18.05.2013 Views

Médicina Árabe I. La cirugía, Abulcasis y el - Academia Nacional de ...

Médicina Árabe I. La cirugía, Abulcasis y el - Academia Nacional de ...

Médicina Árabe I. La cirugía, Abulcasis y el - Academia Nacional de ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Médicina</strong> <strong>Árabe</strong> I. <strong>La</strong> <strong>cirugía</strong>, <strong>Abulcasis</strong> y <strong>el</strong> Tasrif<br />

López JE,Briceño-Iragorry L, editores. Colección Razetti.<br />

Volumen V. Caracas: Editorial Ateproca; 2008.p.1-25.<br />

<strong>Médicina</strong> <strong>Árabe</strong> I. <strong>La</strong> <strong>cirugía</strong>, <strong>Abulcasis</strong><br />

y <strong>el</strong> Tasrif<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Dr. Leopoldo Briceño-Iragorry<br />

Capítulo 1<br />

España ha sido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los tiempos más remotos un lugar <strong>de</strong><br />

invasiones, unas más violentas y <strong>de</strong>structoras que otras. Los diferentes<br />

pueblos o razas que se dieron cita en la Península contribuyeron en<br />

muy diversa escala a forjar <strong>el</strong> carácter y la civilización española.<br />

Iberos, c<strong>el</strong>tas, griegos, cartagineses, romanos, suevos, alanos, vándalos,<br />

visigodos, árabes, bereberes, judíos... todos <strong>de</strong>jaron hu<strong>el</strong>las más o<br />

menos importantes, más o menos permanentes. Pero una gran parte <strong>de</strong><br />

las contribuciones que los historiadores han asignado a algunos <strong>de</strong><br />

esos grupos se <strong>de</strong>be más bien al <strong>el</strong>emento nativo, que con frecuencia<br />

convivió o se incorporó al <strong>el</strong>emento invasor.<br />

Los visigodos dominaron en España durante tres siglos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong><br />

año 410 hasta <strong>el</strong> año 711. Aunque los reyes y la mayoría <strong>de</strong> los nobles<br />

trazaban sus linajes a los invasores d<strong>el</strong> norte, la clase administrativa<br />

y la int<strong>el</strong>ectualidad provenían <strong>de</strong> la cantera nacional: <strong>el</strong> hispanoromanismo.<br />

El gran florecimiento filosófico y teológico <strong>de</strong> la época,<br />

con San Isidoro <strong>de</strong> Sevilla, San Leandro, San Il<strong>de</strong>fonso, San Julián, los<br />

Concilios <strong>de</strong> Toledo, etc. se <strong>de</strong>be a la población indígena en su<br />

totalidad. <strong>La</strong> raza visigoda gobernaba y luchaba, pero no pensaba.<br />

<strong>La</strong> situación en la España Musulmana fue bastante similar. Los<br />

invasores vinieron en números bastante bajos, y en los años y siglos<br />

siguientes se mezclaron con los habitantes <strong>de</strong> la Península. Una gran<br />

Briceño-Iragorry L 1


Colección Razetti. Volumen V.<br />

parte <strong>de</strong> la producción int<strong>el</strong>ectual y artística <strong>de</strong> la zona musulmana<br />

<strong>de</strong>be ser atribuida sin lugar a dudas al <strong>el</strong>emento étnico local, que con<br />

frecuencia abrazó la lengua y la r<strong>el</strong>igión <strong>de</strong> los invasores por pura<br />

conveniencia. Por esta razón no es correcto hablar <strong>de</strong> civilización o<br />

cultura árabe, sino más bien musulmana. En realidad, <strong>el</strong> <strong>el</strong>emento<br />

invasor fue muy heterogéneo: hubo árabes, aunque en número bastante<br />

limitado. Hubo yemeníes, sirios, egipcios, y sobre todo bereberes. Y<br />

lucharon tanto entre sí como contra los cristianos.<br />

Últimos años d<strong>el</strong> período Visigodo<br />

El hecho <strong>de</strong> poseer una monarquía <strong>el</strong>ectiva fue la causa <strong>de</strong> un sin<br />

fin <strong>de</strong> conspiraciones, asesinatos y traiciones que <strong>de</strong>bilitó enormemente<br />

<strong>el</strong> po<strong>de</strong>r d<strong>el</strong> reino. Aunque <strong>el</strong> po<strong>de</strong>r pasó con cierta frecuencia <strong>de</strong><br />

padres a hijos, y aunque hacia <strong>el</strong> fin <strong>de</strong> este período todavía surgió un<br />

rey <strong>de</strong> gran calibre como fue Wamba, la estructura d<strong>el</strong> Estado se<br />

hallaba agrietada sin esperanzas <strong>de</strong> reconstrucción.<br />

<strong>La</strong> <strong>el</strong>ección <strong>de</strong> Don Rodrigo fue un golpe para los hijos <strong>de</strong> Witiza<br />

(1), que anh<strong>el</strong>aban suce<strong>de</strong>r a su padre en <strong>el</strong> trono. A la hora <strong>de</strong> la<br />

verdad, en <strong>el</strong> momento <strong>de</strong> p<strong>el</strong>igro, cuando Don Rodrigo tuvo que hacer<br />

frente a los invasores <strong>de</strong> África, la traición <strong>de</strong> sus rivales entregó <strong>el</strong><br />

país a los enemigos. Otro <strong>el</strong>emento <strong>de</strong>bemos consi<strong>de</strong>rar. Al principio<br />

d<strong>el</strong> siglo VII, durante <strong>el</strong> reino <strong>de</strong> Sisebuto, tuvo lugar una <strong>de</strong>scarada<br />

persecución <strong>de</strong> los judíos, no sólo por razones r<strong>el</strong>igiosas sino también<br />

políticas. Se les acusó <strong>de</strong> estar en contacto con los bereberes y con los<br />

bizantinos <strong>de</strong> África, y <strong>de</strong> poner en p<strong>el</strong>igro la seguridad d<strong>el</strong> Estado. Se<br />

les dió un año para abrazar <strong>el</strong> cristianismo o abandonar <strong>el</strong> país. Unos<br />

90 000 prefirieron <strong>el</strong> bautismo al <strong>de</strong>stierro. Naturalmente, las<br />

conversiones forzadas son por lo regular insinceras. <strong>La</strong> tolerancia<br />

alternando con la represión creó un malestar general entre esta<br />

comunidad. Hacia <strong>el</strong> fin d<strong>el</strong> siglo VII, poco antes <strong>de</strong> la invasión árabe,<br />

optaron por la reb<strong>el</strong>ión. En contacto con la población judía d<strong>el</strong> norte<br />

<strong>de</strong> África, una gran parte exiliados d<strong>el</strong> tiempo <strong>de</strong> Sisebuto, planearon<br />

una invasión <strong>de</strong> Andalucía ayudados por los bereberes. El plan fue<br />

<strong>de</strong>scubierto y una vez más <strong>de</strong>bieron optar por la conversión o <strong>el</strong> exilio.<br />

2 López JE, Briceño-Iragorry L


<strong>Médicina</strong> <strong>Árabe</strong> I. <strong>La</strong> <strong>cirugía</strong>, <strong>Abulcasis</strong> y <strong>el</strong> Tasrif<br />

