción a ciertos tipos <strong>de</strong> estímulos visuales, táctiles y<br />

auditivos provocan <strong>la</strong> misma <strong>de</strong>scarga que el rugido <strong>de</strong> un tigre a un metro por <strong>de</strong>trás. A<strong>de</strong>más, los<br />

sistemas dienérgico y polinérgico respon<strong>de</strong>n igual a <strong>la</strong> erección y <strong>la</strong> eyacu<strong>la</strong>ción que al miedo.<br />

Sigamos. El niño está inmerso en su entorno y se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar, hasta neurológicamente en<br />

monitores, que i<strong>de</strong>ntifica más fácilmente el seno <strong>de</strong> su madre que sus propios pies y que son<br />

prácticamente carentes <strong>de</strong> sensación <strong>de</strong> dolor, lo cual, se explica fácilmente por <strong>la</strong> ausencia <strong>de</strong> mielina <strong>de</strong><br />

muchísimas fibras rápidas que son <strong>la</strong>s conductoras <strong><strong>de</strong>l</strong> dolor. Lo que quiero <strong>de</strong>cir es que uno <strong>de</strong> los<br />

primeros trabajos que tenemos cuando queremos hacer ciencia objetiva es cuidar <strong><strong>de</strong>l</strong> antropomorfismo.<br />

No hay que ver en el niño un ser humano miniatura, sino el principio <strong>de</strong> un <strong>proyecto</strong> <strong>de</strong> ser humano y<br />

empezará a ser humano cuando se haya dado este paso, antes sigue siendo un animal, con todas <strong>la</strong>s<br />

características <strong>de</strong> un animal y, <strong>de</strong> hecho, es domable como un animal: un animal no obe<strong>de</strong>ce por mucho<br />

que los maestros <strong>de</strong> perros digan que su perro les obe<strong>de</strong>ce, porque <strong>la</strong> obediencia implica enten<strong>de</strong>r una<br />

or<strong>de</strong>n y tener una disposición anímica y reflexiva en cómo cumplir esa or<strong>de</strong>n. Lo único que pue<strong>de</strong>s hacer<br />

es condicionar a un animal. Es <strong>de</strong>cir, que los hemisferios <strong><strong>de</strong>l</strong> animal le sirven so<strong>la</strong>mente para darse cuenta<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> aquí y ahora y nada más. Todo lo que entra en el futuro y en el pasado pertenece al cerebelo, no a los<br />

hemisferios y para lograr un automatismo recurrimos a los reflejos condicionados.<br />

Esos niños que creen sus papás que les obe<strong>de</strong>cen y que a los dos años y medio les presenta<br />

sus primeros conflictos y se vuelve <strong>de</strong>sobediente, en realidad nunca obe<strong>de</strong>ció sino que se mol<strong>de</strong>ó, se<br />

condicionó a su entorno, y sobre todo a <strong>la</strong> personalidad y a <strong>la</strong> conducta <strong>de</strong> su mamá y <strong>de</strong> su papá,<br />

tratando <strong>de</strong> influir sobre esa conducta. Pero no hay que ser un ser humano para tratar <strong>de</strong> influir sobre el<br />

amo, todos lo perros que quieren salir, rascan <strong>la</strong> puerta y eso no quiere <strong>de</strong>cir que estén pensando. Sería<br />

un antropomorfismo exagerado hab<strong>la</strong>r <strong>de</strong> <strong>de</strong>seos. <strong>La</strong>s pa<strong>la</strong>bras que empleamos para los seres humanos<br />

no <strong>la</strong>s po<strong>de</strong>mos emplear para los animales más que entre comil<strong>la</strong>s. Ciertos idiomas difieren <strong><strong>de</strong>l</strong> nuestro en<br />

que <strong>la</strong> tonalidad cambia según hab<strong>la</strong>s <strong>de</strong> o con animales; pero <strong>la</strong> diferencia está en el tono <strong>de</strong> voz, como<br />

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