Conferencias Rosacruces
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El primer cuerpo que tuvo la humanidad era constituido de la sustancia de la<br />
época, que era, naturalmente, etérica; no nos debemos extrañar al decir que era de la<br />
tierra existente, cuando el propio gas es mineral. Lo que interesa saber es que la<br />
condición primera fue totalmente mineral y por consecuencia inerte, es decir:<br />
composición que no tenía vida ni movimiento; era una situación completamente<br />
estática, en que se sufría los impactos de las circunstancias y de otras humanidades<br />
adelantadas, que imprimían en nuestra nueva ola evolutiva un impulso, que algún día se<br />
iba a transformar en vida y poder, que hoy alcanzamos.<br />
Pero en la segunda época se nombra a Caín como representante de ese tiempo,<br />
ya con un cuerpo que tenía vitalidad; que se sustentaba con el vegetal existente, es<br />
decir, con una sustancia también similar. Después de contar con el cuerpo denso que<br />
iba a servir de base al cuerpo actual, se le vitalizó, se le dio vida, se le dio<br />
funcionamiento y vitalidad y esa es la característica de la segunda época, simbolizada<br />
por Caín. Dijimos que no es un ser sino que simboliza un conjunto de seres que están<br />
evolucionando.<br />
Todavía - y siguiendo ciclos cada vez más completos - surge Abel, que es el<br />
Pastor; se simboliza como la tercera época, en donde se agregó un cuerpo de deseos,<br />
estimulado ese cuerpo de deseos por una bebida, leche, vamos a decir, del reino animal.<br />
Pero no sospechemos que Abel comiera carne, porque no era todavía el momento. El<br />
cuerpo de deseos era suficientemente estimulado por la condición láctea del reino<br />
animal.<br />
Todavía, cuando se le acrecienta la Mente al ser humano, para completar el<br />
conjunto de vehículos que iba a necesitar, el desgaste mental que destruye células, que<br />
destruye tejidos, que hay que reponer con proteínas para reconstruir los desgastes que<br />
produce la Mente, aparece el Nimrod, el gran cazador de que habla la Biblia, que ya se<br />
alimentó a su igual, con carne. Fueron circunstancias.<br />
Comienza la quinta época, la actual, la ariana, y la presencia del Cristo hace que<br />
la modalidad ahora vaya cambiando. Nimrod, el cazador, se estimulaba con el vino,<br />
producto de la vid, fermentado. El producto alcohólico no deja de destruir, de atraer la<br />
muerte, de ser un veneno. No es una falla en las disposiciones. Fue apenas una<br />
necesidad del momento. La humanidad, todavía más familiarizada con los mundo de<br />
donde procedía, mundo espirituales, no se apegaba a las condiciones de la Tierra, no<br />
conseguía aprovechar lo que el ambiente material le iba a ofrecer como medio de<br />
progreso; en la actividad, el aprendizaje, las lecciones del medio ambiente van<br />
exigiendo una mayor actividad y en la actividad viene la experiencia correspondiente.<br />
La apatía existente hizo que se incluyera en la alimentación un medio de estímulo; el<br />
vino adhirió a las condiciones materiales y la humanidad las vivió intensamente; de eso<br />
no tenemos duda; asistimos a una realidad que sobrepasó todas las perspectivas. Pero<br />
ahora un nuevo cambio tiene que producirse. Cuando el Cristo dio de beber a los<br />
discípulos, dijo: Bebed de mi sangre, comed el pan de mi cuerpo. Pero en ningún<br />
momento el Cristo bebió del fruto de la vid, porque Él no lo necesitaba. El no precisaba<br />
ningún estímulo. Queremos recalcar esto: Él no precisaba ningún estímulo. Tiene un<br />
significado totalmente diferente.<br />
“Comed del pan que es mi cuerpo” porque Él iba a ser el Regente de la Tierra y<br />
nosotros todos, no solamente los discípulos, íbamos a vivir de su sacrificio, en su<br />
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