Nº 30 - Casa de Cadiar
Nº 30 - Casa de Cadiar
Nº 30 - Casa de Cadiar
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La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />
CÁDIAR<br />
CÁDIAR<br />
YÁTOR Y NARILA<br />
Núm. <strong>30</strong> cadiar@eresmas.com Mayo 2008<br />
PÁG. 3:<br />
EL MILAGRO DE<br />
LA SEDA<br />
PÁG. 4:<br />
TEORÍA DE LA<br />
MALA FOLLÁ<br />
PÁG. 7:<br />
SOBRE LA FIESTA<br />
DE SAN BLAS<br />
PÁG. 8:<br />
ISABEL OLVERA<br />
CONCURSO DE<br />
RELATOS<br />
PÁG. 9:<br />
LEONOR DE<br />
ESTRAPERLO<br />
PÁG. 10:<br />
COMERSE LA<br />
TIERRA<br />
PÁG. 11:<br />
DESALADORAS<br />
MARINAS<br />
PÁG. 13:<br />
AVISTA DE<br />
PÁJARO: LA<br />
MUERTE<br />
COSAS DE NUESTRO PUEBLO CONTADAS POR GENTE DE NUESTRO PUEBLO
Núm. <strong>30</strong> · Mayo 2008<br />
Depósito Legal GR- 1655-2003<br />
Edita: Asociación Cultural “<strong>Casa</strong> <strong>de</strong> Cádiar”<br />
Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Asociación Mauricio Luque<br />
Coordinación y Selección <strong>de</strong> artículos José Fco. Álvarez<br />
Asesor Santiago Alcázar<br />
Diseño y composición José A. Rodríguez y José Jiménez<br />
Documentalista A. Ceballos y F. G. Val<strong>de</strong>arenas<br />
Página web Andrés Jiménez y Aca<strong>de</strong>mia Salvador (en construcción)<br />
Impresión Entorno Gráfico<br />
2<br />
HOTEL RESTAURANTE<br />
TODO TIPO DE CELEBRACIONES<br />
C/. Real, 21 (junto a la iglesia)<br />
Telf/Fax 958 768 064<br />
La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />
CÁDIAR<br />
YÁTOR Y NARILA<br />
SUSCRIPCIÓN A LA REVISTA<br />
Ya son varios los lectores que se han suscrito a la<br />
revista. Todos éstos la recibirán en el buzón <strong>de</strong> su<br />
casa <strong>de</strong> forma preferente.<br />
El importe <strong>de</strong> la suscripción por las cuatro revistas<br />
anuales se ha establecido en 15 euros, con los que<br />
se cubrirán los gastos <strong>de</strong> gestión, envío y domiciliación<br />
bancaria, y aún quedará una pequeña ayuda<br />
para la revista.<br />
Los interesados en suscribirse <strong>de</strong>ben hacer una<br />
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<strong>de</strong> la “<strong>Casa</strong> <strong>de</strong> Cádiar”, avisando <strong>de</strong>l ingreso y<br />
enviando la dirección postal don<strong>de</strong> quiere recibir<br />
la revista a: cadiar@eresmas.com o bien por correo<br />
ordinario a mi domicilio, J. F. Alvarez, c/ Júpiter, 9,<br />
cp 18210, Peligros, Granada.<br />
Los criterios <strong>de</strong> distribución tendrán la siguiente<br />
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1. Suscriptores.<br />
2. Distribución a los patrocinadores y colaboradores<br />
3. En mano para los antiguos socios <strong>de</strong> la <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />
Cádiar, en los puntos <strong>de</strong> distribución conocidos.<br />
4. Distribución en el pueblo.<br />
Sólo se enviará por correo a los suscriptores.<br />
Esta revista se distribuye cuatro veces al año, coincidiendo<br />
con la celebración <strong>de</strong>:<br />
San Blas, día 3 <strong>de</strong> febrero.<br />
San Isidro, día 15 <strong>de</strong> mayo.<br />
La feria <strong>de</strong> agosto<br />
La feria <strong>de</strong> octubre
La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />
CÁDIAR<br />
YÁTOR Y NARILA<br />
A A<strong>de</strong>lina, Dolores, Carmela… y cuantas<br />
mozas <strong>de</strong>l pueblo supieron afrontar la<br />
vida con dos armas muy po<strong>de</strong>rosas: el<br />
trabajo y la alegría.<br />
Allá por el mes <strong>de</strong> mayo,<br />
cuando la vida se alegra<br />
y los pájaros pregonan<br />
que estamos en primavera;<br />
cuando insectos y orugas<br />
<strong>de</strong>l letargo se <strong>de</strong>spiertan<br />
y los otros animales<br />
sus miembros <strong>de</strong>sesperezan;<br />
cuando las plantas se visten<br />
con sus más hermosas prendas…<br />
el moral, por no ser menos,<br />
se incorpora a la fiesta.<br />
Es planta <strong>de</strong> recio porte,<br />
los rigores no le afectan<br />
<strong>de</strong>l inclemente invierno,<br />
ni pi<strong>de</strong>, aunque pudiera,<br />
para él la tierra fértil,<br />
con la orilla se contenta;<br />
pues sus robustas raíces<br />
en lo profundo se entierran,<br />
que así busca el sustento<br />
y el viento no lo doblega.<br />
Su ma<strong>de</strong>ra se utiliza<br />
en múltiples herramientas;<br />
resiste la humedad<br />
la intemperie e inclemencias:<br />
ebanistas, carpinteros<br />
y toneleros la aprecian.<br />
Si abundosas son sus ramas,<br />
más abundosas sus yemas,<br />
<strong>de</strong> las que brotan con brío<br />
hojas ver<strong>de</strong>s y morenas,<br />
esas que comen golosos<br />
los que elaboran la seda.<br />
Su fruto agridulzón<br />
como una jugosa fresa,<br />
<strong>de</strong>licia <strong>de</strong> los chiquillos<br />
en <strong>de</strong>sayuno o merienda:<br />
es la mora y tan oscura<br />
que más que mora es negra.<br />
Su interior es el refugio<br />
don<strong>de</strong> las aves sestean,<br />
tibio frescor en penumbra,<br />
hablando <strong>de</strong> amor y quejas.<br />
El moral tiene un pariente<br />
cuyo nombre es la morera,<br />
para adorno <strong>de</strong> jardines<br />
y planta <strong>de</strong> las acequias,<br />
vino <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l moral<br />
a vivir en estas tierras.<br />
El fruto es la mora blanca,<br />
a veces rosa o bermeja,<br />
las hojas menos rugosas<br />
que las <strong>de</strong>l moral se muestran,<br />
el tronco es más <strong>de</strong>lgado<br />
y la su figura esbelta.<br />
Morus nigra, morus alba<br />
EL MILAGRO DE LA SEDA<br />
los sabios los etiquetan,<br />
familia <strong>de</strong> las “moráceas”<br />
y <strong>de</strong> Persia por más señas.<br />
Como son primos hermanos,<br />
sus hojas son la <strong>de</strong>spensa<br />
<strong>de</strong> las voraces orugas<br />
<strong>de</strong> los gusanos <strong>de</strong> seda.<br />
Hay quien dice que el gusano<br />
que <strong>de</strong> moral se alimenta<br />
produce seda más basta<br />
que el que come <strong>de</strong> morera.<br />
Por nombre el Bómbix mori<br />
los estudiosos le cuelgan<br />
al insecto coleóptero<br />
con escamas y antenas,<br />
y sufre metamorfosis<br />
al cambiar su forma entera.<br />
¡Qué finolis y qué cultas<br />
las palabras <strong>de</strong> la Ciencia!<br />
Hubo un tiempo no lejano,<br />
sin Los Simpson, las novelas,<br />
internet, la playstation,<br />
el móvil y otras monsergas,<br />
en que los niños jugaban<br />
a diario en la plazuela.<br />
La infancia era tan pobre<br />
que no tenían pereza,<br />
ni hartazgo, ni caprichos,<br />
cosas que ahora se llevan;<br />
la plaga <strong>de</strong> aburrimiento<br />
no se ensañó en esta época.<br />
El contacto era directo,<br />
sin técnicas medianeras;<br />
juguetes hechos a mano,<br />
amigos, naturaleza…;<br />
<strong>de</strong> palo son los caballos<br />
y <strong>de</strong> trapo las muñecas;<br />
ocupando el tiempo libre<br />
en ingeniosas tareas,<br />
aquí recordamos una,<br />
criar gusanos <strong>de</strong> seda.<br />
Actividad instructiva<br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> placentera,<br />
por eso la aconsejaban<br />
los maestros en la escuela.<br />
Una caja <strong>de</strong> zapatos,<br />
unas hojas <strong>de</strong> morera,<br />
unas larvas diminutas…<br />
y a esperar lo que suceda.<br />
Los chicuelos, diligentes,<br />
con ilusión alimentan<br />
diariamente las orugas<br />
que viven en la cajeta.<br />
Cuando ya están ahítas<br />
<strong>de</strong> comer las hojas tiernas<br />
se dirigen a un rincón<br />
<strong>de</strong> la rústica vivienda<br />
y van hilando un “capillo”<br />
que en silencio los ro<strong>de</strong>a,<br />
como si fuera un <strong>de</strong>dil<br />
don<strong>de</strong> la ninfa se encierra.<br />
Al cabo <strong>de</strong> unas semanas<br />
<strong>de</strong> una impaciente espera,<br />
el que fue vulgar gusano,<br />
tras crisálida incierta,<br />
se convierte en mariposa<br />
que grácil al cielo vuela;<br />
buscará a las <strong>de</strong> su especie<br />
y con ellas se empareja.<br />
El fruto <strong>de</strong> esta unión<br />
es <strong>de</strong> la vida promesa,<br />
un huevo que se abrirá<br />
al llegar la primavera.<br />
Núm. <strong>30</strong> · Mayo 2008<br />
Que no es un juego <strong>de</strong> niños<br />
sino actividad muy seria,<br />
lo <strong>de</strong>muestran los escritos<br />
en siglos <strong>de</strong> la Edad Media<br />
cuando floreció pujante<br />
la producción <strong>de</strong> la seda,<br />
una técnica que trajo<br />
la cultura sarracena.<br />
Algo <strong>de</strong>cayó el trabajo<br />
allá en la cristiana era,<br />
pues los nuevos pobladores,<br />
como pastores <strong>de</strong> ovejas,<br />
prefieren la gruesa lana<br />
con la que tejer sus telas.<br />
Aún se mantuvo activa<br />
la tan lucrativa empresa<br />
hasta los tiempos recientes<br />
3
Núm. <strong>30</strong> · Mayo 2008<br />
en tierras alpujarreñas.<br />
No andaría <strong>de</strong>scaminado,<br />
ni mentiría si dijera,<br />
que estas mozas que aquí cito,<br />
junto a otras cadiareñas<br />
<strong>de</strong>l barrio bajo y <strong>de</strong>l alto,<br />
<strong>de</strong> yateras y churregas<br />
y <strong>de</strong> los pueblos cercanos,<br />
testigos son, las postreras,<br />
<strong>de</strong> un cultivo centenario,<br />
<strong>de</strong> una tradición señera.<br />
Un lugar andan buscando<br />
con gran tesón las mozuelas:<br />
amplio, fresco, ventilado,<br />
don<strong>de</strong> los ruidos no llegan.<br />
Estos lugares se encuentran<br />
en las casas solariegas,<br />
en cámaras espaciosas<br />
o apartadas casas viejas.<br />
Le preguntan a Ramón,<br />
a Ramón el <strong>de</strong> la tienda,<br />
si ha traído los gusanos<br />
para empezar la tarea.<br />
-“Aquí la tenéis, muchachas,<br />
la simiente que me llega.<br />
Llevaos la que queráis<br />
y luego ajustamos cuentas.”<br />
Los zarzos relucen limpios,<br />
ver<strong>de</strong> tapiz <strong>de</strong> hojas frescas,<br />
esparcidas con esmero<br />
por unas manos expertas.<br />
Las diminutas orugas<br />
se alimentan <strong>de</strong> hojas tiernas,<br />
mudan <strong>de</strong> piel varias veces<br />
y su tamaño lo aumentan.<br />
Mantener limpio el recinto<br />
es cotidiana tarea,<br />
abastecer a las sanas,<br />
retirar a las enfermas,<br />
Ay, Virgen <strong>de</strong> la Esperanza,<br />
líbranos <strong>de</strong> las tormentas,<br />
pues los truenos, eso dicen,<br />
a las orugas molestan;<br />
Hay un tópico que, como infamante<br />
sambenito, nos colocan a los que somos<br />
granadinos. Habrá oído usted, curioso<br />
lector, que Granada es para muchos “la<br />
tierra <strong>de</strong> la malafollá” (así, aguda, sin la<br />
terminación –ada, que se consi<strong>de</strong>ra<br />
cursi), porque entre sus moradores<br />
abundan los sosos, los sin gracia, los<br />
malasombra. Seríamos algo así como las<br />
ovejas negras y tontorronas <strong>de</strong>l blanco y<br />
graciosísimo rebaño andaluz. El palabro,<br />
que a partir <strong>de</strong> ahora y por respeto<br />