Más tar<strong>de</strong>, cuando los árabes finalmente cruzaron <strong>el</strong> Estrecho,<br />

encontraron en los judíos magníficos colaboradores que les abrieron<br />

las puertas <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s. En recompensa, los árabes con frecuencia<br />

les pusieron al cargo <strong>de</strong> las guarniciones o en posiciones <strong>de</strong> autoridad<br />

en las ciuda<strong>de</strong>s ocupadas.<br />

A lo largo <strong>de</strong> la Edad Media, este temor <strong>de</strong> que la población<br />

judía, tan numerosa en España, pudiera facilitar futuras invasiones<br />

musulmanas, fue real, y no imaginario, y explica en cierta manera la<br />

<strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> los Reyes Católicos <strong>de</strong> expulsar en 1492 a quienes no<br />

abrazaran la fe cristiana.<br />

Durante todos esos siglos, la actitud <strong>de</strong> la población judía fue la<br />

misma: aliados <strong>de</strong> los africanos contra los españoles, <strong>de</strong> los cristianos<br />

contra los musulmanes, <strong>de</strong> los musulmanes contra los cristianos, <strong>de</strong><br />

acuerdo con las necesida<strong>de</strong>s d<strong>el</strong> tiempo.<br />

<strong>La</strong> invasión<br />

<strong>La</strong> historia se mezcla con la leyenda. El Con<strong>de</strong> Don Julián,<br />

gobernador <strong>de</strong> Ceuta por Don Rodrigo, tenía una hija llamada Florinda,<br />

a la que los romances llaman <strong>La</strong> Cava. Su padre la envió a la corte <strong>de</strong><br />

Toledo, para educarse con la nobleza d<strong>el</strong> país. Un día, mientras se<br />

bañaba en <strong>el</strong> río Tajo, <strong>el</strong> Rey la sorprendió y la violó. <strong>La</strong> Cava informó<br />

d<strong>el</strong> suceso a su padre, quien juró vengarse.<br />

Algún tiempo <strong>de</strong>spués, Don Rodrigo le pidió que le enviara<br />

algunos halcones para cazar. “Yo te enviaré, Señor, unos halcones<br />

como nunca habréis visto...” Don Julián se puso en contacto con Tarik,<br />

<strong>el</strong> gobernador <strong>de</strong> Tánger y lugarteniente <strong>de</strong> Muza, indicándole qué<br />

fácil resultaría la conquista. Tarik cruzó <strong>el</strong> Estrecho con un contingente<br />

<strong>de</strong> fuerzas poco numeroso, y <strong>de</strong>sembarcó cerca <strong>de</strong> un promontorio al<br />

que dio su nombre: Djeb<strong>el</strong>-Tarik, o Gibraltar, Monte <strong>de</strong> Tarik.<br />

En Algeciras, dio ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> <strong>de</strong>scuartizar un grupo <strong>de</strong> prisioneros<br />

y cocer las partes en ollas gigantescas, y procedió a dar libertad a los<br />

<strong>de</strong>más para que extendieran <strong>el</strong> terror a la población. <strong>La</strong>s fuerzas <strong>de</strong><br />

Tarik se encontraron con <strong>el</strong> ejército d<strong>el</strong> Rey Don Rodrigo (2) en las<br />

riberas d<strong>el</strong> río Guadalete. Se combatió <strong>de</strong> la mañana a la noche, pero<br />

Briceño-Iragorry L 3


Colección Razetti. Volumen V.<br />

la traición <strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong> Witiza, que dirigían dos alas d<strong>el</strong> ejército,<br />

facilitó <strong>el</strong> triunfo a los invasores.<br />

Figura 1.1. El Rey Don Rodrigo.<br />

De acuerdo con <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato d<strong>el</strong> historiador árabe Ibn <strong>el</strong> Athir, se<br />

pudo encontrar <strong>el</strong> caballo <strong>de</strong> Don Rodrigo ricamente enjaezado, y su<br />

manto real bordado en oro y adornado con piedras preciosas. Un poco<br />

más ad<strong>el</strong>ante se halló una <strong>de</strong> sus botas. Pero ni rastro <strong>de</strong> la persona<br />

real. Nunca se supo su para<strong>de</strong>ro. El caso es muy similar al d<strong>el</strong> Rey<br />

Don Sebastián <strong>de</strong> Portugal, en <strong>el</strong> siglo XVI, <strong>de</strong>saparecido a raíz <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>rrota en Alcazarquivir. También en esta ocasión la <strong>de</strong>saparición d<strong>el</strong><br />

Rey causó la pérdida <strong>de</strong> la nación. <strong>La</strong> conquista d<strong>el</strong> país se <strong>de</strong>sarrolló<br />

con una rapi<strong>de</strong>z increíble, sin oposición. Una tras otra las ciuda<strong>de</strong>s<br />

más importantes fueron cayendo. <strong>La</strong> complicidad <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s<br />

4 López JE, Briceño-Iragorry L


<strong>Médicina</strong> <strong>Árabe</strong> I. <strong>La</strong> <strong>cirugía</strong>, <strong>Abulcasis</strong> y <strong>el</strong> Tasrif<br />

judías, abriendo las puertas <strong>de</strong> las fortalezas y ciuda<strong>de</strong>s es un hecho<br />

histórico que ha permanecido muy vivo en la memoria <strong>de</strong> los españoles<br />

durante siglos.<br />

Los musulmanes en un principio no vinieron con intenciones <strong>de</strong><br />

quedarse, sino tan sólo <strong>de</strong> saquear <strong>el</strong> país. Y quizá fuera ésta la razón<br />

por la que no hubo una gran oposición popular. Simplemente, se<br />

esperaba que una vez obtenido <strong>el</strong> botín, las hordas salvajes regresarían<br />

al África. Ni Tarik ni su jefe Muza ni siquiera <strong>el</strong> Califa en Damasco<br />

entretuvieron la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> conquistar <strong>el</strong> país y permanecer en él. Aun<br />

cuando habían conquistado casi toda la Península, <strong>el</strong> Califa Omar ben<br />

Abd <strong>el</strong> Aziz entretenía la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> evacuarlo, ya que “estaban <strong>de</strong>masiado<br />

separados <strong>de</strong> sus corr<strong>el</strong>igionarios, y mantenían <strong>de</strong>masiado contacto<br />

con los infi<strong>el</strong>es y los enemigos <strong>de</strong> Dios”. Sin embargo, las cosas y los<br />

planes cambiaron rápidamente, y los musulmanes iban a permanecer<br />

en España durante siete siglos.<br />

<strong>La</strong>s fuerzas <strong>de</strong> ocupación<br />

<strong>La</strong> primera invasión <strong>de</strong> Tarik (3) comprendía unos siete mil<br />

hombres, a los que se unieron otros cinco mil algo más tar<strong>de</strong>. Algo<br />

<strong>de</strong>spués Muza cruzó <strong>el</strong> Estrecho con 18 000 más.<br />

¿Cuál era la composición étnica <strong>de</strong> esos ejércitos? <strong>La</strong> inmensa<br />

mayoría eran bereberes <strong>de</strong> las tribus norteafricanas. Los árabes eran<br />

una minoría insignificante, generalmente ocupando los puestos <strong>de</strong><br />

mando. Aunque en tiempos posteriores hubo un mayor influjo <strong>de</strong><br />

personal oriental, sobre todo sirios, yemeníes, egipcios y árabes<br />

propiamente dichos, <strong>el</strong> <strong>el</strong>emento mayoritario fue norteafricano. Y<br />

esta ten<strong>de</strong>ncia continuó durante la Edad Media. Hordas <strong>de</strong> salvajes<br />

africanos continuaron invadiendo la Península, como los fanáticos<br />

fundamentalistas Almoha<strong>de</strong>s, Almorávi<strong>de</strong>s y Benimerines. Estos<br />

grupos no contribuyeron prácticamente nada a la cultura que se había<br />

<strong>de</strong>sarrollado en <strong>el</strong> sur <strong>de</strong> España.<br />

