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Nº 42 - Casa de Cadiar

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CÁDIAR<br />

Núm. <strong>42</strong> c a d i a r n a r i l a @ g m a i l . c o m Agosto 2011<br />

Pág. 3:<br />

Las hueLLas <strong>de</strong>L Paisaje<br />

Pág. 5:<br />

Las FueNTes <strong>de</strong> RiQueZa <strong>de</strong><br />

La aLPujaRRa ii: La seda<br />

Pág. 7:<br />

PaLabRas coN soLeRa.<br />

cajoNeRas<br />

La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />

YÁTOR Y NARILA<br />

http://www.rinconamigos<strong>de</strong>cadiar.es/<br />

Pág. 8:<br />

Nadie TieNe i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Qué<br />

haceR<br />

Pág. 9:<br />

RecueRdos <strong>de</strong> cádiaR<br />

Pág. 10:<br />

Yo Fui a cádiaR<br />

Pág. 10:<br />

diviNo TesoRo<br />

Pág. 12:<br />

eL chisPoRRoTeo <strong>de</strong>L<br />

amoR<br />

Pág. 13:<br />

a visTa <strong>de</strong> PájaRo. juegos<br />

cosas <strong>de</strong> NuesTRo PuebLo coNTadas PoR geNTe <strong>de</strong> NuesTRo PuebLo


Núm. <strong>42</strong> · Agosto 2011<br />

suscRiPciÓN a La RevisTa<br />

Ya son varios los lectores que se han suscrito a la<br />

revista. Todos éstos la recibirán en el buzón <strong>de</strong> su<br />

casa <strong>de</strong> forma preferente.<br />

El importe <strong>de</strong> la suscripción por las cuatro revistas<br />

anuales se ha establecido en 15 euros, con los que se<br />

cubrirán los gastos <strong>de</strong> gestión, envío y domiciliación<br />

bancaria, y aún quedará una pequeña ayuda para la<br />

revista.<br />

Los interesados en suscribirse <strong>de</strong>ben hacer una transferencia<br />

bancaria a la cuenta<br />

2<br />

”2031 0188 91 0115065709”<br />

<strong>de</strong> la “<strong>Casa</strong> <strong>de</strong> Cádiar”, avisando <strong>de</strong>l ingreso y<br />

enviando la dirección postal don<strong>de</strong> quiere recibir la<br />

revista a: cadiar@eresmas.com o bien por correo<br />

ordinario a mi domicilio, J. F. Alvarez, c/ Júpiter, 9, cp<br />

18210, Peligros, Granada.<br />

<strong>de</strong>pósito Legal gR- 1655-2003<br />

edita: asociación cultural “casa <strong>de</strong> cádiar”<br />

Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Asociación Mauricio Luque<br />

Coordinación y Selección <strong>de</strong> artículos José Fco. Álvarez<br />

Asesor Santiago Alcázar<br />

Diseño y composición José A. Rodríguez y José Jiménez<br />

Documentalista A. Ceballos y F. G. Val<strong>de</strong>arenas<br />

Impresión Entorno Gráfico<br />

Página Web Andrés Jiménez y Salvador Moreno<br />

La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />

CÁDIAR<br />

YÁTOR Y NARILA<br />

Los criterios <strong>de</strong> distribución tendrán la siguiente prioridad:<br />

1. Suscriptores.<br />

2. Distribución a los patrocinadores y colaboradores<br />

3. En mano para los antiguos socios <strong>de</strong> la <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />

Cádiar, en los puntos <strong>de</strong> distribución conocidos.<br />

4. Distribución en el pueblo.<br />

Sólo se enviará por correo a los suscriptores.


La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />

CÁDIAR<br />

YÁTOR Y NARILA<br />

eL PRado<br />

El Barrio <strong>de</strong>l Prado, también<br />

<strong>de</strong>nominado Placeta <strong>de</strong>l Prado por<br />

ser esta su centro, está situado al<br />

oeste <strong>de</strong>l pueblo y cercano al río<br />

Guadalfeo. Se pue<strong>de</strong> acce<strong>de</strong>r por<br />

varios puntos: quien transite por el<br />

sen<strong>de</strong>ro paralelo al río (GR-7) lo atravesará<br />

<strong>de</strong> norte a sur. Igualmente<br />

ocupa parte <strong>de</strong>l camino antiguo <strong>de</strong>l<br />

pueblo para ir <strong>de</strong>l barrio Bajo al Alto,<br />

entrando por la Vereílla y saliendo por<br />

la calle Obrador. También tiene acceso<br />

por las calles Alhamar, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

Plaza <strong>de</strong> España, y Prado y Laurel,<br />

estas parten <strong>de</strong> la calle Real. Una<br />

calle nueva, actualmente en construcción,<br />

lo conecta en pocos metros con<br />

el mismo pie <strong>de</strong> la torre <strong>de</strong> la Iglesia.<br />

Barrio antiguo, <strong>de</strong> calles tortuosas y<br />

esquinadas, habitadas por gentes <strong>de</strong>l<br />

campo; algún pastor; en su tiempo un<br />

molino que aún se conserva en perfecto<br />

estado pero fuera <strong>de</strong> servicio. Gentes<br />

humil<strong>de</strong>s y gentes relativamente acomodadas;<br />

jornaleros y agricultores propietarios.<br />

Barrio un tiempo alegre y bullicioso y<br />

ahora más tranquilo y solitario. Lo primero<br />

que llama la atención es su apacible y<br />

silenciosa vida, estando a la vez tan bien<br />

comunicado con el Centro <strong>de</strong>l pueblo.<br />

Antes <strong>de</strong> recalar en la placeta,<br />

daremos un breve paseo por sus<br />

calles. La calle Prado se ensancha a<br />

pocos metros <strong>de</strong> su inicio en una plazuela.<br />

Luego <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> en pendiente<br />

hasta el mismo centro <strong>de</strong> la Placeta.<br />

La calle <strong>de</strong>l Prado no tiene prados<br />

sino huertos. Unos huertos situados a<br />

su lado izquierdo, elevados varios<br />

metros sobre el nivel <strong>de</strong> la calle y<br />

reforzados por sólidos balates. Aún<br />

queda en pie el que, con toda proba-<br />

Las hueLLas <strong>de</strong>L paisaje<br />

bilidad, es el mejor ejemplar <strong>de</strong>l pueblo<br />

en este tipo <strong>de</strong> construcciones.<br />

Piedras y lajas <strong>de</strong> pizarra sabiamente<br />

colocadas sin argamasa y traídas <strong>de</strong>l<br />

cercano río. Admirable la yedra que<br />

se asoma <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo alto y <strong>de</strong>scien<strong>de</strong><br />

frondosa y lozana, ocultando gran<br />

parte <strong>de</strong>l muro.<br />

Las casas poseedoras <strong>de</strong> estos<br />

privilegiados y recoletos huertos tienen<br />

cierto empaque señorial, alguna<br />

El molino<br />

incluso conserva un escudo, tan escasos<br />

en la arquitectura alpujarreña y<br />

uno <strong>de</strong> los pocos que Cádiar ostentaba.<br />

<strong>Casa</strong>s señoriales habitadas por<br />

campesinos dueños <strong>de</strong> tierras pero<br />

trabajadores y or<strong>de</strong>nados, porque las<br />

fincas en la Alpujarra raramente dan<br />

para vivir <strong>de</strong> las rentas y permitirse<br />

muchos lujos. A su lado otras construcciones<br />

menos pretenciosas, sin<br />

huerto, pero procurando tener alguna<br />

ventana, balcón o terraza para tomar<br />

el sol <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>; el terrao o los poyos<br />

