Matthew Lipman, El descubrimiento de Harry.pdf - sgvirtual
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—Sí, genial —repuso Mark. Y añadió—: Pero, ¿sabes qué?, fue i<strong>de</strong>a nuestra.<br />
—¿Cómo que fue i<strong>de</strong>a nuestra? —preguntó <strong>Harry</strong>.<br />
—Quiero <strong>de</strong>cir —dijo Mark—, ha sido una nube magnífica. Pero también, si lo piensas<br />
bien, ha sido magnífico que nosotros hayamos estado aquí tumbados y la hayamos visto<br />
como América <strong>de</strong>l Norte navegando por el Pacífico. Tienes que admitir también esa parte.<br />
<strong>El</strong> comentario <strong>de</strong> la señorita Halsey volvió a cruzar la mente <strong>de</strong> <strong>Harry</strong> como un titular <strong>de</strong><br />
actualidad cruza el pie <strong>de</strong> la pantalla <strong>de</strong> televisión: «Por muy maravillosa que pueda ser una<br />
cosa, enten<strong>de</strong>rla es igual <strong>de</strong> maravilloso.» No era exactamente como ella lo había expresado,<br />
pero la i<strong>de</strong>a era la misma.<br />
—Creo —observó <strong>Harry</strong>— que no es necesario viajar a la luna ni ir en submarino por el<br />
Pacífico para correr aventuras y ver maravillas. A veces están ahí <strong>de</strong>lante, esperando que las<br />
veas.<br />
—A veces me entusiasmo con mis propias i<strong>de</strong>as —dijo Mark—, y voy <strong>de</strong> un lado para otro<br />
en mi habitación o doy puñetazos a un cojín, o hago toda clase <strong>de</strong> tonterías hasta que me<br />
calmo.<br />
Se quedaron callados un momento. <strong>Harry</strong> comentó:<br />
—Oye, Mark, ¿se te ocurre quién pue<strong>de</strong> haber sido el que me intentó dar con una piedra el<br />
otro día? —y, como al <strong>de</strong>scuido, contó a Mark lo que había ocurrido.<br />
—¿<strong>El</strong> martes, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> clase?<br />
—Sí, el martes, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> clase.<br />
No estoy seguro dijo Mark—, pero yo salía <strong>de</strong> clase antes que tú y recuerdo que vi a ese<br />
nuevo, Bill Beck, que estaba <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> un árbol cerca <strong>de</strong> la puerta lateral.<br />
«¡Bill Beck! ¿Por qué querría él tirarme una piedra?» —pensó <strong>Harry</strong>. «Pero, para el caso,<br />
¿por qué iba a querer hacerlo Tony?»<br />
Al volver a casa, <strong>Harry</strong> se iba fijando en lo que podía haber <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> los árboles o<br />
acechando <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> las esquinas. Fuera quien fuese el que había tirado la piedra el martes,<br />
quizá no fallaría la próxima vez.