<strong>La</strong> llamada civilización o cultura árabe en España fue<br />

<strong>de</strong>finitivamente más española que árabe. El hecho <strong>de</strong> que los<br />

int<strong>el</strong>ectuales escribieran en árabe no cambia nada. Los int<strong>el</strong>ectuales<br />

Briceño-Iragorry L 5


Colección Razetti. Volumen V.<br />

españoles d<strong>el</strong> siglo I, tales como Séneca, Lucano, Marcial, etc.,<br />

escribieron en latín, pero eran más españoles que romanos. Adoptaron<br />

la lengua, las costumbres, las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> los romanos y las impregnaron<br />

con la savia <strong>de</strong> su españolismo. Lo mismo sucedió bajo la dominación<br />

musulmana. De acuerdo con los historiadores más serios, durante la<br />

Edad Media, solamente la mitad <strong>de</strong> la población era musulmana. <strong>La</strong><br />

otra mitad estaba compuesta <strong>de</strong> cristianos y judíos. Y entre los<br />

musulmanes mismos, la mayoría eran <strong>de</strong> origen berebere y español. Y<br />

es conocimiento común que la aportación <strong>de</strong> los bereberes a la<br />

civilización ha sido mínima.<br />

Bajo <strong>el</strong> yugo musulmán<br />

Po<strong>de</strong>mos consi<strong>de</strong>rar dos categorías principales <strong>de</strong> españoles:<br />

Los mozárabes o cristianos, y los muladíes, o conversos al Islam, que<br />

ambas partes consi<strong>de</strong>raban renegados. Al principio, los cristianos<br />

gozaron <strong>de</strong> cierta libertad r<strong>el</strong>igiosa, no por la tolerancia d<strong>el</strong> gobierno,<br />

sino por razones puramente económicas. El Islam no permitía cobrar<br />

impuestos a sus seguidores, por lo tanto <strong>el</strong> infi<strong>el</strong> era quien <strong>de</strong>bía<br />

pagarlos. El Califa Omar lo expresó claramente: “Debemos vivir a<br />

costa <strong>de</strong> nuestros cristianos, y nuestros <strong>de</strong>scendientes a costa <strong>de</strong> los<br />

suyos, mientras <strong>el</strong> Islam exista”.<br />

A continuación <strong>de</strong> la conquista, los impuestos eran un tanto<br />

lleva<strong>de</strong>ros. Pero pronto llegaron a ser casi intolerables. Esto causó<br />

muchas conversiones sobre todo en las clases bajas. Los conversos<br />

encontraron difícil por no <strong>de</strong>cir imposible, incorporarse a la nueva<br />

sociedad. Estos renegados eran tratados con enorme discriminación<br />

por los viejos musulmanes, que les trataban con <strong>de</strong>sprecio y les<br />

impedían acceso a los puestos importantes. También en <strong>el</strong> siglo XVI<br />

encontramos una situación semejante entre los nuevos y los viejos<br />

cristianos. Sin embargo, la sociedad española d<strong>el</strong> siglo XVI era<br />

mucho más homogénea. Entre los invasores d<strong>el</strong> siglo VIII, así como<br />

también en tiempos posteriores, las rivalida<strong>de</strong>s entre las diversas<br />

facciones se agigantaron hasta <strong>el</strong> punto <strong>de</strong> guerra civil. Tribu contra<br />

tribu, los árabes d<strong>el</strong> sur contra los d<strong>el</strong> norte, los yemenitas contra los<br />

6 López JE, Briceño-Iragorry L


<strong>Médicina</strong> <strong>Árabe</strong> I. <strong>La</strong> <strong>cirugía</strong>, <strong>Abulcasis</strong> y <strong>el</strong> Tasrif<br />

kaishitas, los sirios contra los medinitas, y todos estos asiáticos contra<br />

los bereberes y los otros nómadas <strong>de</strong> África.<br />

El campesino continuó suministrando <strong>el</strong> mantenimiento <strong>de</strong> los<br />

dominadores. Como hijos d<strong>el</strong> <strong>de</strong>sierto, aportaron esterilidad y<br />

<strong>de</strong>solación, y en todo caso eran <strong>de</strong>masiado orgullosos para ocuparse<br />

<strong>de</strong> ese trabajo manual. Fue <strong>el</strong> agricultor hispano-romano quien,<br />

conocedor d<strong>el</strong> arte d<strong>el</strong> cultivo y d<strong>el</strong> regadío, hizo prosperar la tierra.<br />

<strong>La</strong> reconquista<br />

Movimientos <strong>de</strong> oposición empezaron a organizarse en las<br />

montañas d<strong>el</strong> norte, siendo uno <strong>de</strong> los más importantes <strong>el</strong> acaudillado<br />

por P<strong>el</strong>ayo, al parecer un noble <strong>de</strong> sangre visogoda. Su victoria en<br />

Covadonga en <strong>el</strong> año 718 fue <strong>el</strong> punto <strong>de</strong> partida <strong>de</strong> una cruzada larga<br />

y penosa a lo largo <strong>de</strong> siete siglos. Al mismo tiempo otras reb<strong>el</strong>días<br />

estallaban en Galicia, Cantabria, la región d<strong>el</strong> Pirineo. Entre estos<br />

enclaves y los territorios dominados por los musulmanes, existía una<br />

zona neutral que se convirtió en un <strong>de</strong>sierto y sirvió <strong>de</strong> campo <strong>de</strong><br />

batalla durante las periódicas incursiones <strong>de</strong> ambos bandos.<br />

Emirato in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> Damasco<br />

Abd er Rhaman I era un sirio <strong>de</strong> la familia imperial <strong>de</strong> Damasco,<br />

que logró escapar <strong>de</strong> la matanza organizada por los Abasidas que<br />

habían usurpado <strong>el</strong> trono. A través <strong>de</strong> Egipto y <strong>el</strong> norte <strong>de</strong> Africa,<br />

consiguió llegar a España en <strong>el</strong> momento propicio en que la anarquía<br />

dominaba por doquier. Formando alianzas políticas y militares,<br />

<strong>de</strong>rrotó uno tras otro a sus enemigos. En realidad le fue menester<br />

reconquistar España, no <strong>de</strong> los cristianos, sino <strong>de</strong> las múltiples facciones<br />

musulmanas que se hacían la guerra sin piedad. Finalmente se impuso<br />

como lí<strong>de</strong>r absoluto, y se estableció como Emir in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong><br />

Damasco.<br />

Abd er Rhaman II introdujo las costumbres y lujos <strong>de</strong> los<br />

Califas, y construyó mezquitas, adornó palacios y convirtió su corte<br />

<strong>de</strong> Córdoba digna rival <strong>de</strong> Bagdad. Aunque la música, la poesía, <strong>el</strong><br />

vino, la danza, etc., eran acogidas en la corte, no por eso <strong>de</strong>bemos<br />

Briceño-Iragorry L 7


Colección Razetti. Volumen V.<br />

pensar que los dirigentes se habían transformado en un grupo <strong>de</strong><br />

int<strong>el</strong>ectuales mo<strong>de</strong>rados y civilizados. El <strong>el</strong>emento salvaje dominaba<br />

sus acciones. <strong>La</strong>s <strong>de</strong>capitaciones y crucifixiones sucedían <strong>de</strong> continuo.<br />

