Mercedes Araujo (Argentina) Antonio y Cleopatra/ serpiente ... - Alforja
Mercedes Araujo (Argentina) Antonio y Cleopatra/ serpiente ... - Alforja
Mercedes Araujo (Argentina) Antonio y Cleopatra/ serpiente ... - Alforja
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<strong>Mercedes</strong> <strong>Araujo</strong> (<strong>Argentina</strong>)<br />
<strong>Antonio</strong> y <strong>Cleopatra</strong>/ <strong>serpiente</strong> tigre<br />
En el lecho de los amantes Serpiente del viejo Nilo<br />
yo, <strong>Antonio</strong>, me deleito<br />
el goce arrastrado en el dolor que me inflige<br />
[anillos rojos negros blancos y amarillos]<br />
Ser más <strong>Antonio</strong> el bravo general ojos sin temple rendido<br />
ríen los buitres urracas si alguno lo intentara<br />
ser el pescado salinero atrapado en su arpón <strong>serpiente</strong> tigre<br />
<strong>serpiente</strong> ciega por la noche vestir sus atavíos<br />
ella se enfunda mi espada es el fuelle<br />
y yo el delicado abanico de la fogosa que llora<br />
[el embrión es macho y hembra]<br />
<strong>Cleopatra</strong> es <strong>Antonio</strong> <strong>Antonio</strong> es <strong>Cleopatra</strong><br />
hacemos libaciones cambiamos de lugares<br />
“romano, fuiste la mujer y yo el hombre<br />
te curvé en un lecho de oro regiamente adornado”<br />
[lengua que bifurca corazón de tres cavidades]<br />
Miméticos el sol viril la luna coronada<br />
comer luchar huir aparearse<br />
<strong>Cleopatra</strong> ¿Cómo se logra? desenmarañarse<br />
desgarrar la piel escurrirse de la sombra<br />
¿Cómo se vuelve? cada uno a su especie a su familia
a su columna vertebral<br />
[los ofidios escamosos son simétricos<br />
bilaterales dobles gemelos imitadores]<br />
¿será en la muerte? donde una nube parece un dragón<br />
una ciudad suspendida<br />
una montaña de doble cima<br />
balanceándose sobre nuestras cabezas.<br />
Mercucio/ muerte de ratón<br />
Rey de los gatos Teobaldo ¿te gusta bailar?<br />
una de tus nueve vidas de la que haré<br />
lo que me plazca y luego las ocho restantes.<br />
Más pesado que el plomo pendenciero<br />
verba y espada aguzadas el burlesco jocoso<br />
cómo apestan ambas familias y las rencillas<br />
de ese otro gato y la rata escurridiza<br />
[como flores sin pétalos]<br />
¿La mano de Romeo vertió la sangre del nuevevidas ese?<br />
¡Por fin! Romeo amigo lastre y honor tan afeminado
y sentimental mi muerte de ratón vengaste<br />
porque el amor amigo produce alucinación<br />
aviva la ligereza afina los nervios hace negar el agua y el fuego<br />
desear la luz<br />
o más bien lo contrario.<br />
VI LO QUE VI<br />
Dije mis oraciones a las mandíbulas negras, dije plegarias<br />
a mujeres.<br />
Vi lo que vi. La madrugada esfumándose en fresca luz verde.<br />
Movimientos de tobillos<br />
un árbol verde hierba y el cuerpo de Simón<br />
columpio.<br />
Vi lo que vi: cráneos de elefantes con memoria<br />
hombres lince, mujeres con velos como murallas<br />
una cafetera árabe en una plaza custodiada por pastores.<br />
Todos los animales tememos a otro.
::::::::<br />
Vi lo que vi, una jirafa con pestañas de mujer pisando sus patas derechas a<br />
un solo tiempo, turbada, resoplando y turbada.<br />
Una hembra a contraluz del sol ofreciendo sus ojos.<br />
::::::::<br />
No todos los peces toman el aire del agua, no todos tienen una base ósea,<br />
placas y arcos bronquiales, no siempre no todo el laberinto está cubierto por<br />
una membrana.<br />
Un belicoso pez - viejo y macho- que sondea arma un nido de burbujas, toma<br />
el aire lo conduce por el laberinto de su cuerpo y forma el nido.<br />
Ví lo que vi. Lleva la hembra debajo de él y la abraza. La pareja cae en<br />
letargo. También nosotros ensayamos movimientos mínimos<br />
acuáticos y subacuáticos.<br />
::::::::
El pájaro planeador se suspende sobre corrientes, observa cadáveres con las<br />
alas extendidas y arma rutinas persecutorias<br />
cada uno atesora su mejor momento haciendo brillar los ojos avizores.<br />
::::::::<br />
Vi lo que vi: movimientos furtivos en la hierba, cuatro leones atraviesan la<br />
bruma allí en la nada donde las plantas cambian, un bosque que luego es<br />
pradera y nuevamente un bosque.<br />
No me defendí esa noche ni la siguiente.<br />
::::::::<br />
Patas descalzas trepan gatean las manos, atrapan verdes frutos.<br />
Simón azul y blanco entre ramas rugosas<br />
cerca del cuervo una flor violeta se sujeta al tallo, vi lo que vi: el verde es<br />
verde, rugiente<br />
es venenoso, ningún verde es agua.<br />
::::::::
Si fuera Simón, cuerpo entre las ramas, manos descarnando frutas, arrancaría<br />
las más brillantes<br />
las echaría a tierra<br />
las cargaría a casa.<br />
Los frutos verdes maduran, cuerpo de oruga.<br />
<strong>Mercedes</strong> <strong>Araujo</strong>, septiembre de 2007 del libro inédito Viajar sola<br />
<strong>Mercedes</strong> <strong>Araujo</strong> nació en Mendoza, <strong>Argentina</strong> en 1972. Es Escritora y Abogada. Vive en<br />
la Ciudad de Buenos Aires.<br />
Sus textos forman parte de las antologías:<br />
Poesía de la Feria, Catálogos, selección de diez poetas jóvenes Fundación El Libro, (2000)<br />
y Hotel Quequén Poesía (Sigamos Enamoradas, 2006).<br />
Su novela Tiempo Salvaje, fue distinguida con una mención del Fondo Nacional de la<br />
Artes, 2005.<br />
Publicó:<br />
Bocetos barrocos: segundo premio del Certamen de Poesía Joven, Dirección de Cultura de<br />
Mendoza, (1993).<br />
Ásperos esmeros (Ediciones del copista, Córdoba) Premio Alberto Burnichon 2002/2003<br />
al mejor libro editado en Córdoba.<br />
Duelo, (Ediciones en Danza), junto a Cecilia Romana y Carolina Esses; libro editado con el<br />
apoyo del Fondo Nacional de la Artes (2005).<br />
Forma parte del proyecto artístico y editorial “Sigamos Enamoradas”<br />
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Claude Beausoleil, Montreal, Canadá<br />
( I )<br />
Migración
Todo huye todo regresa<br />
Hay versiones infinitas de lo real en migración<br />
La escena recomienza a desbaratar la multitud encorvada<br />
Los argumentos del tiempo son las únicas fronteras<br />
Qué huracán de sangre de arena o de viento blanco<br />
En las nieves insólitas y los paisajes ardientes<br />
Ha depositado el germen del cambio que persiste<br />
A renacer a rehacer la línea del destino perfilado en cada uno<br />
A los límites de un silencio del cual la ciencia o el olvido<br />
Son las explicaciones las más débiles en la duda<br />
Ya que es necesario proseguir las vagancias inagotables<br />
En la acogida o la perdida la fiebre y los desgastes<br />
Tira su voluntad al pavimento negro de los sueños<br />
Sólo territorios tumultuosos se distinguen al horizonte<br />
Nuestra palabra aún es un escalofrío del éxtasis<br />
Una manera de habitar la huella de choques toscos<br />
El tumulto del día como la paz de las materias<br />
Un tiempo lleno de secreto repleto de desorden en todo<br />
Se va solo y altivo en el polvo de la época<br />
Las sacudidas de la mirada cambian las alianzas<br />
Para que de un lugar profundo en el mismo ajustado<br />
Surja la pulsión de nombrar esta figura de territorios<br />
Insinuando en el espacio una arquitectura de sombras.<br />
( II )<br />
Todo subsiste todo se desvanece<br />
Saqueos de esperanzas a los destellos de otras voces<br />
Se escuchan en la noche más opaca que la angustia<br />
Más sorda de tentación a la vez fuego y hielo<br />
Hasta tal punto las quimeras arremeten al abrazo<br />
De la única autorización que el día dejó<br />
Filtrar en cada cuerpo cada lugar cada mano<br />
Todo se enmaraña en distancias de tierra y de aire húmedo<br />
De zonas resecas donde los invencibles vientos<br />
Dan del duro tormento el canto el más exacto<br />
Hay paisajes que invaden el alma de la tierra<br />
Los envuelven al alba ellos se descubren cuando anochece<br />
De pie en los declives de una salva de ilusiones<br />
Vamos hacia dramas con aspectos de un mito<br />
Qué otro desatino qué conciliación celeste
Qué máquina descabellada qué poder lúgubre y glauco<br />
Pero también qué esperanza qué rostro o ternura<br />
Imaginan la continuidad al alcance de todos los ojos<br />
De tan alto de tan lejos del más vasto de los azares<br />
Las líneas retoman su aliento en la migración<br />
Ellas inventan los suelos los signos y los cielos<br />
En las formas ocupadas en el corazón por la pasión<br />
Repitiendo que existen versiones infinitas de lo real<br />
( III )<br />
Todo habla todo transita<br />
En la deriva absorbemos el arrebato de los suelos<br />
Los traslados humanos trasvuelan lentamente<br />
Los estados contrarios al mundo que cambia<br />
En la complejidad de desmoronamientos y de rabias<br />
Al borde de la palabra maciza apretada en letras de arcilla<br />
Negras como el zozobro de las mentiras oscuras<br />
Que un fragor de gestos tornan su quiebre en fiebre<br />
La última traición es la de abandonar su cuerpo terrestre<br />
El de la única salida que permanece en la memoria de la edad<br />
En los rumores del siglo de la ciudad donde el tiempo<br />
Persigue el frente de todos los espectáculos interiores<br />
Avanzamos sin rencor con el manantial en la frente<br />
Una calle se hace una huella se convierte en rostro o curva<br />
Un lugar desaparece bajo las cabezas indagadoras<br />
Mientras el sonido grave de los alrededores se expande<br />
En otros tantos fragmentos que las manos son atadoras<br />
Las horas las aglomeraciones los cantos y las lenguas<br />
Están en los talleres negros de inefables razones de ser<br />
De permanecer al centro del vértigo tan fraternal<br />
Cuyos densos acentos reflejan el dolor íntimo<br />
En una migración abierta a los ecos del paisaje<br />
Tomando en sus impulsos la audacia de la conciencia<br />
(IV)<br />
Todo canta todo se dispersa<br />
Caminan golpeados por la profusión de los deseos movedizos<br />
Con el sufrimiento en la frente se aventuran en el allá<br />
Todo el peso de los choques y de las fisuras intensas guía<br />
En la migración las figurillas surgidas de la realidad<br />
Los límites del lugar imaginan los infinitos del trazado
Una vía y otra y un desvío de repente oscuro<br />
Libertan aires lejanos ligados a los cuerpos que se encorvan<br />
Entre ellos el hilo de los caminos avanza lazo interior<br />
La tierra las manos las espaldas toman el color de la hora<br />
Piensan en los gestos de perseguir y de divagar sin fin<br />
Una herida inicia la esperanza secreta de un canto más denso<br />
