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Manos que curan (I y II) - Konozer

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Podía hacerlo parcialmente gracias al orificio aura[ <strong>que</strong> había dejado la punción de médula. Tras cierto<br />

tiempo de lucha, conectaba de nuevo con su guía y se calmaba, abría la raíz y se reiniciaba el proceso<br />

de entrada.<br />

Comencé la sesión de curación. La primera vez aceptó algo, pero luego se negó. Siempre <strong>que</strong> intentaba<br />

enviar energía a su aura se alborotaba. Sabía lo <strong>que</strong> yo pretendia y no me dejaba acercarme. Lo <strong>que</strong> yo<br />

intentaba hacer era coser el orificio de su chakra sacro en la séptima capa de su aura y reencauzar la<br />

energía hacia abajo. Pero no me dejaba. Incluso me acerqué a él mientras estaba profundamente<br />

dormido. Cuando me encontraba a unos treinta centímetros de distancia, se despertó y empezó a gritar<br />

de manera desaforada. No cabía duda de <strong>que</strong> su lucha era tremenda y de <strong>que</strong> no <strong>que</strong>ría ayuda de<br />

nadie. Uno de los problemas físicos secundarios de este combate básico fue un trastorno intestinal<br />

producido por el constante abuso del chakra del plexo solar relacionado con sus gritos y llantos. Se le trató este<br />

desarreglo después de <strong>que</strong>, finalmente, decidió mantenerse en el plano físico. La carta astral de este niño<br />

demuestra con claridad <strong>que</strong> es un líder en potencia.<br />

Por tanto, el alma <strong>que</strong> llega suele entrar en el cuerpo y salir de él por el chakra corona como si empezara a<br />

trabajar para abrir el chakra raíz y penetrar con las raíces en el plano físico. En esta fase, el chakra raíz parece un<br />

embudo muy estrecho, y el chakra corona tiene el aspecto de un embudo muy ancho. Los otros chakras parecen<br />

tacitas poco profundas con una línea estrecha de energía <strong>que</strong> conduce de vuelta al interior del cuerpo hasta<br />

llegar a la espina dorsal (figura 8-1). El campo general de un lactante es amorfo y deforme y tiene un color<br />

azulado o grisáceo.<br />

Cuando un bebé centra su atención en un objeto en el plano físico, el aura se tensa y abrillanta, especialmente<br />

alrededor de la cabeza. Luego, cuando su atención cede, el color del aura se desvanece; sin embargo, retiene<br />

parte de la experiencia en forma de color en el aura. Cada experiencia añade un poco de color al aura y aumenta<br />

su individualidad. El trabajo de construcción del aura también está en marcha y continúa de este modo a lo largo<br />

de toda la vida, de manera <strong>que</strong> permite encontrar la experiencia vital de cada uno.<br />

Después del nacimiento se mantiene una fuerte conexión energética entre la madre y el hijo, a la <strong>que</strong> a veces se<br />

denomina plasma germinal. Esta conexión tiene su momento más fuerte en el alumbramiento, y se mantiene<br />

durante toda la vida, aun<strong>que</strong> se va haciendo menos pronunciada a medida <strong>que</strong> crece el niño. Este cordón<br />

umbilical psíquico es la conexión a través de la cual los niños se mantienen en contacto con sus padres<br />

en el transcurso de los años. En muchas ocasiones, uno de los dos tiene conciencia de las experiencias<br />

traumáticas por las <strong>que</strong> pasa el otro, aun<strong>que</strong> pueden estar separados a gran distancia en el nivel físico.<br />

El campo del niño está totalmente abierto y es vulnerable al ambiente en el <strong>que</strong> vive. El niño detecta<br />

todo lo <strong>que</strong> sucede entre sus progenitores, tanto si sus relaciones son claras como si no lo son.<br />

Reacciona constantemente a su entorno energético de forma acorde con su temperamento. Puede<br />

sentir vagos temores, tener fantasías o berrinches o estar enfermo. Todo los chakras del niño están<br />

abiertos en el sentido de <strong>que</strong> no cuentan con una película protectora <strong>que</strong> mantenga al margen las<br />

influencias psíquicas <strong>que</strong> llegan hasta él. Ello hace <strong>que</strong> el niño sea muy vulnerable e impresionable. Así,<br />

aun cuando los chakras no están desarrollados como los de un adulto y experimentan de forma vaga la<br />

energía <strong>que</strong> penetra en ellos, ésta sigue progresando hasta el campo del niño, quien debe ocuparse de<br />

ella en cierto modo (véase figura 8-2 para comparar los chakras de un adulto con los del niño).<br />

Alrededor de los siete años de edad, sobre las aberturas del chakra se forma una pantalla protectora<br />

<strong>que</strong> filtra muchas de las influencias del campo energético universal. De este modo, el niño pierde su<br />

anterior vulnerabilidad. Esta fase se puede observar cuando el niño crece y se individualiza. Es un<br />

momento próximo al de la aparición del raciocinio.<br />

Muchas veces es posible ver cómo un niño pe<strong>que</strong>ño se sienta y acurruca en el regazo de su madre o su<br />

padre. Está siendo protegido de las influencias exteriores por el campo de su progenitor. Esta<br />

vulnerabilidad infantil me hace ser muy conservadora en lo <strong>que</strong> se refiere a permitir <strong>que</strong> los niños<br />

intervengan en terapias de grupo con adultos. El adulto no tiene idea de lo <strong>que</strong> esto supone para el niño,<br />

a menos <strong>que</strong> haya regresado a ese estado de vulnerabilidad. He visto a padres <strong>que</strong> sometían<br />

inconscientemente a sus hijos a un schock psíquico innecesario haciéndoles participar en terapias de<br />

grupo, por considerar <strong>que</strong> se trataba de una actitud progresista, o por<strong>que</strong> cedieron a las presiones del<br />

grupo. La ira de un adulto golpea el sistema del niño como un shock psíquico, mientras <strong>que</strong> la tristeza y<br />

la depresión lo envuelven como una niebla.<br />

Además del alimento físico, la lactancia proporciona al niño energía etérea. En cada pezón hay un<br />

pe<strong>que</strong>ño chakra <strong>que</strong> le aporta energía. Recuérdese <strong>que</strong> los chakras del bebé no están desarrollados y<br />

<strong>que</strong>, por tanto, no metabolizan todas las energías del campo energético universal <strong>que</strong> necesita para<br />

apoyar su vida.<br />

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