a los lectores, y en particular a las lectoras,<br />
procuraré evitar, es sinónimo <strong>de</strong>l<br />
malaje. La grosera palabreja es tan<br />
4<br />
y <strong>de</strong> los malos olores,<br />
según popular creencia,<br />
que hacen daño a las larvas<br />
y per<strong>de</strong>mos la cosecha.<br />
Sobre los zarzos disponen<br />
<strong>de</strong> bolinas las hileras,<br />
don<strong>de</strong> los gusanos tejen<br />
sus casas con finas hebras.<br />
Estas bolinas son matas<br />
que crecen en nuestra tierra,<br />
y para encen<strong>de</strong>r la lumbre<br />
no se encuentra mejor tea.<br />
En los cerros y barrancos<br />
sin temor las recolectan,<br />
pues no hay ecologistas<br />
que con celo prohibieran.<br />
Van a recoger las hojas<br />
don<strong>de</strong> haya moraledas:<br />
a los prados <strong>de</strong> los ríos,<br />
Venta Mora, La Morea…;<br />
nombres son evocadores<br />
<strong>de</strong> los pagos <strong>de</strong> estas tierras;<br />
a las la<strong>de</strong>ras abruptas,<br />
surcadas por las acequias;<br />
hasta Lobras si es preciso,<br />
subiendo empinadas cuestas;<br />
no se pier<strong>de</strong>n un cortijo<br />
<strong>de</strong> los <strong>de</strong> La Contraviesa.<br />
Las señoricas <strong>de</strong> Cádiar<br />
con morales en sus huertas<br />
les permiten que <strong>de</strong> hojas<br />
se acopien a manos llenas.<br />
Pendiente queda un <strong>de</strong>talle:<br />
pagar la módica renta;<br />
son tiempos <strong>de</strong> economías<br />
y hay que mirar la peseta.<br />
-“Mamica, hasta la tar<strong>de</strong><br />
no te consientas que venga.<br />
Que me voy con A<strong>de</strong>lina<br />
y una burra que nos prestan”.<br />
Así contestó la madre<br />
las palabras <strong>de</strong> Carmela:<br />
-“Llevaos un cacho pan<br />
y registrad la alacena.<br />
La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />
CÁDIAR<br />
YÁTOR Y NARILA<br />
Nuestro vecino san Blas<br />
os acompañe y proteja”.<br />
Se encaminan para Albáyar<br />
don<strong>de</strong> dicen que hay moreras.<br />
El día se les dio bien,<br />
los sacos prietos los llenan,<br />
tantas hojas <strong>de</strong> moral<br />
les salen por las orejas.<br />
-“¿Cómo cargamos la burra<br />
si la cincha no se aprieta?<br />
¿Cómo amarrar tanto saco<br />
con lo que abultan y pesan?<br />
¿Adón<strong>de</strong> irá la carga<br />
al bajar por esa cuesta?<br />
¡Cuándo nos vimos en otra,<br />
aquí solas, ay Carmela!”<br />
-“No te apures, A<strong>de</strong>lina,<br />
que ya saldremos <strong>de</strong> ésta.<br />
Se pongan como se pongan,<br />
estos aquí no se quedan.”<br />
Retornan a sus hogares,<br />
cansadas pero contentas.<br />
Con los sacos rebosando<br />
<strong>de</strong> capullitos <strong>de</strong> seda,<br />
van a casa <strong>de</strong> Ramón<br />
a rematar la faena:<br />
el fruto <strong>de</strong> su trabajo,<br />
unas preciosas monedas.<br />
Se mercarán un vestido<br />
para la cercana feria,<br />
el ajuar lo van comprando,<br />
ropa a ropa, pieza a pieza…,<br />
a ver si quedan ahorrillos<br />
por si un apuro se tercia.<br />
TEORÍA DE LA “MALAFONDINGA”<br />
común en el lenguaje coloquial que<br />
hasta ha producido un curioso <strong>de</strong>rivado:<br />
la folletá: dícese <strong>de</strong> toda acción o hecho<br />
consi<strong>de</strong>rado sin gracia, sin fundamento,<br />
sin ningún valor. Sería equivalente a<br />
tontería, aunque con matices.<br />
A partir <strong>de</strong> ahora, me voy a servir <strong>de</strong><br />
una palabra <strong>de</strong>rivada <strong>de</strong> la anterior, que<br />
surgió como recurso eufemístico: la<br />
menos extendida pero igualmente popular<br />
malafondinga. No me negará usted<br />
que es más sonora y elegante. Si quiere<br />
que le sea sincero, a mí me gusta más<br />
ésta. Y si alguna vez se incorporara al<br />
acervo <strong>de</strong> nuestro común idioma, <strong>de</strong>be-<br />
Un milagro es cada vida<br />
que adversida<strong>de</strong>s supera,<br />
un milagro criar hijos<br />
persiguiendo una peseta,<br />
y milagros los que ofrece<br />
la sabia Naturaleza;<br />
no es menor, les aseguro,<br />
el milagro <strong>de</strong> la seda.<br />
Francisco Alcázar<br />
ríamos sentirnos mo<strong>de</strong>stamente complacidos<br />
<strong>de</strong> nuestra contribución.<br />
De cómo los granadinos llegamos a<br />
conseguir tan menospreciado apelativo<br />
a mí se me ocurren dos motivos; sin perjuicio<br />
<strong>de</strong> que usted, avispado lector, los<br />
corrija o encuentre otros más convincentes.<br />
El estudio <strong>de</strong> la malafondinga<br />
está en mantillas y precisa <strong>de</strong> pacientes<br />
investigadores. Es un hecho prácticamente<br />
universal el <strong>de</strong> la rivalidad entre<br />
pueblos, provincias o regiones vecinas.<br />
Entre Granada y Málaga, por ejemplo.<br />
Lo más natural es que surja entre la<br />
Andalucía Occi<strong>de</strong>ntal y la Andalucía
La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />
CÁDIAR<br />
YÁTOR Y NARILA<br />
Oriental, la Bética y la Penibética, la<br />
campiña y los cerros, el Califato<br />
Cordobés y el Reino Nazarí…, basta<br />
que a los andaluces orientales se nos<br />
percibiera, con mayor o menor fundamento,<br />
como más reservados, menos<br />
expansivos, para motejarnos <strong>de</strong> malages.<br />
Que se concretara en Granada, la<br />
ciudad en un tiempo más representativa<br />
y exótica, capaz <strong>de</strong> competir por su historia<br />
con las otras ciuda<strong>de</strong>s andaluzas,<br />
estaba cantado. Todo tópico se alimenta<br />
<strong>de</strong> sus propios prejuicios y un segundo<br />
paso sería la visión castiza <strong>de</strong> Andalucía<br />
según el estereotipo <strong>de</strong> la zona occi<strong>de</strong>ntal<br />
y más concretamente sevillana y<br />
gaditana el baile, el habla… Los “granaínos”<br />
serían vistos por propios y extraños<br />
como los andaluces malasombras, o<br />
más concretamente, malafondigas.<br />
Hora es ya <strong>de</strong> que intentemos caracterizar<br />
la malafondinga, o mejor, al portador<br />
<strong>de</strong> ella. La palabra, con buen criterio,<br />
tiene una sola forma para el hombre<br />
y la mujer, pues en ambos se da por<br />
igual y no tiene ninguna relación con el<br />
sexo. Todo lo dicho, por consiguiente,<br />
para el malafondinga, vale igual para la<br />
malafondinga.<br />
El malafondinga en estado puro, a<br />
tiempo completo, es raro pero existe. Es<br />
aquella persona que no <strong>de</strong>sperdicia la<br />
ocasión, venga o no a cuento, <strong>de</strong> sacarte<br />
algún <strong>de</strong>fecto, <strong>de</strong> celebrar sus virtu<strong>de</strong>s<br />
en contraposición con tus torpezas,<br />
<strong>de</strong> escarbar en los asuntos que a nadie<br />
le importan sino sólo a ti, <strong>de</strong> avasallar el<br />
prójimo, <strong>de</strong> reírse sus propias gracias y<br />
esperar que todos le sigamos, <strong>de</strong> ridiculizar<br />
las i<strong>de</strong>as y creencias <strong>de</strong>l otro sin<br />
importarle siguiera a quien tiene <strong>de</strong>lante;<br />
las normas <strong>de</strong> educación comúnmente<br />
aceptadas no rigen para él.<br />
La clasificación <strong>de</strong> los malafandin-<br />
gas y su caracterización, siquiera sea en<br />
los aspectos más generales, nos llevaría<br />
tanto tiempo y espacio que no es posible<br />
hacerlo aquí. Invito al lector a que<br />
por sí la haga él y <strong>de</strong> seguro que se<br />
encontrará con elocuentes hallazgos.<br />
Citemos <strong>de</strong> pasada algunos: el malafondinga<br />
<strong>de</strong>l tranco, que apostado en la<br />
puerta te somete a voces a un indiscreto<br />
interrogatorio: a dón<strong>de</strong> vas, qué<br />
haces, qué llevas en la cesta, cuánto<br />
cobras…, la versión femenina suele<br />
usar la ventana o el balcón; el <strong>de</strong> la<br />
cola, que no pi<strong>de</strong> la vez, que se cuela,<br />
que tose encima <strong>de</strong> los alimentos…; el<br />
último mo<strong>de</strong>lo, tu coche, al lado <strong>de</strong>l<br />
suyo, un cacharro; el vestido que se<br />
compró no tiene comparación con los<br />
tuyos…; el cosmopolita, que por haber<br />
viajado mira con compasión a los que<br />
no han salido <strong>de</strong>l terruño, pobres paletos<br />
que no sé como pue<strong>de</strong>n vivir tan<br />
atrasados; el <strong>de</strong> efectos retroactivos,<br />
que te advierte lo que tienes que hacer<br />
cuando ya no hay remedio y te explica<br />
lo bien que él lo hizo; el compasivo,<br />
“siento lo <strong>de</strong> tu hija” claro, si la hubieras<br />
educado mejor…, mira la mía como<br />
no le ha pasado nada”; el espectador,<br />
que no calla, no atien<strong>de</strong> ni <strong>de</strong>ja oír a<br />
los <strong>de</strong>más…<br />
Sería conveniente <strong>de</strong>limitar al malafondinga<br />
<strong>de</strong> otras personas con la que se<br />
podría confundir. Una persona seria no<br />
es, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, malafondinga, la seriedad<br />
es una cualidad muy respetable y<br />
dice mucho a favor <strong>de</strong> quien la posee.<br />
Tampoco una persona sosa: nadie está<br />
obligado a ser gracioso, ni falta que<br />
hace. Asimismo la persona malintencionada,<br />
lo que suele caracterizarse como<br />
un malasangre no tiene por qué ser<br />
necesariamente malafondinga; el malafondinga<br />
actúa frecuentemente con bue-<br />
Núm. <strong>30</strong> · Mayo 2008<br />
nas intenciones o al menos no es consciente<br />
<strong>de</strong>l daño que hace. Pasa por la<br />
vida tan pancho, tan contento <strong>de</strong> haberse<br />
conocido, muy pagado <strong>de</strong> sí.<br />
Si se pue<strong>de</strong> evitar el trato con el<br />
malafondinga, lo más pru<strong>de</strong>nte es<br />
hacerlo, siempre que él o ella no se dé<br />
cuenta por el respeto <strong>de</strong>bido a toda persona<br />
y, sobre todo, no provocarlos porque<br />
podría ser contraproducente.<br />
Alguna vez le oí contar a mi madre un<br />
sucedido que por lo aleccionador lo<br />
recogeré aquí:<br />
“Tierna escena familiar en la cocina.<br />
El padre sentado a la lumbre, la madre<br />
preparando la cena y el hijo jugando en<br />
el suelo.<br />
-Hay que ver –le reprocha ella a su<br />
marido- la pena <strong>de</strong> este chiquillo: con<br />
tres años y todavía no ha recibido un<br />
<strong>de</strong>talle o gracia <strong>de</strong> su padre.<br />
-Ya sabes, mujer –le contesta con<br />
<strong>de</strong>sgana el marido- que yo no soy <strong>de</strong>tallista.<br />
-Sí, soso sí que eres. Pero es tu hijo,<br />
y podías hacer algún esfuerzo. Parece<br />
como si no tuviera padre. Inténtalo,<br />
hombre, inténtalo.<br />
-Bueno, si te empeñas… -dijo él por<br />
fin, cogiendo con las tenazas un ascua y<br />
dirigiéndose al hijo- ¡A que te quemo el<br />
hocico!<br />
Con <strong>de</strong>cir que tuvieron que llevar a<br />
la pobre criatura al médico <strong>de</strong> urgencias,<br />
está todo dicho. Más que nada por<br />
el susto, porque la madre estuvo al<br />
quite”.<br />