<strong>La</strong>s pirámi<strong>de</strong>s <strong>de</strong> cabezas se levantaban con frecuencia tras cada<br />

batalla. Almanzor, por ejemplo, tras su victoria sobre los cristianos en<br />

León, tomó 30 000 prisioneros y or<strong>de</strong>nó levantar una montaña con sus<br />

cadáveres, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cumbre <strong>de</strong> la cual <strong>el</strong> muezzin llamó a la oración <strong>de</strong><br />

la tar<strong>de</strong> como si se tratare <strong>de</strong> un minarete. Estas no eran escenas<br />

aisladas. Y es algo que conviene recordar cuando algunos historiadores<br />

nos presentan un cuadro idílico <strong>de</strong> gobernantes y gobernados<br />

preocupados por la cultura y las artes. <strong>La</strong> producción artística y<br />

cultural ascendió a cumbres extraordinarias, pero como he indicado<br />

anteriormente, estas contribuciones se <strong>de</strong>bieron en gran parte al<br />

<strong>el</strong>emento indígena que poseía la civilización más avanzada cuando los<br />

bárbaros d<strong>el</strong> norte <strong>de</strong> Africa cruzaron <strong>el</strong> Estrecho.<br />

El califato<br />

Abd er R haman III (4) (912-961) fue sin duda <strong>el</strong> mejor <strong>de</strong> los<br />

gobernantes d<strong>el</strong> período musulmán, y <strong>el</strong> primero que adoptó <strong>el</strong> título<br />

<strong>de</strong> Califa. Los primeros años <strong>de</strong> su reinado los pasó luchando contra<br />

sus corr<strong>el</strong>igionarios, tratando <strong>de</strong> someter a los reb<strong>el</strong><strong>de</strong>s, y extendiendo<br />

su dominio sobre toda la España musulmana. Más tar<strong>de</strong> se <strong>de</strong>dicó a<br />

expediciones anuales contra los cristianos d<strong>el</strong> norte. En realidad, no<br />

eran expediciones <strong>de</strong> conquista, sino más bien <strong>de</strong> castigo, y en busca<br />

<strong>de</strong> botín y esclavos. El objetivo era también perpetuar una zona<br />

<strong>de</strong>sierta en la zona central, cortando los árboles, arrasando las mieses,<br />

<strong>de</strong>struyendo las casas, para <strong>de</strong>bilitar a sus adversarios.<br />

A pesar <strong>de</strong> <strong>de</strong>dicar tanto tiempo a sus campañas, fue un gran<br />

constructor. Continuó <strong>el</strong> emb<strong>el</strong>lecimiento <strong>de</strong> la mezquita y <strong>el</strong> palacio<br />

<strong>de</strong> Córdoba, y convirtió esta capital en la más importante d<strong>el</strong> mundo<br />

árabe, eclipsando a Bagdad. Or<strong>de</strong>nó construir un palacio encantado,<br />

Medina Zahara, a petición <strong>de</strong> su favorita. En cierto sentido consiguió<br />

unificar <strong>el</strong> país, aunque con una unión artificial, mantenida por la<br />

fuerza. Una unidad más profunda hubiera sido imposible en un país<br />

8 López JE, Briceño-Iragorry L


<strong>Médicina</strong> <strong>Árabe</strong> I. <strong>La</strong> <strong>cirugía</strong>, <strong>Abulcasis</strong> y <strong>el</strong> Tasrif<br />

con tan gran diversidad <strong>de</strong> grupos étnicos. Comprendió como otros<br />

gobernantes en siglos anteriores y posteriores, que la seguridad d<strong>el</strong><br />

país <strong>de</strong>pendía <strong>de</strong> mantener la vigilancia en <strong>el</strong> Estrecho, y para <strong>el</strong>lo<br />

ocupó los puertos <strong>de</strong> embarque <strong>de</strong> la costa africana.<br />

Figura 1.2. Mezquita <strong>de</strong> Córdoba.<br />

Una figura importante tras Abd er Rhaman III fue Almanzor (5).<br />

Aunque general en principio, en realidad llegó a ejercer <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> <strong>de</strong><br />

Califa a raíz <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Hakam II. Durante cuarenta años fue <strong>el</strong><br />

azote <strong>de</strong> los cristianos, <strong>de</strong>rrotándolos una y otra vez en sus expediciones<br />

anuales, arrasando, quemando y <strong>de</strong>struyendo todo a su paso. En una<br />

<strong>de</strong> sus campañas saqueó Santiago <strong>de</strong> Compost<strong>el</strong>a, y obligó a los<br />

cautivos cristianos a acarrear a hombros hasta Córdoba las campanas<br />

<strong>de</strong> la catedral, instalándolas invertidas en la Mezquita para servir <strong>de</strong><br />

lámparas. Tres siglos <strong>de</strong>spués, a raíz <strong>de</strong> la conquista <strong>de</strong> Córdoba por<br />

<strong>el</strong> Rey Fernando III <strong>el</strong> Santo, esas mismas campanas fueron <strong>de</strong>vu<strong>el</strong>tas<br />

a Santiago a hombros <strong>de</strong> cautivos moros.<br />

Briceño-Iragorry L 9


Colección Razetti. Volumen V.<br />

Figura 1.3. Estatua <strong>de</strong> Almanzor en Algeciras.<br />

En su vejez se <strong>de</strong>jó llevar por <strong>el</strong> c<strong>el</strong>o r<strong>el</strong>igioso, no sólo<br />

contribuyendo a la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> la Mezquita, casi doblando su tamaño,<br />

sino también quemando personalmente “los libros filosóficos y<br />

materialistas <strong>de</strong> la biblioteca que Hakam II había reunido”, y<br />

persiguiendo a “cuantos se ocupaban <strong>de</strong> la filosofía o se entretenían en<br />

disputas r<strong>el</strong>igiosas.” Al astrólogo que predijo <strong>el</strong> fin <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>río, le<br />

con<strong>de</strong>nó a morir crucificado <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberle arrancado la lengua.<br />

Con<strong>de</strong>nó a los azotes, encarc<strong>el</strong>ó y finalmente expulsó d<strong>el</strong> reino a un<br />

poeta que habló <strong>de</strong> él en sentido peyorativo.<br />

Varias conclusiones pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>rivarse <strong>de</strong> estos comportamientos<br />

<strong>de</strong> los dirigentes musulmanes. En primer lugar, sus aberraciones o<br />

excesos no disminuyen la gloria <strong>de</strong> la cultura <strong>de</strong> aqu<strong>el</strong>la época. Sin<br />

embargo, hay que recordar que <strong>el</strong> <strong>el</strong>emento salvaje <strong>de</strong> las tribus<br />

nómadas permanecía en gran parte intacto. <strong>La</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> los califas<br />

ilustrados y refinadamente civilizados <strong>de</strong>be ser revisada. Los<br />

10 López JE, Briceño-Iragorry L


<strong>Médicina</strong> <strong>Árabe</strong> I. <strong>La</strong> <strong>cirugía</strong>, <strong>Abulcasis</strong> y <strong>el</strong> Tasrif<br />

historiadores que <strong>de</strong>nigran a Cisneros por la quema <strong>de</strong> libros <strong>de</strong> magia<br />

a raíz <strong>de</strong> la conquista <strong>de</strong> Granada, pasan por alto como un <strong>de</strong>talle sin<br />

importancia la quema <strong>de</strong> libros filosóficos por Almanzor.<br />

Otro punto a consi<strong>de</strong>rar es <strong>el</strong> gobierno benigno que con frecuencia<br />

se ha atribuido a los dirigentes musulmanes. En realidad, era un<br />

gobierno opresivo y dictatorial, dictado por las frecuentes<br />

conspiraciones, traiciones y odios inter tribales. Los enemigos internos<br />

no eran los cristianos, ni los judíos, ni los renegados. Eran los mismos<br />

árabes que nunca cesaron en las hostilida<strong>de</strong>s y enemista<strong>de</strong>s que<br />

produjeron una violencia y un temor constantes. Los califas <strong>de</strong>bieron<br />

ro<strong>de</strong>arse <strong>de</strong> una guardia pretoriana <strong>de</strong> extranjeros, muchos <strong>de</strong> <strong>el</strong>los<br />

comprados por merca<strong>de</strong>res judíos en las costas d<strong>el</strong> Mar Negro y en las<br />

riberas d<strong>el</strong> Mediterráneo. Llamados “eslavos” fueron odiados por<br />

todos, pero cumplieron su cometido <strong>de</strong> mantener la seguridad d<strong>el</strong><br />