En el ardor y la aplicación del ajedrez a la deriva<br />
Sismógrafo inventando el diluvio irrevocable de los signos<br />
Más allá de los obstáculos de esta esfera humana<br />
De norte a sur dejan el instante de las eternidades<br />
Los hemisferios dictan gravemente una coreografía<br />
Un vértigo de los cuerpos se descubre anónimo y caliente<br />
Como el absoluto oscuro de las miradas inquietas por ir<br />
Así al principio del espejismo donde surgen<br />
Las travesías inauditas los puntos del día las marcas<br />
Imbricadas en los trazados en el sentido del descifre<br />
En ademán de los escombros de un viaje en el presente<br />
Montreal tu te vas<br />
a Monique LaRue<br />
Montreal te vas y la nieve me lleva<br />
mi ciudad agujereada de tiempos mi ciudad de noches invernales<br />
de blancos de memoria de trabajos inseguros<br />
Montreal tu te vas todas tus calles me abandonan<br />
por un poema en descenso por nada<br />
sólo como para ver por suerte<br />
un pesar la ilusión un rodeo o bien el fin de las alegrías<br />
sin orgullo en las vitrinas imposibles<br />
nadas que mueren y que renacen de ayer<br />
Montreal tu me pierdes Montreal eso eres tú<br />
en esas calles desnudas en los bloques de vidrio<br />
esas imágenes y libros te cuentan historias<br />
los mentirosos sin fondo de una callejuela adonde nadie va<br />
más lejos eres todavía tú más adelante en el vacío<br />
tu edificas pobre ciudad pobre infancia infinita<br />
la memoria y los textos de forma irregular<br />
de las avenidas nacientes imprimen sin razón<br />
las otras dimensiones de las auroras y de los bullicios<br />
el alba es blanca tu cielo naranja y tus ojos azules<br />
yo reconozco tu aire tu manera de hablar<br />
las mezclas de tu sueño nacido del lugar para durar<br />
Montreal tu no sabes si tus bares están cerrados
ni si perseveras cuando la escarcha te nombra<br />
si los aleros del hielo recuerdan poemas<br />
la gran sainte-catherine street los neones cansados<br />
los estruendos<br />
Montreal tu revelas tesoros que los marinos profanos<br />
jamás sabrán decir la ilusión o la amplitud<br />
o la ley bajo el yugo del hielo que nos engulle<br />
pues qué decir de una ciudad que surge de ella misma<br />
atravesando su leyenda iniciando sus relatos<br />
al borde de un soplo frío en el abismo sin tregua<br />
ciudad de soledad ¡OH! ciudad de mi única esperanza<br />
Montreal de mi vida Montreal de mi alma<br />
tus recuerdos me desgajan frente a los olvidos<br />
tus terrores me fulminan tus faltas me seducen<br />
Montreal anulada Montreal triturada desatada<br />
qué red de tempestades te entregará tu visión<br />
Montreal de mi tiempo visitando séquitos<br />
y hablo de ti cuando la noche se escapa<br />
y hablo de un poema escrito sobre tu paso<br />
tu ibas ese día en una mañana sin fin<br />
Si dar la respuesta al vacío “nial”<br />
Traducción de Françoise Roy y Blas Roldán<br />
Claude Beausoleil nació en Montreal, Canadá, en 1948. Ha publicado más de cuarenta<br />
títulos desde 1972. Fue identificado con el movimiento de las escrituras experimentales de<br />
los años 70. Como tra-ductor, realizó una antología de la poesía mexicana moderna,<br />
también tradujo los “Sonetos del amor oscuro” de Federico García Lorca y Nostalgia de la<br />
muerte de Xavier Villaurrutia. Es director de la revista de poesía Lèvres urbaines (Labios<br />
urbanos) fundada en 1983. Una de sus obras, Grand hôtel des étrangers (Gran hotel de los<br />
entranjeros) ha sido objeto de diversas traducciones y ediciones, así como de una exitosa<br />
puesta en escena. En 1977, este mismo título recibió el Premio Internacional de Poesía de<br />
Trois-Rivières y el Premio Alain-Grandboi de la Academia de Letras de Quebec. Claude<br />
Beausoleil fue el primer ganador del premio binacional Gatien Lapointe-Jaime Sabines,<br />
otorgado en México, durante el Encuentro de Poetas del Mundo Latino.<br />
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Entre el alba y el adiós<br />
Una palabra aclara<br />
Un poco de noche<br />
Amar así<br />
Anula todas las blasfemias<br />
&<br />
Lo que se calló largo tiempo<br />
(El soplo y el oxígeno<br />
La caída en lo abierto<br />
En el momento cuando -)<br />
La luz respira<br />
Lo que se dice transfiere<br />
Conmueve<br />
Desde el vientre<br />
&<br />
Oímos lo ínfimo<br />
Conjuramos lo insignificante<br />
Soportamos en este paso<br />
Mucho más de lo que<br />
ERIC BROGNIET (Bélgica)<br />
LA QUE DESENLAZA<br />
Traducción: Stefaan van den Bremt y<br />
Marco <strong>Antonio</strong> Campos
Pensábamos que<br />
Éramos capaces de aguantar<br />
&<br />
¿Saben donde van?<br />
Si no es a una asunción<br />
Una elevación de lo posible<br />
Un pedazo de cielo azul<br />
Canta con el oro<br />
Con el arce<br />
Con el latido que hiende el corazón<br />
En dos tanto como él los reúne<br />
Con lo que saben del vértigo<br />
Adentro de sí mismo<br />
&<br />
Pues el día comienza<br />
Con el aliento y la palabra dicha<br />
Palabra que viene<br />
Que atraviesa<br />
Ausencia y borrasca<br />
Apenas más visible<br />
Que el oro que tiembla<br />
Entre el cielo y su luz<br />
&<br />
Oh la que desenlaza, así
Que alcanza lo sublime<br />
Y tal vez no lo sepa<br />
En este sueño<br />
Donde se recompone<br />
La luz<br />
Sobre su mano estrellada<br />
&<br />
La luz en su mano<br />
Abandonada sobre la sábana<br />
El otro que escucha<br />
La carta del infinito<br />
El viento en las ramas<br />
En la eternidad<br />
Una respiración<br />
Al final de su noche blanca<br />
Y su soplo que hace llorar<br />
&<br />
Un impulso sordo<br />
En el aire agitado<br />
No se agregará el dolor<br />
Al dolor<br />
Si se puede<br />
Se saldrá en el día azul<br />
Estas manos y sus heridas<br />
Han atravesado la tormenta
Trois-Rivières/Montreal<br />
Octubre 2002-enero 2003<br />
Memoria con las manos desnudas<br />
Le corresponde a la vida misma<br />
Crear a chorros continuos<br />
Bajo las más insoportables cloacas<br />
De la Historia su danza de imágenes<br />
Y de bastoncillos de memoria<br />
Sus acercamientos a certezas dinamitadas<br />
Sus voces de ordalías y soles nacientes<br />
Su joven belleza de las nupcias de la luna con la tierra<br />
Conjurad los presagios de las figuras mortíferas<br />
Y de las predicciones de mal agüero<br />
Sí, luchadores en las luces, explorad<br />
La tormenta del deseo no para recorrer sus infiernos<br />
En ese cielo de sollozos en esa garganta ronca<br />
Pues se sabe la inconsciencia del Hombre es terrible<br />
Y nadie puede justificar la apología del suplicio<br />
El laberinto en el que su imagen con rostro de perro<br />
Devora uno a uno a sus hijos<br />
Sino para cambiar su perspectiva<br />
En donde el amor sólo acoge a la gracia<br />
Por haber conocido lo atroz<br />
Trad. Laura Marina Calabrese
La que se llevanto con el sol<br />
Pienso en esos días que nos hacen al final del camino<br />
Un destino donde el amor se habrá mezclado con los llantos<br />
La libertad siempre es una prueba<br />
En la que el uno por el otro nos volvemos a empezar<br />
Basta con mantener claro el horizonte si no se pueden prevenir las tormentas<br />
Y querer en el relámpago no las estrías que agrietan el azul<br />
Sino el fuego puro que alumbra y sostiene al que no se conforma<br />
Con el frío gélido de los inviernos y las insuficiencias en que el mundo se complace<br />
Nos quedan noches nos quedan días<br />
Cuánto no sabríamos decirlo e importa poco<br />
Con tal que cada hora agreguemos una brasa al brasero<br />
Quiero con ella consolidar cada día un poco más<br />
Nuestras fundaciones y burlar del tiempo las trampas y las ruinas<br />
Juntos habremos conocido el premio de la felicidad una y otra vez recobrada<br />
Y lo que se necesita de estrellas al borde de un párpado<br />
Temblando de miedo de perdernos en la noche<br />
Para ver una vez más nacer el día sin ruido<br />
Con el cuchillo de la luz y su cielo de pájaros enloquecidos<br />
Trad. Laura Marina Calabrese.<br />
Eric Brogniet nació en Ciney el 16 de agosto de 1956. Fundador y director de la<br />
revista de poesía /Sources/ (1987-2000) y director de la colección<br />
/Poésie des Régions de Europe/ (1988-2000), fue consejero literario en<br />
la Casa de la Poesía de Namur, donde organizó, desde 1987 al año 2000,<br />
numerosas lecturas y coloquios literarios. Es miembro del comité de<br />
redacción de la reista /L’Etrangère/ (Bruselas) y de la revista<br />
literaria de la Francofonía /Riveneuve Continents/ (Marsella/París).
Después de estar a cargo de2000 a 2003 de la política de las Letras y la<br />
Lectura en el Ministerio de las Artes, de las Letras y Audiovisuales de<br />
la Comunidad Valonia-Bruselas, es actualmente Director de la Casa de la<br />
Poesía y de la Lengua Francesa en Namur y Director del Festival<br />
Internacional y del Mercado de la Poesía de Namur. Ha publicado más de<br />
una veintena de libros de poesía. Entre los más recientes: /Autoportrait<br />
au suaire/ (2001), /Mémoire aux mains nues/ (2001/), Une errante<br />
intensité/ ( 2003), /La nuit incertaine/ (2004) y el libro de arttista<br />
/Parole et empreinte/ (2004). Su obra poética (1982-2000) apareció en<br />
dos tomos en la editorial L’Arbre à Paroles en 2002.<br />
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Juan Calzadilla (Venezuela)<br />
Consejo para un joven poeta<br />
Utiliza todo, la tapa de la alcantarilla,<br />
la luna en el agua del retrete mirándose a solas,<br />
la flor marchita en el pico de la manguera del extinguidor de incendio.<br />
No dejes nada afuera: ni el hecho frotado con las yemas<br />
de los dedos sobre el mostrador de vidrio<br />
ni las moscas de los cubiletes de hielo dos noches después de la borrachera<br />
ni la voz que sólo se extingue cuando apagas la radio.<br />
Ni el portazo a medianoche frente a la calle<br />
como boca de lobo sobre cuyo muro ciego imprimes<br />
dando manotazos tus desafueros, tus penas<br />
y las coces de tu grafitti que blasfema.<br />
Manual de retórica ociosa<br />
La peor de las tentaciones en contra de la poesía<br />
se cumple cuando es el poeta mismo el que defecciona.<br />
Traición a la patria, grita el académico, sin poder<br />
disimular su alegría, brincando en una pata.<br />
Porque no hay mejor noticia para un profesor<br />
de literatura que cuando averigua que puede contar<br />
a los poetas vivientes con los dedos de sus dos manos.<br />
Con más razón si se le exime de tener que ocuparse<br />
de irlos eliminando uno a uno.