Existe un tipo muy parecido al malafondiga<br />
y que en nuestro pueblo lo<br />
<strong>de</strong>signamos con una palabra que no la<br />
registran los diccionarios al uso, me<br />
estoy refiriendo al cilorio. El cilorio es<br />
una persona con dichos simples, en<br />
general bienintencionados, aunque a<br />
5
Núm. <strong>30</strong> · Mayo 2008<br />
veces meta la pata hasta el corvejón. No<br />
es tan llamativo ni provocador como el<br />
malafondinga. Lo salva su inocencia y<br />
buena fe. El diccionario <strong>de</strong> la Real<br />
Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Lengua recoge la voz<br />
sancirole, masculino, y la <strong>de</strong>fine con los<br />
sinónimos bobalicón y papanatas.<br />
Proce<strong>de</strong>, especifica, <strong>de</strong> San Ciruelo, sin<br />
dar mayores <strong>de</strong>talles sobre el santo y sus<br />
circunstancias. En el mismo diccionario<br />
sansirolé, <strong>de</strong> origen incierto y usada<br />
coloquialmente por sancirole. De estas<br />
voces proce<strong>de</strong>n las nuestras, sansirolada:<br />
dicho o hecho con poca sustancia o<br />
gracia: La evolución es clara y no es el<br />
momento <strong>de</strong> entrar en <strong>de</strong>talles: sanciruelo<br />
> ciruelo > cilorio.<br />
Es conveniente discernir estos conceptos<br />
y proce<strong>de</strong>r consecuentemente:<br />
para los malasangre, nuestro rechazo,<br />
para los malafondinga, nuestra comprensión,<br />
y para los cilorio, nuestra ternura.<br />
Ante el tópico <strong>de</strong> la malafondinga<br />
los granadinos han reaccionado muy<br />
sensatamente, no negándolo sino asumiéndolo,<br />
y así <strong>de</strong>sarman a los <strong>de</strong>más.<br />
Suenan por ahí unos versillos en forma<br />
<strong>de</strong> soleá, creo <strong>de</strong> Francisco Villaespesa,<br />
aunque cito <strong>de</strong> oídas: Granada,<br />
Granada/ <strong>de</strong> tu po<strong>de</strong>río/ ya no queda<br />
nada. A los que algún “granaíno” con<br />
retranca añadió: Sólo queda mucho frío/<br />
y mucha malafollada.<br />
Otro ejemplo altamente ilustrativo<br />
es el que me relató Antonio Reinoso,<br />
experto zahorí en <strong>de</strong>scubrir curiosos<br />
especímenes. Hay un bar en la carretera<br />
a Santa Fe, espero que alguna vez me<br />
lleve mi sobrino, pues la tentación es<br />
muy fuerte y uno flaquea, cuyo dueño<br />
es un perfecto y acreditado malafondinga.<br />
Algunos <strong>de</strong> sus clientes le regalaron<br />
un diploma que él, orgullosamente, lo<br />
tiene expuesto en su establecimiento.<br />
Dice aproximadamente así:<br />
6<br />
De mucha mayor enjundia fue la<br />
meritoria iniciativa <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> <strong>de</strong>socupados<br />
<strong>de</strong>l Casino <strong>de</strong> Granada (¡Hay<br />
que ver qué i<strong>de</strong>as tan geniales tienen<br />
estos próceres! ¡Cuánto les <strong>de</strong>bemos en<br />
el Progreso <strong>de</strong> la Humanidad! ¡Y qué<br />
poco se engríen!). Es muy popular pero<br />
la <strong>de</strong>scribiré sucintamente por si alguno<br />
no la conociera:<br />
Hablando sobre la malafondinga y<br />
sus innegables variantes y grados,<br />
alguien consi<strong>de</strong>ró la conveniencia <strong>de</strong><br />
tener un artilugio que midiera el grado<br />
<strong>de</strong> malafondinga, ¿no hay un barómetro,<br />
un termómetro, un pluviómetro…,<br />
pues entonces…?<br />
Se hizo el silencio creador, hasta que<br />
un contertulio gritó: ¡Ya lo tengo! Una<br />
báscula pegada a la pared. La aguja será<br />
accionada a través <strong>de</strong> una manivela<br />
conectada al otro lado <strong>de</strong> la habitación.<br />
Cuando el sujeto se suba a la báscula y<br />
DIPLOMA<br />
<strong>de</strong><br />
MALAFOLLÁ<br />
en Grado Superior<br />
que, tras rigurosa y reñida <strong>de</strong>liberación, se conce<strong>de</strong><br />
a<br />
Don Máximo Tostón <strong>de</strong> Anchorrostro<br />
La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />
CÁDIAR<br />
YÁTOR Y NARILA<br />
Para público reconocimiento <strong>de</strong> sus cualida<strong>de</strong>s y pleno disfrute <strong>de</strong>l<br />
ejercicio que le confiere el presente documento.<br />
Con la cordial felicitación y el patrocinio <strong>de</strong> la Muy Ilustre y<br />
Esclarecida RAMAGRA (Real Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Malafollá Granaína)<br />
El Presi<strong>de</strong>nte,, El Secretario,<br />
Fdo.:……………………. Fdo:………………………..<br />
Dado en la Ciudad <strong>de</strong> Granada a…….<strong>de</strong>……..<strong>de</strong>l año……........<br />
mire a la esfera, verá como la aguja,<br />
girada convenientemente por la persona<br />
oculta al otro lado, marcará su “grado<br />
<strong>de</strong> malafondinga”.<br />
Quedaba un pequeño problema y<br />
era establecer la medida o unidad <strong>de</strong><br />
malafondinga. Tras mucho <strong>de</strong>liberar se<br />
optó por una a la que pusieron el sonoro<br />
nombre <strong>de</strong> fonsecatón, en honor <strong>de</strong>l<br />
padre Fonseca, canónigo <strong>de</strong> la Catedral.<br />
La esfera se dividió <strong>de</strong> uno a diez. Una<br />
puntuación <strong>de</strong> seis o siete fonsecatones<br />
era un grado consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong> malafondinga.<br />
Llegar a diez se le reservó al<br />
mencionado personaje.<br />
A nadie con dos <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> frente se le<br />
escapa la importancia <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scubrimiento<br />
y sus múltiples aplicaciones en<br />
Medicina, Psicología Clínica,<br />
Enseñanza… Cuántos problemas se evitarían<br />
si se recogiera el grado <strong>de</strong> fonsecatones<br />
en la ficha <strong>de</strong> todo empleado <strong>de</strong>
La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />
CÁDIAR<br />
YÁTOR Y NARILA<br />
una empresa… Pero si hoy se calculan<br />
los glóbulos <strong>de</strong> la sangre, el nivel <strong>de</strong><br />
colesterol, <strong>de</strong> ácido úrico…; los sentimientos,<br />
actitu<strong>de</strong>s, memoria…; se mi<strong>de</strong><br />
la inteligencia, diseccionada en sus<br />
diversos factores, hasta se ha <strong>de</strong>scubierto<br />
la “inteligencia emocional” (¡qué bárbaros!).<br />
¿Por qué no se va a medir también<br />
la malafondinga? Ciertamente, el<br />
fonsecatómetro <strong>de</strong>berá mejorarse, pero<br />
como <strong>de</strong>cía don Hilarión, el popular<br />
vejestorio <strong>de</strong> La verbena <strong>de</strong> la Paloma:<br />
“Hoy las ciencias a<strong>de</strong>lantan que es una<br />
barbaridad” Le confieso que a mí me<br />
interesan más los fonsecatones <strong>de</strong> un<br />
individuo que sus centímetros o sus quilos,<br />
pongamos por caso.<br />
-Hay que ver, Paco, las cosas que<br />
hacen los que no tienen nada que hacer.<br />
-Pues sí, señora, cosas muy prácticas<br />
y muy sensatas. Yo creo que todo lo que<br />
sea un mejor conocimiento <strong>de</strong>l prójimo<br />
nos ayudará a tratarlo como se merece.<br />
Y nos evitaríamos muchos sinsabores y<br />
sofocones.<br />
-Y eso <strong>de</strong> la malafondinga ¿no tiene<br />
arreglo? Una campaña promovida por el<br />
Campanillo, campanillo,<br />
Campanillo <strong>de</strong> San Blas<br />
No me <strong>de</strong>spiertes al niño<br />
Que lo acabo <strong>de</strong> acostar.<br />
San Blas, San Blas<br />
Tu te vienes<br />
Tu te vas<br />
Por la calle Real.<br />
Igual que recordamos a través <strong>de</strong>l<br />
tiempo sonidoS, olores o paisajes, la<br />
gente recuerda siempre sus fiestas<br />
patronales, que como todos sabemos<br />
en Cádiar, se celebran en honor <strong>de</strong><br />
San Blas el día tres <strong>de</strong> febrero.<br />
El año pasado tuve la agradable<br />
sorpresa <strong>de</strong> haber sido nombrada<br />
mayordoma y es por eso que quiero<br />
señalar que, aunque los años se<br />
suce<strong>de</strong>n y parece que siempre son<br />
iguales, con el paso <strong>de</strong>l tiempo se<br />
pue<strong>de</strong> comprobar que las distintas<br />
mayordomías van <strong>de</strong>jando su buen<br />
hacer en beneficio <strong>de</strong> la comunidad,<br />
uniendo esfuerzos y trazándose<br />
objetivos a conseguir con la ayuda<br />
“Gobierno <strong>de</strong> España” con anuncios en<br />
la tele, la actuación <strong>de</strong> Psicólogos y<br />
Pedagogos en la escuela, el nombramiento<br />
<strong>de</strong> una Comisión en el Congreso<br />
<strong>de</strong> los Diputados… ¿no podrían erradicar<br />
tan vergonzosa lacra? Vamos, digo<br />
yo.<br />
-Me temo, doña Eulalia, que es<br />
punto menos que imposible su erradicación.<br />
Los granadinos <strong>de</strong>bemos llevar<br />
con entereza y la cabeza bien alta nuestra<br />
malafondinga. Yo creo que forma<br />
parte <strong>de</strong> la naturaleza humana y nadie,<br />
absolutamente nadie, granadino o no,<br />
está libre <strong>de</strong> caer en la malafondinga. Ya<br />
vio usted el caso <strong>de</strong>l pobre clérigo. A<br />
poco que nos analicemos, comprobaremos<br />
que todos en alguna ocasión nos<br />
hemos comportado como auténticos<br />
malafondingas.<br />
-Creo que exageras.<br />
-No, señora, no. La malafondinga no<br />
respeta credo religioso, ni i<strong>de</strong>ología<br />
política; ambiente cultural o actividad<br />
profesional; clase social o sexo. Ni la<br />
edad: hay niños que ya apuntan cualida<strong>de</strong>s<br />
malafondinganescas o ancianos<br />
SOBRE LA FIESTA DE SAN BLAS<br />
<strong>de</strong> los vecinos que se distinguen por<br />
su generosidad.<br />
Obligación <strong>de</strong> siempre es sufragar<br />
los gastos <strong>de</strong> electricidad <strong>de</strong> la iglesia<br />
y <strong>de</strong> la ermita durante todo el año,<br />
conservar y si es posible mejorar el<br />
edificio <strong>de</strong> la ermita y a su vez los<br />
mayordomos también <strong>de</strong>sean prodigar<br />
a los ciudadanos unos días <strong>de</strong><br />
fiesta que perduren, con agrado, en<br />
su recuerdo.<br />
Hablando <strong>de</strong> recuerdos, creo que<br />
todos los tenemos <strong>de</strong> los que nos precedieron<br />
por diversas razones y<br />
muchos serán los que recuer<strong>de</strong>n a<br />
Rosalía García ( la Cohetera ) o<br />
Gabriela Manzano ( la Guijarra ), que<br />
<strong>de</strong>stacaron entre otras que también lo<br />
hicieron muy bien cantando los solos<br />
<strong>de</strong>l himno <strong>de</strong> San Blas durante las<br />
novenas. Yo, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> añorar por<br />
estas fechas algunas ausencias, a mi<br />
mente viene el recuerdo <strong>de</strong>l característico<br />
olor <strong>de</strong> la cera fundida <strong>de</strong> las<br />
velas , mezclado con el <strong>de</strong> los primeros<br />
narcisos, pues entonces no se<br />
Núm. <strong>30</strong> · Mayo 2008<br />
que aún las conservan; ya sabe: “El que<br />
tuvo y retuvo…”<br />
-“Guardó para la vejez”<br />
-Vergüenza me da confesarle a usted<br />
la cantidad <strong>de</strong> veces que yo me he comportado<br />
como un auténtico malafondinga,<br />