<strong>de</strong> la placeta pue<strong>de</strong>n servir perfectamente.<br />

La otra calle importante <strong>de</strong>l barrio<br />

también parte <strong>de</strong> la calle Real y tiene un<br />

nombre muy hermoso y evocador: calle<br />

Laurel. No hay laureles pero sí en alguno<br />

<strong>de</strong> sus huertos. Como en la anterior, observamos<br />

el contraste entre dos tipos <strong>de</strong> construcciones.<br />

Discurre entre recovecos y<br />

Núm. <strong>42</strong> · Agoso 2011<br />

bruscos giros, con alguna placita y un<br />

minúsculo tinao, don<strong>de</strong> estuvo hasta hace<br />

poco la Barbería <strong>de</strong> Paco Rojas. Aquí no<br />

hay una yedra tan espectacular pero sí un<br />

poyete <strong>de</strong> macetas que atraía la mirada <strong>de</strong><br />

los que pasaban, cuidado con mimo por<br />

las propietarias <strong>de</strong>l huerto, las hermanas<br />

Elena y Rogelia. Po<strong>de</strong>mos dirigirnos directamente<br />

a la placeta o <strong>de</strong>sviarnos a la<br />

izquierda y visitar la calle Cristal, estrecha y<br />

umbría, poco transitada, salvo por sus vecinos.<br />

Igualmente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esta última acce<strong>de</strong>mos<br />

a la placeta.<br />

En la calle Cristal vivió uno <strong>de</strong><br />

los personajes más recordados en el<br />

pueblo, Luis, conocido popularmente<br />

por el Macizo. La familia <strong>de</strong> Luis<br />

sufrió los problemas <strong>de</strong> la emigración<br />

a Cataluña que hizo estragos a mediados<br />

<strong>de</strong>l siglo pasado y, por contra, alivió<br />

la presión <strong>de</strong>mográfica <strong>de</strong>l pueblo<br />

y mejoró el nivel <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> muchos.<br />

Luis optó por quedarse en su placeta<br />

y arrostrar la separación familiar y la<br />

vejez en solitario. Esto dio lugar a que<br />

anduviera “en coplas”: “En la Placeta<br />

<strong>de</strong>l Prado/ este casa ha sucedido/ que<br />

Carlota la Maciza/ a Barcelona se ha<br />

ido/. se ha llevao a Gabriel y a Quico/<br />

y aquí ha <strong>de</strong>jao al esclavo/ vendiendo<br />

bragas <strong>de</strong> burro/ en los días <strong>de</strong> mercado…”<br />

La Placeta <strong>de</strong>l Prado, don<strong>de</strong><br />

convergen calles y caminos, es ciertamente<br />

no una sino dos placetas, unidas<br />

por un pasillo flanqueado por<br />

balates. Otra vez los balates protegiendo<br />

haciendas y preservando intimida<strong>de</strong>s.<br />

Estas placetas son amplias y<br />

llanas. ¡Cuánto darían muchos pueblos<br />

<strong>de</strong> la sierra alta alpujarreña por<br />

tener un solar así! A un lado casas y al<br />

otro prados y huertas y, a veces, un<br />

rumor <strong>de</strong> aguas bravas que anuncia la<br />

3


Núm. <strong>42</strong> · Agosto 2011<br />

proximidad <strong>de</strong>l río Guadalfeo. Porque<br />

este es otro aspecto que caracteriza al<br />

barrio: se está en contacto directo con<br />

el campo y la naturaleza y a pocos<br />

pasos, el ajetreo urbano, el mismo<br />

centro <strong>de</strong>l pueblo, como antes apuntamos<br />

La parte superior <strong>de</strong> la Placeta<br />

tiene un trazado irregular que se prolonga<br />

hacia el norte camino <strong>de</strong>l pago<br />

<strong>de</strong> la Morea. Es camino <strong>de</strong> paso, <strong>de</strong><br />

pastores y campesinos con sus mulos<br />

cargados <strong>de</strong> estiércol, panochas o<br />

cabos <strong>de</strong> maíz, remolacha, patatas…<br />

El molino hidráulico la daba vida y<br />

trasiego a la placeta. Eran los tiempos<br />

en que José “el molinero” y sus hijos<br />

Miguel y Pepe lo tenían a pleno rendimiento.<br />

Aún po<strong>de</strong>mos apreciar el<br />

cáncamo. El caz atraviesa longitudinalmente<br />

la placeta, camino <strong>de</strong> los<br />

otros dos molinos bajeros.<br />

Actualmente soterrado, el caz daba<br />

vida y alegría al barrio. Algunas casas<br />

conservan parras en su puerta, que,<br />

<strong>de</strong>scarnadas, nudosas y nervudas,<br />

suben a la ventana, a la terraza e<br />

incluso al terrao. Sin labor ni cuidados,<br />

se resisten a morir y, año tras<br />

año, se produce en ellas el milagro <strong>de</strong><br />

la vida. Estas sí que son auténticas<br />

4<br />

La Placeta <strong>de</strong>l Prado<br />

huellas <strong>de</strong>l paisaje.<br />

Es mediodía y po<strong>de</strong>mos sentarnos<br />

un ratito en los poyos <strong>de</strong> la placeta.<br />

Unos poyos arrimados estratégicamente<br />

a los balates para protegerse<br />

<strong>de</strong>l aire frío <strong>de</strong> la sierra y orientados a<br />

la solana. En verano, una fuente en<br />

medio <strong>de</strong> la plaza permite refrescarnos<br />

brazos y cara. Hablar <strong>de</strong>l tiempo,<br />

<strong>de</strong> las faenas <strong>de</strong>l campo y <strong>de</strong> la vida<br />