Pues ya se habrán arrepentido o habrán desistido<br />
los que como yo fuimos en esta vida poetas por un día.<br />
Y que no le digan que hay reservas y reservas<br />
de poetas haciendo cola, porque se pega un tiro.<br />
Las puertas del espacio<br />
No escribo sobre aquello que pasa por mi cabeza Más bien escribo sobre aquello por lo que<br />
mi cabeza pasa. Vivo solo, encerrado en mi cuerpo. Yo soy mi universo y mi solo<br />
firmamento. A veces desde afuera una corriente de aire entra cuando se abre la puerta y un<br />
montón de cosas viene a instalarse en mi mesa. ¡Cuánto desearía yo que como la puerta mi<br />
cabeza pudiera abrirse siempre! Pero, ay, esto ocurre sólo algunas veces.<br />
Estos alegres bucares...<br />
Estos alegres bucares, estos apamates en general hablan poco. ¿Por qué tendrían que<br />
hablarnos ?<br />
Lo que tienen que decir ya lo han dicho con sus follajes con sus flores rojas y moradas con<br />
las vocales tiernas<br />
de sus hojas frotadas por el viento Y lo seguirán diciendo de una vez todos de la misma<br />
manera<br />
Basta mirarlos para que se agote en ellos toda probabilidad de elocuencia y su existir es<br />
reposada<br />
presencia que en el sólo mirarlos se agota. Si algo tuvieran que decir<br />
no nos lo dirían a nosotros Se lo dirían a los astros o a algún dios oculto en sus frondas.<br />
El poema<br />
Es una lástima que en el sueño hayas visto una rosa abandonada en tu almohada y que al<br />
despertar tuvieras que destrozarla para comprobar que era verdadera.<br />
Previsión<br />
El hombre puede tener por mundo a su tumba y seguir siendo él, con tal de que no salga de<br />
ella. Si saliera tendría nuevamente al mundo por mundo, pero por nada escogería volver a<br />
ser él.<br />
*<br />
*
El poeta<br />
*<br />
- Yo soy el universo - eso dice la rana en su canto. Y el primero que se lo cree es su canto.<br />
Por eso ella se dirige a éste, inflando el vientre, convencida de que le canta al universo, y de<br />
que en su canto le dice :<br />
-Yo soy tú.<br />
Juan Calzadilla : Venezuela, 1936. Libros : Dictado por la jauría (1962), Malos modales<br />
(1965), Las contradicciones sobrenaturales (1967), todos los cuales fueron reunidos por<br />
Monteávila en 1970 y publicados bajo el título Ciudadano sin fin. También publicó Oh<br />
smog (1977) y la novela Bicéfalo (1978). Poeta, novelista y crítico de arte, fue fundador del<br />
movimiento “El Techo de la Ballena”.<br />
“”””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””<br />
Martha Canfield<br />
Dos poemas<br />
BATTESIMO<br />
Oggi c’è qualcosa di strano<br />
nell’odore salmastro del Tirreno<br />
parla di te, di noi<br />
unisce le nostre mani<br />
A.B.<br />
Dalle acque del Tirreno emergo nuda<br />
e cerco tra le orme dei gabbiani<br />
quel segnale segreto<br />
dietro il quale è nascosto il tuo amore.<br />
Con tutto il corpo già purificato<br />
l’anima sola in pace col dolore<br />
e tutta rassegnata all’incertezza
di una destinazione<br />
che non sta a me decidere<br />
mi siedo sulla sabbia<br />
dinanzi al sole rosso<br />
e lascio il cuore andare<br />
seguire le parole imparate perfette<br />
di una tenera e magica preghiera.<br />
Che ritorna nel mare<br />
e poi da me ancora con le onde<br />
con l’aria trasparente del mattino<br />
e mi dice di te<br />
e mi dice di noi<br />
che sono nata un giorno insieme a te<br />
che sei vicino a me comunque sia.<br />
Mi dice di aspettarti<br />
di tenere segreta la chiave dei segnali<br />
e il cuore sempre in alto<br />
sorretto dalla fede.<br />
BAUTISMO<br />
Hay algo de extraño hoy<br />
en el olor de salnitre del Tirreno<br />
habla de ti, de nosotros<br />
reúne nuestras manos<br />
A.B.<br />
Del agua del Tirreno me levanto desnuda<br />
y busco entre las huellas de gaviotas<br />
esa señal secreta<br />
tras de la cual tu amor se me escondiera.<br />
Con todo el cuerpo ya purificado<br />
el alma sola en paz con el dolor<br />
y toda resignada<br />
a esa incertidumbre de un destino<br />
que no me corresponde decidir<br />
en la arena me siento
ante el sol color púrpura<br />
y dejo al corazón irse despacio<br />
detrás de las palabras aprendidas<br />
tan dulces y perfectas<br />
de una vieja y mágica oración.<br />
Que regresa hacia el mar<br />
y luego hacia mí de nuevo con las olas<br />
con el aire transparente y matinal<br />
y me habla de ti<br />
y me habla de nosotros<br />
me dice que he nacido un día junto a ti<br />
que estás cerca de mí de todos modos.<br />
Me dice que te espere<br />
que mantenga secreta<br />
la clave y las señales<br />
y el corazón en alto<br />
bien sostenido siempre por la fe.<br />
L'AMORE TUO<br />
L'amore tuo è una fiamma piccola<br />
che io mi porto dentro<br />
e nessuno la vede<br />
ma mi si affaccia agli occhi<br />
con forme inaspettate.<br />
L'amore tuo è un ritmo infranto<br />
un groviglio di idee<br />
che non trova parole<br />
ma mi si ordina in bocca<br />
quando voglio baciarti.<br />
L'amore tuo incendia ed è vorace<br />
si dilata nel tempo<br />
mi occupa ogni spazio<br />
ma quando ci incontriamo<br />
mi basta il tuo abbraccio.<br />
L'amore tuo è come l'estate<br />
trascorre pigro e lento
mi fa cercare l'ombra<br />
ma quando il cielo è nuvolo<br />
mi basta il tuo calore.<br />
L'amore tuo è fatto di parole<br />
che invitano a volare<br />
aeree e profumate<br />
ma quando tu non parli<br />
io ascolto il tuo cuore.<br />
L'amore tuo viene da lontano<br />
attraversa gli anni<br />
riordinando la vita<br />
ma se non lo sapessi<br />
lo stesso ti amerei.<br />
EL AMOR TUYO<br />
El amor tuyo es un fuego chiquito<br />
que escondo adentro mío<br />
y nadie puede verlo<br />
pero huye por mis ojos<br />
de forma inesperada.<br />
El amor tuyo es un ritmo quebrado<br />
un enredo de ideas<br />
que no encuentra palabras<br />
pero se desenreda<br />
cuando quiero besarte.<br />
El amor tuyo incendia y es voraz<br />
se dilata en el tiempo<br />
me invade cada espacio<br />
pero cuando te veo<br />
me alcanza con tu abrazo.<br />
El amor tuyo es como el verano<br />
bien lento y perezoso<br />
me hace buscar la sombra<br />
pero si está nublado<br />
me basta tu calor.
El amor tuyo es todo de palabras<br />
que invitan a volar<br />
aéreas perfumadas<br />
pero si tú no hablas<br />
oigo tu corazón.<br />
El amor tuyo viene de muy lejos<br />
atraviesa los años<br />
recompone mi vida<br />
y si no lo supiera<br />
lo mismo te amaría.<br />
Noticias bio-bibliográficas<br />
Martha L. CANFIELD, nacida en Montevideo en 1949, de madre italiana, escribe en<br />
italiano y en español, ha elegido la ciudadanía italiana y vive en Florencia desde 1977,<br />
donde es catedrática de Lengua y Literatura Hispanoamericana. Ha publicado ensayos y<br />
libros monográficos sobre López Velarde, Rodó, Ramos Sucre, Quiroga, Borges, Mutis y<br />
García Márquez. Ha traducido al español a Pasolini, Bufalino, Edoardo Sanguineti, Valerio<br />
Magrelli, Paolo Ruffilli; y al italiano a Idea Vilariño, Carlos Germán Belli, Jorge Eduardo<br />
Eielson, Álvaro Mutis, Mario Benedetti, Rafael Courtoisie Eugenio Montejo, Juana Rosa<br />
Pita.<br />
Es autora de cuatro poemarios en español: Anunciaciones (Bogotá, 1977), El viaje de Orfeo<br />
(Montevideo, 1990), Caza de altura (Bogotá, 1994) y Orillas como mares (Bogotá, 2005);<br />
y cuatro en italiano, Mar/Mare (Colombia, 1989), Nero cuore dell'alba (Salerno, 1998),<br />
Capriccio di un colore (Firenze, 2004) y Per abissi d’amore (Como, 2006).<br />
En marzo de 2003 recibió el premio de traducción poética del Instituto Cervantes por la<br />
antología de Mario Benedetti, Inventario (Firenze, 2001). Es asesora para Italia del Festival<br />
de Poesía de Medellín y jurado del Premio Internacional de Poesía “Pier Paolo Pasolini”<br />
(www.premiopasolini.it).<br />
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Certidumbre<br />
El mendigo ha regresado<br />
vértigo ajeno
con ese extraño melindre que lo descubre todo<br />
con esa mitad de explorar para humillarnos<br />
desconociendo nuestro desamparo<br />
ignorando con su aristocrática siniestra<br />
que purga en los residuos de la madrugada<br />
frente a su gesto oculto.<br />
La línea del mendigo ha retornado<br />
muerde la calle<br />
armándose con las partículas del destierro<br />
más real que antes.<br />
¿Es un signo, una cabeza desnuda<br />
un amigo o un ladrón<br />
en mala racha?<br />
¿Qué gloria o que sombra<br />
salta de sus cuencas<br />
penetrando la inocencia?<br />
El protagonista y el círculo<br />
son cómplices<br />
frente a los imperativos del tedio<br />
viniendo de atrás<br />
recogiendo talento, materia, abandono<br />
simulando ser mendigo y ser parábola.<br />
Preludio<br />
¿Es la muerte?<br />
Puede confundirse el monólogo<br />
con el balance de las apuestas perdidas<br />
el fraude de los sueños<br />
la hora de imposibles amistades.<br />
Y esa conciencia taciturna<br />
alimenta mi resistencia frente al horror<br />
del ateo desnudo<br />
que como el tiempo<br />
duda.<br />
Estoy largamente<br />
para redescubrir que la gota,<br />
el río, el mar,<br />
son más antiguos que la casa,<br />
el puente, el barco,<br />
más antiguos que mi madre incluso<br />
y tienen de la muerte al invierno o al ciego<br />
pero no se destruyen.<br />
¿Qué es el rey?<br />
Un pálpito de poder,<br />
pero el amigo es la suma,<br />
la voz es la suma,
la vertiginosa razón de mis vigilias<br />
que cuenta cada mañana, y duda.<br />
El viajero invisible<br />
¿Qué otro ciudadano puede ser,<br />
qué otro patriota, puente, o animal?<br />
Un otro<br />
incapaz de compartir su silencio,<br />
devorando la realidad como quien<br />
multiplica sus angustias<br />
y practica la amistad sin concesiones.<br />
Existe el lobo solitario,<br />
o el páramo invisible<br />
o el largo segundo<br />
de los desencuentros.<br />
Existe la vergüenza del viajero<br />
o el niño o el cáncer,<br />
trágica es la imagen<br />
de la mujer final,<br />
como el desamparo de la tierra<br />
o la bestia sollozante.<br />
Hay profesiones inventadas por la soledad<br />
como el maratonista, el gladiador,<br />
el centerfield, el mago,<br />
el jugador de solitarios,<br />
y todos bajo el acecho de la sociedad.<br />
Pero ni aún así,<br />
ni por solemnes, ni por suicidas,<br />
ni por huérfanos,<br />
ni por lucero absoluto.<br />
Cuando su luz nos anuncia<br />
buscando al último testigo.<br />
Sólo de eternidad me encuentro<br />
a pesar de la música de mis órganos,<br />
de mi mujer y mi hija,<br />
sin documento, profesión o leyenda<br />
que ampare mi escritura<br />
y libre mi demonio.<br />
Sólo de eternidad<br />
porque no ceso de pelear, y sueño.<br />
*<br />
La mano rutilante<br />
es la quimera<br />
del hombre en su primera edad<br />
es la semilla de su sabiduría.
Y es el barco de papel<br />
la estrella<br />
la piedra en el placer.<br />
Parábola y homenaje<br />
todos a una<br />
como el bastimento de la travesía<br />
cuya proclama inicial<br />
es ese tentar<br />
mi mano con mi mano<br />
en el vacío.<br />
Norberto Codina, es director de La Gaceta de Cuba, publicación de Arte y Literatura de la<br />
Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Ha publicado los siguientes cuadernos<br />
de poesía: A este tiempo llamarán antiguo (Premio David, editado en 1975), Un poema de<br />
amor según datos demográficos (plaquette, 1976), Árbol de la vida (1985), Los ruidos<br />
humanos (mención Premio de la Ciudad de la Habana, 1986), Lugares comunes (finalista<br />
del Premio de la Crítica, 1987), y Poesía V (1988); autor de la antología Los ríos de la<br />
mañana (Poesía cubana de los ochenta, 1995), Material de lectura de Raúl Hernández<br />
Novás (UNAM, México, 1996) y coautor de la antología Poesía Joven Cubana (1979) y las<br />
monografías Provincia de la Habana (1979 y 1986).<br />
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Carlos Cortés, Costa Rica<br />
Oda a los poetas fracasados<br />
amo a los poetas fracasados<br />
porque cuando mueren muere<br />
con ellos toda su poesía
y no solo su cuerpo<br />
mueren en la miseria y en esa otra miseria<br />
que es morir en el extranjero<br />
sus mejores amigos se rifan sus trajes<br />
comidos de cucaracha<br />
y usan sus manuscritos al reverso<br />
para escribir poemas aun más malos<br />
la embajada de su país se niega<br />
rotundamente a prestar la bandera<br />
para colocar sobre el féretro<br />
y hay que emborrachar al cura<br />
para que los deje entrar en la iglesia<br />
cuando se mueren<br />
todos los gitanos de parís<br />
salen a regalar flores<br />
y el cielo azul se pone rojo<br />
aunque estén muertos la policía<br />
les pide los papeles y no los deja<br />
entrar en el metro<br />
nunca llegan a nada<br />
llenan mal los formularios<br />
se ponen la corbata en el pie izquierdo<br />
siempre que van a un orinal
se salpican a sí mismos<br />
olvidan el número del teléfono celular<br />
de su musa preferida<br />
(si es que tienen)<br />
la manzana que les toca viene con gusanos<br />
su computadora siempre sufre del virus<br />
de la nostalgia<br />
cuando se lo proponen con insistencia<br />
guardan una pasión extrema por la cirrosis<br />
y por las máquinas de escribir antiguas<br />
que sufren del mal de alzheimer<br />
cada noche van al infierno<br />
y vuelven al día siguiente<br />
para contarnos el cuento<br />
son poetas fracasados<br />
brújulas chochas en el laberinto insoportable<br />
del yo soy y tú no eres<br />
taxistas en el limbo<br />
vendedores de arena en el desierto<br />
cuando se emborrachan<br />
algo que ocurre con bastante frecuencia<br />
son capaces de dejar perdida el alma<br />
por ahí en cualquier lugar de la noche<br />
en el último café abierto de la madrugada
no tienen un sillón en la academia de la lengua<br />
sino en la de mecanografía<br />
no han decidido si se equivocaron de tiempo<br />
o de espacio<br />
cuando termina la programación de televisión<br />
se quedan viendo la pantalla de puntos<br />
esperando a que pase algo extraordinario<br />
el caballito del carrusel los arroja al suelo<br />
en su propia casa son exilados<br />
son demasiado flacos para disfrazarse<br />
de santa claus y ganar un poco de dinero<br />
en navidad<br />
y demasiado gordos para creerse claudia schiffer<br />
amo a los poetas fracasados<br />
porque son la primera mirada entre adán y eva<br />
el único pergamino que no se quemó<br />
de la biblioteca de alejandría<br />
el suspiro definitivo entre romeo y julieta<br />
la memoria de 20 mil palabras de shakespeare<br />
las canciones que cantaba chaplin en el baño<br />
las películas que no filmó greta garbo<br />
los sueños irrealizables de picasso<br />
el violín de juguete de yehudi menuhin
los hilos con los que gandhi<br />
hiló el último trozo de tela de su esperanza<br />
la última botella de ron que mitigará la sed del universo<br />
el secreto de la piedra filosofal<br />
lo que le dice un elefante a otro antes de morir<br />
el ruiseñor que quedó carbonizado en hiroshima<br />
los casetes que dejó grabados sócrates<br />
amo a los poetas fracasados<br />
porque ríen hasta cuando los niños lloran<br />
porque se saben de oídas el oleaje del mar<br />
y tocan una guitarra sin cuerdas<br />
y sirvieron de intérpretes en la torre de babel<br />
porque alumbran las tinieblas con un fósforo<br />
Carlos Cortés, (San José, 1962) es periodista, escritor y ensayista. Ha<br />
publicado ocho libros de poesía en Costa Rica, Guatemala, México y España,<br />
entre los que destacan Los pasos cantados (Premio UNA-Palabra, 1986), ¡El<br />
amor es esa bestia platónica! (Juegos Florales de Centroamérica, Guatemala,<br />
1991), Canciones del prodigioso citarista del río... (Bienal Provincia de<br />
León, España, 1998) y la antología El que duda no ama (1998). En 1994 fue<br />
finalista del premio ³Jaime Sabines² y en el 2004 recibió el premio ³Luis<br />
Cardoza y Aragón² por Autorretratos y cruci/ficciones (CONACULTA, 2006). En<br />
1999 publicó en México la novela Cruz de olvido, que obtuvo el premio<br />
nacional en Costa Rica, la medalla de oro del Círculo de Escritores de<br />
Venezuela y fue escogido como uno de los libros del año. También es autor de<br />
la novela Tanda de cuatro con Laura (2002) y del ensayo-ficción La gran<br />
novela perdida. Historia personal de la narrativa costarrisible (2007).
