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trucción de cemento arm.ado, debió ds. jar inconcluso los trabajos por conse cuencia de la guerra mundial. Se hizo cargo de la terminación un ente ofi cial, RIONE, que contrató con la Ge neral Electric, empresa yanqui, la ins talación de las cuatro unidades gene radoras. La primera unidad entró en fimcionamiento en diciembre de 1945. Los cuatro generadores pueden produ cir 128.000 k.w.h. La construcción de las obras del Rin cón del Bonete dieron ocupación a un número considerable de personas; en algún momento su número llegó a 5.000. Esto hizo que Paso de los Toros expe- perimentara un intenso movimiento co mercial y un rápido crecimiento, fenó menos ambos que, al finalizar los tra bajos, produjeron una gran depresión por la desaparición de tan importante fuente ocupacional. — — 313 Mesa de la Jornada Finalmente, otra de las consecuencias de la construcción de la usina, fue que se creara junto a ella una población ds relativa importancia, que desde los pri meros tiempos albergó a los funciona rios de aquélla y a sus familiares. SAN GREGORIO DE POLANCO Es la tercera población del Departa mento (2.500 h.). Fue fundada en 1852 por el Coronel José Gregorio Suárez en el Paso de Polanco, sobre la mar gen derecha del Río Negro. El embalse del Rincón del Bonete y el lago que éste formó, la enriquecie ron con hermosos arenales que consti tuyen hoy playas muy apreciadas por aquellos turistas que llenan esta po blación.
LAS CRECIDAS DEL RIO NEGRO Dos son las más importantes creci das del Río Negro, de que conservan memoria los vecinos de Paso de los Toros. La de 1888, (cuatro años des pués de que llegara el ferrocarril al pueblo) y la de 1959. La primera sobrepasó en 40 centíme tros los rieles de la vía a la altura del puente. La empresa del ferrocarril, pa ra evitar la agrupación de troncos que hubieran puesto en peligro la estructu ra del puente, contrató tma cuadrilla de obreros que con grandes horquillas, los hundían para hacerlos pasar por de bajo de él. Dato curioso: estos obreros ganaban un jornal realmente fabuloso: una libra oro por día. No obstante la importancia de la an terior creciente, su nivel máximo so brepasó en cuatro metros a la de 1959, la que obligó a la evacuación de la ya entonces ciudad de Paso de los Toros, en la noche del 17 de abril de 1959. "Durante toda la noche (dice Armúa), por la Ruta 5, hacia el Sur y hacia el Norte, en forma especial en esta última dirección, se observó la larga caravana de los que se evacuaban por sus pro pios medios, muchos a pie, llevando lo imprescindible y acampando donde po dían. Se improvisaron carpas con sá banas o frazadas atadas a la parte su perior de los alambrados. Las estancias ubicadas más allá de Vialidad, que era el límite de la evacuación, se colmaron de evacuados, lo mismo que los Pue blitos de Peralta y Achar, los cuales vieron triplicadas sus poblaciones en un día". "Hacia el Sur, con destino a Montevideo, partieron tres trenes: el primero, a las 4 de la madrugada, lle vando 2.800 mujeres y niños; en los otros dos partieron 2.000 personas más, pero no todos llegaron a Montevideo: más de la mitad quedó en las ciudades y pueblos intermedios, aceptando la ge nerosa hospitalidad que se les iba ofre ciendo en las estaciones". — — 314 Por momentos se había pensado que pudiera hacerse necesario volar la re presa. Felizmente, no fue preciso. Y esa obra magnífica de ingeniería segui rá prestando al país, durante muchos años aún, sus beneficios. EL MUSEO DEL INDIO Y DEL GAUCHO EN TACUAREMBÓ "Se ha dicho que la historia supone, en quien la hace, la capacidad necesa ria para distinguir entre lo auténtico y lo que no lo es. Así, con criterio selectivo y crítico, hace treinta años cabales que Washing ton Escobar, un hombre hoy de cabe llera blanca pero siempre esforzado y paciente, con sorprendente vigor espi ritual y fervoroso entusiasmo, creó el Museo del Indio al que anexó una sec ción dedicada a concentrar elementos representativos del hombre del campo. Ha funcionado siempre en la propia casa del fundador y actual conserva dor, calle 25 de Mayo 315 de la ciudad de Tacuarembó, y consta aproximada mente de unas 5.000 piezas las cuales no pueden exhibirse en su totalidad por desbordar el espacio del local. Más de 2.500, que abarcan el perío do de nuestra historia que se extiende desde los tiempos de los aborígenes has ta principios de nuestro siglo, han sido clasificadas ordenadamente, previo un estudio minucioso de cuanto revelaba su pasado. Todo, absolutamente todo el material indígena, ha sido colectado en el depar tamento. Nos ha dicho el señor Esco bar que no se dejó vencer por el afán tan común de poseer mucho, sino que privó en él la idea de que cada pieza rescatada y debidamente fichada fuera un testimonio irrecusable. El 80 % de dicho material fue retirado directamen - te de los numerosos talleres paraderos existentes en grandes médanos de are na próximos a la laguna Las Veras, a los arroyos Tacuarembó Chico, Tres
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