que discurre lenta, a paso <strong>de</strong> mulo, es<br />

un ameno y provechoso entretenimiento.<br />

Las caballerías <strong>de</strong> antaño<br />

escasean y han sido sustituidas por<br />

automóviles, que han tomado la placeta.<br />

De los tres robustos plátanos<br />

que daban sombra y cobijo al ganado<br />

y transeúntes sólo queda uno: en<br />

completo abandono, achacoso y<br />

lleno <strong>de</strong> cicatrices, sus raíces siguen<br />

alimentándose <strong>de</strong>l caz, ahora soterrado.<br />

Fue plantado con sus otros dos<br />

hermanos en 1910; años más, año<br />

menos. Al solemne acto asistieron las<br />

autorida<strong>de</strong>s y abundancia <strong>de</strong> paisanos,<br />

amenizado por la banda <strong>de</strong><br />

música local. Los niños <strong>de</strong> la escuela<br />

cantaron una canción que su maestro,<br />

don Francisco Arana, les enseñó;<br />

una canción que ahora la llamaríamos<br />

ecologista, titulada “Plantar,<br />

La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />

CÁDIAR<br />

YÁTOR Y NARILA<br />

plantar arbolitos”. Mi padre era uno<br />

<strong>de</strong> aquellos niños. Árbol centenario<br />

que bien podría ostentar el título <strong>de</strong> El<br />

abuelo <strong>de</strong>l pueblo.<br />

La amplitud <strong>de</strong> la placeta y la<br />

abundancia <strong>de</strong> agua corriente — la<br />

<strong>de</strong>l caz que fluía en superficie y la <strong>de</strong><br />

otra fuente con varios caños, situada<br />

a un lado <strong>de</strong>l camino y excavada a<br />

casi dos metros bajo el nivel <strong>de</strong>l<br />

suelo— hicieron <strong>de</strong> la placeta un<br />

lugar idóneo para el mercado <strong>de</strong> animales.<br />

Añádase a estas condiciones<br />

favorables el acogedor y fresco<br />

ambiente bajo sus frondosos plátanos.<br />

Precisamente aquí, en la Placeta<br />

<strong>de</strong>l Prado, hacían un alto los ganados<br />

trashumantes. Pastores y ovejas <strong>de</strong>scansaban<br />

y tomaban fuerzas durante<br />

un día y su noche, antes <strong>de</strong> reempren<strong>de</strong>r<br />

el camino en busca <strong>de</strong> los pastos<br />

La Fuente <strong>de</strong>l Prado<br />

<strong>de</strong> Sierra Nevada. Venían <strong>de</strong> Adra y el<br />

Campo <strong>de</strong> Dalías durante la primavera.<br />

Camino que <strong>de</strong>sandaban en otoño<br />

para refugiarse en el clima más benigno<br />

<strong>de</strong> la costa. La parada se hacía en<br />

el mismo lugar.<br />

La Placeta <strong>de</strong>l Prado fue el<br />

escenario, bello escenario, <strong>de</strong> una<br />

manifestación verda<strong>de</strong>ramente singular,<br />

las llamadas Cortesías. En las celebraciones<br />

<strong>de</strong> Semana Santa, un día<br />

concreto, se daban cita dos cofradías:<br />

una <strong>de</strong> la Virgen Dolorosa y otra <strong>de</strong>l<br />

Cristo Crucificado. Por diferentes<br />

caminos las dos imágenes confluían


La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />

CÁDIAR<br />

YÁTOR Y NARILA<br />

en la Placeta, don<strong>de</strong> el público esperaba<br />

con expectación. Los portadores<br />

<strong>de</strong> las andas rivalizaban en ver quién<br />

hacía inclinar su imagen con más<br />

<strong>de</strong>streza, con más “cortesía”. Pudiera<br />

ser que este acontecimiento fuera una<br />

reliquia <strong>de</strong> las manifestaciones religiosas<br />

<strong>de</strong>l siglo XVII, tan <strong>de</strong>l gusto<br />

barroco <strong>de</strong> la época y con honda raigambre<br />

popular. Según algunos testimonios<br />

esta costumbre <strong>de</strong>sapareció a<br />

principios <strong>de</strong> los años cuarenta <strong>de</strong>l<br />

siglo pasado. Una muestra más <strong>de</strong> la<br />

importancia <strong>de</strong>l barrio en el conjunto<br />

<strong>de</strong>l pueblo.<br />

Francisco garcía val<strong>de</strong>arenas<br />

Históricamente la producción<br />

agraria <strong>de</strong> la alpujarra, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> servir<br />

para el autoconsumo, ha estado<br />

relacionada con el comercio exterior<br />

<strong>de</strong> materias primas <strong>de</strong> cada época, a<br />

través <strong>de</strong> la sericultura, el vino, el<br />

aceite o la lana.<br />

La seda fue un producto <strong>de</strong> gran<br />

valor económico en el antiguo Reino<br />

<strong>de</strong> Granada. Hemos <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacar, que<br />

en la época musulmana la industria<br />

<strong>de</strong> la seda generó en las Alpujarras un<br />

activo y constante comercio con la<br />

ciudad <strong>de</strong> Granada, se<strong>de</strong> <strong>de</strong> la famo-<br />

Antes se <strong>de</strong>stacó el factor agua<br />

en el barrio: el caz y sobre todo la<br />

fuente excavada bajo el suelo. En<br />

nuestro pueblo son muy raros los<br />

pozos; pues bien, aquí había uno en<br />

un huerto lindante con la placeta, que<br />

captaría el agua <strong>de</strong> los mismos veneros<br />

que la cercana fuente. En mi<br />

infancia, un vecino <strong>de</strong>l barrio, el tío<br />

Sieteculos, era el dueño <strong>de</strong> este pozo.<br />

Cuando apretaba el calor, la gente iba<br />

a comprarle agua por un módico precio<br />

que ahora no recuerdo. Lo que sí<br />

recuerdo fueron las ganas que me<br />

entraron <strong>de</strong> ir con otros críos a que<br />

sa Alcaicería. Dicho comercio fue tan<br />

movido y floreciente que durante los<br />

siglos XIV y XV, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> satisfacer<br />

con holgura las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los<br />

mercados interiores, se exporta la<br />

seda y tafetanes alpujarreños <strong>de</strong><br />

extraordinaria calidad (1); así que los<br />

tafetanes <strong>de</strong> la alpujarra se hacen<br />

famosos en la época nazarí.<br />

Des<strong>de</strong> el siglo X aparecen fuentes<br />

escritas que recogen la importancia<br />

<strong>de</strong> los morales y la producción se<strong>de</strong>ra<br />

<strong>de</strong> la alpujarra. En los siglos XI y<br />

XII, adquiere cierto renombre en<br />

todos los mercados, siendo consi<strong>de</strong>rada,<br />

“la <strong>de</strong> mayor calidad <strong>de</strong>l<br />

Núm. <strong>42</strong> · Agoso 2011<br />

nos vendiera un botijo <strong>de</strong> agua. Los<br />

recuerdos <strong>de</strong> la infancia quedan ocultos<br />

y <strong>de</strong>formados por todo lo que<br />

atropelladamente le hemos ido<br />

echando encima, pero si me preguntaran<br />

por la impresión que me produjo<br />

aquella visita al huerto <strong>de</strong>l tío<br />

Sieteculos, lo diría como si <strong>de</strong> un telegrama<br />

se tratara: “El huerto, precioso;<br />

el pozo, oscuro; el agua, fresquita; el<br />

dueño; <strong>de</strong>cepcionante”.<br />

Paco Alcázar<br />

Las FueNTes <strong>de</strong> RiQueZa <strong>de</strong> La aLpujaRRa ii: La seda<br />

