Reflexiones para una semana de misión - Salesianos Uruguay
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<strong>una</strong> injusticia en la tierra me <strong>de</strong>cidiera a tirarles un banquito, no alcanzarían los carpinteros <strong>de</strong><br />
todo el universo <strong>para</strong> abastecerme <strong>de</strong> proyectiles. No m’hijo. No. Hay que tener mucho cuidado<br />
con ponerse mis anteojos, si no se está bien seguro <strong>de</strong> tener también mi corazón. Sólo tiene<br />
<strong>de</strong>recho a juzgar, el que tiene el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> salvar.<br />
Oración final (salmo 138)<br />
-Volvete ahora a la tierra. Y en penitencia, durante<br />
cinco años rezá todo los días esta jaculatoria:<br />
"Jesús, manso y humil<strong>de</strong> <strong>de</strong> corazón dame<br />
un corazón semejante al tuyo".<br />
Y el hombre se <strong>de</strong>spertó todo transpirado, observando<br />
por la ventana entreabierta que el sol<br />
ya había salido y que afuera cantaban los pajaritos.<br />
Hay historias que parecen sueños. Y sueños que<br />
podrían cambiar la historia.<br />
Consignas <strong>para</strong> el trabajo individual, y <strong>para</strong> ser<br />
compartido en grupitos.<br />
Antes <strong>de</strong> ponerte a pensar, hacele un espacio<br />
a Jesús, repitiendo varias veces y lentamente<br />
la oración que le “enseñó” Dios al<br />
protagonista:<br />
"Jesús, manso y humil<strong>de</strong> <strong>de</strong> corazón dame un<br />
corazón semejante al tuyo".<br />
¿Te ha sucedido alg<strong>una</strong> vez <strong>una</strong> situación<br />
semejante a la <strong>de</strong>l protagonista?<br />
Jesús nos advierte sobre "ver la pelusa en el<br />
ojo ajeno y no la viga en el propio". ¿Qué<br />
<strong>de</strong>stacarías <strong>de</strong> la mirada <strong>de</strong> Dios?<br />
¿Cómo es tu mirada sobre los que te ro<strong>de</strong>an<br />
y sobre el mundo? ¿Positiva, esperanzada,<br />
solidaria, compasiva...?<br />
Convocados todos juntos al finalizar, se pue<strong>de</strong><br />
hacer un canto (el inicial) y rezar el salmo 138.<br />
Señor, tú me son<strong>de</strong>as y me conoces,<br />
tú sabes si me siento o me levanto;<br />
<strong>de</strong> lejos percibes lo que pienso,<br />
te das cuenta si camino o si <strong>de</strong>scanso,<br />
y todos mis pasos te son familiares.<br />
Antes que la palabra esté en mi lengua,<br />
tú, Señor, la conoces plenamente;<br />
me ro<strong>de</strong>as por <strong>de</strong>trás y por <strong>de</strong>lante<br />
y tienes puesta tu mano sobre mí;<br />
<strong>una</strong> ciencia tan admirable me sobrepasa:<br />
es tan alta que no puedo alcanzarla.<br />
¿A dón<strong>de</strong> iré <strong>para</strong> estar lejos <strong>de</strong> tu espíritu?<br />
¿A dón<strong>de</strong> huiré <strong>de</strong> tu presencia?<br />
Si subo al cielo, allí estás tú;<br />
si me tiendo en el Abismo, estás presente.<br />
Si tomara las alas <strong>de</strong> la aurora<br />
y fuera a habitar en los confines <strong>de</strong>l mar,<br />
también allí me llevaría tu mano<br />
y me sostendría tu <strong>de</strong>recha.<br />
Si dijera: “¡Que me cubran las tinieblas<br />
y la luz sea como la noche a mi alre<strong>de</strong>dor!”,<br />
las tinieblas no serían oscuras <strong>para</strong> ti<br />
y la noche sería clara como el día.<br />
Tú creaste mis entrañas,<br />
me plasmaste en el seno <strong>de</strong> mi madre:<br />
te doy gracias porque fui formado<br />
<strong>de</strong> manera tan admirable.<br />
¡Qué maravillosas son tus obras!<br />
Tú conocías hasta el fondo <strong>de</strong> mi alma<br />
y nada <strong>de</strong> mi ser se te ocultaba,<br />
cuando yo era formado en lo secreto,<br />
cuando era tejido en lo profundo <strong>de</strong> la tierra.<br />
Tus ojos ya veían mis acciones,<br />
todas ellas estaban en tu Libro;<br />
mis días estaban escritos y señalados,<br />
antes que uno solo <strong>de</strong> ellos existiera.<br />
¡Qué difíciles son <strong>para</strong> mí tus <strong>de</strong>signios!<br />
¡Y qué inmenso, Dios mío, es el conjunto <strong>de</strong> ellos!<br />
Si me pongo a contarlos, son más que la arena;<br />
y si terminara <strong>de</strong> hacerlo,<br />
aún entonces seguiría a tu lado.