con profundas meteduras <strong>de</strong> pata. Y<br />
eso hablando sólo <strong>de</strong> las que soy consciente,<br />
que <strong>de</strong> las inconscientes sería<br />
legión.<br />
-¡Qué horror, hijo, qué horror! O<br />
como diría mi nieta: ¡qué fuerte!<br />
Paco Alcázar<br />
Nota bene:<br />
Este articulillo es fundamentalmente<br />
teórico. Quiero <strong>de</strong>cir que no se ha<br />
hecho en nuestros pueblos lo que se<br />
llama en “trabajo <strong>de</strong> campo”, que no se<br />
ha observado ni tenido en cuenta a ningún<br />
paisano. Si alguien quiere buscar<br />
ejemplos entre nosotros, lo hace bajo su<br />
exclusiva responsabilidad. Dicho<br />
queda.<br />
podía acce<strong>de</strong>r a otras flores como,<br />
gracias a Dios, pasa ahora.<br />
Los estadales o listones, como<br />
antiguamente los llamaban, los hacen<br />
los mayordomos para lo cual compran<br />
lazos e hilos <strong>de</strong> seda <strong>de</strong> diversos<br />
colores, aunque impera el rojo, por<br />
ser el que escoge ese día el santoral<br />
ya que San Blas fue obispo y mártir.<br />
Con la venta <strong>de</strong> los estadales, que<br />
es la principal forma <strong>de</strong> obtener<br />
ingresos, la <strong>de</strong> la recaudar pidiendo a<br />
los vecinos o vendiendo lotería o<br />
boletos para diferentes sorteos se forja<br />
entre los mayordomos una convivencia<br />
<strong>de</strong> autentica camara<strong>de</strong>ría, pues si<br />
7
Núm. <strong>30</strong> · Mayo 2008<br />
no fuera por estos quehaceres no<br />
habría posibilidad <strong>de</strong> que surgiera.<br />
El día dos <strong>de</strong> febrero, día <strong>de</strong> la<br />
Can<strong>de</strong>laria, en una ceremonia religiosa<br />
muy entrañable el señor cura bendice<br />
los estadales y a los niños que<br />
han nacido0 durante ese año y que<br />
sus padres traen al templo para presentárselos<br />
a Dios, como en su día<br />
hizo la Virgen con el Niño Jesús. Se<br />
les impone el estadal , y al igual que<br />
con el agua bautismal se hacen cristianos,<br />
con el estadal se ponen bajo la<br />
protección <strong>de</strong> nuestro Santo Patrón.<br />
Al día siguiente los <strong>de</strong>más vecinos y<br />
visitantes los compran y los lucen en<br />
Una “pavica”, Isabel Olvera<br />
Ortega, ha sido la ganadora <strong>de</strong>l VI<br />
concurso <strong>de</strong> relatos <strong>de</strong> IDEAL.<br />
Con el cuento “Leonor <strong>de</strong><br />
Estraperlo” ganó el VI concurso <strong>de</strong><br />
Relatos y Cuentos <strong>de</strong> Invierno, convocado<br />
por IDEAL. Particípó con otros<br />
treinta y seis trabajos. Isabel es natural<br />
<strong>de</strong> Cádiar, pero vive en El Ejido,<br />
junto a su esposo Manuel y sus dos<br />
hijas, Cristina e Isabel.<br />
El trabajo se lo publicaron juntos<br />
con los <strong>de</strong>más el 24 <strong>de</strong> Diciembre <strong>de</strong><br />
2007, El premio le fué comunicado en<br />
el mes <strong>de</strong> Febrero <strong>de</strong> 2008, consiste en<br />
un viaje a Paris para dos personas.<br />
El cuento se podría resumir según<br />
su propias palabras en “ pura ironía y<br />
juega un poco con lo <strong>de</strong>l azul porque<br />
8<br />
sus cuellos el día <strong>de</strong> San Blas.<br />
Como pasa en casi todos los pueblos,<br />
en Cádiar también ha bajado la<br />
población, pero ese día no se nota, al<br />
contrario, pues todos los que han<br />
vivido en la localidad y tienen posibilidad<br />
se acercan para mitigar la añoranza<br />
que sienten por las vivencias<br />
<strong>de</strong>l terruño y el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> acompañar<br />
al Santo en procesión hasta su ermita<br />
<strong>de</strong> la cual salió <strong>de</strong> igual forma el día<br />
<strong>de</strong> Reyes hasta la Iglesia don<strong>de</strong> se<br />
ofendan las novenas.<br />
Durante la noche <strong>de</strong>l dos al tres <strong>de</strong><br />
febrero suena el campanillo <strong>de</strong> la<br />
ermita movido por jóvenes a los que<br />
tradicionalmente son <strong>de</strong> ese color;<br />
pero ya está. Es cierto que el sentido es<br />
ese, no existen los principes azules y si<br />
los hay, al final, son personas normales<br />
y corrientes con hipotecas que pagar.”<br />
Aunque es un cuento pensado en<br />
fechas navi<strong>de</strong>ñas, no es menos cierto<br />
que podria servir para cualquier<br />
época <strong>de</strong>l año. Lo único que le pediriamos<br />
a esta paisana es que escribiera<br />
más a menudo para todos/as los<br />
paisanos/as <strong>de</strong> Cádiar, Yator y Narila.<br />
Así podriamos difrutar <strong>de</strong> sus narraciones<br />
<strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> cualquier árbol, o<br />
en alguno <strong>de</strong> los cientos <strong>de</strong> sitios<br />
bonitos <strong>de</strong> nuestro Municipio.<br />
Antonio Cruz.<br />
La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />
CÁDIAR<br />
YÁTOR Y NARILA<br />
se suma todo el que quiere y se agasajan<br />
con tapas <strong>de</strong> jamón y buen<br />
vino, recordando y haciendo saber a<br />
todos la gana que tiene la ermita <strong>de</strong><br />
que vuelva San Blas.<br />
Cuando pasan las fiestas se reúnen<br />
los mayordomos para <strong>de</strong>spedirse y<br />
celebrar su misión cumplida con un<br />
buen chocolate y unos buñuelos riquísimos<br />
y hasta se atreven con un choto<br />
al ajillo, pero no sin antes haber nombrado<br />
a la nueva mayordomía para que<br />
el año siguiente siga la noble tradición.<br />
Viva San Blas. Patrón <strong>de</strong> Cádiar.<br />
Conchita Jiménez.<br />
ISABEL OLVERA GANA EL VI CONCURSO<br />
DE RELATOS DE IDEAL
La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />
CÁDIAR<br />
YÁTOR Y NARILA<br />
EL RELATO GANADOR: LEONOR DE ESTRAPERLO<br />
Érase que se era, porque así empezaban<br />
los cuentos antiguos, una princesita<br />
que vivía en un recóndito castillo<br />
<strong>de</strong> algún recóndito lugar, <strong>de</strong> algún<br />
recóndito bosque, <strong>de</strong> alguna recóndita<br />
ciudad, <strong>de</strong> algún recóndito país.<br />
Leonor <strong>de</strong> Estraperlo, que así se llamaba<br />
nuestra princesita, moraba en<br />
este castillo como suele ocurrir en los<br />
cuentos, presa <strong>de</strong> un extraño encantamiento<br />
<strong>de</strong> alguna malvada bruja que,<br />
como carece <strong>de</strong> importancia en esta<br />
historia, vamos a pasar <strong>de</strong> relatarlo.<br />
El caso es que por este encantamiento,<br />
y como suele ser habitual en<br />
estas historias <strong>de</strong> cuentos, nuestra<br />
princesita Leonor <strong>de</strong> Estraperlo no<br />
podía salir <strong>de</strong> él a menos que un<br />
apuesto príncipe, preferentemente<br />
azul, la rescatara <strong>de</strong> él con un simple<br />
beso.<br />
Y claro, en principio la historia<br />
parece simple, pero es que aquel<br />
recóndito castillo <strong>de</strong> aquel recóndito<br />
lugar, <strong>de</strong> aquel recóndito bosque, <strong>de</strong><br />
aquella recóndita ciudad, <strong>de</strong> aquel<br />
recóndito país, no tenía indicador<br />
alguno para llegar hasta él, y esto<br />
complica sobremanera nuestra historia.<br />
De esta manera la princesita<br />
Leonor <strong>de</strong> Estraperlo pasaba los días y<br />
las noches encerrada en su cárcel sin<br />
hablar con nadie, tan solo bordando o<br />
tejiendo y cultivando un pequeño jardín<br />
al que una o dos veces por semana,<br />
sus guardianes la <strong>de</strong>jaban bajar.<br />
Aunque ahora que lo pienso, quizá lo<br />
que hacía era coger flores, pues eso<br />
resulta mucho más apropiado para un<br />
cuento como este.<br />
Y esta era su vida un año tras<br />
otro…..Las primaveras, los veranos,<br />
los otoños y los inviernos.<br />
Pero uno <strong>de</strong> esos inviernos, cuando<br />
el frío arreciaba porque la navidad<br />
estaba a punto <strong>de</strong> llegar, ocurrió lo<br />
que todos estamos esperando. Un<br />
príncipe casualmente azul, paseaba<br />
por un bosque cuando se encontró<br />
perdido y al ver que la noche se le<br />
echaba encima y no encontraba el<br />
camino <strong>de</strong> regreso, <strong>de</strong>cidió acercarse<br />
a lo que encontró más cerca, que<br />
como están imaginando era el castillo<br />
<strong>de</strong> la princesa.<br />
Llamó a la puerta y pidió refugio<br />
durante una noche. El sirviente que le<br />
atendió le dijo que no había inconveniente<br />
en que pasara la noche allí,<br />
tenían muchas habitaciones, aquello<br />
era un castillo no un piso <strong>de</strong> protección<br />
oficial. Y a<strong>de</strong>más era navidad, y<br />
la navidad invita a ser más hospitalario<br />
que <strong>de</strong> costumbre.<br />
Y es así como nuestro apuesto<br />
príncipe <strong>de</strong> color azul se instaló por<br />
una noche en el castillo. Era una habitación<br />
muy amplia, con <strong>de</strong>coración<br />
navi<strong>de</strong>ña, al igual que el resto <strong>de</strong> la<br />
fortaleza y con una chimenea en la<br />
que ardían dos troncos enormes que<br />
cal<strong>de</strong>aban mucho el ambiente.<br />
Pero el inquieto príncipe empezó a<br />
pensar en lo que habría fuera <strong>de</strong> ella y<br />
<strong>de</strong>cidió dar un paseo por el resto <strong>de</strong>l<br />
castillo. Esperó a no escuchar ruido<br />
por miedo a molestar a sus moradores<br />
y salió <strong>de</strong> puntillas dispuesto a dar una<br />
vueltecita por él. Y…… ¿Adivinan<br />
don<strong>de</strong> fue a parar? Pues sí, encontró la<br />
habitación <strong>de</strong> Leonor <strong>de</strong> Estraperlo,<br />
que triste porque era navidad y ella<br />
estaba encerrada, lloraba sin consuelo<br />
alguno. Y…… ¿Adivinan quien fue su<br />
consuelo? Sí, en efecto el príncipe<br />
azul una vez oída su historia la consoló<br />
y quedó prendado <strong>de</strong> su belleza.<br />
Aunque aquí hay que hacer un inciso<br />
y <strong>de</strong>cir que la princesa no era muy<br />
agraciada, pero que la auténtica belleza<br />
no está en el exterior sino en el<br />
interior y el príncipe<br />
supo captarlo a<br />
la primera. No me<br />
pregunten como,<br />
porque apenas<br />
habían cruzado<br />
dos palabras y a<br />
mí también me<br />
resulta extraño.<br />
Pero la historia es<br />
así y así la estoy<br />
contando.<br />
Y tengo que<br />
<strong>de</strong>cir que esto<br />
La Plata, 3 (Avda. Argentina)<br />
18200 MARACENA - Granada<br />
Telf./Fax: 958 42 11 22<br />
e-mail: entornog@entornog.com<br />
Núm. <strong>30</strong> · Mayo 2008<br />
solo fue el principio <strong>de</strong> una larga historia.<br />
Que el príncipe dio ese beso a la<br />
princesa que consiguió librarla <strong>de</strong>l<br />
hechizo. Supongo que hubo algo <strong>de</strong><br />
coqueteo por parte <strong>de</strong> ella, quizá alguna<br />
insinuación. El cuento <strong>de</strong>ja libre<br />
este punto a la imaginación <strong>de</strong> cada<br />
lector.<br />
El caso es que el príncipe hizo<br />
amistad con la princesa y le pidió que<br />
se casara con él. A lo que ella respondió<br />