mundo”. Esta calidad <strong>de</strong> la seda es<br />

reconocida en los mercados <strong>de</strong><br />

Europa y Oriente.<br />

El cronista Mármol Carvajal cita<br />

un texto <strong>de</strong> Aben Raxi, en el que<br />

llama a la alpujarra “tierra <strong>de</strong>l<br />

sirgo”(por la mucha seda que allí se<br />

cría). El mismo cronista, al respecto,<br />

escribe que la cría <strong>de</strong> la seda es<br />

mucha y muy buena, <strong>de</strong>stacando la<br />

<strong>de</strong> Andarax y la <strong>de</strong> Órgiva (2).<br />

Henriquez <strong>de</strong> Jorquera en sus<br />

Anales <strong>de</strong> Granada escribe que en la<br />

taa <strong>de</strong> Poqueira, “criase en ella cantidad<br />

<strong>de</strong> seda, <strong>de</strong> morales que viene a<br />

la aduana <strong>de</strong> Granada” (3).<br />

5


Núm. <strong>42</strong> · Agosto 2011<br />

Con respecto a la taa <strong>de</strong> Juviles refiere<br />

“que la cría <strong>de</strong> seda no es tan buena<br />

como la <strong>de</strong> otras taas”(4).<br />

En el año 1614, año <strong>de</strong> la expulsión<br />

<strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong> los moriscos alpujarreños,<br />

en Granada y la alpujarra,<br />

según Jorquera, “se ocupaban <strong>de</strong>l ejercicio<br />

<strong>de</strong> la seda más <strong>de</strong> 3000 personas<br />

entre texedores, torcedores, cojedores<br />

<strong>de</strong> mazo, <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>juelas, pasamaneros,<br />

tejedores <strong>de</strong> listones y cinterías <strong>de</strong><br />

todas suertes y <strong>de</strong> ancho, tejedores <strong>de</strong><br />

telas <strong>de</strong> oro pasadas y tabies, terciopelos,<br />

damascos y brocateles siendo sus<br />

colores los más extremados <strong>de</strong>l Reyno,<br />

causa <strong>de</strong> las aguas <strong>de</strong>l Dauro para tintes...<br />

Labranse buenos y vistosos espolines,<br />

embutidos y otras muchas labores,<br />

tafetanes, los mejores chamelotes<br />

y gorgaranes” (5).<br />

A mediados <strong>de</strong>l siglo XVII, dicha<br />

industria entra en <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia, entre<br />

otras razones por la mencionada<br />

expulsión <strong>de</strong> los moriscos, y por el<br />

auge que alcanza la industria se<strong>de</strong>ra<br />

italiana, tal y como lo refiere<br />

Henriquez, “hoy algo aniquilada por<br />

lo que entra <strong>de</strong> Italia” (6).<br />

En el siglo XVIII, la crisis y <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> la seda se acentúa por el<br />

espectacular <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la se<strong>de</strong>ría<br />

francesa que alcanzó gran calidad y<br />

difusión. En torno al año 1747, <strong>de</strong> toda<br />

la producción se<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> la provincia<br />

<strong>de</strong> Granada, la Alpujarra sigue siendo<br />

el principal foco productor; a pesar <strong>de</strong><br />

la política entorpecedora <strong>de</strong>l gobierno<br />

en aplicar una fuerte presión fiscal, y<br />

que las localida<strong>de</strong>s que la siguen produciendo<br />

obtienen nula rentabilidad<br />

<strong>de</strong> su cultivo (7). Pues bien, a mediados<br />

<strong>de</strong>l siglo XVIII la alpujarra produce<br />

24.916 libras y los señoríos <strong>de</strong> Órgiva<br />

y Torvizcón con 1740 y 1230 libras<br />

respectivamente (8). En cuanto a nuestro<br />

municipio, Cádiar, produce 1000<br />

libras que se ven<strong>de</strong>n a 38 reales; mien-<br />

6<br />

Gusano <strong>de</strong> seda<br />

tras que Narila y Yátor con 330 libras y<br />

250 respectivamente, que se ven<strong>de</strong>n a<br />

40 reales.<br />

Según los libros producibles <strong>de</strong>l<br />

Catastro <strong>de</strong> Ensenada para Cádiar y<br />

Narila, indican que en Cádiar, el estado<br />

secular dispone <strong>de</strong> 3581 morales<br />

<strong>de</strong> todas calida<strong>de</strong>s, sembrados sin<br />

regla ni or<strong>de</strong>n, esparcidos y en los<br />

márgenes <strong>de</strong>l río y barrancos; el estado<br />

eclesiástico cuenta con 974 plantas,<br />

en la vega sin or<strong>de</strong>n, <strong>de</strong> todas calida<strong>de</strong>s.<br />

En cuanto a Narila, cuenta con<br />

4003 pies <strong>de</strong> morales <strong>de</strong> los cuales<br />

2541, pertenecen al estado secular y<br />

1062 al estado eclesiástico (9 ).<br />

A principios <strong>de</strong>l siglo XIX, Miñano<br />

en su Diccionario, señala que en nuestro<br />

municipio se sigue produciendo<br />

seda, pero que en Cádiar el cultivo <strong>de</strong><br />

la seda va <strong>de</strong>cayendo “por haber sustituido<br />

el plantío <strong>de</strong> las moredas al <strong>de</strong><br />

los olivos”; y en Yátor, apunta que se<br />

recoge “alguna seda”.<br />

A mediados <strong>de</strong>l siglo XIX, Madoz,<br />

en su diccionario, señala que en<br />

Narila se coge <strong>de</strong> los plantios <strong>de</strong> morales<br />

sobre 400 libras <strong>de</strong> seda..<br />

A finales <strong>de</strong>l siglo XIX hubo un<br />

intento <strong>de</strong> resurgir la industria se<strong>de</strong>ra y<br />

recuperar el antiguo mercado. De esta<br />

manera, Pedro Antonio <strong>de</strong> Alarcón, en<br />

su libro la alpujarra, nos cuenta, que<br />

“<strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace cuatro años hay en Ugíjar<br />