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Enrique Fierro, Uruguay<br />
Antigua luz<br />
presumida elegante libertina<br />
antigua luz que sube graderías<br />
peldaños<br />
y miríadas de mirlos<br />
que todos miran más allá del día<br />
sin doctrina ni sombra ni demonio<br />
donde cantan altivas serenatas<br />
que escriben las derrotas del que nada<br />
y los ríos de sangre del que nace<br />
VIGILIA SIEMPRE<br />
el sueño endriago<br />
la infame turba de nocturnas naves<br />
polifemos barrigas voladoras<br />
viuda la guerra misma<br />
los soles negro fósforo<br />
napalm defoliaciones lentas<br />
pies y manos<br />
contramuerte también<br />
desde las codornices y el maná<br />
a falo y fuego hoy<br />
vigilia siempre<br />
(para exposición de dibujos<br />
de Eugenio Darnet)<br />
EL AUTOR:<br />
Enrique Fierro (Mvdeo, 1942) vivió, entre 1974 y 1984, en la ciudad de México y, desde
1989 hasta hoy, es profesor de la Universidad de Texas en Austin. Entre 1985 y 1989 fue<br />
director de la Biblioteca Nacional del Uruguay.<br />
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Giovanny Gómez (Colombia)<br />
UNA PALABRA COMO CASA<br />
Señor dame una palabra<br />
que tenga la forma de un barco<br />
un barco de velas inextinguibles<br />
donde pueda ir a conocer el mar<br />
Dame esta palabra por casa<br />
por vestido por amante<br />
deja que ella sea mi soledad<br />
mi alimento y no pueda sobrevivirla<br />
Aquí estoy tan vacío de formas<br />
y silencio...<br />
Toda mi inspiración semeja<br />
el ruido de unas manos atadas<br />
necesito un barco por cuerpo<br />
y el amor por mar<br />
Escúchame por estas alucinaciones<br />
y la vastedad de las cosas que vuelven<br />
a su lugar<br />
UN RUIDO AMARILLO EN LA MADRUGADA<br />
Días que despiertan muy temprano para mí<br />
horas en que el amanecer regresa<br />
sobre el cansancio de los ojos<br />
y no sé si despertar conviene<br />
Una oración rastrea por el cielo del techo<br />
y medra en la oscuridad como una luz que tiembla<br />
A veces el poema<br />
es una lengua extranjera<br />
TIEMPOS<br />
Hablo de los días y las noches
del trepidar de calles<br />
del sol que perjura en sus navajas<br />
Hablo de una llaga en mi espalda<br />
donde el peso del mundo duele<br />
de lo único que no dejan ver los cristales<br />
del rencor y su transparencia en la sangre<br />
Hablo de un animal dormido<br />
y compases de vals con mariposas en mi alberca<br />
Hablo de no poder ignorar<br />
las auroras con sus muertos<br />
de mis manos sudorosas<br />
de las paredes donde se oculta el amor<br />
del dios que canta en esas orillas<br />
donde se rompen las olas<br />
Giovanny Gómez nació en Bogotá, Colombia, en 1979. Estudiante de Español y<br />
Literatura. Fundador y director de la Revista de Poesía Luna de Locos, en Pereira.<br />
Actualmente director del Cine Club Cine en Cámara. Con su primer libro Casa de Humo,<br />
ganó el Premio Nacional de Poesía María <strong>Mercedes</strong> Carranza<br />
""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""<br />
"""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""<br />
Rodolfo Hinistroza, Perú, 1941<br />
LOS HIJOS DE CLAUSEN<br />
Mi madre Gloria era<br />
La chica linda del Callejón del Buque,<br />
De Bajoelpuente, en el jirón Trujillo, manyas primo.<br />
Era hija de Clausen, un ingeniero danés chiquito y colorado,<br />
lisuriento, que a veces venía a visitarlos,<br />
a ella y sus dos hermanos,
a Olga, la segunda, y a Rodolfo, el menor.<br />
Eran hijos habidos en Victoria Farfán,<br />
guapa bajopontina de imponente perfil,<br />
y de horrible carácter, tal como lo aprendí<br />
a mis expensas luego. Nadie quería entrarle<br />
aunque era buena hembra, pero con fama de ogro:<br />
Tuvo que ser este gringo despistado, chambero y buenagente,<br />
pero más lisuriento que un capataz de obras<br />
se ve que había aprendido su oficio en el barco<br />
porque instalaba Centrales Hidroeléctricas en provincias<br />
y se quedaba un año dos,<br />
en Camaná por ejemplo, o en Máncora<br />
conviviendo en el campamento<br />
con mujeres del pueblo<br />
a las que les hacía de vez en cuando un hijo.<br />
En consecuencia le hizo<br />
tres hijos a Victoria<br />
De puro macho que era.<br />
Gloria nació, por ejemplo, en el campamento de Ica,<br />
Y Olga en el de Marcará<br />
y el muchacho Rodolfo ya de regreso a Lima
pero hasta ahí nomás llego,<br />
porque luego de algunas peleas memorables con el Ogro<br />
el hombre se esfumó. Ni cojudo,<br />
se fue desapareciendo de a poquitos pretextando trabajo<br />
hasta que no volvió, sino de tarde en tarde<br />
para ver a sus hijos.<br />
Cada vez que el gringo venía a visitarlos,<br />
La cosa terminaba en unas grotescas,<br />
gigantescas puteadas de callejón limeño,<br />
Con mentadas de madre y baldes de meados<br />
Contra el valiente danés y sus torpes carajos,<br />
sus incipientes mierdas, sus amargas derrotas de gringo buenagente<br />
contra la horrenda familia de mi abuela,<br />
un matriarcado chicha<br />
de obreros criollazos y grisetas<br />
que comportaba un tira,<br />
un par de mechadores famosos<br />
una puta solapa<br />
y varios palomillas<br />
que a veces terminaban en la cana.<br />
O sea que mi madre lo veía muy poco
Pero siempre cargado de regalos, como Santa Claus en su trineo:<br />
Muñecas lloronas, ropa importada de Miami, camioncitos a cuerda,<br />
Y sus visitas eran más inolvidables cuanto más esporádicas,<br />
Y siempre en Navidad<br />
Que para los daneses es sagrada<br />
Y nunca les falló en eso al menos.<br />
Los tres hermanos competían desleal y arduamente<br />
por el breve, pequeñísimo tiempo<br />
Que su padre dedicaba a cada uno de ellos:<br />
"Cómo te va<br />
En el colegio? Qué quieres estudiar cuando seas grande? (ingeniero)<br />
(maestra) (artista de cine) Te enseñan bien inglés en el colegio?<br />
Saben, yo viví 20 años en los Estados Unidos,<br />
y tengo la nacionalidad americana, que<br />
automáticamente se transmite a mis hijos,<br />
por ley, a toditos mis hijos,<br />
o sea que ustedes también tienen derecho<br />
al pasaporte americano,<br />
lo sabían?..."<br />
Se les quedaban las palabras de protesta atoradas en la glotis<br />
Y preferían tomarle de la mano, cálida y cariñosa
Que darle motivo de vergüenza<br />
Con preguntas incómodas.<br />
Y cuando el gringo se iba en su Ford polvoriento,<br />
sus 3 hijos en unánime paja<br />
se largaban al techo, a soñar desaforadamente<br />
con los Estados Unidos de América<br />
la tierra de las oportunidades<br />
Time is Money<br />
América tierra del trabajo y del dólar<br />
De la democracia<br />
Y de la igualdad ante la ley<br />
De los hijos bastardos.<br />
Y el culeado danés un día se murió<br />
Sin dejarles un cobre.<br />
Pero tanto fue que sus hijos soñaron,<br />
que sus sueños se hicieron realidad<br />
Al filo de los años.<br />
a su Príncipe Azul<br />
Mi madre, por ejemplo, encontró<br />
En Octavio, un poeta venido del Callejón de Huaylas
Hijo de un hacendado en bancarrota,<br />
Que tenía más o menos la edad de su padre.<br />
Cuarentón, romántico y celoso,<br />
Refinado aunque misio,<br />
Con la cabeza llena de sueños<br />
Pues el también sonaba con triunfar en Hollywood<br />
Y acababa de escribir el guión de una película de éxito<br />
"El guapo del pueblo"<br />
Con Jesús Vásquez y Filomeno Ormeño,<br />
Ima Sumac y Moisés Vivanco<br />
Y la Cholita linda del Perú,<br />
Alicia Lizárraga.<br />
Eran tiempos del cine mexicano<br />
Con el charro cantor Jorge Negrete<br />
Y aquí surgía un cine nacional a fines de los '30<br />
Con enorme ilusión<br />
Por eso comparaban la pareja conformada por ellos<br />
con la de María Félix y Agustín Lara,<br />
La bella chica y el feo poeta<br />
A causa de la diferencia de edad, o con Chaplin<br />
Y Paulette Goddard. Era un sueño para ella<br />
Estar en ese ambiente
Y no con los zafios de sus primos.<br />
El poeta se casó pues con ella y se la llevó a Huaraz<br />
Tierra de sus mayores y<br />
Tuvo dos hijos en ella (mi hermana Gloria y yo)<br />
Y fuimos felices y comimos perdices desde 1941 hasta el 49<br />
Que todo se rompió, inexplicablemente,<br />
Como una muñeca de porcelana china<br />
Y ellos se divorciaron.<br />
Pero antes de eso fuimos de verdad felices<br />
En esa hermosa casa de la calle San Martín<br />
Con su patio y su poyo y su corral de cuyes<br />
Y las gotas de lluvia cristalina<br />
Que tintineaban sobre los charcos<br />
Y el trino del huanchaco pecho colorado<br />
Y el trueno batiendo atabales lejanos.<br />
Nunca supimos verdaderamente por qué se separaron<br />
Ni tampoco tiene sentido esclarecerlo ahora,<br />
después de más de medio siglo.<br />
Pero se separaron a capazos neuróticos,<br />
luego se divorciaron y cambió nuestra vida,
dio un vuelco espantoso, como un accidente de automóvil<br />
y fuimos infelices durante largos años.<br />
Entonces regresamos a Lima, a vivir<br />
Con la feroz familia de mi madre<br />
En la Unidad Vecinal número 3<br />
Unas viviendas para familias pobres.<br />
Mejor no lo recuerdo.<br />
Poeta, narrador, dramaturgo, traductor, periodista, astrólogo, gastrónomo. En 1960 ingresó<br />
a la Universidad de San Marcos, para realizar estudios de medicina, que pronto abandonó al<br />
descubrir su vocación literaria. En 1962 viaja a Cuba a realizar un post grado. De regreso<br />
en el Perú inicia su carrera como periodista. Viaja a Francia donde vive los sucesos de<br />
Mayo del 68, iniciando luego una larga odisea alrededor del mundo, durante la cual su<br />
producción literaria se vuelve especialmente intensa. En 1991 se establece nuevamente en<br />
el Perú.<br />
Premio del importante certamen internacional de poesía “Maldoror”, organizado en 1971<br />
por la editorial Barral de España. Primer Premio del concurso internacional de cuento “Juan<br />
Rulfo” de París, organizado por Radio Francia Internacional, en 1987.<br />
Ha publicado: en poesía: Consejero del Lobo (La Habana, 1965), Contra Natura<br />
(Barcelona, 1971), Poemas Reunidos (1986); en novela: Aprendizaje de la Limpieza<br />
(Barcelona, 1978), Fata Morgana (1995); en teatro: Apocalipsis de una noche de verano<br />
(1987); entre otras obras tiene: El Sistema astrológico (Barcelona, 1973), Guía de México<br />
(Paris, 1977), Guía del Perú (París, 1986), Guía de Bolivia (París, 1989).