que primero <strong>de</strong>bía divorciarse <strong>de</strong><br />
su anterior mujer.<br />
Y es que el príncipe a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser<br />
azul era casado y tenía dos hijos. Y no<br />
tenía castillo, porque para ser príncipe<br />
azul no hace falta. Solo tenía un pisito<br />
en las afueras <strong>de</strong> Granada con una<br />
hipoteca a <strong>30</strong> años. Cuarentaitantos<br />
años y un trabajo eventual en el que<br />
no cobraba <strong>de</strong>masiado. Y claro esto…<br />
a Leonor <strong>de</strong> Estraperlo no le hizo gracia,<br />
porque aunque si bien es cierto<br />
que el dinero no da la felicidad, no<br />
menos cierto es que <strong>de</strong> algo hay que<br />
vivir. A<strong>de</strong>más ella, aunque presa en el<br />
castillo, estaba acostumbrada al lujo y<br />
la riqueza propios <strong>de</strong> una princesa.<br />
Y nuestro cuento acaba como uste<strong>de</strong>s<br />
quieran. Imaginen un divorcio,<br />
una boda, unos hijos. Imaginen, imaginen…<br />
Pero como estamos en navidad,<br />
imaginen algo feliz. No me atrevo<br />
a poner ningún final porque la felicidad,<br />
como este cuento, es pura fantasía<br />
y cada cual fabrica la suya propia.<br />
Isabel Olvera Ortega<br />
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9
Núm. <strong>30</strong> · Mayo 2008<br />
10<br />
COMERSE LA TIERRA, BEBERSE EL MAR<br />
Tradicionalmente esta columna ha tratado<br />
los más diversos temas históricos,<br />
sociales, anecdóticos si se quiere aunque<br />
siempre indicativos, <strong>de</strong> la comarca alpujarreña.<br />
En esta ocasión, llevados por una<br />
actualidad sostenida en el tiempo y que<br />
amenaza hacerse constante en su presencia,<br />
quiero <strong>de</strong>dicar estos párrafos a temas<br />
tan recurrentes en los medios <strong>de</strong> comunicación<br />
como constantes en la misma vida<br />
cotidiana, aunque preferimos cerrar los<br />
ojos en la mayoría <strong>de</strong> las ocasiones.<br />
El <strong>de</strong>tonante <strong>de</strong> esta <strong>de</strong>cisión ocurrió<br />
la otra tar<strong>de</strong> en un supermercado cualquiera.<br />
Destacado en un estante, con gran<br />
alar<strong>de</strong> tipográfico y publicitario, rezaba<br />
un letrero: CHORIZO AUTÉNTICO DE<br />
PUEBLO, callaré la marca por razones<br />
obvias. Un tanto intrigado y, en mi innata<br />
ingenuidad (“to el mundo e´gueno”,<br />
mientras no se <strong>de</strong>muestre lo contrario y<br />
aún así… le damos más facilida<strong>de</strong>s que a<br />
los alumnos para pasar <strong>de</strong> curso), pensando<br />
que el centro comercial había adquirido<br />
la totalidad <strong>de</strong> la producción casera<br />
alpujarreña, examiné atentamente el producto<br />
en cuestión. Sobre una tripita, un<br />
tanto escueta y rechoncha, <strong>de</strong>stacaba una<br />
etiqueta pegada que la cubría en su totalidad,<br />
curiosamente no se trataba <strong>de</strong> más<br />
publicidad: era la lista <strong>de</strong> ingredientes,<br />
componentes, aditivos, conservantes,<br />
colorantes y no sé la infinidad <strong>de</strong> letras<br />
<strong>de</strong>l alfabeto seguidas <strong>de</strong> números, una<br />
auténtica fórmula científica que lo mismo<br />
había producido aquel supuesto chorizo<br />
que podía haber mandado un cohete a los<br />
más profundos espacios interestelares. Es<br />
<strong>de</strong>cir, las antípodas <strong>de</strong> un “auténtico chorizo<br />
<strong>de</strong> pueblo”.<br />
Valga esta anécdota para ilustrar lo<br />
que consumimos y el civilizado mundo<br />
en el que arrastramos nuestras penas y<br />
alegrías, aunque la cosa no queda en<br />
mero chascarrillo. Vamos a tener que<br />
acostumbrarnos a eso, incluso a cosas<br />
peores. Viene a mi memoria una antigua<br />
película <strong>de</strong> ciencia ficción que amenaza<br />
<strong>de</strong>jar en mantillas nuestra propia realidad<br />
(se trata <strong>de</strong> Soylent green, o “Cuando el<br />
<strong>de</strong>stino nos alcance”, titulo con el que se<br />
estrenó en España allá por 1973, protagonizada<br />
por el recientemente <strong>de</strong>sparecido<br />
Charlton Heston, junto al magnífico actor<br />
<strong>de</strong> cine negro Edward G. Robinson). En<br />
ella, en medio <strong>de</strong> un ambiente espeso,<br />
<strong>de</strong>sesperanzado y asfixiante por el calor<br />
sin tregua que ha alcanzado el planeta<br />
hiper contaminado, se le suministraba al<br />
pueblo hambriento unas pastillas <strong>de</strong> alimento<br />
llamadas, <strong>de</strong> ahí el titulo <strong>de</strong> la película,<br />
“soylent green”, con sus versiones<br />
red y yellow, supuestamente traídas <strong>de</strong><br />
lejanas islas paradisíacas. En realidad eran<br />
los cuerpos <strong>de</strong> los muertos convenientemente<br />
reciclados. También en esta magnífica<br />
cinta, futurista en su día, la gente iba,<br />
cansada <strong>de</strong> vivir, voluntariamente a morir<br />
a uno lugar específico, El Hogar, don<strong>de</strong> la<br />
agonía se amortiguaba con la proyección<br />
<strong>de</strong> imágenes <strong>de</strong>l ya extinto planeta azul y<br />
ver<strong>de</strong>. Hollywod, que <strong>de</strong> tonto no tiene ni<br />
un pelo, ha explotado esta temática, con<br />
fortuna diversa, en versiones acuáticas,<br />
<strong>de</strong>sérticas, nucleares, extra planetarias y<br />
un largo etcétera; pero a mi todas me<br />
remiten a esa primera cinta, por lo <strong>de</strong>más<br />
mucho más acertada y genial que cualquiera<br />
<strong>de</strong> sus secuelas. Las películas <strong>de</strong><br />
ciencia ficción tienen eso, es don<strong>de</strong> sus<br />
creadores pue<strong>de</strong>n mostrar su genialidad y<br />
capacidad <strong>de</strong> anticipación a los acontecimientos,<br />
son los Julios Verne <strong>de</strong> hoy. Si<br />
hay ocasión, hablaremos <strong>de</strong> ellas en otro<br />
La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />
CÁDIAR<br />
YÁTOR Y NARILA<br />
momento.<br />
Viene esto al hilo, sin ánimo <strong>de</strong> inducir<br />
al catastrofismo, <strong>de</strong> que, efectivamente,<br />
todos los indicios apuntan a que una<br />
especie <strong>de</strong>l planeta, la humana, está,<br />
inmersa en su soberbia y po<strong>de</strong>r, modificando<br />
los parámetros vitales <strong>de</strong> la Tierra<br />
que pue<strong>de</strong>n acarrear un cambio sustancial<br />
no solo <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong> vida en<br />
general, sino <strong>de</strong> su propia existencia en<br />
particular. Parecemos una especie suicida<br />
que arrastra en su caída a todas las <strong>de</strong>más<br />
(se dice que ningún tonto tira piedras contra<br />
su propio tejado, este no es el caso),<br />
léase la última obra <strong>de</strong> James Lovelock. La<br />
ya vieja teoría, hábilmente fomentada por<br />
los po<strong>de</strong>res fácticos mundiales, <strong>de</strong> que lo<br />
que el hombre <strong>de</strong>struye o contamina, el<br />
mismo hombre es capaz <strong>de</strong> regenerarlo<br />
(para enten<strong>de</strong>rnos nada mejor que un<br />
ejemplo <strong>de</strong> esta teoría: talamos los bosques<br />
primarios, que en gran parte son los<br />
responsables <strong>de</strong>l ciclo climático, y los volvemos<br />
a replantar, lo que en lenguaje<br />
paladín se traduce en “te ven<strong>de</strong>mos lo<br />
que <strong>de</strong>struimos y te cobramos por reconstruir”<br />
), parece que se ha revelado harto<br />
falaz, según los especialistas, sin animo<br />
<strong>de</strong> ser apocalípticos.<br />
Conceptos como sostenibilidad, biodiversidad,<br />
cambio climático, <strong>de</strong>sertificación,<br />
etc, hasta hace poco reservados a<br />
especialistas, empiezan a resultarnos<br />
familiares a todos y más que nos lo serán<br />
en un futuro próximo. Vivimos por encima<br />
<strong>de</strong> nuestras posibilida<strong>de</strong>s y eso tiene<br />
un precio, un precio muy alto. No po<strong>de</strong>mos<br />
continuar con la política <strong>de</strong>l avestruz,<br />
ocultar la cabeza en un agujero. La<br />
solución está en manos todos y cada uno<br />
<strong>de</strong> nosotros, si queremos.<br />
Estamos acostumbrados a que “mien-
La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />
CÁDIAR<br />
YÁTOR Y NARILA<br />
tras a mi no me toque… quien venga<br />
<strong>de</strong>trás que arree” y esa mentalidad ya, en<br />
si misma, es suicida. En nuestro país,<br />
inmersos en la sequía más brutal que se<br />
conoce y que nos va a afectar a todos,<br />
nos guste o no, no solo por la falta <strong>de</strong><br />
agua en si misma sino también por su<br />
inevitable repercusión en la cesta <strong>de</strong> la<br />
compra y, por en<strong>de</strong>, en el bolsillo. Claro<br />
que hay bolsillos y bolsillos, más o<br />
menos potentes, pero todos se verán<br />
afectados (las necesida<strong>de</strong>s que nos<br />
hemos autocreado tampoco son las mismas<br />
para todos).<br />
Dicen las previsiones que los países<br />
situados en las coor<strong>de</strong>nadas que compren<strong>de</strong>n<br />
los trópicos, países basados en<br />
una exigua economía <strong>de</strong> subsistencia,<br />
pronto serán incapaces <strong>de</strong> mantener su<br />
población, tierras incapaces <strong>de</strong> producir,<br />
agotados sus recursos, a eso me refiero<br />
en el título “comerse la tierra”. Esto, que<br />
ya está ocurriendo a miles <strong>de</strong> kilómetros,<br />
nos afectará antes <strong>de</strong> lo que parece porque<br />
propiciará una horda <strong>de</strong> <strong>de</strong>splazados<br />
“climáticos” (el hambre es muy mala) y<br />
no habrá muros (otro día hablaremos <strong>de</strong><br />
muros) ni fronteras que impidan el asalto<br />
<strong>de</strong> los países “civilizados” que antes se<br />
El día cinco <strong>de</strong> abril pudimos leer en<br />
IDEAL una entrevista <strong>de</strong> Mar Vallejo con<br />
Miguel Torres que aborda un tema <strong>de</strong><br />
gran interés: la <strong>de</strong>salación <strong>de</strong>l agua<br />
marina.<br />
Granadino y alpujarreño <strong>de</strong> nacimiento,<br />
concretamente <strong>de</strong>l vecino pueblo<br />
<strong>de</strong> Bérchules, Miguel Torres acaba<br />
<strong>de</strong> pasar unos días en Sierra Nevada,<br />
don<strong>de</strong> ha participado en las II Jornadas<br />
Técnicas <strong>de</strong> Telecontrol <strong>de</strong>l Ciclo inte-<br />
ocuparon <strong>de</strong> esquilmar a los primeros<br />
<strong>de</strong>jándolos sin peces y sin saber pescar,<br />
ahogados entre su propia <strong>de</strong>sesperanza y<br />
la ineptitud y sumisión a sus propios intereses<br />
<strong>de</strong> gobernantes tan corruptos como<br />
apoyados por “occi<strong>de</strong>nte”.<br />
Otro tanto va a ocurrir con el agua, en<br />
la película <strong>de</strong> referencia era el otro gran<br />
problema (se suministraba en garrafas).<br />
Hay países don<strong>de</strong> ya es una cuestión <strong>de</strong><br />
mera supervivencia (la sed, también es<br />