una fábrica <strong>de</strong> filatura <strong>de</strong> seda con 200<br />

operarias, establecida por industriales<br />

<strong>de</strong> Lyon(Francia), que van haciendo<br />

revivir en todas aquellas tierras la cría<br />

<strong>de</strong> la preciosa oruga <strong>de</strong> los morales y<br />

La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />

CÁDIAR<br />

YÁTOR Y NARILA<br />

moreras que la nutren” (10). Esta<br />

industria tuvo escaso éxito, entre otras<br />

razones, es que por estas fechas los<br />

morales han sido sustituidos en la zona<br />

por otros árboles. A pesar <strong>de</strong> esto, el<br />

cultivo <strong>de</strong> los morales y la elaboración<br />

<strong>de</strong>l hilo <strong>de</strong> seda no se pier<strong>de</strong> en la<br />

comarca hasta los años 50 <strong>de</strong>l siglo<br />

XX, época que se cierran las últimas<br />

instalaciones: la antigua fábrica <strong>de</strong><br />

seda <strong>de</strong> Ugíjar. Paulatinamente, los<br />

morales han ido <strong>de</strong>sapareciendo <strong>de</strong> los<br />

campos y quedando algunos ejemplares<br />

en prados y calles como testigos<br />

<strong>de</strong>l pasado esplendoroso.<br />

bibliografía:<br />

(1) CARRASCOSA SALAS, Miguel : La<br />

alpujarra, tomo I. Universidad <strong>de</strong><br />

Granada, 1992. p.133.<br />

(2) MARMOL CARVAJAL, Luis <strong>de</strong>l :<br />

Historia <strong>de</strong> la rebelión y castigo <strong>de</strong> los<br />

moriscos. Ed. B.A.E, tomo<br />

XXI,Volumen 1, Madrid 1946. p. 189-<br />

190 y p. 202.<br />

(3) HENRIQUEZ DE JORQUERA,<br />

Francisco : Anales <strong>de</strong> Granada,<br />

Archivum, Granada, 1987. p. 182.<br />

(4) HENRIQUEZ DE JORQUERA,<br />

Francisco: O.C. p.185.<br />

(5) HENRIQUEZ DE JORQUERA,<br />

Francisco: O.C. p.88.<br />

(6) HENRIQUEZ DE JORQUERA,<br />

Francisco: O.C. p. 88.<br />

(7) FERNANDEZ GARCIA,<br />

M.Angeles: Algunas notas sobre el<br />

comercio local granadino. Chronica<br />

Nova, 17, 1989. p. 53.<br />

(8) FERNANDEZ GARCIA, M.<br />

Angeles: O.C. p. 64.<br />

(9) Catastro <strong>de</strong> Ensenada. Libros <strong>de</strong><br />

Cádiar,Yátor y Narila. Archivo<br />

Histórico Provincial <strong>de</strong> Granada.<br />

(10) ALARCON, Pedro Antonio : La<br />

Alpujarra. Ed. Alhacaba. 1980. P. 259


La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />

CÁDIAR<br />

YÁTOR Y NARILA<br />

La voz cajonera la <strong>de</strong>fine la Real<br />

Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> la Lengua como “mueble<br />

compuesto en su totalidad por cajones<br />

que se utilizan para guardar ropa,<br />

juguetes u otros enseres” y cajón es un<br />

“recipiente para guardar o transportar<br />

algo “. Si las hemos traído a esta sección<br />

<strong>de</strong> la Revista no es, evi<strong>de</strong>ntemente,<br />

por los significados <strong>de</strong>l diccionario<br />

sino por otro muy diferente y común en<br />

nuestro pueblo, al menos en otros<br />

tiempos.<br />

Cajonera, y más frecuentemente<br />

usado en plural, cajoneras, es el excremento<br />

<strong>de</strong> las caballerías. Aprovechado<br />

como estiércol, se complementaba con<br />

otros más fuertes y nutritivos como los<br />

proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> los cerdos, las cabras y<br />

ovejas o los animales <strong>de</strong> corral. Las<br />

cajoneras estaban presentes en calles,<br />

plazas y caminos, salvo cuando se<br />

barrían; limpieza que duraba poco.<br />

También se usada cajón como sinónimo<br />

<strong>de</strong> cajonera.<br />

El término correspondiente sancionado<br />

por la Aca<strong>de</strong>mia es cagajón, sustantivo<br />

masculino, <strong>de</strong>finido como “porción<br />

<strong>de</strong> excremento <strong>de</strong> las caballerías”.<br />

Posiblemente se produjeron dos pasos<br />

hasta llegar a nuestra popular cajonera.<br />

Primero, <strong>de</strong> cagajón a cajón. Paso que<br />

explican las leyes <strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong><br />

