Cuento El patio de juego de los Angeles - Creando Tu Realidad
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— ¿Y luego que hago? —preguntó Simón un poco<br />
confundido—<br />
—Luego simplemente la <strong>de</strong>jas actuar y permaneces<br />
completamente seguro <strong>de</strong> que todas tus células están<br />
haciendo su trabajo y que pronto recobrarás tu salud<br />
perfecta.<br />
—Y…—dudó un poco Simón— ¿Me aliviaré<br />
inmediatamente?<br />
—No amigo –le respondió Salomé— este es un proceso<br />
que toma su tiempo, pero si persistes lo lograrás.<br />
—Pero y cuando me duela o me sienta débil, ¿qué<br />
hago? — Preguntó muy triste Simón— Creo que en ese momento<br />
se me olvidará que mis células están trabajando y me<br />
<strong>de</strong>jaré <strong>de</strong>caer.<br />
Salomé no sabía que respon<strong>de</strong>r, estaba<br />
confundida; pero en ese momento aparecieron <strong>los</strong> papás <strong>de</strong><br />
Simón que habían escuchando la conversación y con<br />
lágrimas <strong>de</strong> emoción en sus ojos, Fe<strong>de</strong>rico le habló a su hijo:<br />
—Cuando esto te suceda hijo mío, no te <strong>de</strong>jes<br />
<strong>de</strong>caer y entien<strong>de</strong> que el malestar se produce por una pelea<br />
que se da en tu cuerpo, entre las células que se están<br />
reparando, y la enfermedad que lucha por no <strong>de</strong>jarse<br />
eliminar. Esto durará algún tiempo, pero si lo <strong>de</strong>seas <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
tu corazón, verás que poco a poco vas sintiéndote mejor,<br />
hasta que sanes completamente.<br />
Y Simón que amaba estar en la Tierra, siguió <strong>los</strong><br />
consejos <strong>de</strong> sus guías, su amiga y sus papás. Fueron tiempos<br />
muy difíciles y aunque no se recuperó inmediatamente,<br />
nunca más se sintió víctima <strong>de</strong> la enfermedad. Ante las<br />
súplicas <strong>de</strong> sus padres, Simón mantuvo el tratamiento<br />
médico, pero acompañado <strong>de</strong> una gran certeza en su pronta<br />
recuperación.<br />
Por espacio <strong>de</strong> varios meses Simón mantuvo una<br />
perfecta comunicación con su cuerpo. Cuando se sentía<br />
débil, sabía que se <strong>de</strong>bía a que sus células sanas estaban<br />
expulsando la enfermedad y podía sentir que ésta peleaba y