Estado.<br />

LA MEDICINA ÁRABE EN EL MEDIOEVO (6)<br />

Antes <strong>de</strong> surgir a la historia, la medicina musulmana era empírica<br />

y teúrgica propia <strong>de</strong> los primitivos, con débiles influencias <strong>de</strong> la más<br />

avanzada <strong>de</strong> los judíos y cristianos. El primer médico <strong>de</strong> raza que se<br />

recuerda, cristiano <strong>de</strong> r<strong>el</strong>igión fue Harets ben Kaladah (7), al principio<br />

d<strong>el</strong> siglo VII, que influye sobre Mahoma, sobre todo en consejos<br />

higiénicos que aparecen en <strong>el</strong> Corán.<br />

A la medicina árabe, pue<strong>de</strong>n anotárs<strong>el</strong>e tres períodos a saber: <strong>el</strong><br />

<strong>de</strong> las traducciones (650-900), <strong>el</strong> <strong>de</strong> la plenitud (900-1250) y <strong>el</strong> <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia (<strong>de</strong> 1250 en ad<strong>el</strong>ante).<br />

Una <strong>de</strong> las primeras traducciones al árabe fueron las Pan<strong>de</strong>ctas<br />

(8), d<strong>el</strong> presbítero Ahron. Siendo <strong>el</strong> más culto <strong>de</strong> los traductores<br />

Hunain ibn Isaac (<strong>el</strong> Johannitius latino, 809-873) (9), sirio que<br />

dominaba <strong>el</strong> griego y <strong>el</strong> árabe a perfección a diferencia <strong>de</strong> sus<br />

pre<strong>de</strong>cesores. Sus traducciones fueron exc<strong>el</strong>entes, las cuales abarcaban<br />

a<strong>de</strong>más la medicina, la filosofía y las ciencias griegas.<br />

Algunos <strong>de</strong> los traductores produjeron ya obras <strong>de</strong> su propia<br />

cosecha; es <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong> siglo IX hasta <strong>el</strong> XII cuando se suce<strong>de</strong>n los más<br />

Briceño-Iragorry L 11


Colección Razetti. Volumen V.<br />

gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>st<strong>el</strong>los <strong>de</strong> la medicina <strong>de</strong>nominándose <strong>el</strong> período áureo,<br />

cuando los médicos musulmanes dan su más abundante contribución<br />

personal a la medicina mediterránea. Entonces su labor principal no<br />

es traducir, sino interpretar y exponer en árabe <strong>el</strong> saber <strong>de</strong> los griegos;<br />

y mientras lo hacen le agregan lo que han tomado <strong>de</strong> los persas y los<br />

indostánicos, a la vez que sus propias observaciones y experiencias.<br />

Es éste <strong>el</strong> período <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s nombres árabes: Rhazes, Haly-<br />

Abbas, Avicena, Abulcasin, Averroes, Abenzoar y Maimóni<strong>de</strong>s.<br />

En <strong>el</strong> siglo XIII, termina la dominación árabe en <strong>el</strong> mundo<br />

islámico, sus dos mayores capitales, Córdoba y Bagdad, caen en po<strong>de</strong>r<br />

<strong>de</strong> otros conquistadores: la primera es ocupada por Fernando II <strong>de</strong><br />

Castilla <strong>el</strong> 1237; la segunda es saqueada por los mogoles <strong>el</strong> 1258. la<br />

medicina así como las otras artes árabes, <strong>de</strong>caerán y se estancarán en<br />

calidad <strong>de</strong> saber popular, como mera tradición escrita y hablada.<br />

Los árabes fueron galenistas a ultranza. Fue una medicina<br />

científica. Como los prejuicios r<strong>el</strong>igiosos no les permiten las autopsias<br />

<strong>de</strong> cadáveres humanos, no ad<strong>el</strong>antan nada en anatomía, salvo corregir<br />

dos errores galénicos: <strong>el</strong> <strong>de</strong> duplicar <strong>el</strong> maxilar inferior y la<br />

multiplicidad d<strong>el</strong> sacro, hasta cuando <strong>el</strong> médico árabe-egipcio Abd-<strong>el</strong>-<br />

Letif (1162-1231) (6), que pudo estudiar esqu<strong>el</strong>etos, <strong>de</strong>mostrando la<br />

unión <strong>de</strong> estos. Reconocieron <strong>el</strong> valor <strong>de</strong> la anatomía, a la cual le<br />

<strong>de</strong>dicaron no sólo libros o capítulos en sus tratados <strong>de</strong> medicina.<br />

Así tampoco avanzó la fisiología, que siguió siendo galénica,<br />

excepto por la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> la circulación menor por Ibn-al-Nafis<br />

(10), en un comentario escrito en El Cairo sobre <strong>el</strong> Canon <strong>de</strong> Avicena,<br />

don<strong>de</strong> <strong>de</strong>scribe con suficiente claridad la circulación pulmonar, hecho<br />

que no causó repercusión en Occi<strong>de</strong>nte, ni siquiera en <strong>el</strong> Oriente.<br />

En patología general todo siguió como lo habían <strong>de</strong>scrito<br />

Hipócrates y Galeno, solamente un vi<strong>de</strong>nte médico, como Naim-ed-<br />

Dín ibn <strong>el</strong>-<strong>La</strong>boudi (11), pensó que solamente uno <strong>de</strong> los humores, la<br />

sangre, era fundamental para la existencia y <strong>de</strong>fensa d<strong>el</strong> organismo.<br />

En patología <strong>de</strong>scriptiva se hizo apreciables progresos, tanto<br />

fisiopatológicos como clínicos, pues los árabes sobresalieron como<br />

finos observadores y or<strong>de</strong>nadores, y supieron aprovechar las<br />

12 López JE, Briceño-Iragorry L


<strong>Médicina</strong> <strong>Árabe</strong> I. <strong>La</strong> <strong>cirugía</strong>, <strong>Abulcasis</strong> y <strong>el</strong> Tasrif<br />

Figura 1.4. Primera página d<strong>el</strong> Tratado <strong>de</strong> Ibn-<strong>el</strong>-Nafis (1210-1288).<br />

oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sus numerosos y bien organizados hospitales, recursos<br />

<strong>de</strong> que no dispusieron los griegos. Gran<strong>de</strong>s avances observamos en<br />

semiología y nosografía como fueron:<br />

1. Rhazes (12) (865-925, persa) interpreta la fiebre como síntoma<br />

que d<strong>el</strong>ata <strong>el</strong> esfuerzo d<strong>el</strong> organismo contra <strong>el</strong> agente morbígeno<br />

y ocurre en diversas enfermeda<strong>de</strong>s. Diferencia la viru<strong>el</strong>a d<strong>el</strong><br />

sarampión y <strong>de</strong>más exantemas en que venía confundida; <strong>de</strong>scribe<br />

la espina ventosa, la filaria cutánea. Su fama se difundió<br />

sobre todo por su obra enciclopédica <strong>de</strong> la medicina llamada <strong>el</strong>-<br />