las lenguas que no vamos a entrar aquí.<br />

paLabRas coN soLeRa. cajoNeRas<br />

Diremos que hay una ten<strong>de</strong>ncia general<br />

a acortar las palabras, así profe,<br />

seño, mani, cono, porfa, reforzado el<br />

cambio con la voz resultante, más<br />

eufónica: cajón suena menos fuerte y<br />

vulgar que cagajón. Segundo, <strong>de</strong> cajón<br />

a cajonera. Se aumenta la voz cajón<br />

con el sufijo –era, y casi siempre en<br />

plural –eras. Resultaba más práctico<br />

reservar la palabra cajón para el significado<br />

<strong>de</strong>l diccionario y cajonera para<br />

el estiércol <strong>de</strong> las caballerías.<br />

No era raro ver en nuestras calles y<br />

caminos a algunos (particularmente<br />

niños con una esportilleja <strong>de</strong> esparto)<br />

recogiendo las cajoneras, generalmente<br />

ya secas o al menos oreadas. Los<br />

había expertos y conocedores <strong>de</strong> los<br />

lugares don<strong>de</strong> podían llenar la espuerta<br />

en poco tiempo. La escasez <strong>de</strong> abonos,<br />

el exceso <strong>de</strong> brazos y bocas que<br />

alimentar, la sobreexplotación <strong>de</strong> toda<br />

clase <strong>de</strong> tierras <strong>de</strong> labor y la penuria<br />

generalizada explican este hecho que a<br />

los jóvenes les pue<strong>de</strong> parecer chocante,<br />

humillante y hasta <strong>de</strong> mal gusto. En<br />

fin, como <strong>de</strong>cía el diestro. “Más cornás<br />

da el hambre”. De todos formas, las<br />

cajoneras <strong>de</strong> la calle resultaban casi<br />

limpias e inodoras si las comparamos<br />

con el estiércol <strong>de</strong>l corral, más compacto<br />

y fermentado. Y no digamos con<br />

los excrementos <strong>de</strong> perros que algunos<br />

recogen cívicamente<br />

en una bolsita,<br />

bien es verdad<br />

que por motivos<br />

muy distintos.<br />

Voy a terminar<br />

con dos citas literarias<br />

castellanas;<br />

una <strong>de</strong> Castilla la<br />

Vieja, que usa el<br />

término cagajón, y<br />

Núm. <strong>42</strong> · Agoso 2011<br />

otra <strong>de</strong> La Mancha, que recurre al más<br />

cercano a nosotros cajón. (Son varios<br />

los casos <strong>de</strong> palabras que comparten<br />

La Alpujarra y La Mancha, interesante<br />

asunto que daría pie a nuevos artículos).<br />

“¿Podía existir algo en el mundo<br />

cuyo conocimiento exigiera catorce<br />

años <strong>de</strong> esfuerzo, tres más <strong>de</strong> los que<br />

ahora contaba Daniel? Seguramente,<br />

en la ciudad se pier<strong>de</strong> mucho el tiempo<br />

—pensaba el Mochuelo− y, a fin <strong>de</strong><br />

cuentas, habrá quien, al cabo <strong>de</strong> catorce<br />

años <strong>de</strong> estudio, no acierte a distinguir<br />

un rendajo <strong>de</strong> un jilguero, o una<br />

boñiga <strong>de</strong> un cagajón. La vida era así<br />

<strong>de</strong> rara, absurda y caprichosa. El caso<br />

era trabajar y afanarse en cosas inútiles<br />

o poco prácticas” (El camino, Miguel<br />

Delibes).<br />

“—Entre los cajones <strong>de</strong> mula y las<br />

cagarrutas <strong>de</strong> cabra el pueblo era una<br />

hermosura.<br />

—No creas que ahora con los autos va<br />

la cosa mejor.<br />

—Pero es menos asqueroso.<br />

—A mí te advierto que las cosas <strong>de</strong> los<br />

animales nunca me dieron asco.<br />

Aunque fueran las <strong>de</strong> semejante parte.<br />

—Pues por eso es usted veterinario.” (El<br />

último sábado”, en Plinio. Casos célebres,<br />

Francisco García Pavón).<br />

Ambos escritores levantaron acta <strong>de</strong><br />

un mundo que agoniza y unos protagonistas<br />

perplejos por lo que, irremediablemente,<br />

se les va <strong>de</strong> las manos y se<br />

refugia en el <strong>de</strong>sván <strong>de</strong> la historia. Más<br />

o menos como este artículo.<br />

Paco Alcázar<br />

7


Núm. <strong>42</strong> · Agosto 2011<br />

Se me antoja contradictorio que<br />

los organismos europeos nos hayan<br />

impuesto el retraso <strong>de</strong> la jubilación<br />

cuando somos los campeones <strong>de</strong>l<br />

mundo en las cifras <strong>de</strong>l paro. Y es que<br />

yo, por mucho que me lo expliquen,<br />

consi<strong>de</strong>ro más lógico que trabajen<br />

antes todos los jóvenes <strong>de</strong> venticinco<br />

años a que lo sigan haciendo los que<br />

ya han pasado <strong>de</strong> sesenta y cinco.<br />

Cuando todos los jóvenes tengan<br />

empleo, si la pirámi<strong>de</strong> <strong>de</strong> población,<br />

el estado físico <strong>de</strong> las personas y otras<br />

razones para mantener el estado <strong>de</strong>l<br />

bienestar lo aconsejan vería más<br />

razonable que se acometiera esa<br />

reforma.<br />

Pero las contradicciones se suce<strong>de</strong>n<br />

y mirando nuestros números nos<br />

recomiendan que no le <strong>de</strong>mos<br />

muchas alegrías al cuerpo, que ahorremos,<br />

porque estamos en<strong>de</strong>udados<br />

hasta las cejas; pero si no gastamos<br />

no podremos levantar el consumo<br />

interno, que está bajo mínimos, y así<br />

nunca saldremos <strong>de</strong> la crisis.<br />

Estas contradicciones son peliagudas<br />

y por tanto un reto fabuloso para<br />

la imaginación, la creatividad y el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> nuevas i<strong>de</strong>as. Los <strong>de</strong><br />

15M están diciendo más o menos lo<br />

mismo en toda Europa. Todos sabe-<br />

8<br />

Nadie TieNe i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Qué haceR<br />

mos que se necesita un cambio profundo,<br />

pero nadie tiene pajolera i<strong>de</strong>a<br />

<strong>de</strong> cómo acometerlo, ni siquiera por<br />

don<strong>de</strong> empezar.<br />

La nueva era nos ha traído problemas<br />

<strong>de</strong> toda índole, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> esa<br />

curiosa y, <strong>de</strong> seguro <strong>de</strong>primente, o<br />

quizás esperanzadora, según se mire,<br />

para seguir con las contradicciones<br />

<strong>de</strong> ver las calles repletas <strong>de</strong> viejos. Lo<br />

<strong>de</strong> ser joven, guapo y <strong>de</strong> maravilloso<br />

futuro está <strong>de</strong>jando <strong>de</strong> ser una patente<br />

<strong>de</strong> transito formidable por la vida, y<br />

entrarán en juego con fuerza otros<br />

valores y otras metas en las que tendrán<br />

que aplicarse los políticos.<br />

La trasnformación tendrá que ser<br />

profunda, en casi todo. Si no fuese<br />

por lo serio que es el tema me partiría<br />

<strong>de</strong> la risa al pensar en los gurús <strong>de</strong> la<br />

economía, <strong>de</strong> la empresa y la política,<br />

en esos que no han dado ni una en<br />

los últimos años, esos mismo que<br />

ahora están más perdidos que carracuco,<br />

los que no <strong>de</strong>jan <strong>de</strong> poner parches<br />

aquí y allá y se ponen a esperar<br />

que efecto tienen, y que poco a poco<br />

empiezan a mimetizarse pensando en<br />

el futuro, para agarrarse a alguna <strong>de</strong><br />

la nuevas i<strong>de</strong>as que se <strong>de</strong>n por buenas<br />

y luego <strong>de</strong>cir que, cuando él<br />

<strong>de</strong>cía aquello, quería <strong>de</strong>cir ésto.<br />

La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />

CÁDIAR<br />

YÁTOR Y NARILA<br />

Seguro que será así porque esta gente<br />

lo primero que apren<strong>de</strong> es a confundirse<br />

con el ambiente y a sacar partido<br />

<strong>de</strong> sus propios errores.<br />

Para España, receptora <strong>de</strong> jubilados<br />

europeos y fabrica en plena producción<br />

<strong>de</strong> jubilados nacionales, quizás<br />

el reto más gran<strong>de</strong> va a ser el<br />

cómo solucionar el cambio poblacional,<br />

y ya se oyen voces que hablan <strong>de</strong><br />

“criterios estrictos <strong>de</strong> justicia y<br />

mo<strong>de</strong>rnidad” para superar los criterios<br />

<strong>de</strong> asistencia <strong>de</strong> las últimas décadas.<br />

Los jubilados, por mucho que se<br />

retrase su edad, ya no van a ser un<br />

grupo a contentar, engatusar, o incluso<br />

a engañar para conseguir el voto,<br />

van a ser una mayoría muy importante<br />

y <strong>de</strong>cisiva que tendrán que tener<br />

especialmente en cuenta los políticos<br />

en los próximos años. Así que <strong>de</strong>berán<br />

aplicarse seriamente en este<br />

campo, eso o, como hacían los espartanos,<br />

arrojarlos monte abajo para<br />

que no le lloren al papá estado; pero<br />

con lo buenos que somos los occi<strong>de</strong>ntales,<br />

cristiano o no, po<strong>de</strong>mos<br />

<strong>de</strong>scartar <strong>de</strong> facto esta atrevida cavilación.<br />

