Chávez: No vamos a permitir que el imperio se apodere de Haití

Tropas de Naciones Unidas
dispararon tiros al aire y
lanzaron gases lacrimógenos
para tratar de controlar a centenares
de personas que protagonizaron
disturbios durante
la distribución de ayuda
en Puerto Príncipe, señaló la
agencia AFP.
La entrega de alimentos, agua
potable y otros insumos en un
antiguo aeropuerto militar había
empezado en calma, con
largas filas de haitianos. Sin
embargo, luego empezaron las
disputas entre damnificados,
que en su mayoría no habían recibido
ayuda desde que se produjo
el sismo el 12 de enero.
La situación se agravó y la
muchedumbre se abalanzó sobre
la ayuda. Los Cascos Azules
brasileños debieron realizar
tiros de advertencia y lanzar
gases lacrimógenos.
Se desconoce si el operativo
continuó o fue suspendido,
porque el lugar fue desalojado.
Por su parte, la Organización
Internacional para las Migraciones
(OIM) anunció el domingo
que se necesitan 100.000 tiendas
adicionales para resguardad
a medio millón de personas
damnificadas.
TAMBIÉN EN DAVOS
La “élite” mundial se reunirá
el miércoles en Davos para la
40ª edición del Foro Económico
Mundial (WEF) que tendrá
como grandes ejes la reconstrucción
de la devastada Haití,
la reforma del sector financiero
y la amenazante crisis social que
desembarca tras la recesión.
DESDE BARBADOS PARA HAITÍ
La Embajada de la República
Bolivariana de Venezuela en
Barbados respondió al llamado
de ayuda para el hermano pueblo
de Haití que ha realizado el
Movimiento Caribeño para la
Paz y la Integración (CMPI por
sus siglas en inglés).
De esta forma, todo el colectivo
de esa sede diplomática
SOLIDARIDAD
|14| N o
Continúa el caos institucional generado por fuerzas de ocupación
Tropas de la ONU lanzan gases
y disparan en entrega de ayuda humanitaria en Haití
Enmanuel Buto, el joven de 22
años que fue rescatado por
una brigada iraní tras permanecer
12 días sepultado, narró en
exclusiva al Correo del Orinoco
su trágica experiencia. Su rescate
fue trasmitido al mundo a través
de la señal de Telesur. Más de 132
personas han sido rescatadas gracias
al voluntariado internacional
presente en el territorio haitiano.
Marie Yilene, la madre del joven
haitiano relató que el día del
terremoto su hijo estaba dormido
en la casa y ella trabajando. “Yo no
estaba en el barrio, cuando llegué
me di cuenta que no tenía casa.
Todo lo había perdido. Mis otros
cinco hijos afortunadamente estaban
con vida y conmigo, pero me
faltaba Enmanuel”, expresó.
Marie explicó que ella mantenía
la esperanza de que su hijo seguía
con vida y por eso regresaba
todas las tardes.
“El viernes me puse a escarbar
con mis propias manos, en medio
de la desesperación, y de repente
escuché la voz de mi hijo que me
llamaba. Mi pequeño me decía:
La isla devastada,con sus habitantes durmiendo en plazas, bañándose en las calles,
comiendo de lo que consiguen por ayuda humanitaria, o en los restos de la basura
Testimonios de Vida
«Mamá soy yo, soy tu hijo» y salí
corriendo a buscar ayuda. Quería
buscar ayuda de un policía o de los
especialistas que están en las calles
desde el día del terremoto y tuve
suerte”, agregó.
Rafael Sadi, rescatistas israelí
dijo que cuando verificaron el rumor
sobre la localización de un
joven con vida, se trasladó al sitio
una comisión compuesta por 12
personas.
El especialista en rescate y administración
de desastres dijo
sentirse eufórico. “El joven estaba
atrapado en un espacio cercano a
la cocina y los primeros días pudo
consumir algunos alimentos y bebidas”,
sentenció.
Tras el rescate el joven fue trasladado
al centro de campaña de los
médicos israelíes, en el centro de
Puerto Príncipe.
“El día del terremoto yo estaba
dormido y de repente, cuando
desperté me encontré debajo de la
cama. Fue como una presión grande
que sentí en el pecho y cuando
reaccioné me di cuenta de que había
pasado algo malo y grande. Me
acomodé y empecé a gritar para
que me sacaran. Grite mucho,
pero nadie me escuchaba. Poco a
poco empecé a perder la fe, hasta
pedía morir para no seguir sufriendo
sabiendo que poco a poco
mis esperanzas se perdían. Vi a
mis vecinos muertos y el olor ya se
estaba convirtiendo en insoportable.
Gritaba a mi mamá porque la
escuchaba llamándome, pero ella
no podía oírme a mí. Sentí el resto
de las réplicas y como las estructuras
de la casa seguían partiéndose.
Una noche, cuando estaba intentando
llamar la atención de los
rescatistas escuché que decían que
querían quemarme porque creían
que era un cadáver y volví a bajar
la mano”, dijo Enmanuel al relatar
su historia.
El joven Enmanuel explicó que
sobrevivió tomando su propio
orine. “Me tomé mi propio desecho,
porque tenía mucha sed. Me
siento débil, sin fuerzas, pero vivo.
Dios es grande”, concluyó.
T / D ‘ayhana Morales
Envíada especial de CO en Haití
se incorporó a la jornada de
acompañamiento en curso para
colaborar en las labores de apoyo,
en la recolección, selección y
distribución de las donaciones
que se reciban en la sede del Instituto
Venezolano para la Cultura
y la Cooperación (IVCC).
T / Redacción CO
F / Oscar Arria
Caracas
Una visión desde Haití
Intentar hacer una descripción
real de Haití no es
asunto fácil. La isla está en
un estado de desolación total:
devastada, con sus habitantes
durmiendo en plazas, bañándose
en las calles, comiendo
de lo que consiguen por ayuda
humanitaria, o en los restos de
la basura.
Los desechos están colmando
la ciudad, a lo que se suma
el pestilente olor de los cadáveres
que permanecen en las
calles. No hay luz ni agua, sólo
en pocos puntos y en las noches,
para conseguir un poco
de calor, espantar las moscas,
zancudos y ratas prenden
hogueras con los cuerpos sin
vida de sus propios conocidos,
a lo que se suman bolsas de
carbón que venden de manera
ilegal en las aceras a precios
que triplican su valor habitual.
Las mujeres lavan sus ropas en
baldes de metal en plena vía,
casi siempre cerca de pasos de
agua que están completamente
contaminados.
Los niños visten ropas dos
y hasta tres tallas más grandes
que las de ellos y llaman
al personal de ayuda humanitaria
que pasa en los camiones
para realizar las extracciones
de víctimas en las colapsadas
estructuras.
T / D ‘ayhana Morales
Envíada especial de CO en Haití