Hawi, Continens en su traducción latina, obra póstuma recopilada<br />

por sus discípulos. Rhazes fue <strong>el</strong> gran clínico d<strong>el</strong> Islam. Rechazó<br />

la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que las enfermeda<strong>de</strong>s podían diagnosticarse mirando<br />

sólo la orina.<br />

Briceño-Iragorry L 13


Colección Razetti. Volumen V.<br />

Figura 1.5. Tapa d<strong>el</strong> famoso libro <strong>de</strong> Rhazes.<br />

2. Avicena (13) (980-1037, persa), <strong>de</strong>scribe la meningitis, mejora<br />

la <strong>de</strong>scripción e interpretación <strong>de</strong> la hemiplejia y otras parálisis;<br />

diferencia la pleuresía <strong>de</strong> la mialgia intercostal <strong>de</strong> la mediatinitis<br />

y d<strong>el</strong> absceso suprahepático; da fuerte impulso al estudio <strong>de</strong> las<br />

afecciones d<strong>el</strong> hígado: semiótica, repercusión sobre otros<br />

órganos, funciones, humores, excretas; la ictericia; <strong>de</strong>scribió la<br />

úlcera péptica y la estenosis pilórica.<br />

3. Avenzoar (14) (1073-1162, hispanoárabe), <strong>de</strong>scribió <strong>el</strong> cáncer<br />

<strong>de</strong> estómago, la pericarditis, <strong>el</strong> absceso d<strong>el</strong> mediastino, la verruga<br />

senil; atribuyó la sarna a un pequeño animal (<strong>el</strong> hoy llamado<br />

acaro). Su padre habló d<strong>el</strong> pneumotórax espontáneo. Escribió<br />

tres obras: un tratado <strong>de</strong> terapéutica e higiene, un tratado <strong>de</strong><br />

dietética y <strong>el</strong> libro que facilita la terapéutica y la dieta, redactado<br />

a petición <strong>de</strong> Averroes.<br />

14 López JE, Briceño-Iragorry L


Figura 1.6. Avicena en un s<strong>el</strong>lo polaco.<br />

<strong>Médicina</strong> <strong>Árabe</strong> I. <strong>La</strong> <strong>cirugía</strong>, <strong>Abulcasis</strong> y <strong>el</strong> Tasrif<br />

4. También figuran médicos árabes españoles como Ibn-al Kjatib<br />

e Ibn Khatima, que hablaron <strong>de</strong> la peste bubónica y su<br />

contagiosidad.<br />

5. Al-Faradi (Abu-l-Walid Abd Allah ibn Al-Faradi; Córdoba,<br />

962- id., 1013) Biógrafo andalusí. Fue cadí <strong>de</strong> Valencia y murió<br />

asesinado durante <strong>el</strong> saqueo <strong>de</strong> Córdoba por los bereberes.<br />

Escribió Historia <strong>de</strong> los sabios <strong>de</strong> al-Andalus, una obra importante<br />

para <strong>el</strong> conocimiento <strong>de</strong> la primera época <strong>de</strong> al-Andalus.<br />

Magnífico conocedor d<strong>el</strong> aristot<strong>el</strong>ismo y también <strong>de</strong> la medicina<br />

teórica. Según él, la medicina tiene, como todas las <strong>de</strong>más<br />

ciencias sus dos campos, una Ars activa y una Ars especulativa.<br />

Para probar su tesis, aporta nuevos argumentos. Dos cosas<br />

convirtieron según él <strong>el</strong> arte <strong>de</strong> la medicina en una ciencia; por<br />

un lado, los conocimientos médicos; por otro, esa fuerza formal<br />

que tiene que manifestarse actuando en la práctica. Así como la<br />

Briceño-Iragorry L 15


Colección Razetti. Volumen V.<br />

fuerza visual al unirse al ojo da origen a la visión, la teoría llega<br />

a cumplir la labor médica al unirse a su órgano, la mano.<br />

Concluye que <strong>el</strong> que no se guíe por esta regla y no quiere<br />

conformarse a <strong>el</strong>la, es igual que un hombre que quisiera leer un<br />

carbón <strong>de</strong> noche (15).<br />

LA CIRUGÍA ÁRABE<br />

<strong>La</strong> <strong>cirugía</strong> árabe es, por lo respecta a la historia <strong>de</strong> sus fuentes e<br />

influencias, <strong>el</strong> enlace orgánico entre la medicina escolástica y la<br />

antigüedad tardía. No sólo nos transmitió un repertorio quirúrgico<br />

polifacético, sino también una teoría <strong>de</strong> la <strong>cirugía</strong> que mantendría su<br />

vigencia durante siglos. Incluso una disciplina tan pragmática como<br />

ésta, tuvo que escindirse armónicamente en teoría y práctica. Dentro<br />

d<strong>el</strong> campo práctico, la intervención quirúrgica ocupa siempre <strong>el</strong><br />

último lugar. Previamente, un médico cuidadoso habrá agotado las<br />

posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la medicina; e incluso solamente hará uso <strong>de</strong> un<br />

medicamento inofensivo cuando hubiera agotado todas las<br />

posibilida<strong>de</strong>s que le ofrece la dietética.<br />

<strong>La</strong> influencia ejercida por la <strong>cirugía</strong> árabe sobre Rog<strong>el</strong>io <strong>de</strong><br />

Salerno (16), Guillermo <strong>de</strong> Saliceto y los glosarios d<strong>el</strong> sur <strong>de</strong> Francia<br />

(siglo XIII), es enorme, llegando hasta Henri <strong>de</strong> Mon<strong>de</strong>ville y Guy <strong>de</strong><br />

Chauliac. En la Chirurgia Magna <strong>de</strong> Chauliac, que constituiría la base<br />

<strong>de</strong> la <strong>cirugía</strong> europea durante siglos, encontramos entre unos 100<br />

autores, con un total <strong>de</strong> 3 000 citas, un gran predominio <strong>de</strong> los médicos<br />

árabes. También las escu<strong>el</strong>as <strong>de</strong> Padua y Pavía se hallan aún, en torno<br />

a 1250, bajo la total influencia <strong>de</strong> los árabes especialmente con Bruno<br />

<strong>de</strong> Longoburgo y Guillermo <strong>de</strong> Saliceto (17).<br />

Pero con la <strong>cirugía</strong> árabe no se transmitieron únicamente las<br />

gran<strong>de</strong>s partes esenciales <strong>de</strong> la anatomía y fisiología, sino también<br />

numerosas especialida<strong>de</strong>s clínicas, empezando por la obstetricia y<br />

siguiendo por la oftalmología y la otología hasta llegar a la odontología.<br />

Métodos <strong>de</strong> cauterización. Desterraron los prejuicios que consi<strong>de</strong>raban<br />

que la disección d<strong>el</strong> cuerpo humano impurificaba al musulmán, que la<br />

tradición carácter exclusivamente receptivo y que no aportó beneficio<br />

16 López JE, Briceño-Iragorry L


<strong>Médicina</strong> <strong>Árabe</strong> I. <strong>La</strong> <strong>cirugía</strong>, <strong>Abulcasis</strong> y <strong>el</strong> Tasrif<br />

alguno al progreso científico. Investigaciones mo<strong>de</strong>rnas han <strong>de</strong>stacado<br />

<strong>el</strong> hecho <strong>de</strong> que los árabes tuvieron un conocimiento <strong>de</strong> la medicina<br />

antigua muy superior al <strong>de</strong> los humanistas, e incluso al nuestro.<br />