Llegarán transformaciones <strong>de</strong> toda<br />

índole, pero también tendremos que<br />

mentalizarnos a esos cambios y coo-


La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />

CÁDIAR<br />

YÁTOR Y NARILA<br />

perar con ellos, aunque nadie sepamos<br />

por don<strong>de</strong> nos sopla el aire. Los<br />

ciudadanos estamos esperando un<br />

manual que nos oriente en nuestras<br />

<strong>de</strong>ciciones, un cursillo rápido que<br />

nos muestre como actuar en este<br />

nuevo mundo que se cierne, y que<br />

nos lo digan con palabras sencillas,<br />

inteligibles, no con conceptos oscuros<br />

como acostumbran, porque, repito,<br />

aquí nadie tiene ni puñetera i<strong>de</strong>a<br />

Fue una tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> otoño, cuando<br />

salimos <strong>de</strong> Girona en autobús, Cádiar<br />

quedaba lejos, pero pronto amaneció<br />

un nuevo día, ben<strong>de</strong>cido por el sol y<br />

por la luz.<br />

Los pintorescos pueblos blancos<br />

se veían a lo lejos como un<br />

inmenso faro blanco, proyectando<br />

vida hacia los montes,<br />

castaños y almendros.<br />

El silencio y la paz<br />

impregnaban mis pensamientos<br />

y también el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> llegar<br />

y revivir momentos <strong>de</strong><br />

otros tiempos.<br />

Llegamos a Cádiar por la<br />

mañana, cansados pero muy<br />

contentos, con el corazón<br />

alegre. Fuimos muy bien recibidos<br />

y tratados estupendamente.<br />

Y en la plaza, junto a<br />

<strong>de</strong> lo que tenemos que hacer. Los<br />

políticos conocidos <strong>de</strong> nuestro entorno<br />

los que menos, lo sospeché <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el momento que, teniendo responsabilida<strong>de</strong>s<br />

concretas, les ví <strong>de</strong>dicarse a<br />

concienciar al pueblo <strong>de</strong> que tenemos<br />

una lengua machista, un lenguaje<br />

etnocentrista, <strong>de</strong>cían, y, por eso, se<br />

pusieron a gastar el presupuesto en<br />

cuestiones que nada tienen que ver<br />

con su cometido. No es que tengan<br />

RecueRdos <strong>de</strong> cádiaR<br />

la iglesia <strong>de</strong> Santa Ana, pudimos disfrutar<br />

<strong>de</strong> un panorama humano y<br />

urbanístico hermoso, con la famosa<br />

fuente <strong>de</strong>l vino, que ofrecía generosamente<br />

un estupendo vino <strong>de</strong> la<br />

Contraviesa. Y qué <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> los dul-<br />

Vinieron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Girona<br />

Núm. <strong>42</strong> · Agoso 2011<br />

malas intenciones, no, es que no<br />

saben por dón<strong>de</strong> empezar. Pero hay<br />

otros que sospecho que si saben lo<br />

que hacen, me refiero a los especuladores,<br />

a las agencias <strong>de</strong> calificación...<br />

esos si saben lo que hacen: remueven<br />

las aguas para que la pesca sea abundante.<br />

Antonio López Estalayo. Granada<br />

ces, los embutidos y los bloques <strong>de</strong><br />

turrón, fabricados artesanalmente,<br />

siguiendo ancestrales y antiguas fórmulas<br />

para su elaboración.<br />

Paseando por la calles <strong>de</strong> Cádiar<br />

sentí la paz y un gran sentimiento <strong>de</strong><br />

añoranza <strong>de</strong> mi remota<br />

niñez. Revivía juegos <strong>de</strong><br />

niño, que con alegre algarabía<br />

recorríamos las calles y<br />

los praos, a pesar <strong>de</strong> aquellos<br />

fríos intensos y la escasez. Ha<br />

sido una gran i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> nuestra<br />

