Transcripción de Zeitgeist Addendum - El Espíritu del Tiempo

IV
Mi país es el mundo…
y mi religión es hacer el bien.
Thomas Payne
(1737 – 1809)
Los valores sociales de nuestra sociedad que se han manifestado en forma perpetua de guerra, corrupción,
leyes opresivas, estratificación social, supersticiones irrelevantes, destrucción ambiental, y una clase
déspota mandataria orientada a la rentabilidad y socialmente indiferente; es fundamentalmente el
resultado de la ignorancia colectiva de dos de las más básicas perspicacias que los humanos pueden tener
sobre la realidad. Los aspectos emergente y simbiótico de la ley natural.
Aspecto Emergente
La naturaleza emergente de la realidad es que todos los sistemas; sea conocimiento, sociedad, tecnología,
filosofía, o cualquier otra creación; estarán -cuando no son inhibidos- bajo un fluido cambio perpetuo. Lo
que hoy consideramos algo común como comunicación y transporte modernos, hubiesen sido
inimaginables en tiempos antiguos. De la misma manera, el futuro contendrá tecnologías, entendimientos
y estructuras sociales que ni siquiera podemos pensar en el presente.
Hemos pasado de la alquimia a la química, de un universo geocéntrico a uno heliocéntrico, de creer que
los demonios eran la causa de las enfermedades a medicina moderna. Este desarrollo no muestra signos
de detenerse y es esta apreciación la que nos alinea y lidera a un camino continuo de crecimiento y
progreso.
El conocimiento estático empírico no existe; en lugar de eso es la perspicacia de la emergencia de todos
los sistemas la que debemos reconocer. Esto significa que debemos estar abiertos a nueva información
todo el tiempo, incluso si amenaza nuestro actual sistema de creencia, y por ende, nuestras identidades.
Tristemente la sociedad hoy ha fallado en reconocer esto y las instituciones establecidas continúan
paralizando el crecimiento preservando estructuras sociales desactualizadas.
Simultáneamente, la población sufre del miedo al cambio. Dado que su condicionamiento asume una
identidad estática y desafiar el sistema de creencia de uno, usualmente resulta en insulto y aprensión.
Porque estar equivocado es erróneamente asociado con fracaso, cuando en realidad ser probado
equivocado debería ser celebrado dado que esta elevando a alguien a un nuevo nivel de entendimiento,
fomentando conciencia. El hecho es que no existe tal cosa como un ser humano inteligente, porque es
solo una cuestión de tiempo antes de que sus ideas sean actualizadas, modificadas, o erradicadas.
Y esta tendencia de aferrarse ciegamente a un sistema de creencia, protegiéndolo de nueva información
que posiblemente lo transforme no es nada menos que una forma de materialismo intelectual. El sistema
monetario perpetúa este materialismo no solo con sus estructuras auto-preservantes, sino también a través
de la incontable cantidad de personas que han sido condicionadas a apoyar ciega y desconsideradamente
estas estructuras, por lo que se vuelven “guardianes auto-proclamados del status quo” - Ovejas, que ya no
necesitan un perro ovejero para ser controladas, porque se controlan entre ellas desterrando a aquellas que
se salen de la norma.
Esta tendencia a resistir el cambio y apoyar instituciones existentes por el bien de la identidad, el confort,
el poder, y la rentabilidad es completamente insostenible; y solo producirá mayor desequilibrio,
fragmentación, distorsión e inminentemente, destrucción.
Es hora de cambiar.
Desde cazadores y colectores, hacia la revolución agrícola, a la revolución industrial, el patrón es claro.
Es hora de un nuevo sistema social que refleje los entendimientos que tenemos hoy.
El sistema monetario es producto de un período en el tiempo donde la escasez era una realidad. Ahora, en
la era de la tecnología ya no es relevante a la sociedad. Debe irse con el comportamiento aberrante que
manifiesta.
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