muy mala), para Egipto el agua <strong>de</strong>l Nilo es<br />
una cuestión a <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r con las armas<br />
frente a Etiopía y Sudán, por poner un<br />
ejemplo, pero hay muchos más. En nuestro<br />
país no solo lo está pagando la agricultura<br />
y la naturaleza en general, ya asistimos<br />
a encubiertas o <strong>de</strong>claradas “guerras<br />
<strong>de</strong>l agua”. Veremos, antes o <strong>de</strong>spués, un<br />
litoral salpicado <strong>de</strong> <strong>de</strong>saladoras, nos<br />
beberemos el mar (somos capaces,<br />
¿alguien lo duda?), y, ya puestos, ¿cuánto<br />
le cobraremos a las provincias interiores<br />
por apagar su sed?.<br />
Triste panorama. La ciencia irá<br />
poniendo remedios, o parches, pero no<br />
podremos escapar <strong>de</strong> la terca realidad <strong>de</strong><br />
un planeta enfermo, agotado en sus<br />
recursos y arruinado en su medio físico<br />
DESALADORAS MARINAS<br />
gral <strong>de</strong>l Agua. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser jefe <strong>de</strong>l<br />
área <strong>de</strong> Calidad <strong>de</strong> Aguas <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong><br />
Estudios y Experimentación <strong>de</strong> Obras<br />
Públicas (CEDEX), en estas conferencias<br />
organizadas por la Universidad <strong>de</strong><br />
Granada, Torres se encargó <strong>de</strong> la clausura<br />
<strong>de</strong>l programa haciendo gala <strong>de</strong> sus<br />
conocimientos como experto en <strong>de</strong>salación<br />
marina.<br />
-¿El proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>salación <strong>de</strong>l agua<br />
es la mejor medida para hacer frente a<br />
Núm. <strong>30</strong> · Mayo 2008<br />
(vienen por ahí los países emergentes,<br />
con <strong>de</strong>recho, como todos, a unas condiciones<br />
<strong>de</strong> vida dignas). Aún así, queda<br />
esperanza o así quiero creerlo, pero soy<br />
pesimista respecto a nuestra propia especie.<br />
Hay recursos para mantener un nivel<br />
<strong>de</strong> vida aceptable para todos, el problema,<br />
dicen, es su distribución; el cambio<br />
climático parece que, a largo plazo,<br />
pue<strong>de</strong> revertirse (si los gran<strong>de</strong>s países<br />
contaminantes <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n tomar medidas,<br />
que parece que no); la biodiversidad,<br />
panacea <strong>de</strong> todos nuestros males, ya está<br />
sufriendo un duro golpe; la <strong>de</strong>sertificación<br />
avanza inexorablemente (recuerdo,<br />
en un país subsahariano, las tan voluntariosas<br />
como inútiles líneas <strong>de</strong> hojas <strong>de</strong><br />
palmera clavadas en el suelo en un intento<br />
<strong>de</strong> impedir el avance implacable <strong>de</strong> la<br />
arena); ¿pue<strong>de</strong> alguien aportar algún sustituto<br />
viable, fuera <strong>de</strong>l nuclear, al consumo<br />
<strong>de</strong> combustibles fósiles, sin quitar <strong>de</strong><br />
la boca el mijo o el maíz al tercer<br />
mundo?; y así sucesivamente. Nos interesaría<br />
reflexionar, pero mientras Santa<br />
Bárbara no truene <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> nuestro estómago,<br />
no creo que lo hagamos.<br />
Antonio Ceballos<br />
la sequía <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> España?<br />
-La <strong>de</strong>salación es la alternativa más<br />
viable para abastecer a aquellos lugares<br />
que no tengan otros recursos hídricos,<br />
como nieve o ríos. Esto no quiere <strong>de</strong>cir<br />
que el agua se esté acabando, sino que<br />
está mal distribuida a lo largo <strong>de</strong> la geografía.<br />
Una ciudad costera no pue<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>cir que no tiene recursos hídricos y<br />
no tiene sentido que sufra restricciones<br />
<strong>de</strong> agua. Recientemente, en Canarias se<br />
11
Núm. <strong>30</strong> · Mayo 2008<br />
ha adoptado una medida innovadora<br />
que pronto tendrá que acoger toda la<br />
Península. La población que vive por<br />
<strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la cota <strong>de</strong> <strong>30</strong>0 metros se alimenta<br />
<strong>de</strong> agua <strong>de</strong>salada, esto ha hecho<br />
que se liberen recursos para que las personas<br />
<strong>de</strong>l interior los puedan utilizar<br />
tanto para abastecimiento como para<br />
regadío.<br />
-¿Y es esta la única alternativa?<br />
-¿Alternativas <strong>de</strong> cara a la sequía?<br />
No existe otra a parte <strong>de</strong> la <strong>de</strong>salación o<br />
el trasvase y la primera es mucho más<br />
viable que la segunda. Es tan natural<br />
como pue<strong>de</strong> ser el agua <strong>de</strong> la sierra o <strong>de</strong><br />
la lluvia, pero ha <strong>de</strong> ser tratada para retirar<br />
el cloruro sódico. Por otro lado, el<br />
trasvase también tiene <strong>de</strong>tractores que<br />
afirman que esta técnica perturba el<br />
curso <strong>de</strong> los ríos.<br />
-Uno <strong>de</strong> los mayores problemas <strong>de</strong><br />
las plantas <strong>de</strong>saladoras ha sido el enorme<br />
gasto <strong>de</strong> energía que producen. ¿Se<br />
sigue trabaja para reducirlo?<br />
-El consumo energético bajó <strong>de</strong> una<br />
forma consi<strong>de</strong>rable al cambiar la tecnología<br />
con la que empezaron las plantas<br />
a principio <strong>de</strong> los años ochenta. Las<br />
nuevas plantas que empezaron a instalarse<br />
en los años noventa tenían un consumo<br />
específico <strong>de</strong> ocho kilovatios y<br />
con la mo<strong>de</strong>rnización <strong>de</strong>l sistema se ha<br />
reducido a tres. La próxima meta es llegar<br />
a 2,5 kilovatios.<br />
-¿Es más cara el agua <strong>de</strong>salada?<br />
-Lo explico con un ejemplo. Una<br />
persona pue<strong>de</strong> gastar unos 100 litros <strong>de</strong><br />
agua al día, 3 metros cúbicos al mes, si<br />
toda esa agua fuera <strong>de</strong>salada, la factura<br />
sólo se incrementaría en no más <strong>de</strong> un<br />
euro al mes. Por tanto, una ciudad<br />
pue<strong>de</strong> pagar sin problemas el abastecimiento,<br />
como hace Palma <strong>de</strong> Mallorca,<br />
Lanzarote o Canarias. Pero lo que realmente<br />
importa es saciar la <strong>de</strong>manda,<br />
12<br />
porque el <strong>de</strong>sarrollo no se frena por el<br />
precio <strong>de</strong>l agua. Nadie en Lanzarote<br />
hubiera <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> tener un hotel porque<br />
el agua costara más cara que en La<br />
Coruña.<br />
-¿Y para la agricultura?<br />
-Es el agricultor el que tiene que<br />
pensarlo, pero hay que analizar que en<br />
todo el coste <strong>de</strong> la producción agrícola,<br />
el gasto <strong>de</strong>l agua no llega ni al cinco<br />
por ciento, por tanto, la actividad <strong>de</strong> la<br />
agricultura se podrá mantener con agua<br />
<strong>de</strong>salada si el producto agrícola en<br />
cuestión lo pue<strong>de</strong> rentabilizar. No es<br />
absurdo regar con este agua tomates o<br />
pepinos <strong>de</strong> primera calidad.<br />
-Una <strong>de</strong> las <strong>de</strong>saladoras más importantes<br />
<strong>de</strong> Andalucía está en Almería,<br />
¿esta planta se encuentra al día con<br />
todas las actualizaciones?<br />
-Sí, la planta <strong>de</strong> Carboneras y la<br />
situada en Málaga se encuentran al cien<br />
por cien integradas con los últimos<br />
mecanismos. Se han mejorado los sistemas<br />
<strong>de</strong> bombeo y <strong>de</strong> recuperación <strong>de</strong> la<br />
energía residual. Por eso hemos pasado<br />
<strong>de</strong> los ocho kilovatios a los tres, a base<br />
<strong>de</strong> mejorar energéticamente todo el proceso<br />
mecánico: la bomba <strong>de</strong> alta presión,<br />
el motor y los sistemas <strong>de</strong> recuperación<br />
<strong>de</strong> energía. El mantenimiento, la<br />
limpieza química y el cambio <strong>de</strong> membranas<br />
han hecho que estas vivan más.<br />
El futuro <strong>de</strong> la mejora está en po<strong>de</strong>r<br />
obtener membranas que extraigan la<br />
misma cantidad <strong>de</strong> agua trabajando con<br />
menos consumo energético.<br />
-¿Y qué opina <strong>de</strong>l transporte <strong>de</strong> agua<br />
<strong>de</strong>salada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Almería hasta Cataluña?<br />
Hay colectivos en contra argumentando<br />
que la ciudad exportadora es consi<strong>de</strong>rada<br />
históricamente la más seca <strong>de</strong><br />
España<br />
-Es un planteamiento puntal originado<br />
por una situación <strong>de</strong> emergencia.<br />
La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />
CÁDIAR<br />
YÁTOR Y NARILA<br />
No está previsto que en ningún<br />
momento se lleve agua <strong>de</strong> Carboneras a<br />
Barcelona como un sistema instalado.<br />
Es igual que si alguien tiene en casa<br />
una avería y va a pedirle un poco <strong>de</strong><br />
agua a la vecina. Y es que el agua que<br />
se está llevando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Almería hasta<br />
Cataluña no hace falta en esta ciudad<br />
andaluza, ni siquiera se está produciendo.<br />
Hay que poner a funcionar la <strong>de</strong>saladora<br />
para obtener el material.<br />
Cataluña tiene que solucionar su problema<br />
estructural con la <strong>de</strong>saladora<br />
que está en construcción, en el verano<br />
<strong>de</strong> 2009 Barcelona no tendrá problemas<br />
<strong>de</strong> agua porque su planta estará en<br />
funcionamiento. A finales <strong>de</strong> los noventa<br />
también se llevó agua <strong>de</strong> Tarragona a<br />
Palma <strong>de</strong> Mallorca, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Huelva a<br />
Ceuta.<br />
-Por otro lado, recientemente<br />
Zapatero ha hecho pública su negativa<br />
al trasvase <strong>de</strong>l río Segre a Barcelona<br />
para hacer frente a la sequía <strong>de</strong> esta ciudad.<br />
¿Está <strong>de</strong> acuerdo con la postura <strong>de</strong>l<br />
presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l Gobierno?<br />
-Sí, apoyo esta solución. Se ha optado<br />
por una medida que <strong>de</strong>ja fuera a los<br />
trasvases por su elevado coste e impacto<br />
medioambiental. Si se trata <strong>de</strong> un<br />
trasvase puntual y <strong>de</strong> emergencia,<br />
pue<strong>de</strong> hacerse, pero no como solución<br />
<strong>de</strong>finitiva. Si en este año hidrológico<br />
hubiera estado previsto el trasvase en el<br />
antiguo plan, no podría haberse realizado,<br />
porque el Ebro no tenía agua. Sin<br />
embargo, una <strong>de</strong>saladora siempre aporta<br />
recursos, porque el mar no falla.<br />
-Sin embargo, los ecologistas si<br />
están alarmados con el impacto<br />
medioambiental y hablan <strong>de</strong> que los<br />
residuos <strong>de</strong>l agua salada, técnicamente<br />
llamados salmuera, perjudican a la<br />
diversidad marina cuando son arrojados<br />
<strong>de</strong> nuevo al mar...
