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6 LA SOBREVIVENCIA DE CHILE<br />
comprobar su incidencia en el clima, misterio que probablemente sea revelado con<br />
las exploraciones selenitas de 10s cosmonautas.<br />
En todo caso, se infiere por esta carta de Valdivia que hace 423 aiios tam-<br />
biCn hub0 sequia.<br />
3. ALONSO DE G6NGORA DE MARMOLEJO<br />
3.1 El primer cronista de la colonia, el Capita’n Alonso de G6ngora de Mar-<br />
mokjo, escribi6 en su “Historia de Chile” en 1575, refirihdose a1 clima<br />
de Chile: “y es la tierra de tan buenos aires y tan sanos, que no se ha visto en-<br />
fermar a nadie por ellos”. Aunque esta alusi6n vale por 10s p6imos aires que<br />
10s habitantes respiran en todas las inmensas urbes de nuestra Cpoca industriali-<br />
zada, en Chile resulta ma‘s penoso atin, porque casi hasta ayer Santiago, era cClebre<br />
por su incomparable cielo azul y la pureza de su aire, y pese a todo, a6n seguimos<br />
siendo pais “ subdesarrollado”.<br />
4. GONZALEZ DE NhJERA<br />
4.1 Un cuarto de siglo ma’s tarde, nada habia cambiado, y Csto lo atestigua el<br />
cronista militar, Gonza’lez de Na’jera que estuvo en el pais de 1600 a 1608.<br />
Aludiendo a la regi6n pacificada a1 norte del Maule, narr6: “Toda aquella tierra<br />
es tan fertil y abundante de mantenimiento en todas partes que se cultiva, que<br />
casi todos 10s de la tierra de paz y pobladas, comen de balde”.<br />
A 10s contempora’neos de aquel cronista, esta alusi6n gastron6mica no po-<br />
dria hacerles mucha impresidn, por cuanto el apetito que ellos querian satisfacer<br />
era de naturaleza muy distinta, la buena mesa barata no era estimulo suficiente-<br />
mente poderoso para promover una emigraci6n en masa. Pero nosotros que ya<br />
empezamos a estar con hambre atrasada, no tanto porque seamos mucho ma’s<br />
numerosos ahora, sino por la torpeza con que hemos actuado con nuestras<br />
tierras y bosques, se nos “hace agua la boca” y nos despiertan “saudades” colo-<br />
niales.<br />
5. Los HISTORIADORES CONFIRMAN EL PARA~SO<br />
5.1 La diferencia entre el Paraiso terrenal de Addn y el de Chile de antafio,<br />
es que en Chile no habia serpientes ponzoiiosas.<br />
5.2 Los reverendos sacerdotes jesuitas, 10s Padres Ovalle, Rosales, Vidaurre y<br />
Olivares, hombres letrados, de estudio y de fina sensibilidad, nos hacen tan<br />
fanta’sticos relatos, que juzgados por la moderna tCcnica de narrar historia, posi-<br />
blemente no Sean hoy considerados muy cientificos, ni siquiera veraces. Por eso<br />
habria que tomarlos con beneficio de inventario.<br />
6. ALONSO m OVALLE<br />
6.1 El Padre Alonso Ovalle en su “Hist6rica Relaci6n del Reyno de<br />
de Chile” en 1648, o sea, un siglo despuCs de Valdivia, confirma el<br />
Paraiso:<br />
“Fund6 el Autor de la Naturaleza la mayor parte de la fecundidad de 10s<br />
chilenos (sic), en esta su cordillera, la que como banco que no quiebra, deposit6<br />
1 “No debemos exigirles rigor cientlfico. Lo creen todo, especialmente el jesuita que habl6<br />
de su patria para 10s extranjeros. Conmueve mirarlos como ellos miraban a su tierra: con<br />
agradecimientos”, ALONE en “Antologfa del Arbol”, Editorial Zig-Zag, 1966.