Figura 1.7. Rog<strong>el</strong>io <strong>de</strong> Salerno. Figura 1.8.<br />

Figura 1.9. Guy <strong>de</strong> Chauliac.<br />

Briceño-Iragorry L 17


Colección Razetti. Volumen V.<br />

<strong>La</strong> <strong>cirugía</strong> recibió la atención <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las más exc<strong>el</strong>sas<br />

personalida<strong>de</strong>s médicas árabes, <strong>el</strong> español Abulcasim, (Abul-Qasim<br />

Kjalet ibn Abbas al-Zahrrui) nacido en Zhara, cerca <strong>de</strong> Córdoba, tal<br />

vez <strong>el</strong> 912 y muerto en 1013. Fue conocido por varios nombres:<br />

<strong>Abulcasis</strong>, Albucasis, Alsahravius, Ben Abasarem. Pero <strong>el</strong> autor <strong>de</strong><br />

Al-Tasrif es uno mismo, Abulcasim, <strong>el</strong> <strong>de</strong> Zahra, hijo <strong>de</strong> Abbas (18).<br />

Padre <strong>de</strong> la <strong>cirugía</strong> mo<strong>de</strong>rna. <strong>La</strong> fama le llegó tras escribir una vasta<br />

enciclopedia médica, en treinta volúmenes o tratados, don<strong>de</strong> no solo<br />

recopilaba todo <strong>el</strong> conocimiento médico, farmacéutico y <strong>de</strong> <strong>cirugía</strong> <strong>de</strong><br />

la época, sino que, a<strong>de</strong>más, hacia importantes aportaciones creando<br />

instrumental y procedimiento quirúrgicos. Estudió la anatomía como<br />

base sistemática <strong>de</strong> la <strong>cirugía</strong>.<br />

Figura 1.10. Abulcasim.<br />

Nació como dijimos en las afueras <strong>de</strong> Córdoba, en la época <strong>de</strong> los<br />

Omeyas, en <strong>el</strong> califato fundado por Ab<strong>de</strong>rramán III, llamado El<br />

Conquistador. Este Califa hizo posible en Al-Andalus <strong>el</strong> nacimiento<br />

<strong>de</strong> un foco int<strong>el</strong>ectual (filosófico, científico y médico) equiparable al<br />

18 López JE, Briceño-Iragorry L


<strong>Médicina</strong> <strong>Árabe</strong> I. <strong>La</strong> <strong>cirugía</strong>, <strong>Abulcasis</strong> y <strong>el</strong> Tasrif<br />

<strong>de</strong> Bagdad. En su época florecieron en Córdoba las madrazas, edificios<br />

<strong>de</strong>stinados a la enseñanza superior, sobre todo <strong>de</strong> las ciencias r<strong>el</strong>igiosas<br />

y la jurispru<strong>de</strong>ncia. Se articulaban en torno a un patio al cual se abrían<br />

cuatro gran<strong>de</strong>s salas o iwuanes, y sobre <strong>el</strong> que daban las habitaciones<br />

<strong>de</strong> los estudiantes. También creo la Escu<strong>el</strong>a <strong>de</strong> traductores <strong>de</strong> Córdoba.<br />

El sucesor <strong>de</strong> Ab<strong>de</strong>rramán III fue a-Hakam II, rey erudito que creo una<br />

biblioteca <strong>de</strong> más <strong>de</strong> cuatrocientos mil volúmenes. <strong>Abulcasis</strong> trabajaba<br />

en esa escu<strong>el</strong>a <strong>de</strong> traductores y también era profesor en las madrazas<br />

y trabajaba en los maristanes (hospitales).<br />

El gran manual al-Tasrif (19), que significa Disposición, presenta<br />

junto a <strong>el</strong>ementos <strong>de</strong> la <strong>cirugía</strong> clásica tardía, numerosas aportaciones<br />

propias. Esta obra <strong>de</strong> <strong>Abulcasis</strong> se transmitió en varias versiones,<br />

latinas y árabes, siendo la primera traducción al latín por Gerardo <strong>de</strong><br />

Cremona en la edad Media (20).<br />

De las fuentes clásicas <strong>de</strong> don<strong>de</strong> obtuvo su información, valora<br />

sobre todo a Oribasio (21) y Pablo <strong>de</strong> Egina (22) y <strong>de</strong> las fuentes indias<br />

d<strong>el</strong> famoso Susrutha (23). <strong>La</strong> obra tiene un primera parte <strong>de</strong> 56<br />

capítulos <strong>de</strong>dicados a la cauterización, <strong>de</strong> la que precisa que no es más<br />

que una última ratio. Los 99 capítulos restantes <strong>de</strong> la segunda parte<br />

tratan las enfermeda<strong>de</strong>s quirúrgicas obstétricas y las operaciones; la<br />

tercera parte se ocupa <strong>de</strong> las fracturas y luxaciones. Existe un anexo<br />

don<strong>de</strong> trata <strong>de</strong> la obesidad mórbida.<br />

Este manual <strong>de</strong> <strong>cirugía</strong> se plantea en primer término la cuestión<br />

<strong>de</strong> que porque no existen cirujanos hábiles: .<br />

.<br />

Briceño-Iragorry L 19


Colección Razetti. Volumen V.<br />

Figura 1.11. Al-Tasrif y los instrumentos.<br />

Planteado esta cuestión, estudia sistemáticamente la <strong>cirugía</strong> en<br />

sus partes teórica y práctica. Se menciona la coagulación <strong>de</strong> la sangre,<br />

la ligadura <strong>de</strong> las arterias, la compresión, la utilidad d<strong>el</strong> frío y <strong>de</strong><br />

estípticos vegetales para operaciones incruentas. Ya mencionamos la<br />

cauterización y su importancia, señalando varios puntos <strong>de</strong><br />

cauterización similares a las noxas <strong>de</strong> los antiguos chinos. Para luchar<br />

20 López JE, Briceño-Iragorry L


<strong>Médicina</strong> <strong>Árabe</strong> I. <strong>La</strong> <strong>cirugía</strong>, <strong>Abulcasis</strong> y <strong>el</strong> Tasrif<br />

contra <strong>el</strong> dolor se utilizan a<strong>de</strong>más d<strong>el</strong> cauterio <strong>el</strong> frío y la compresión,<br />

esponjas somníferas impregnadas con opio, mandrágora o hiosciamo.<br />

.<br />

<strong>La</strong> técnica <strong>de</strong> la suturación se consi<strong>de</strong>ra también, junto a una<br />

complicada técnica <strong>de</strong> colocación <strong>de</strong> apósitos. Describe en su instrumental,<br />

tenazas trépanos, sondas, bisturís, termocauterios, lancetas o<br />

espéculos, que dominaron <strong>el</strong> campo operativo hasta entrado <strong>el</strong> siglo<br />

XVIII. Los enemas alimenticios se aplicaban por medio <strong>de</strong> una vejiga<br />

<strong>de</strong> animal, a la que se adaptaba un tubito <strong>de</strong> plata.<br />