La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />
CÁDIAR<br />
YÁTOR Y NARILA<br />
-La <strong>de</strong>salación no aporta sal al mar,<br />
sólo <strong>de</strong>vuelve la que hemos obtenido.<br />
Por tanto, lo que hacemos es que <strong>de</strong> un<br />
metro cúbico <strong>de</strong> agua que sacamos <strong>de</strong>l<br />
mar, la mitad la obtenemos como agua<br />
dulce y la otra mitad es don<strong>de</strong> se concentran<br />
todas las sales que antes estaban<br />
en un metro cúbico. Pero claro, lo<br />
que hay que hacer es diluir esa masa <strong>de</strong><br />
salmuera en una cantidad <strong>de</strong> agua <strong>de</strong><br />
mar mayor. Cuando hay una evaporización<br />
natural, también se produce una<br />
concentración <strong>de</strong> sal, porque el agua<br />
sube y la sal se queda. Así que, lo que<br />
estamos haciendo no tiene el mínimo<br />
efecto sobre la flora ni la fauna marina<br />
si se hace correctamente. España es el<br />
país mas avanzado en las tecnologías<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>salación y somos los primero en<br />
<strong>de</strong>tectar el posible efecto negativo que<br />
<strong>de</strong> una forma muy localizada podría<br />
tener un vertido <strong>de</strong> salmuera incontrolado.<br />
Se ha <strong>de</strong>scubierto como distribuirla<br />
para no que no haya este incremento<br />
<strong>de</strong> salinidad en el entorno. Y <strong>de</strong><br />
hecho, algunos ecologistas lo que quieren<br />
es que se sigan estos procedimientos<br />
y no se vierta la sal <strong>de</strong> una forma<br />
bruta.<br />
-También hablan <strong>de</strong> la alta emisión<br />
<strong>de</strong> dióxido <strong>de</strong> carbono<br />
-Las <strong>de</strong>saladoras no emiten emisiones<br />
<strong>de</strong> dióxido <strong>de</strong> carbono a la atmósfera,<br />
lo que pue<strong>de</strong> emitirlo es la genera-<br />
Núm. <strong>30</strong> · Mayo 2008<br />
ción <strong>de</strong> la energía eléctrica responsable<br />
<strong>de</strong> que funcione la planta, pero igual<br />
que pue<strong>de</strong> hacerlo la iluminación eléctrica<br />
<strong>de</strong> un edificio. No es una contaminación<br />
específica. El dióxido <strong>de</strong> carbono<br />
que un coche pueda emitir a la<br />
atmósfera por seis litro <strong>de</strong> gasolina<br />
equivale a lo emitido por una <strong>de</strong>seadora<br />
para producir la cantidad <strong>de</strong> agua<br />
una persona pue<strong>de</strong> gastar en dos meses.<br />
Lo que hay que conseguir es que las<br />
emisiones <strong>de</strong> dióxido <strong>de</strong> carbono por<br />
cada kilovatio producido seas cada vez<br />
menor.<br />
Mar Vallejo. I<strong>de</strong>al <strong>de</strong> Granada<br />
A VISTA DE PÁJARO: DE LA DIGNIDAD DE LA MUERTE<br />
AL ANHELO DE UNA MUERTE DIGNA (II)<br />
En la sociedad global, los medios <strong>de</strong><br />
comunicación social nos inva<strong>de</strong>n con<br />
noticias <strong>de</strong> muertes ocasionadas por catástrofes<br />
naturales y por la mano <strong>de</strong>l hombre.<br />
En el segundo caso víctimas <strong>de</strong> la guerra,<br />
el terrorismo, el hambre, los acci<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong><br />
tráfico, la violencia contra la mujer, los<br />
lunáticos que disparan contra in<strong>de</strong>fensos,<br />
noticias que apenas <strong>de</strong>jan espacio para<br />
percibir la muerte natural como la renovación<br />
parcial <strong>de</strong> la vida. Junto a esta saturación<br />
mediática, la muerte se percibe cada<br />
vez más como un trasunto inevitable, un<br />
forastero, un potencial negocio y un dolor<br />
en último término. El sentimiento <strong>de</strong> pérdida<br />
<strong>de</strong>l ser se malvive y la muerte <strong>de</strong>ja <strong>de</strong><br />
ser el último acto <strong>de</strong>l hombre al mediatizarse<br />
excesivamente.<br />
Los años se llenaban <strong>de</strong> vida<br />
En mi infancia la vida <strong>de</strong> las personas<br />
tenía sentido en sí y para los <strong>de</strong>más. Los<br />
años se llenaban <strong>de</strong> vida y no preocupaba<br />
que la vida pudiera llenarse <strong>de</strong> años. Eran<br />
vidas llenas <strong>de</strong> un sencillo vivir. Había<br />
algunas personas muy longevas, esos<br />
casos <strong>de</strong> avanzadilla que la “naturaleza<br />
social” siempre ha hecho posibles, que<br />
podían vivir o no en situaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia.<br />
Aún en éstas siempre había huellas<br />
que recordaban la aportación <strong>de</strong> la<br />
persona al entorno y al cotidiano vivir.<br />
Ir a ver a los abuelos era una obligación<br />
gozosa. Les llevábamos alguna<br />
golosina y ellos nos premiaban con otra<br />
o con alguna moneda dada furtivamente.<br />
Escuchar a los padres cómo cuidaban<br />
<strong>de</strong> la abuela producía embeleso y encerraba<br />
sacrificio y <strong>de</strong>dicación. A veces<br />
recordaban a algún convecino que se<br />
había zafado <strong>de</strong> dicha obligación, extremo<br />
que <strong>de</strong>cían en voz baja, con rabia<br />
contenida y con orgullo al mismo tiempo.<br />
Aten<strong>de</strong>r a la abuela era una carga<br />
pero siempre contaría en el propio<br />
haber, como contaría en el <strong>de</strong>be <strong>de</strong>l<br />
familiar que no ayudó <strong>de</strong>biendo hacerlo.<br />
Recordar este hecho era (y es) causa <strong>de</strong><br />
enemista<strong>de</strong>s entre familiares, pues el<br />
débito moral se vivía con culpabilidad.<br />
Existían principios tácitos que vinculaban<br />
el cuidado <strong>de</strong> los mayores a las<br />
mujeres y por este or<strong>de</strong>n. Las hijas solteras,<br />
las casadas y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> estas tenían<br />
prelación las viudas, finalmente las nueras<br />
si no había hijas. Socialmente se<br />
aceptaba recompensar dicha <strong>de</strong>dicación<br />
con alguna mejora en la herencia, extremo<br />
que no siempre aceptaban los hermanos,<br />
que querían heredar a la par sin<br />
haber estado a las duras pero queriendo<br />
estar a las maduras.<br />
Luto, retiro y duelo<br />
El luto evocaba la muerte. Los hombres<br />
se ponían corbata negra y una fran-<br />
13
Núm. <strong>30</strong> · Mayo 2008<br />
ja negra en la manga izquierda <strong>de</strong> la<br />
chaqueta; las mujeres se enlutaban <strong>de</strong><br />
pies a cabeza pues cubrían ésta con un<br />
velo o pañuelo, según la edad y clase<br />
social, salvándose las niñas. Una vez<br />
más hombres y niños eran tratados <strong>de</strong><br />
manera más liviana, pues podían llevar<br />
ocasionalmente una camisa negra pero<br />
era inusual el caso <strong>de</strong> cuervos masculinos.<br />
El luto alertaba <strong>de</strong> que <strong>de</strong>bía darse<br />
el pésame al convecino e invitaba a<br />
<strong>de</strong>jar aflorar los buenos propósitos,<br />
abriendo treguas en los litigios vecinales.<br />
La muerte cumplía funciones prosociales.<br />
Tras el óbito, las mujeres se aplicaban<br />
al tintado, y las niñas aprendíamos<br />
que la ropa tintada <strong>de</strong>steñía y <strong>de</strong>bía<br />
lavarse aparte.<br />
La edad entre el luto y el no luto, su<br />
duración y los lugares públicos en que<br />
se <strong>de</strong>jaban ver estando <strong>de</strong> luto, encerraban<br />
una tradición enraizada con el origen<br />
social, el sexo y la edad. Eran ritos<br />
iniciáticos en los que nos valorábamos y<br />
vigilábamos mutuamente.<br />
El luto significaba dolor y el duelo se<br />
sufría en privado. Durante un tiempo,<br />
los <strong>de</strong>udos <strong>de</strong>l difunto <strong>de</strong>saparecían <strong>de</strong><br />
los foros <strong>de</strong>stinados al ocio y al encuentro<br />
entre iguales. Esta privación social<br />
era difícil y la iglesia abría sus puertas a<br />
viudas y huérfanos que pasaban a frecuentarla<br />
más, redimensionando el confesor<br />
su influencia espiritual.<br />
De Cádiar a Madrid<br />
En el pueblo había vivido la muerte<br />
con cercanía. Madrid impuso su cambio,<br />
cambio que viví junto a mi madre<br />
pues hube <strong>de</strong> reeducarla en los nuevos<br />
usos sociales que ro<strong>de</strong>aban la muerte.<br />
La llevaba al velatorio y al entierro,<br />
según procediera, cada vez que se nos<br />
iba algún ser <strong>de</strong>l terruño. Aquí hay tanatorios<br />
que tienen al lado el cementerio y<br />
se <strong>de</strong>spi<strong>de</strong> procesionalmente al difunto;<br />
14<br />
en otros casos tanatorio y cementerio<br />
distan kilómetros y se crea una caravana<br />
<strong>de</strong> coches que tiene como principal<br />
objetivo no per<strong>de</strong>r “el furgón fúnebre”<br />
entre el endiablado tráfico ni <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />
inmenso cementerio, pues tras la carrera<br />
pue<strong>de</strong>s <strong>de</strong>scubrirte rezando el responso<br />
al difunto equivocado. Mi progenitora,<br />
que en estos trances <strong>de</strong>bía pensar<br />
en lo que se le avecinaba, vivía con<br />
entereza y humor la persecución fúnebre.<br />
El primer velatorio al que asistió fue<br />
convencional. Falleció una antigua<br />
vecina muy querida por nosotros, y testimonió<br />
su afecto acompañando en su<br />
casa a la difunta y a sus <strong>de</strong>udos. En otros<br />
casos correspondió <strong>de</strong>jar sola a la difunta<br />
durante la noche en el tanatorio, lo<br />
que internamente no compartía. Creía<br />
que no hubiera sobrado un último adiós<br />
silencioso <strong>de</strong> los allegados, mientras<br />
pensaban en la levedad <strong>de</strong> la vida y en<br />
el reencuentro que <strong>de</strong>bía producirse<br />
olvidando rifirrafes.<br />
En la adolescencia viví <strong>de</strong> cerca la<br />
muerte y aprendí lecciones inmejorables.<br />
Un ser radicalmente querido por<br />
nosotros, mi padre, murió joven <strong>de</strong> una<br />
enfermedad irreversible. La crisis final<br />
duró dos meses escasos y durante ellos<br />