""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""<br />
"""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""<br />
Omar Lara, Chile<br />
Gran Himalaya<br />
Es un hecho que no subiré jamás a las cumbres del Gran Himalaya;<br />
está escrito que los hombres allí se vuelven dioses<br />
y el poder temible de la naturaleza disminuye a los seres: sus pasiones,<br />
a una blanda indolencia.<br />
Pero yo no subiré al Gran Himalaya,<br />
tropezaré con las piedras del camino,<br />
me embriagaré con deleznables licores,<br />
seguiré maldiciéndome con ternura.<br />
Encuentro en Portocaliu<br />
En ese tiempo yo corría detrás de una sombra.<br />
Desde el décimo piso en el barrio de Drumul Taberei<br />
yo miraba a través de una niebla caliente,<br />
a través de una humedad humosa,<br />
a través de las reverberaciones de agosto<br />
una figura venía caminando<br />
desde la parada de autobuses.<br />
Una figura parecía dirigirse hacia mí,<br />
yo la veía perfectamente desde el décimo piso<br />
en el barrio de Drumul Taberei:<br />
era la odiada figura conocida,<br />
su aborrecible rostro estaba ahí y su pelo<br />
que el sol no incendiaba y con él todo su cuerpo.<br />
Yo miraba petrificado la escena,<br />
los indolentes pasos y su entorno:<br />
árboles, cosas en movimiento, el asfalto que el sol<br />
ondulaba.<br />
Yo miraba esa escena con su centro precioso...
En esos tiempos yo escribía un poema titulado<br />
"Encuentro en Portocaliu",<br />
era necesario encontrarme rápidamente<br />
porque -pensaba yo- ¿la poesía para qué puede<br />
servir sino para encontrarse?<br />
Eso fue después de escribir muchas cartas<br />
preguntando<br />
¿dónde estoy? Nadie sabía donde estaba<br />
y no podían decírmelo,<br />
de modo que empecé a decir a diestra y siniestra<br />
protégeme con algo el corazón.<br />
Protégeme con algo el corazón<br />
seguía repitiendo<br />
y como no me entendían<br />
empecé a escribir unos poemitas insidiosos<br />
relativos al río Dimbovitza,<br />
relativos a la columna del infinito,<br />
relativos al plan quinquenal.<br />
Hasta que un día en Portocaliu.<br />
Un día en Portocaliu<br />
(en Portocaliu hay un sol amarillo como cáscara de naranja)<br />
una tarde en Portocaliu<br />
(en Portocaliu hay unos grandes pájaros con dos patas<br />
larguísimas y picos en forma de corazón)<br />
una noche en Portocaliu<br />
(estaba escrito que no te encontraría<br />
en Portocaliu<br />
pero guardo el recuerdo de esa espera y huellas<br />
de picotazos en forma de corazón).<br />
Poderío<br />
Atravesamos muros<br />
y vemos debajo del agua<br />
hablamos con seres de otras edades<br />
y adivinamos el porvenir<br />
encontramos una aguja en un pajar<br />
y la perdemos<br />
oh dios.<br />
Muerte de un cangrejo joven<br />
Toque de queda<br />
Quédate
Le dije<br />
Y la toqué.<br />
Omar Lara nació en Chile en Junio de 1941. Poeta, traductor, editor y profesor<br />
universitario. Graduado en Filología en la Facultad de Lenguas Romances y Clásicas de la<br />
Universidad de Bucarest. Ha publicado, entre otros, los libros de poemas: Argumento del<br />
día (1964); Los Enemigos (1967); Serpientes (1974); El viajero imperfecto (1979); Fugar<br />
con juego (1984); Jugada Maestra (1998); Vida probable (1999) y Bienvenidas calles del<br />
Perú (2001). Ha traducido varios poetas de lengua castellana al idioma rumano, entre ellos<br />
Jorge Teillier (con la colaboración de Marin Sorescu) y varios poetas de la lengua rumana<br />
al castellano, entre ellos, Marin Sorescu y Mihai Eminescu. Fundó y dirigió el grupo de<br />
poesía Trilce (Valdivia, Chile, 1964). Ha ganado, entre otros, los premios Casa de las<br />
Américas (Poesía, 1975); y el Premio Internacional Fernando Rielo (Traducción).<br />
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Waldo Leyva — Cuba, 1943<br />
Asonancia del tiempo<br />
Si ya no estoy cuando resulte todo,<br />
cuando el tiempo en que vivo ya no exista,<br />
cuando otros se pregunten si la vida<br />
es el triunfo del hombre, o es tan solo<br />
un perenne comienzo, un grito sordo,<br />
un rasguño en la piedra, la porfía<br />
inútil del abismo, pues la cima<br />
puede llamarse altura porque hay fondo.<br />
Cuando todo resulte sólo quiero<br />
que alguien recuerde que al fuego puse<br />
mi corazón, el único que tuve,<br />
que yo también fui un hombre de mi tiempo,<br />
que dudé, que confié, que tuve miedo,
y defendí mi sueño como pude.<br />
La eterna disputa<br />
He vuelto desde un sitio del que nadie regresa,<br />
no sé si fui empujado o decidí esa ruta,<br />
probé todas las aguas y deseché la fruta<br />
que me ofreció el barquero con tanta gentileza.<br />
Cuando emprendí el camino, llevaba en mi cabeza<br />
la fiebre inmemorial de la eterna disputa<br />
entre el ser cotidiano y esa idea absoluta<br />
que asume muchas formas y en ninguna se expresa<br />
mejor que en ese viaje hacia un tiempo sin fondo,<br />
hacia el silencio puro y el vacío más hondo<br />
que pueda imaginar la conciencia del hombre.<br />
Yo toqué ese silencio, su densidad, su frío<br />
y conocí al barquero y hasta el agua del río,<br />
pero soy incapaz de pronunciar su nombre.<br />
Waldo Leyva nació en Santiago de Cuba, en 1943. Es poeta, narrador, cronista, gestor<br />
cultural, periodista y académico entre otros oficios. Ha sido presidente, además, de la<br />
Asociación Nacional de Escritores de Cuba, fundador del Centro Juan Marinello -destinado<br />
a la promoción y estudio de la cultura cubana- y director de varias otras instituciones. Ha<br />
publicado De la ciudad y sus héroes (1974), Desde el este de Angola (1976), Con mucha<br />
piel de gente (1983), El polvo de los caminos (1984), Diálogo de uno (1990), El rasguño en<br />
la piedra (1995), Memorias del porvenir (1999), El dardo y la manzana (2000), La distancia<br />
y el tiempo (2002), Perdono al porvenir (2004) y Ocultas claves para la memoria (2005).<br />
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Eduardo Llanos Melusa
TELEGRAMA A RUBÉN DARIO<br />
"Yo panamericanicé<br />
con un vago temor y con muy poca fe"<br />
Rubén Dario: "Epístola a la Señora de Lugones".<br />
El canto errante, 1907.<br />
En la laguna de nuestra memoria<br />
aparece el cuello interrogante de tu cisne.<br />
Y henos aquí, sin saber responder,<br />
jugando cada cual a ser un patito feo<br />
que chapotea en el barro americano<br />
y salpica uno por uno a los vecinos.<br />
Perdona, abuelo Rubén, si no hicimos lo que pudimos:<br />
aquí y ahora ser poeta<br />
es como haber nacido<br />
canoso o lisiado<br />
y nuestra poesía es apenas<br />
un rubor a solas,<br />
algo así como lanzar brochazos en la noche<br />
para pintar consignas libertarias<br />
en el muro del patio de la propia casa,<br />
sin contar siquiera con la ayuda de la famosa luna.<br />
DESAPARICIÓN DE RODRIGO LIRA<br />
"Algún día se sabrá<br />
que hicimos nuestro oficio el más oscuro de todos<br />
o que intentamos hacerlo<br />
Algunos ejemplares de nuestra especie<br />
reducidos a unas cuantas señales<br />
de lo que fue la vida en estos tiempos<br />
darán que hablar en un lenguaje todavía inmanejable<br />
Las profecías me asquean y no puedo decir más."<br />
Enrique Lihn: La musiquilla de las pobres esferas, 1969.<br />
Para despedirme de ti, Rodrigo,<br />
me asomo a esta hoja en blanco<br />
en que tu rostro aparece de repente<br />
como un expósito tiritando a la intemperie.<br />
Qué hemos de hacer sin ti, Rodrigo,<br />
sin esas cartas que nadie jamás te respondió,
sin aquella sonrisa desolada<br />
que ni diez mil psicoterapias cambiarían.<br />
Con qué norte vagar ahora por Santiago,<br />
con quién beberemos el café que nos dejaste<br />
sin azúcar y helado como este vientecillo<br />
con que la noche va tatuándose en nosotros.<br />
Que me patee Dios, hermano,<br />
si estoy haciendo retórica con tu nombre<br />
así como la prensa hizo crónica roja<br />
con tus venas cortadas en el baño.<br />
Te escribo este adiós<br />
con las manos chamuscadas y torcidas.<br />
No siento ni mi cuerpo ni mi sangre.<br />
Mi cabeza quedó dando tumbos allá en el crematorio.<br />
Alguien viene horadando nuestras gargantas hace tiempo.<br />
Pero no importa.<br />
Nosotros quedaremos en silencio<br />
para que tu voz<br />
haga vibrar entera esta ciudad.<br />
Eduardo Llanos Melussa es psicólogo y poeta, y ejerce la docencia en Psicología de la<br />
Comunicación y de la Creatividad en Santiago. Ha publicado Contradiccionario (Santiago,<br />
1983), publicación que consta de tres poemarios: Textos y pretextos, Eros/iones y<br />
Pasábamos por aquí. Partes de ese libro habían obtenido el Primer Premio en varios<br />
certámenes de poesía: Ariel (1978), Concurso Nacional de Literatura Juvenil (1978),<br />
Gabriela Mistral (1979), Juego Florales Semana Valdiviana (1982). Tiene parcialmente<br />
publicado Disidencia en la tierra, libro que (en entregas parciales y participando bajo<br />
pseudónimo) obtuvo el Premio Iberoamericano “Javiera Carrera” (1984), el Premio<br />
Latinoamericano “Rubén Darío” (Nicaragua, 1988) y el Premio Centenario de Gabriela<br />
Mistral (1989). Conserva inédito Como un brasero que se extingue en la llovizna (Premio<br />
“Pedro de Oña” 1990) y otros poemarios. En 1995 publicó Porque escribí, antología crítica<br />
de Enrique Lihn preparada para la Editorial Fondo de Cultura Económica, la cual va ya en<br />
su segunda edición. Ha publicado además prólogos y estudios sobre Nicanor Parra,<br />
Gonzalo Rojas, Jorge Teillier, entre otros, y mantiene parcialmente inédito un largo ensayo<br />
sobre los poetas suicidas de América Latina<br />
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José Mármol (República Dominicana)<br />
