Extraedad 5to grado Español - Supervisión Escolar 039
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ESPAÑOL<br />
68<br />
II.- INSTRUCCIONES: Lee la siguiente fábula y contesta:<br />
La liebre y la tortuga<br />
La liebre era uno de los animales más veloces<br />
del bosque, y siempre estaba presumiendo<br />
ante los demás de su agilidad y ligereza.<br />
-Ni los más veloces galgos puede darme<br />
alcance -decía-, ni los zorros, ni las águilas…<br />
nadie puede igualarme en rapidez.<br />
Vivía en el mismo bosque una simpática<br />
tortuga, a la que todos apreciaban por su<br />
amabilidad y paciencia. Pero la vanidosa<br />
liebre siempre se burlaba de ella por su<br />
lentitud, diciéndole cosas tales como -No<br />
corras tanto, amiga tortuga, que vas a<br />
tropezar y te vas a caer- pero la tortuga no<br />
hacía caso de estas chanzas y seguía su<br />
camino, lenta pero segura.<br />
Un día la liebre, delante de otros animales, le dijo a la tortuga en son de burla: -Te<br />
desafío a una carrera, eres tan rápida que siento curiosidad por saber si puedo<br />
ganarte. Ante el asombro de la tortuga, respondió: -De acuerdo, acepto. Se<br />
decidió, pues, el punto de partida, el recorrido y la meta, situada al otro extremo<br />
del bosque, y a una señal salieron los dos animales, corriendo a gran velocidad<br />
la liebre y caminando lentamente la tortuga.<br />
Como era de esperar, enseguida sacó la liebre gran delantera, y viendo que la<br />
tortuga estaba muy atrás, se sentó a descansar bajo un árbol, muy tranquila. Al<br />
cabo de un buen rato, la tortuga con su paso lento y calmoso, y la liebre se rio a<br />
carcajadas. La dejó adelantarse un trecho y luego volvió a correr, sacándole de<br />
nuevo gran ventaja en pocos minutos.<br />
La liebre repitió varias veces esta maniobra, y tan confiada estaba en su victoria,<br />
que una de las veces se quedó dormida bajo el árbol en que se había sentado<br />
a descansar un rato. De pronto, se despertó sobresaltada y echó a correr a toda<br />
velocidad hacia la meta, pero cuando llegó se encontró a la tortuga que estaba<br />
esperándola con una sonrisa burlona; mientras la liebre descansaba segura de<br />
sí misma, la tortuga lenta pero constante, había ido avanzando hasta ganar la<br />
carrera. Desde aquel día, la liebre no volvió a presumir y nunca más se burló de<br />
la paciente tortuga.