mi madre se aposentó en la cabecera <strong>de</strong><br />
su cama y mi hermana mayor y yo asumimos<br />
las tareas. Supongo que a modo<br />
<strong>de</strong> Cinco horas con Mario, esa espléndida<br />
obra <strong>de</strong> Miguel Delibes, en ese<br />
tiempo revivió pasado, presente y futuro,<br />
intentando imaginarse su estatus <strong>de</strong><br />
viuda. Todo menos rebelarse contra una<br />
muerte harto inoportuna. Don Luís, el<br />
médico, pasaba a verlo diariamente y a<br />
veces cruzaba con ella un simple saludo.<br />
Pero había complicidad entre médico,<br />
paciente y familiar a través <strong>de</strong> las<br />
palabras, los silencios y los gestos.<br />
Anochecía cuando llegó el <strong>de</strong>senlace y<br />
La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />
CÁDIAR<br />
YÁTOR Y NARILA<br />
surgió alguna voz ajena a nosotros que<br />
<strong>de</strong>cía “médico, suero”. Don Luís y mi<br />
madre se miraron mutuamente, él transmitiendo<br />
lo inevitable y ella aceptándolo<br />
como mal menor, y no se nos mandó<br />
a la farmacia con recetas mágicas o<br />
dilatorias. La vida quería ser reemplazada<br />
y se aceptaba sin alharacas u otras<br />
intenciones.<br />
Muerte e iglesia<br />
La liturgia anual con sus misas <strong>de</strong><br />
difuntos, peticiones <strong>de</strong>l rosario y otros<br />
unía cotidianamente el vivir y el morir.<br />
La Semana Santa revivía la pasión,<br />
muerte y resurrección <strong>de</strong>l Señor y estaba<br />
precedida por días <strong>de</strong> reflexión para<br />
la confesión general. Don Paco, el<br />
párroco, la preparaba apoyándose en<br />
sacerdotes vecinos y alguna vez trajo a<br />
padres dominicos, la Or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los<br />
Predicadores, que con sus charlas ponían<br />
a prueba la conciencia <strong>de</strong> haber<br />
pecado y el discernimiento <strong>de</strong> la persona<br />
para calibrar su gravedad. Cerraba<br />
este tiempo <strong>de</strong> penitencia escenificando<br />
con magistral boato el sermón <strong>de</strong> las<br />
siete palabras, y las lágrimas fluían<br />
hasta que los teloneros, cual ángeles<br />
custodios, aparecían a un lado y otro<br />
<strong>de</strong>l altar tras <strong>de</strong>scorrer el telón en siete<br />
pasos. Le sucedió Don Ángel que renovó<br />
la liturgia siguiendo la doctrina <strong>de</strong>l<br />
Concilio Vaticano II, si bien preservó la<br />
religiosidad popular y la conciliación<br />
natural <strong>de</strong> la vida y la muerte.<br />
La confesión general tenía atractivo.<br />
Sin querer, conocías <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s ajenas<br />
cuando en el fragor <strong>de</strong> las conciencias,<br />
confesor y penitente subían el tono. En<br />
estos trances Doña Paca, Doña Pepa y<br />
Doña Teresa, hermanas <strong>de</strong>l párroco,<br />
iniciaban a coro rezos y carraspeos,<br />
alertando a las partes <strong>de</strong>l confesionario<br />
que pasaban a guardar la compostura.<br />
Sobraban tales maniobras pues sabíamos<br />
guardar colectivamente el secreto
La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />
CÁDIAR<br />
YÁTOR Y NARILA<br />
<strong>de</strong> la confesión. El sexto mandamiento<br />
era prioritario y las niñas creciditas sentíamos<br />
la tentación <strong>de</strong> confesar pecados<br />
imaginarios para escuchar los distingos<br />
y subdistingos que, al parecer, planteaban<br />
algunos confesores a fin <strong>de</strong> tipificar<br />
agravantes y atenuantes. Una llegó a<br />
hacerlo y posteriormente puso en<br />
común tales distingos. Nos <strong>de</strong>fraudaron.<br />
Eran días mágicos. Nuestros padres<br />
acudían a velar al Santísimo, comulgaban<br />
durante la misa solemne y cantaban<br />
en las procesiones, algunos con<br />
especial lucimiento. Las madres observaban<br />
el ayuno y la colación, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />
Jueves Santo hasta el Domingo <strong>de</strong><br />
Resurrección los niños hablábamos<br />
bajo para no molestar al Señor. Esos<br />
días significaba también un paréntesis<br />
en las labores <strong>de</strong>l campo, un cambio en<br />
el yantar, el estreno <strong>de</strong> ropa nueva y el<br />
reincorporarnos a lo cotidiano con la<br />
vivencia <strong>de</strong> haber hecho un alto para<br />
mirar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> nosotros mismos y<br />
mirar, <strong>de</strong> soslayo, el pasar que tenían<br />
los otros. Era catarsis colectiva, renovación<br />
interior y fiesta social al mismo<br />
tiempo, y colaboraba a evitar dolencias<br />
como la <strong>de</strong>presión.<br />
El Día <strong>de</strong> los Difuntos se rememoraba<br />
la muerte. Una muerte amable pues<br />
el día anterior, festividad <strong>de</strong> Todos los<br />
Santos, se recordaba que algunos <strong>de</strong><br />
nuestros difuntos podían ser ya santos a<br />
los ojos <strong>de</strong> Dios. Mariposas encendidas,<br />
esperanza en el más allá, flores,<br />
responsos y misa en el cementerio,<br />
<strong>de</strong>jaban un sabor agridulce en el alma<br />
individual y colectiva. Rumiábamos el<br />
mensaje <strong>de</strong> la sevillana que dice:<br />
Algo se muere en el alma,<br />
Cuando un amigo se va.<br />
Muerte y límites<br />
Últimamente vivo la evolución <strong>de</strong>l<br />
morir con perplejidad y cierta consternación.<br />
La mejora <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong><br />
vida y el avance <strong>de</strong> la medicina son dos<br />
<strong>de</strong> los factores responsables <strong>de</strong> que<br />
vivamos más años y con menos achaques.<br />
Y se está instalando la especie <strong>de</strong><br />
que <strong>de</strong>bemos morir guapos, sanos y casi<br />
sin enterarnos cargando, <strong>de</strong> paso, la factura<br />
al bolsillo <strong>de</strong> la Seguridad Social. Y<br />
exigiendo que no se cometan errores<br />
médicos, confundiendo negligencia y<br />
error. Se pi<strong>de</strong>n médicos inoculados contra<br />
el error científico y humano, en lugar<br />
<strong>de</strong> exigir extremar las “buenas prácticas”,<br />
que surgen <strong>de</strong> unir la ciencia y la<br />
experiencia <strong>de</strong> los mejores expertos.<br />
Naturalmente, <strong>de</strong>be perseguirse el caso<br />
<strong>de</strong>l negligente.<br />
Algunas <strong>de</strong>nuncias por “errores<br />
médicos” encierran intenciones inconfesables<br />
o ignorancia supina. Hay<br />
<strong>de</strong>nuncias que señalan que el médico<br />
simplemente ha certificado que murió<br />
<strong>de</strong> muerte natural, como si morir a los<br />
ochenta años no fuera natural. Otras<br />
veces se violenta la naturaleza y se<br />
exige operar <strong>de</strong> mil dolencias a personas<br />
nonagenarias por el hecho <strong>de</strong> que<br />
técnicamente es posible. Se sueña con<br />
la eterna juventud, se ve en el hospital<br />
un aparcamiento gratuito, se acaricia la<br />
posibilidad <strong>de</strong> sacar unos euros al “error<br />
médico”, etc. Todo menos asumir los<br />
límites. Queremos que la medicina, los<br />
grupos <strong>de</strong> apoyo, los otros, nos resuelvan<br />
los problemas inherentes al vivir.<br />
Por otra parte, las personas <strong>de</strong>pendientes<br />
no pue<strong>de</strong>n ser atendidas in<strong>de</strong>finidamente<br />
por las mujeres y a coste<br />
cero. En las ciuda<strong>de</strong>s (y pueblos)<br />
muchas mujeres trabajan fuera <strong>de</strong>l<br />
hogar, viven en pisos pequeños y tienen<br />
dificulta<strong>de</strong>s para conciliar la vida familiar<br />
y laboral, siendo la principal dificul-<br />
Núm. <strong>30</strong> · Mayo 2008<br />
tad que los hombres no concilian. Sin<br />
re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> vecinas y familiares en que<br />
apoyarse, es muy complicado para las<br />
mujeres aten<strong>de</strong>r a sus mayores cuando<br />
horarios y distancias imponen su ley.<br />
Tampoco pue<strong>de</strong> pedirse ramplonamente<br />
que no trabajen fuera <strong>de</strong>l hogar. En<br />
muchos hogares su sueldo es imprescindible<br />
para cubrir gastos primarios; si no<br />
trabajan, quedan <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> la<br />
caridad pública si son solteras o separadas;<br />
el estado <strong>de</strong> bienestar se sustenta<br />
en buena medida en el trabajo <strong>de</strong> la<br />
mujer fuera y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l hogar, trabajo<br />
que <strong>de</strong>be ser reconocido, <strong>de</strong> modo que<br />
su persona y su vejez disfrute <strong>de</strong> la<br />
cobertura social propia <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong>sarrolladas y <strong>de</strong>mocráticas. Ello<br />
no significa que no <strong>de</strong>ban cuidar <strong>de</strong> sus<br />
seres <strong>de</strong>pendientes. Deben hacerlo a<br />
tope mujeres y hombres.<br />
Así el morir podrá dignificarse y percibirse<br />
como el último acto <strong>de</strong> cada ser<br />
humano que nos concierne a todos en<br />
todos los sentidos. Las resi<strong>de</strong>ncias y<br />
otras fórmulas son necesarias. Pero es<br />
previo y prioritario que las personas, las<br />
familias y la sociedad seamos honestos<br />
con nosotros mismos y con nuestros<br />
seres <strong>de</strong>pendientes. La comodidad, el<br />
<strong>de</strong>recho a vivir la propia vida, el afán <strong>de</strong><br />
lucro, la filosofía <strong>de</strong>l “usar y tirar”, aplicado<br />
a hombres y mujeres, hermanos y<br />
hermanas, hace que fagocitemos a los<br />
no productivos y con mil argucias ponemos<br />
distancia entre ellos y nosotros.<br />
Quizá me esté <strong>de</strong>jando llevar por<br />
aquello <strong>de</strong> que cualquier tiempo pasado<br />
fue mejor. Pue<strong>de</strong> ser. Pero querer ser<br />
todos guapos, sanos y felices a cualquier<br />
precio me parece un esperpento<br />
peligroso, digno <strong>de</strong>l imaginario <strong>de</strong> nuestro<br />
insigne gallego Don Ramón <strong>de</strong>l Valle<br />
Inclán.<br />
Carmen Jiménez<br />
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