esquicio del vuelo<br />
voy a dibujar un pájaro que es su mismo vuelo. y un vuelo que aún no tiene pájaro. vuelo<br />
que se crea con su pájaro. pájaro agotado en los tonos de su vuelo. no voy a dibujar un<br />
pájaro volando sino al mismo vuelo dibujándose. y en mi turno de sentirme dios. voy a<br />
crear un himno para el viento y la memoria.<br />
poema 24 al ozama: acuarela<br />
superficie de luces agotadas donde apenas el sonido de la sombra suena. yo te nombro<br />
ciudad irreal hundida en la penumbra de un recuerdo invernal. el Ozama que fluye por cada<br />
objeto a la deriva es una historia. el Ozama que sube del fondo de la noche hacia mi<br />
palabra. un pez flota suspenso entre la imaginación y un escarceo brillante de hojas secas.<br />
el Ozama refugio del miedo de la noche y de toda la pobreza de unos hombres. largo<br />
testimonio de secretas temporadas de amor y de todo excremento vertedero. yo te nombro<br />
ciudad irreal hundida en la penumbra de un recuerdo invernal. cuando en la orgía de las<br />
horas oscuras no queda diferencia y el amanecer estalla en su maravilla cotidiana. cuando el<br />
silencio penetra el aire ancho y el murmullo de los troncos y las piedras. el río que hay en el<br />
Ozama empieza a sudar leche de luna y baba, empieza a mostrar sus ahogados, sus ángeles<br />
suicidas. sus dioses imperfectos. sus luases orinados, sus vírgenes violadas por murciélagos<br />
y sapos, los lanchones de hueso dejan la superficie cantando su retorno hacia lo profundo,<br />
todo mi cuerpo, toda mi memoria contenidos por el río que corre en el Ozama. todo mi ser<br />
desgonzado y transido. superficie de luces diluidas donde ya no se oyen las rancias<br />
velloneras. yo te nombro ciudad irreal hundida en la penumbra de un recuerdo fatal.<br />
bañarse de símbolos<br />
a la playa de las aves. de los peces distantes. de las olas vidriosas y el color de la sal. a la<br />
playa de los seres. de los niños. de los perros realengos yo no voy. me quedo en esta playa<br />
innombrable del lenguaje. en esta que inmóvil me baña de sonidos. en esta que compone.<br />
en esta que ha engendrado razones de color. en la playa de los símbolos me solazo y<br />
desgonzo. en la playa que se expande por tu boca cuando me hablas.<br />
Deus ex machina<br />
Arroja tú los dados, Señor, te ha llegado el turno y es invierno. Arrinconado está el tridente,<br />
una piel de ceniza cubrió las cordilleras. Señor, he aquí el canto de la luz a ti debida, en la<br />
quietud del mar y discreción tan pura de la noche infinita. He aquí a tu hijo Elfuego,<br />
ardiendo con su tacto la superficie toda y al agua seduciendo con su lengua dorada. Ved<br />
aquí, Señor, su hermanastra Elalba, hierofanta líquida, posesa de las formas. Ellos narran en
su tremendo idioma las celebraciones, la obediencia y el pecado. Arrójanos tú esta vez,<br />
Señor, la semilla y el varón de la especie más sana. No lo anuncies al azar, porque deviene<br />
llanto y se alza con el tibio rumor del pavimento, y otra vez se nos pierde, nos castiga, nos<br />
repudia. Que nadie sino tú, oh Señor, esgrima esta vez el cuchillo del jifero; madure un<br />
acorde cuando la vida cese y la lluvia limpie, sorpresiva, las caderas uncidas de los<br />
copulantes. Arroja tú los dados, Señor, te ha llegado el turno de lo ineluctable. Despídelos<br />
sin miedo de tu anchurosa mano, porque a los ocho lados la suerte nada espera, y hacia la<br />
muchedumbre y el desastre apunta el cielo. Arrójalos tú, Señor, te ha llegado el turno y es<br />
ardiente verano.<br />
Idioma de los dioses<br />
De ti, como de un río, adoro cuanto fluye. Volando y danzando como los dioses hablan.<br />
Amo tu rápida presencia, única manera de pasar, transfigurando en vuelo la quietud y la<br />
espera. Idioma poderoso del mineral y el árbol. Néctar salobre de las venas abiertas y<br />
miembros destajados en torno a la deidad. Palabras innúmeras con las que atemorizo y a la<br />
vez encanto las huestes de la noche y escuderos del día. Voces muy alzadas en sus puntas<br />
de roble, con las que canta el mago, gobierna el azar y predomina un orden geométrico de<br />
hielo. Grande la ocasión en que algo se consume y con su muerte alumbra y destapa lo<br />
esperado. Ahora canto y bailo y salpico de luz las brechas de la sombra entre las llamas.<br />
Volando y danzando, como los dioses hablan. Del aire me sostengo, el universo en mí se<br />
apoya, gira espeso. Mi verso ha domado al vellocino de oro y ya diezmó mi brazo a los<br />
jinetes bravos, a cuyos restos doy mi canción y mi otra espada. Grande la ocasión en que<br />
todos danzamos, como dioses mirando la miseria del reino. Palabras que brindaron alma y<br />
cuerpo a las ciudades. Soberano idioma, lenguaje de las piedras, del laurel, del río<br />
adormecido en sus meandros; alfabeto de grutas intocadas, de lagos suspendidos y pájaros<br />
mudos henchidos de placer. De ti, como de un río, adoro cuanto es y ya no es y se<br />
transforma y pasa y queda suspendido. Oh idioma venturoso de los labios y las manos, de<br />
las praderas altas, los barcos diminutos, la cruz centuplicada en un mismo sendero. Oh<br />
danza de las danzas, con que los dioses cantan y bailan y nos llaman.<br />
Retrato de mujer<br />
En tu boca tiembla un pájaro tirado a lo sediento. En tus dedos, templos altos de luz andan<br />
despiertos. Habla con tu voz aquel ángel seducido por una magia, un cuerpo, un vocablo<br />
insospechado. Nada por tus párpados un pez bello y fugaz, y en la negra chorrera de tu<br />
cabello tieso, un celaje de carne con alas suena y brilla. No mis ojos te dibujan, no mi trazo<br />
maculado. No mi arte la perfila; es el agua desbordante que me asalta con mirarte, untadas<br />
por imanes lascivos ambas manos, y no importa que estés muda porque hablas con tocarme.<br />
Hay entre tus pechos matices imposibles, bosques y bahías, cañaverales limpios, mojadas<br />
poblaciones, algas finas, robles, yerba. Me asomo al intocable destello de tus manos y temo<br />
que mirándome se desnude tu voz, y como San Francisco de Asís hable a las aves, y se<br />
descalce y pese mucho menos que el aire. Mujer que lleva entera una bestia por ternura.<br />
Mujer que me desalmas con tan sólo nombrarme; mas no importa si estás muda porque
cantas cuando miras. En tu vientre acuna un mar con veleros erguidos, en tu pelo un<br />
surtidor de la noche se desgrana, en tu boca de nubes y pájaros me pierdo, y no importa si<br />
estás muda porque cantas cuando amas.<br />
José Mármol, nació en Santo Domingo, República Dominicana, en 1960. Estudió filosofía<br />
y lingüística aplicada. Profesor y coordinador de la cátedra de filosofía en prestigiosas<br />
universidades dominicanas. Fundador y director de la Colección Egro de Poesía<br />
Dominicana Contemporánea. Ha publicado los siguientes poemarios: El ojo del arúspice<br />
(1984), Encuentro con las mismas otredades I (1985), La invención del día (Premio<br />
Nacional de Poesía 1987), Encuentro con las mismas otredades II (1989), Poema 24 al<br />
Ozama: acuarela (plaquette con grabados de Rufino de Mingo, Madrid, 1990), Lengua de<br />
paraíso (Premio Pedro Henríquez Ureña 1992), Deus ex machina (Premio de Poesía Casa<br />
de Teatro 1994 y Accésit al Premio Internacional de Poesía “Eliseo Diego”, Excelsior,<br />
México, en ese mismo año), Lengua de paraíso y otros poemas (1997) y Criatura del aire<br />
(1999). En prosa ha publicado Monografía sobre Rufino de Mingo (en colaboración con<br />
José David Miranda, Madrid, 1991), Ética del poeta, escritos sobre literatura y arte (1997)<br />
y Premisas para morir, aforismos y fragmentos (1999).<br />
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Santiago Mutis Durán, Colombia<br />
VOLVER A NACER<br />
A Eleonora,<br />
“paloma de mi sangre”.<br />
Basta pensar para crear el objeto pensado.<br />
La palabra p á j a r o<br />
es un pájaro de aire<br />
que sus labios lanzan hacia mí<br />
y su vuelo cruza mi cabeza<br />
y su luz toca mi pensamiento.
ATARDECER<br />
Roja<br />
luna<br />
sola<br />
y s a n t a<br />
volando sobre ese otro fuego<br />
que es el tiempo<br />
UN CABALLERO<br />
Tras su escudo un caballero<br />
vestido todo de hierro<br />
defiende lo invisible<br />
* * *<br />
Santiago Mutis Durán nació en Bogotá el 3 de diciembre de 1951. Cursó su escuela<br />
primaria en la Ciudad de México. Fue fotógrafo, trabajó con entidades ecológicas, se<br />
desempeñó como curador y se hizo editor: director de publicaciones del Instituto<br />
Colombiano de Cultura; director de publicaciones de la Universidad Nacional de Colombia;<br />
director editorial de las colecciones “Nueva Biblioteca Colombiana de Cultura” (Procultura<br />
& Presidencia de la República); “Señal que Cabalgamos” (Universidad Nacional-Clásicos<br />
del Humanismo-distribución gratuita)...<br />
Fundó y dirigió la revista literaria GRADIVA. Tiene publicados un libro de relatos,<br />
RELÁMPAGOS DE LA CIUDAD-14 CONJUROS; un libro de prosas sobre arte (42<br />
pintores, escultores...), EL VISITANTE; tres libros sobre artistas colombianos, EDUARDO<br />
RAMÍREZ VILLAMIZAR, SATURNINO RAMÍREZ y GUILLERMO WIEDEMANN; y<br />
5 libros de poesía, el último de ellos DICEN DE TI (“un Réquiem salvaje”, según<br />
expresión del poeta español Jorge Riechmann; un largo poema “que no tiene antecedentes<br />
en la poesía colombiana”, según el poeta colombiano Juan Manuel Roca). También ha<br />
recogida obra de 7 escritores colombianos, entre ellos Aurelio Arturo, José Asunción Silva,<br />
Ernesto Volkening y Álvaro Mutis. Hace veinte años publicó un PANORAMA INÉDITO<br />
DE LA NUEVA POESÍA EN COLMBIA, 1965-1985.