<strong>Abulcasis</strong> <strong>de</strong>scribe la sutura conocida como catgut siguiendo<br />

métodos indios, para las heridas intestinales. Conoce la litotomía en<br />

posición <strong>de</strong> trend<strong>el</strong>enburg; un tratamiento <strong>de</strong> las várices por medio <strong>de</strong><br />

la escisión, en pequeños cortes, <strong>el</strong> acolchado <strong>de</strong> las férulas y <strong>el</strong> vendaje<br />

fenestrado para fracturas complicadas. En <strong>el</strong> caso <strong>de</strong> roturas d<strong>el</strong> arco<br />

pubiano se introducía una vejiga <strong>de</strong> cor<strong>de</strong>ro por la vagina, a fin <strong>de</strong><br />

levantar los fragmentos, soplando <strong>de</strong>spués.<br />


Colección Razetti. Volumen V.<br />

<strong>de</strong>ja que la sangre espesa escape totalmente, ayudándola con la mano<br />

o algún instrumento; sin embargo, si tropieza con alguna hemorragia<br />

<strong>de</strong> una arteria o vena seccionadas, hay que quemarlas hasta conseguir<br />

la hemostasis y curarlo <strong>de</strong>spués con medios médicos y Dios es <strong>el</strong> que<br />

da <strong>el</strong> alivio…> (18).<br />

¿No da la impresión <strong>de</strong> que <strong>Abulcasis</strong>, podría haber sido cirujano<br />

d<strong>el</strong> siglo XX y no d<strong>el</strong> siglo X? porque la <strong>cirugía</strong> mo<strong>de</strong>rna, no ha<br />

ad<strong>el</strong>antado mucho más. Expresó claramente que <strong>el</strong> cáncer viejo y<br />

voluminoso es incurable, contrariamente al reciente, pequeño pue<strong>de</strong><br />

ser susceptible <strong>de</strong> curación. A<strong>de</strong>más <strong>el</strong> empeño <strong>de</strong> extirparlo con la<br />

pi<strong>el</strong>. Otro punto interesante es <strong>de</strong>jar que la sangre gruesa escape hasta<br />

que no que<strong>de</strong> nada en <strong>el</strong> tejido o <strong>de</strong> la sustancia cancerosa, como si<br />

hubiera conocido <strong>de</strong> las metástasis <strong>de</strong> los tumores malignos.<br />

Su libro sobre la ginecología y la obstetricia merece la atención.<br />

Esta última estaba encomendada a comadronas bien adiestradas. <strong>La</strong><br />

ginecología antigua fue traducida conjuntamente con la <strong>cirugía</strong> en<br />

todos los manuales. En un aparte indica que para favorecer <strong>el</strong> parto es<br />

mejor colocar a la mujer colgada verticalmente; <strong>de</strong>scribe, <strong>de</strong> acuerdo<br />

con los autores clásicos, lazos para extraer <strong>el</strong> niño así como numerosos<br />

instrumentos obstétricos nuevos. Entre <strong>el</strong>los tenazas con cucharas<br />

cruzadas (fórceps) que poseen casi la forma circular <strong>de</strong> la cabeza.<br />

En <strong>el</strong> campo <strong>de</strong> la oftalmología aparecen interesantes trabajos <strong>de</strong><br />

los oculistas árabes. <strong>La</strong> gran tradición oftalmológica árabe comienza<br />

con Hunayn bn Isaac, hacia 860 en Bagdad con sus Diez libros sobre<br />

los ojos, y otro como Ali bn’Isa (24). Habla <strong>de</strong> la <strong>cirugía</strong> <strong>de</strong> la catarata<br />

mediante los antiguos sistemas <strong>de</strong> <strong>de</strong>presión; los oculistas árabes<br />

utilizaron la operación radical mediante succión con un trocar metálico.<br />

Describen los parásitos animales <strong>de</strong> los ojos, como los piojos <strong>de</strong> los<br />

párpados y los oxiuros.<br />

Abul Qasim practicó la traqueotomía. Fue <strong>el</strong> primero en escribir<br />

sobre <strong>el</strong> tratamiento <strong>de</strong> las <strong>de</strong>formida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la boca y arcos <strong>de</strong>ntarios<br />

y en dar una <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> los instrumentos quirúrgicos, y por en<strong>de</strong>,<br />

suturas con hilo <strong>de</strong> seda.<br />

22 López JE, Briceño-Iragorry L


Figura 1.12. Tratamiento <strong>de</strong> las lesiones <strong>de</strong> columna.<br />

<strong>Médicina</strong> <strong>Árabe</strong> I. <strong>La</strong> <strong>cirugía</strong>, <strong>Abulcasis</strong> y <strong>el</strong> Tasrif<br />

En un aparte d<strong>el</strong> libro habla <strong>de</strong> la hidrocefalia y su tratamiento<br />

(25). Sobre <strong>el</strong> tratamiento <strong>de</strong> las lesiones <strong>de</strong> la columna, en <strong>el</strong> mismo<br />

tomo (Cirugía II folio 76v) (26).<br />

Recomendó la <strong>cirugía</strong> y dice . <strong>La</strong> <strong>cirugía</strong> cae<br />

en manos <strong>de</strong> los barberos a raíz d<strong>el</strong> <strong>de</strong>creto <strong>de</strong> la Iglesia prohibiendo<br />

al clero practicarla (27).<br />

Figura 1.13. Tratamiento con ortigas.<br />

Briceño-Iragorry L 23


Colección Razetti. Volumen V.<br />

Figura 1.14. Cauterización <strong>de</strong> dolor <strong>de</strong> mu<strong>el</strong>as.<br />

Figura 1.15. <strong>La</strong> oftalmología.<br />

REFERENCIAS<br />

1. http://es.wikipedia.org/wiki/witiza<br />

2. http://es.wikipedia.org/wiki/rodrigo<br />

3. http://es.wikipedia.org/wiki/T%C3%A1riq_ibn_ziyad<br />

24 López JE, Briceño-Iragorry L


<strong>Médicina</strong> <strong>Árabe</strong> I. <strong>La</strong> <strong>cirugía</strong>, <strong>Abulcasis</strong> y <strong>el</strong> Tasrif<br />

4. http://es.wikipedia.org/wiki/ab<strong>de</strong>rram%C3%Aln_III<br />

5. http://es.wikipedis.org/wiki/almanzor<br />

6. http://www.compumedicina.com:80/artic.php?art=historia/hm_280800.htm<br />

7. http://www.worldwi<strong>de</strong>school.org/library/books/sci/history/<br />

AhistoryofsciencevolumeII/chap4.html<br />

8. http://enciclopepedia.us.es/in<strong>de</strong>x.php/leyes_<strong>de</strong>_Roma<br />

9. http://www.bookrags.com/research/hunay-ibn-ishaq-johannitius-scit-0212/<br />

10. http://es.wikipedia.org/wiki/lbn_nafis<br />

11. Custom, Ch. Greene: An introduction to the history of Medicine, pp 19. Alfred A.<br />

Knopf Ed, New York, 1926<br />

12. http://es.wikipedia.org/wiki/Al-razi<br />

13. http://es.wikipedia.org/wiki/avicena<br />

14. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/avenzoar.htm<br />

15. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/f/faradi.htm<br />

16. http://html.rincond<strong>el</strong> vago.com/cirugia_traumatologia_ortopedia.html<br />

17. http://www.urologiaaldia.com/historia/cronologia/mundial/siglo10.asp<br />

18. Zuñiga Cisneros M. Historia <strong>de</strong> la Medicina pp400. Ediciones EDIME, Caracas-<br />

Madrid, 1960<br />

19. Alminar <strong>de</strong> la Medicina <strong>Árabe</strong>, por William Nimeh pp69. Imporenta garate Rep <strong>de</strong><br />

Cuba 72<br />

20. www.seclaendosurgery.com/saclan11/edit.htm<br />

21. http://www.car<strong>de</strong>nashistoriamedicina.net/capitulos/es-cap5-3.htm<br />

22. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/pablo_<strong>de</strong>_egina.htm<br />

23. http://en.wikipedia.org/wiki/susrutha<br />

Briceño-Iragorry L 25

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!