Por Que Tanto Sufrir.pdf - Iglesia Reformada
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ADRIAN J. MOGGRÉ<br />
senta a sus hermanos, reconoce abiertamente: “Dios me<br />
envió delante de vosotros”; y un par de versículos después,<br />
leemos esta su propia observación: “Así, pues, no<br />
me enviasteis acá vosotros, sino Dios” (Gn. 45:8). El SEÑOR<br />
lo hizo, y los hermanos lo hicieron. Lo uno es verdad y<br />
lo otro también es verdad; y ahí lo deja la Palabra de<br />
Dios. Hablar aquí de dos líneas, me parece extraño. Dios<br />
no revela líneas de actuación, sino que en la Biblia Él<br />
se da a conocer a sí mismo y también sus obras. En la<br />
historia de José no obtenemos una posterior explicación<br />
o exégesis sobre la relación de su gobierno y los hechos<br />
de los hombres; y ¿quién somos nosotros para que no<br />
lo respetemos? Será preciso aceptar ambas cosas, y permanecer<br />
creyéndolas por fe.<br />
En los acontecimientos en torno a la cruz de Jesús y<br />
en las posteriores alusiones a la misma, volvemos a encontrarnos<br />
con ambas cosas. Los evangelistas relatan<br />
detalladamente la actuación enemiga de los líderes judíos<br />
contra el Señor. Los cuatro se esfuerzan en expresar<br />
con detalle el apresamiento, condena y crucifixión<br />
de Jesús. De forma clara revelan el papel maligno que<br />
en ello desempeñaron los fariseos y los escribas. Estos<br />
hombres buscaron conscientemente la muerte de Jesús,<br />
hicieron planes para quitarlo de en medio, se valieron<br />
de Judas y a Pilato le exigieron la sangre del Nazareno.<br />
Ellos lo hicieron.<br />
<strong>Por</strong> eso, en Pentecostés, la acusación del apóstol Pedro<br />
va dirigida con toda justicia en su dirección: “Vosotros<br />
israelitas,..., prendisteis y matasteis (a Jesús) por manos<br />
de inicuos, crucificándole...); y un poco más adelante Pedro<br />
vuelve a este asunto, y repite con toda energía: “...a este<br />
Jesús a quien vosotros crucificasteis...” (Hch. 2:23 y 36).<br />
SUFRIR 63<br />
18/07/2001, 23:16<br />
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