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””””””””””””””””””””””<br />
ORACION<br />
Creo que la mujer creó el mundo<br />
creo que la mujer creó la hermosura<br />
creo que la mujer creó lo maravilloso<br />
creo que la mujer creó la inteligencia<br />
creo que la mujer creó la sensibilidad<br />
creo que la mujer creó el sentido de la vida<br />
Creo que si hay un dios<br />
es mujer<br />
¡Oh mujeres<br />
orad por los pobres hombres!<br />
Amén<br />
(Nueva nieve)<br />
Bernard Pozier (Quebec)
CANTINA EN LA NOCHE<br />
En la noche<br />
son muchos en la sala<br />
para comer<br />
beber<br />
platicar<br />
En una mesa<br />
el marido<br />
su esposa<br />
el amigo<br />
y una joven enamorada<br />
A la altura de sus manos<br />
ensamblan piezas<br />
con doble número<br />
entre cero y seis<br />
que trazan una pequeña ruta<br />
como la vida<br />
negra y blanca<br />
A la altura de sus cabezas<br />
se trazan silenciosos juegos<br />
pensamientos<br />
recuerdos<br />
deseos<br />
misteriosos caminos interiores<br />
e intercambios<br />
que existen<br />
y que no existen<br />
(Nueva nieve)<br />
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Cassian Maria Spiridon, Rumania<br />
NO EXISTE<br />
no existe algún ser tan mentiroso como el poeta<br />
él cuando dice / te quiero/ no lo creas<br />
ya en su cabeza sigue otro verso<br />
más importante/ puedes estar segura/<br />
que esa declaración solemne<br />
[algo rara/ es verdad/ en<br />
la boca de un poeta que/ se respeta m á s o menos]<br />
nunca hay que creerle<br />
no es capaz ni al menos<br />
de querer a sí mismo<br />
no tiene confianza y esperanzas<br />
en sus sueños<br />
los degolla/ los engaña<br />
los exilia en poemas<br />
para que su propia vida<br />
se quede más ociosa y adormecida<br />
él quiere ser y muchas veces lo es<br />
......un despertador<br />
para los demás/ para los que están<br />
......dispuestos a creerle<br />
él cuando grita: me duele/<br />
......mi alma es toda una herida<br />
no le creáis/ os ruego/<br />
miente más que la Gaceta/ con pruebas<br />
el alma le ha abandonado desde hace mucho tiempo/<br />
su propio yo está pulverizado<br />
se confunde con la hierba del campo<br />
pero no olvidéis/<br />
él nunca esconde su demencia<br />
él entiende y miente<br />
LA LUCHA ENTRE EL ANGEL Y EL SUEÑO<br />
El ángel vio que yo tenía que dormir<br />
yo reconocí / ¡sí! tengo que dormir
¿qué algo más quieres? / tengo que hacerlo<br />
el ángel entonces ¡chas! con su ala<br />
me golpeó en el sueño<br />
¡chas! y de nuevo ¡chas!<br />
en los ojos / en la boca<br />
yo procuraba despertarme / con todas mis fuerzas<br />
yo procuraba despertarme<br />
pero el ángel gritaba: tienes que dormir<br />
no ves / necesitas mi lucha en tu pensamiento<br />
DISPAREN<br />
disparen señores / disparen<br />
aprieten el gatillo<br />
no esperen que yo me vuelva un fantasma<br />
una sombra / una mancha en la historia universal<br />
disparen mientras estoy vivo y lúcido<br />
estimados señores es por eso que existen:<br />
armas / el arsenal pedregoso / por eso<br />
la salva cumplida / lágrimas y hojas<br />
el cuerpo perfecto<br />
todos los cartuchos del mundo son disparados<br />
atrás sólo quedan palabras<br />
***<br />
Una mañana Rumania despertó<br />
..................colindante con China<br />
con una población más numerosa<br />
............que la de India<br />
con una historia envidiada<br />
............hasta incluso por Francia<br />
con hombres políticos<br />
............de quienes ni siquiera Roma pudo disfrutar<br />
con poetas superiores<br />
............a los del pérfido Albión<br />
con filósofos más profundos<br />
............que los vivientes en las tierras de Alemania<br />
y mucho más rica<br />
............que el país del tío Sam<br />
todos los terremotos se habían acabado<br />
los arroyos y los ríos iban rodando
............tranquilos en sus lechos<br />
ya ninguna calamidad<br />
............visitaba los territorios de la patria<br />
el orden social era perfecto<br />
............las estaciones maravillosas/ los rumanos felices<br />
y todo esto/ ocurría<br />
............una mañana…<br />
EL SUFRIMIENTO DE LA MATERIA<br />
sacudo los hombros de nieve y ceniza<br />
corto las venas para ver el escurrimiento y el color<br />
para ver<br />
al hombre sin sentido/ apiñado en los barrancos de la muerte<br />
resbaladizo/ sin amor en tiempos en que la naturaleza<br />
se está alejando cada vez más<br />
--rey depuesto--<br />
froto las rodillas de las piedras rojas<br />
está vacío el corazón<br />
firmemente clavado en las raíces de la vida<br />
en la sangre del mar<br />
el cuerpo negro de la noche<br />
deja todo su peso<br />
el silencio devora la carne muda<br />
pasional abrazo del fuego con el agua<br />
solo y luminoso<br />
cumpliendo con los diez mandamientos<br />
me conformo con el desierto<br />
Nació en Iasi, el 9 de abril de 1950. La madre: Maria Spiridon, maestra de escuela.<br />
Miembro de la Unión de Escritores de Rumania, miembro de la Sociedad de los Periodistas<br />
Rumanos y de la Asociación de los Periodistas Rumanos. Miembro del PEN-club europeo.<br />
Debut en la prensa literaria en 1970, en las revistas "Amfiteatru" y "Romania literara".<br />
Fundador y director de la revista de cultura poética "Poesia"; desde enero de 1995 –
director de la Editorial TIMPUL de Iasi; desde diciembre de 1995 – director de la revista<br />
"Convorbiri literare" ("Conversaciones literarias"). 20 libros publicados<br />
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Milagros Terán, Nicaragua<br />
V Premio de Poesía Mariana Sansón 2007<br />
(Nicaragua)
MANDRIL EN LA MEMORIA<br />
La memoria del tiempo<br />
es un mandril<br />
cruzando la carretera.<br />
La cabeza pequeña,<br />
hocico largo,<br />
pardo en la parte superior.<br />
Pardo el color de la memoria<br />
como esta tierra<br />
que dice que el pasado pasó.<br />
Este día nublado<br />
con leopardo que atisba<br />
carnicero<br />
me grita que el presente es perpetuo<br />
nos acompaña<br />
bebe con nosotros.<br />
El presente es el tambor<br />
de mi pecho<br />
las maracas de mis senos<br />
y el vigor de tu amor<br />
junto a la extraña calma de mi mar.<br />
El ECO DEL TAMBOR<br />
Hoy voy a abrir mis alas<br />
a la hora del eco<br />
en la mañana<br />
cuando niñas en uniforme<br />
a cuadros<br />
apresuran sus pasos<br />
sobre el camino de tierra,<br />
cuando se burla de mí<br />
la paloma africana<br />
que habita en el jardín
y las roncas voces<br />
me recuerdan:<br />
no eres de aquí!<br />
no eres de aquí!<br />
“”””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””<br />
””””””””””””””””””””””<br />
Spiegeltekst<br />
voor Franz Kafka<br />
Stefaan van den Bremt (Bélgica)<br />
Traducción del neerlandés<br />
por el autor<br />
Revisión: Marco <strong>Antonio</strong> Campos<br />
De man had onbevreesd naar binnen moeten gaan,<br />
maar was een plattelander. De wachter<br />
hield hem aan het lijntje met een verhaal<br />
over nog hogere drempels<br />
voor nog imposantere poorten<br />
met nog afschrikwekkender wachters.<br />
De wachter verzweeg een poort, de eerste<br />
en de laatste: het oor.<br />
Hier kon niemand binnengelaten worden,<br />
want deze ingang was alleen<br />
voor jou bestemd, schreeuwde de wachter.<br />
Ik ga nu en sluit hem.<br />
Colocado en el abismo
a Franz Kafka<br />
Habría debido entrar impávido,<br />
mas era un campesino. El portero<br />
lo capoteaba con una historia<br />
sobre umbrales más altos,<br />
con puertas más impresionantes<br />
y porteros aún más aterradores.<br />
Una puerta callaba el portero,<br />
la primera y la última: el oído.<br />
Aquí no podía dejar entrar a nadie,<br />
pues la entrada<br />
sólo era para ti, gritó el portero.<br />
Ahora, voy a cerrarla.<br />
De kwijtgescholden tijd<br />
voor Ingeborg Bachmann<br />
Er komen zachtere dagen.<br />
De kwijtgescholden tijd<br />
verdwijnt achter de einder.<br />
Weldra moet jij uit de dood<br />
weerkeren, en al je hersenschimmen<br />
doen opstaan uit Hades. De levende<br />
toorts zal onder ons blijven,<br />
de lijkwade die vuur vatte<br />
wordt weer een stel lakens<br />
waartussen jij schrijft en<br />
meest: Er komen zachtere dagen.
De tijd is ingelost, de schuld<br />
vereffend. En jouw minnaars<br />
verrijzen uit het drijfzand,<br />
vallen je weer in de rede,<br />
laten je niet meer gaan.<br />
Liefde blijft sterfelijk,<br />
jazeker, maar elke geliefde<br />
blijft leven in eeuwigheid.<br />
Ook jij moet blijven. Maak nu<br />
je schoenriem maar los. Je moet<br />
nergens meer heen, je bent eindelijk<br />
ter bestemming. Wij lezen je levend<br />
en schrijven: Er komen zachtere dagen.<br />
El tiempo condonado<br />
a Ingeborg Bachmann<br />
Vendrán días más tiernos.<br />
El tiempo condonado<br />
desaparece más allá<br />
del horizonte. En breve<br />
deberás volver de<br />
entre los muertos, librando<br />
tus quimeras de Hades.<br />
La antorcha viva quedará<br />
entre nosotros, la mortaja<br />
ardiente volverá a ser un juego<br />
de sábanas entre las que estás<br />
escribiendo y leyendo:<br />
Vendrán días más tiernos.<br />
El tiempo se redime, la cuenta<br />
está saldada. Mira cómo resucitan<br />
tus amantes de las arenas movedizas:<br />
ya no te interrumpen, ya no<br />
se resignan a que partas.<br />
Mortal queda el amor, ¡desde<br />
luego!, pero cada amante<br />
sigue vivo eternamente.
Quédate tú también. Desata ahora<br />
los cordones de tus zapatos,<br />
¿para qué marcharte? Al fin<br />
volviste a casa. Al leerte<br />
te regresamos a la vida<br />
con todas sus letras:<br />
Vendrán días más tiernos.<br />
De brug van José Lezama Lima<br />
Een brug, een grote brug die je niet ziet,<br />
maar waar een hels verkeer van woorden over<br />
raast, vrachtwoorden zwaar met denkbeelden<br />
geladen, een brug van sporen, onleesbaar<br />
is het wegdek van de brug, de grote brug.<br />
Een brug, een verre brug die je kan horen<br />
als hij met zacht geraas van woorden wordt<br />
geslagen, een brug die spraakkunstig wordt<br />
opgeblazen, geduldig, het gewriemel moe<br />
in de verkeersspits van betekenissen.<br />
Een brug, een broze brug die je ontziet,<br />
die in de lucht hangt tussen overzijden<br />
slechts bestaande bij de gratie van hun<br />
overbrugbaarheid, een brug die kortsluit<br />
wat hij koppelde, een ezelsbrug.<br />
Een brug, een grote loze hangbrug in<br />
de lucht, op heterdaad betrapt, hij hapt<br />
naar land, het nulde wereldwonder,<br />
een brug van aanwaaiende ruis, gedruis<br />
over de aarde die de zeeën scheidde.<br />
Een brug, een grote brug, en nog te klein,<br />
een noodbrug over de oneindigheid<br />
besloten in de spanne tussen duim en pink,<br />
een dagmars tussen mier en zoete buit,
een brug van louter geuren voor de dove.<br />
Een brug, een vlottende ponton van woorden,<br />
een wegwerpbrug, denkbeeldig bruggenhoofd,<br />
een puur speculatieve brug, antieke zuilen<br />
waar Hercules vanouds de brug mee stut<br />
die over zee zichzelf opheft.<br />
El puente de José Lezama Lima<br />
Un puente, un gran puente que no se le ve,<br />
pero en que un tráfico tremendo de palabras<br />
pasa zumbando: palabras pesadas, sobrecargadas<br />
de sentido, un puente hecho de huellas; ilegibles<br />
son los rastros en el puente, el gran puente.<br />
Un puente, un puente lejano, que se puede oír<br />
cuando se le tiende con alboroto suave<br />
de palabras, un puente que se le vuela<br />
con paciencia gramatical, harto del hormigueo<br />
incesante a la hora punta de la lengua.<br />
Un puente, un puente frágil que se ahorra,<br />
ya que flota en el aire entre dos orillas<br />
que sólo existen por obra y gracia de ser<br />
transitivas, un puente que pone en corto-<br />
circuito lo que conectaba, pontificando.<br />
Un puente, un gran puente colgante en<br />
un hueco, cogido en flagrante, mordiendo<br />
el aire, la maravilla inicial del mundo,<br />
un puente de ruido que arrecia, de estrépito<br />
por encima de la tierra que separa los mares.<br />
Un puente, puente grande, aún demasiado corto,<br />
un puente de emergencia por encima del infinito<br />
comprendido en el trecho entre meñique y pulgar,<br />
una jornada entre la hormiga y su presa dulce,<br />
un puente sólo de olores para el sordo.<br />
Un puente de palabras, un pontón flotante,<br />
puente desechable, cabeza de puente ficticia,<br />
un puente puramente especulativo, las columnas<br />
en las que desde siempre va apuntalando Hércules
el puente que se suspende en ultramar.<br />
De weg naar Saint-Cirq-Lapopie<br />
voor André Breton<br />
Poëzie is een uitstap<br />
die de aankomst uitstelt.<br />
Zij kiest de route die nog niet is aangelegd.<br />
De bekende weg waarnaar gevraagd wordt<br />
legt zij om: haar wegen zijn eenmalig.<br />
Een oud vehikel maakt zij weer als nieuw.<br />
Poëzie is een uitstap<br />
die na de aankomst pas begint.<br />
Zij meet de dichtheid van het gegeven ogenblik.<br />
Zij is een venster met uitzicht op een onderschrift.<br />
Zij is het raam waarin de ruimte indikt.<br />
Zij heeft al de tijd van de wereld.<br />
Poëzie is een pelgrimage<br />
naar de laatste woonplaats van het woord.<br />
Haar reisdoel is dat onbeschrijfelijke punt<br />
waar alle tegenvoeters willen copuleren.<br />
Poëzie, zoals de liefde, is de ellende<br />
van lijfelijke gelukzaligheid. Ook<br />
zij eindigt met de treurnis<br />
van elk dier na de coïtus.<br />
El camino de Saint-Cirq-Lapopie<br />
a André Breton
La poesía es una excursión<br />
que aplaza la llegada.<br />
Propone un trayecto que aún no está trazado.<br />
Aparta de la ruta que siguen los viajeros:<br />
su camino no existe más de una vez.<br />
A un viejo vehículo lo vuelve nuevo.<br />
La poesía es una excursión<br />
que empieza al llegar.<br />
Mide la densidad del momento dado.<br />
Es una ventana con vista a un subtítulo.<br />
Es el marco en que el espacio se adensa.<br />
Tiene todo el tiempo del mundo.<br />
La poesía es peregrinación<br />
al último domicilio de la palabra.<br />
Su destino es aquel punto indescriptible<br />
donde todos los antípodas quieren cohabitar.<br />
La poesía, como el amor, es la miseria<br />
de la felicidad del cuerpo. También<br />
acaba con una tristeza<br />
De boom der onwetendheid<br />
(Quercy, 1991-2001)<br />
1<br />
We kwamen ogen en oren te kort:<br />
voorbij ging wat ons bijbleef.<br />
We werden gek van al dat gaan<br />
en komen van dingen en dagen.<br />
En waar de nacht viel lagen wij<br />
animal después del coito.
