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Nos 374-375 - Diócesis de San Juan de los Lagos

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CUARESMA - PASCUA 2013<br />

ció en carne propia. Como judío fiel y orante, al<br />

momento <strong>de</strong> la muerte, reza el salmo 22 que empieza<br />

con un grito <strong>de</strong> abandono, <strong>de</strong> <strong>de</strong>samparo: el grito<br />

<strong>de</strong>sgarrador <strong>de</strong> alguien que está al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la<br />

angustia total. Él grita y clama por cariño, por<br />

ternura y fuerza, por salvación. Es una súplica que<br />

le acerca al Padre, que refuerza su relación.<br />

En el grito <strong>de</strong> Jesús expresa su confianza plena<br />

en Dios en medio <strong>de</strong> su fracaso. Los presentes<br />

interpretan mal su grito. Uno <strong>de</strong> el<strong>los</strong> le ofrece<br />

vinagre, que es una expresión <strong>de</strong> odio. Al morir <strong>de</strong>ja<br />

patente al amor <strong>de</strong> Dios por el hombre. El centurión,<br />

representante <strong>de</strong>l mundo pagano, <strong>de</strong>scubre al verda<strong>de</strong>ro<br />

Dios en Jesús muerto en la Cruz. Las mujeres<br />

miran <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lejos, sin i<strong>de</strong>ntificarse, por falta <strong>de</strong><br />

comprensión, en el misterio <strong>de</strong> la Muerte <strong>de</strong> Jesús.<br />

Marcos menciona muy claro que el reconocimiento<br />

<strong>de</strong> quién es Jesús, en el momento <strong>de</strong> su<br />

Muerte, lo hace un pagano, un ateo, el centurión <strong>de</strong>l<br />

pelotón romano <strong>de</strong> ejecución: verda<strong>de</strong>ramente este<br />

hombre era el hijo <strong>de</strong> Dios. Esta es la primera<br />

confesión <strong>de</strong> fe <strong>de</strong> la primitiva comunidad cristiana.<br />

El que se entrega totalmente en la Cruz, el que da su<br />

vida en Sacrificio por el perdón <strong>de</strong> <strong>los</strong> pecados, es<br />

el Hijo <strong>de</strong> Dios.<br />

Así, pues, es evi<strong>de</strong>nte que este es un Dios que<br />

escandaliza. Hasta se ha permitido que sea un<br />

pagano quien al final <strong>de</strong> la Pasión, en el fracaso<br />

aparente <strong>de</strong> la Muerte, se atreva a confesar al<br />

crucificado como Hijo <strong>de</strong> Dios, que se manifiesta<br />

en la <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su nacimiento en un pobre<br />

portal.<br />

Creemos, pues, en un Dios que se ha encarnado<br />

para ofrecerse en Sacrificio por amor a toda la<br />

humanidad. Esperamos la vida eterna que su sacrificio<br />

nos ganó. Contemplemos el misterio <strong>de</strong> la<br />

muerte que es vencida por la Vida, por el Espíritu <strong>de</strong><br />

Dios que transforma un cuerpo torturado en cuerpo<br />

glorioso animado por este mismo Espíritu.<br />

Cuantas veces no damos testimonio <strong>de</strong> lo que<br />

somos y creemos, sino que más bien damos muerte<br />

con nuestras actitu<strong>de</strong>s a aquel que por nosotros dio<br />

la vida sin reservas y a cambio <strong>de</strong> nada.<br />

Fuera <strong>de</strong>l tiempo, Jesús ya está resucitado, su<br />

Padre lo ha salvado; la materia quedó atrás en el<br />

símbolo <strong>de</strong> la tumba vacía. Dios no le ha abandonado,<br />

sufrió con él y <strong>de</strong> este amor el Espíritu le<br />

<strong>de</strong>vuelve la Vida en plenitud. Volvemos al tiempo<br />

y al espacio. <strong>Nos</strong> reencontraremos todos por la<br />

puerta y por el camino, llevados <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>l<br />

Espíritu <strong>de</strong> amor que todo reconcilia.<br />

Imágenes distorsionadas <strong>de</strong> Dios<br />

Todo mundo dice tener fe, pero ¿en quién creemos?<br />

Cuando tenemos una imagen distorsionada<br />

<strong>de</strong> Dios, adoramos a un dios que no es Dios, a un<br />

dios que está en nuestra mente pero que no es el<br />

Dios verda<strong>de</strong>ro. En consecuencia, es un ídolo creado<br />

por nosotros, o impuesto por otros en nuestra<br />

mente. Muchas veces nos encontramos adorando a<br />

un dios diferente, que no correspon<strong>de</strong> al Dios <strong>de</strong>l<br />

que la Biblia habla. Concepciones erróneas <strong>de</strong> Dios<br />

hacen que nuestro dios sea esa concepción errada y<br />

no el Dios verda<strong>de</strong>ro. Veamos algunas concepciones<br />

erróneas <strong>de</strong> Dios:<br />

1. El «diosito»: «Diosito me tiene que ayudar»<br />

«le voy a pedir a diosito que me saque <strong>de</strong> esta<br />

apuración». Decirle «diosito» es como <strong>de</strong>cirle que<br />

es un dios pequeñito. Él no es como <strong>los</strong> ído<strong>los</strong> que<br />

pue<strong>de</strong>s meter en un templo o que pue<strong>de</strong>s llevar en<br />

el bolsillo <strong>de</strong> la billetera. Es un dios limitado, no<br />

digno <strong>de</strong> reverencia. Se podría tratar mejor al gerente,<br />

al presi<strong>de</strong>nte, al gobernador, al doctor, que al<br />

Dios <strong>de</strong> la gloria. Dios no es un diosito. Dios es el<br />

Todopo<strong>de</strong>roso, el Creador <strong>de</strong>l cielo y <strong>de</strong> la tierra.<br />

Entonces, «diosito» no es el Dios verda<strong>de</strong>ro, nunca<br />

lo ha sido, es un ídolo que <strong>de</strong>bemos eliminar.<br />

2. El dios «Bombero 911»: Lo buscamos solamente<br />

cuando estamos en un incendio. Cuando<br />

estamos en peligro <strong>de</strong> muerte. Cuando estamos en<br />

dificultad. Cuando estamos a punto <strong>de</strong> sufrir un<br />

acci<strong>de</strong>nte, entonces se grita: «¡Ay! Dios mío». Hay<br />

gente que busca a Dios y va a la iglesia porque lo<br />

abandonaron, porque tiene problemas familiares,<br />

porque siente que ha tocado fondo, enfermos o<br />

<strong>de</strong>sempleados, y qué bueno que reconozcan que<br />

Dios pue<strong>de</strong> ayudar<strong>los</strong>. Pero el problema no es ese,<br />

el problema es que cuando reciben el milagrito se<br />

pier<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la iglesia, no vuelven a orar, <strong>de</strong>jan <strong>de</strong><br />

buscarle hasta la siguiente crisis. El problema no es<br />

que lo busquen sino que SOLAMENTE lo buscan<br />

en dificultad. Dios nos pue<strong>de</strong> ayudar, tiene po<strong>de</strong>r<br />

para hacerlo, quiere hacerlo, pero ¡qué relación tan<br />

interesada que le buscamos sólo cuando necesitamos<br />

favores! Busquemos al Dios verda<strong>de</strong>ro cuando<br />

tenemos problemas y también cuando no.<br />

pág. 12 Bol-<strong>374</strong>

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