in tweeën, niet te helen,<br />
niet na genoeg naast mekaar.<br />
En in de tuin begoot de maan,<br />
nog heel en niet te breken,<br />
de leiboom van het geluk.<br />
2<br />
We kwamen armen en benen te kort<br />
om mekaar bijeen te houden.<br />
Er kwamen dagen van bars licht;<br />
de nacht viel, onder hun last.<br />
En waar het daagde gingen wij<br />
als twee takken, brekende vol<br />
van sappen en vruchten, uiteen.<br />
Daar zwol, waar de zon opklom<br />
in de boom der onwetendheid,<br />
het spinthout van het genot.<br />
El árbol de la ignorancia<br />
(Quercy, 1991-2001)<br />
1<br />
Nos faltaban ojos y oídos<br />
al recordar lo que nos pasaba.<br />
Nos enloquecía todo el ir<br />
y venir de días y cosas.<br />
Y donde caía la noche, se tendía,<br />
partida en dos, incurablemente,<br />
una pareja harta de ser dos.<br />
Y en el jardín la luna,<br />
llena aún, inquebrantable,<br />
sustentaba el árbol de la dicha.
2<br />
Nos faltaban brazos y piernas<br />
para conservarnos unidos.<br />
Llegaban días de luz áspera;<br />
la noche caía bajo su carga.<br />
Y donde amanecía, íbamos,<br />
como dos ramas, reventándonos<br />
de jugos y frutas, dispares.<br />
Allá crecía, donde sube el sol<br />
en el árbol de la ignorancia,<br />
la albura de las delicias.<br />
Hasta la fecha Stefaan van den Bremt (1941) ha publicado dieciocho libros de poesía. El<br />
primero salió en 1968 y fue galardonado con el premio al mejor debut literario en Flandes.<br />
El último, titulado A, apareció en 2005.<br />
In een mum van taal / Gedichten 1968-2002 («En un puñado de palabras», 2002) recoge la<br />
obra poética desde 1968 hasta 2002.<br />
Traducida a varios idiomas, entre otros al alemán, inglés y francés, la poesía de Stefaan<br />
van den Bremt fue vertida al español en El jardín de los cuatro vientos (Barcelona:<br />
Ediciones del Bronce, 1999), Palmo de Tierra (México, D.F.: El Tucán de Virginia, 2005)<br />
y Más allá de mis manos / Siete poetas flamencos (México, D.F.: Colibrí, 2006).<br />
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Ida Vitale, Uruguay<br />
ACLIMATACIÓN<br />
Primero te retraes,<br />
te agostas,<br />
pierdes alma en lo seco,<br />
en lo que no comprendes,
intentas llegar al agua de la vida,<br />
alumbrar una membrana mínima,<br />
una hoja pequeña.<br />
No soñar flores.<br />
El aire te sofoca.<br />
Sientes la arena<br />
reinar en la mañana,<br />
morir lo verde,<br />
subir árido oro.<br />
Pero, aún sin ella saberlo,<br />
desde algún borde<br />
una voz compadece, te moja<br />
breve, dichosamente,<br />
como cuando rozas<br />
una rama de pino baja<br />
ya concluida la lluvia.<br />
De "Parvo Reino" 1984<br />
AGOSTO, SANTA ROSA<br />
Una lluvia de un día puede no acabar nunca,<br />
puede en gotas,<br />
en hojas de amarilla tristeza<br />
irnos cambiando el cielo todo, el aire,<br />
en torva inundación la luz,<br />
triste, en silencio y negra,<br />
como un mirlo mojado.<br />
Deshecha piel, deshecho cuerpo de agua<br />
destrozándose en torre y pararrayos,<br />
me sobreviene, se me viene sobre<br />
mi altura tantas veces,<br />
mojándome, mugiendo, compartiendo<br />
mi ropa y mis zapatos,<br />
también mi sola lágrima tan salida de madre.<br />
Miro la tarde de hora en hora,<br />
miro de buscarle la cara<br />
con tierna proposición de acento,<br />
miro de perderle pavor,<br />
pero me da la espalda puesta ya a anochecer.<br />
Miro todo tan malo, tan acérrimo y hosco.<br />
¡Qué fácil desalmarse,<br />
ser con muy buenos modos de piedra,<br />
quedar sola, gritando como un árbol,
por cada rama temporal,<br />
muriéndome de agosto!<br />
CULTURA DEL PALIMPSESTO<br />
Todo aquí es palimpsesto,<br />
pasión del palimpsesto:<br />
a la deriva,<br />
borrar lo poco hecho,<br />
empezar de la nada,<br />
afirmar la deriva,<br />
mirarse entre la nada acrecentada,<br />
velar lo venenoso,<br />
matar lo saludable,<br />
escribir delirantes historias para náufragos.<br />
Cuidado:<br />
no se pierde sin castigo el pasado,<br />
no se pisa en el aire.<br />
De "Nuevas arenas I" 2002<br />
DE UN FULGOR A OTRO<br />
Quizás no se deba ir más lejos.<br />
Aventurarse quizás apenas sea<br />
desventurarse más,<br />
alejarse un atroz infinito<br />
del sueño al que accedemos<br />
para irisar la vida,<br />
como el juego de luces que encendía,<br />
en la infancia,<br />
el prisma de cristal,<br />
el lago de tristeza, ciertas islas.<br />
Sí, entre biseles citados los colores,<br />
un fulgor anidaba sobre otro<br />
-seda y deslumbramiento<br />
el margen del espejo-<br />
y aquello también era un espectro,<br />
sabido, exacto. Centelleos ajenos<br />
en un mundo apagado.<br />
Como un canto sin un cuerpo visible,
un reflejo del sol creaba<br />
una cascada un río una floresta<br />
entre paredes áridas.<br />
Sí, no vayamos más lejos,<br />
quedemos junto al pájaro humilde<br />
que tiene nido entre la buganvilia<br />
y de cerca vigila.<br />
Más allá sé que empieza lo sórdido,<br />
la codicia, el estrago.<br />
De "Nuevas arenas II" 2002<br />
ESTAR SOLO<br />
Un desventurado estar solo,<br />
un venturoso al borde de uno mismo.<br />
¿Qué menos? ¿Qué más sufres?<br />
¿Qué rosa pides, sólo olor y rosa,<br />
sólo tacto sutil, color y rosa,<br />
sin ardua espina?<br />
De "Palabra dada" 1953<br />
EXILIOS<br />
...tras tanto acá y allá yendo y viniendo.<br />
Francisco de Aldana<br />
Están aquí y allá: de paso,<br />
en ningún lado.<br />
Cada horizonte: donde un ascua atrae.<br />
Podrían ir hacia cualquier fisura.<br />
No hay brújula ni voces.<br />
Cruzan desiertos que el bravo sol<br />
o que la helada queman<br />
y campos infinitos sin el límite<br />
que los Vuelve reales,<br />
que los haría de solidez y pasto.<br />
La mirada se acuesta como un perro,<br />
sin siquiera el recurso de mover una cola.<br />
La mirada se acuesta o retrocede,<br />
se pulveriza por el aire
si nadie la devuelve.<br />
No regresa a la sangre ni alcanza<br />
a quien debiera.<br />
Se disuelve, tan solo.<br />
De "De procura de lo imposible" 1998<br />
Poeta y crítica uruguaya nacida en Montevideo en 1924.<br />
Estudió Humanidades en su país, siendo profesora de literatura hasta 1973 cuando la<br />
dictadura la forzó al exilio. Vivió en México de 1974 a 1984, radicándose definitivamente<br />
en Austin, Texas, desde 1989.<br />
Su obra lírica, caracterizada por una honda emoción expresada de manera lúcida y privada<br />
de patetismos, la convierten en una de las voces principales de la llamada generación del<br />
45, y en la actualidad, en nombre insoslayable del panorama poético hispanoamericano.<br />
Además de poeta, es autora de artículos periodísticos y de crítica literaria, así como de<br />
numerosas traducciones.<br />
Parte de su obra está contenida en los siguientes volúmenes: «La luz de esta memoria» en<br />
1949, «Palabra dada» en 1953, «Cada uno en su noche» en 1960,«Oidor andante» en 1972,<br />
«Jardín de sílice» en 1980, «Parvo reino» en 1984, «Sueños de la constancia» en 1988,<br />
«Procura de lo imposible» en 1998, «Reducción del infinito» en 2002, «Plantas y animales»<br />
en 2003, y «El Abc de Byobu» en 2005.<br />
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Edwin Yllescas (Nicaragua)<br />
Rey de mi corazón<br />
Si leíste las páginas anteriores o alguien te las refiere<br />
simplemente, no me hagás caso<br />
en nada ni para nada<br />
otra vez no sé lo que estoy diciendo<br />
me pierdo entre la soledad y la arrogancia<br />
creo que aún no distingo ni controlo los vaivenes de la escritura<br />
mucho menos, esas hondonadas que el Cabezón de Pueblo<br />
pudo haber llamado los repliegues del alma.<br />
Casi siempre te tengo en la memoria
absoluta y precisa en la yema de los días;<br />
no te siento, no se trata de fantasmas ni del viento que te llama<br />
o cosa parecida<br />
te veo en el laberinto de la huella dactilar<br />
lista para recibir las famosas páginas<br />
que escribiría sólo para vos<br />
y de pronto me brota la horqueta chabacana<br />
el cerdo negro renegrido fuereño renace en la profundidad de mi ser<br />
hocicando en las palideces de tu vida.<br />
Y así, mi Gata Loca, me quedo al otro lado del flautista<br />
sin ternura, sin magia, sin vos<br />
y aturdido confuso confieso en mi verso impera mi bestia<br />
mi cerdo, rey de mi corazón.<br />
Enero, 21, 1997.<br />
La Negra Tomasa<br />
Cuando pienso en vos vuelvo a ver para atrás<br />
como si fuera ahora mismo veo los lugares<br />
donde nosotros sin complicación religiosa o política<br />
borrachos, reíamos y bailábamos hasta el amanecer<br />
descoyuntados de pie a cabeza tocábamos la caseta del broder<br />
y el brodercito en el control de la discoteca otra vez, de nuevo<br />
nos ponía la Sopita de Caracol<br />
la Negra Tomasa, la Güera Salomé, el Agüita de Coco;<br />
en nuestra hora alejada del madrigal y el embeleso<br />
nosotros fuimos burbujas de amor<br />
y si tus manos coparon el charral del cuerpo<br />
fue nuestro moño de pelo quien siempre ganó la batalla<br />
del ángel pálido sobre el Mirador Tiscapa;<br />
ahora esas cumbias antillanas o colombianas<br />
tus hombros, los pasos de la danzan sólo bailan en mi memoria
y me pregunto qué aprendimos en la noche<br />
y veo que no hay nada que aprender<br />
basta repasar lo que estaba en el cuerpo<br />
en los sentidos estaba el aprendizaje<br />
son lo que fueron y vividas no tienen moraleja<br />
y si la tuvieran nadie volvería a vivir esa noche breve<br />
iluminando el corazón de los hombres;<br />
cuando pienso en vos, vuelvo a ver para atrás<br />
y miro como mueven las caderas vos<br />
la Negra Tomasa y la Güera Salomé.<br />
Marzo, 20, 1997.<br />
Edwin Yllescas Salinas<br />
En el panorama de la literatura nicaragüense actual, que tan valiosas aportaciones ha hecho<br />
a las letras contemporáneas de lengua española, Edwin Yllescas Salinas es un destacado<br />
representante de la generación de escritores surgida en los años sesenta. Ha publicado<br />
Lecturas y otros poemas (1969); Algún lugar en la memoria (1996); La vela de los<br />
sueños (1998); Teoría del ángel (1999), Breve antología (1977-2006). Su libro de cuentos<br />
Historias urbanas, ganó el Premio Nacional Rubén Darío, 2007.<br />
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