Asociación hacer aquel viaje.<br />

Bendito sea Cádiar y que<br />

sean felices sus habitantes.<br />

Antonio Pérez y Elena Borrás<br />

Carta publicado en la revista<br />

“El Candil” <strong>de</strong> Girona.<br />

Marzo <strong>de</strong> 2011.<br />

9


Núm. <strong>42</strong> · Agosto 2011<br />

No soy <strong>de</strong> las Alpujarras, pero<br />

quise estar allí. Estaba el pueblo <strong>de</strong><br />

fiesta y que feliz que me sentí, con la<br />

banda <strong>de</strong> ese pueblo, con el arroz<br />

popular, con la fiesta <strong>de</strong> los mayores,<br />

y orquestas para gozar, con esa fuente<br />

<strong>de</strong>l vino que nos hacía a todos bailar.<br />

Disfrutamos <strong>de</strong>l viaje, reímos y<br />

cantamos, y los chistes y el buen<br />

humor no faltaron en todo el trayecto.<br />

Ahora te conozco Cádiar: eres pueblo<br />

sencillo y tu gente muy especial y<br />

educados, que junto con su alcal<strong>de</strong><br />

El domingo pasado, raro en mí,<br />

<strong>de</strong>cidí madrugar y con la fresquita<br />

para dar un paseo por la ciudad.<br />

Anduve un poco por las calles casi<br />

<strong>de</strong>siertas <strong>de</strong>l centro mirando los rostros<br />

abstraídos <strong>de</strong> quienes se cruzaban<br />

conmigo. Caminé <strong>de</strong>prisa y<br />

mirando el reloj según las indicaciones<br />

<strong>de</strong>l cardiólogo, y me senté a<br />

tomar un cafeconleche con churros<br />

frente al cunini, para vengarme <strong>de</strong> sus<br />

machacones consejos sobre la vida<br />

sana.<br />

De camino a la ciudad, en mi emi-<br />

10<br />

Yo Fui a cádiaR<br />

nos recibieron y nos trataron <strong>de</strong> maravilla.<br />

Qué suerte tienes Ramon <strong>de</strong><br />

haber nacido en Cádiar y <strong>de</strong> llevarla<br />

en el corazón. Y he tenido la suerte <strong>de</strong><br />

po<strong>de</strong>r comprobar: Cádiar te quiere a<br />

ti mucho, mucho más.<br />

De regreso, <strong>de</strong> visita por la alhambra,<br />

por ella me perdí y llegué tar<strong>de</strong> al<br />

encuentro, buscando al rey Boabdil. Y<br />

llegamos a Girona y paquetes <strong>de</strong>scargamos<br />

llenos <strong>de</strong> buenos chorizos y <strong>de</strong><br />

jamones serranos, harinas para las<br />

gachas y panes bien horneados. Pero<br />

sobre todo volvimos con recuerdos<br />

diviNo TesoRo<br />

sora <strong>de</strong> radio favorita, venía escuchado<br />

un informe sobre el futuro <strong>de</strong>mográfico<br />

que nos aguarda en España,<br />

don<strong>de</strong>, según <strong>de</strong>cía y parece cierto,<br />

tenemos la natalidad más baja <strong>de</strong>l<br />

mundo. Comentaba el aguafiestas <strong>de</strong><br />

la radio que la mitad <strong>de</strong> la población<br />

española tendrá más <strong>de</strong> sesenta años<br />

en la segunda mitad <strong>de</strong>l siglo. No sé<br />

porqué, en ese momento, con el churro<br />

en la mano, no podía <strong>de</strong>jar <strong>de</strong><br />

darle vueltas al tema, y <strong>de</strong> nuevo me<br />

sorprendí mirando las caras <strong>de</strong> los<br />

pocos transeúntes que pasaban por<br />

La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />

CÁDIAR<br />

YÁTOR Y NARILA<br />

<strong>de</strong> las Alpujarras para nunca olvidarnos.<br />

Fue un viaje a Cádiar que no lo<br />

vamos a olvidar. ¡Y cuánto lo disfrutamos!<br />

Muchas gracias conductores por<br />

lo bien que nos habéis tratado. Y<br />

pedimos gran<strong>de</strong>s perdones si en algo<br />

hemos fallado. Y me dispido: Cádiar,<br />

eres gran<strong>de</strong> y tu gente mucho más y<br />

quiero haceros saber que me gustaría<br />

volver. Con todo mi corazón.<br />

Mary Casermeiro<br />

Carta publicada en la revista “El<br />

Candil” <strong>de</strong> Girona. Marzo <strong>de</strong> 2011.<br />

<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> mi mesa.<br />

De inmediato tuve la impresión <strong>de</strong><br />

que la profecía <strong>de</strong>l agorero locutor se<br />

había cumplido, o quizás, pensé para<br />

mis a<strong>de</strong>ntros, que en lugar <strong>de</strong> en mi<br />

fordfocus había llegado a sanagustín<br />

en la máquina <strong>de</strong>l tiempo, hallándome<br />

<strong>de</strong> pronto, bebiéndome mi cafeconleche<br />

y comiéndomeme unos<br />

churros, en el año 2070, pero eso sí,<br />

en una terraza con ambiente <strong>de</strong> principios<br />

<strong>de</strong> siglo, con una antigua música<br />

futurista (La neumática artista,<br />

Lenina Crowne cantaba aquella feliz


La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />

CÁDIAR<br />

YÁTOR Y NARILA<br />

y melódica canción titulada “no hay<br />

en el mundo ningún Frasco como mi<br />

querido Frasquito”), una terraza con<br />

mesas <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra y sillas <strong>de</strong> enea, y<br />

g o r r i o n e s<br />

hambrientos<br />

que revoloteaban<br />

a mi alre<strong>de</strong>dorbuscando<br />

alguna<br />

miga que llevarse<br />

al pico.<br />

La impresión<br />

<strong>de</strong>l 2070 me<br />

la llevé por los<br />

rostros y la<br />

apariencia <strong>de</strong><br />

aquellos que<br />

miraba, todos<br />

muy <strong>de</strong>corosos pero bien entrados en<br />

años. Como en todas partes a don<strong>de</strong><br />

vayamos, vi a turistas británicos con<br />

su piel abarcocá, distinguiéndose<br />

entre ellos los escoceses <strong>de</strong> rubios<br />

mostachos y pelos fritos, vestidos con<br />

los calzones cortos y sandalias con<br />

calcetines blancos, llevando en la<br />

mano guías turísticas arrugadas y<br />

cubriéndose con sombreros <strong>de</strong> tela<br />

blanca llenos <strong>de</strong> candiles; también<br />

pasó un señor mayor bien vestido,<br />

con un impecable sombrero cordobés,<br />

sin ningún candil en su ala, paseando<br />

a un caniche con un lazo rosa<br />

bien planchado en el cuello; y <strong>de</strong>s-<br />

pués pasó una anciana cogida <strong>de</strong>l<br />

brazo <strong>de</strong> una mujer joven, pero no<br />

tanto, entrada en carnes, más bien<br />

bajita y <strong>de</strong> piel tostada con un jersey<br />

Cunini<br />

<strong>de</strong> punto <strong>de</strong> múltiples colores. Antes<br />

<strong>de</strong> lo churro, cuando el que paseaba<br />

era yo, había atravesado laspasiegas<br />

pasando por la puerta <strong>de</strong>l sagrario<br />

don<strong>de</strong> había un grupo <strong>de</strong> gente entre<br />

los que no vi a nadie al que echarle<br />

menos <strong>de</strong> treinta años. Como presagiaba<br />

el locutor, por todos lados gente<br />

mayor. Madurez, divino tesoro.<br />

Ensimismado en mis propios pensamientos<br />

y tomando mecánicamente<br />

mi <strong>de</strong>sayuno, barruntando en los días<br />

felices, me transporto <strong>de</strong>l 2070, era<br />

<strong>de</strong>l jubilado, al 1970, era <strong>de</strong> la juventud,<br />

y recuerdo aquel mensaje <strong>de</strong> una<br />

canción roquera, que a mis amigos y<br />

Núm. <strong>42</strong> · Agoso 2011<br />

a mí, indómitos sin causa, jóvenes <strong>de</strong><br />

secano, mo<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> pueblo recóndito<br />

entre montañas, nos parecía atinado<br />

como tantas cosas que llegaban <strong>de</strong><br />

fuera, que<br />

venía a <strong>de</strong>cir<br />

algo así como<br />

que no nos fiáramos<br />

<strong>de</strong><br />

nadie que<br />

fuese padre y<br />

vistiese corbata.<br />

Era entonces<br />

el comienzo<br />

<strong>de</strong> la creencia<br />

que la<br />

juventud, divino<br />

tesoro, más<br />

que una circunstancia<br />

pasajera <strong>de</strong> la vida, era<br />

una condición inherente para los que<br />

eramos jóvenes, que nos <strong>de</strong>finía a los<br />

nuestros para siempre. Los <strong>de</strong>más<br />

podrían morirse, envejecer o crecer,<br />

pero los nuestros, los nuestros siempre<br />

seriamos así como eramos.<br />

Eramos jóvenes e intentábamos vestirnos<br />

<strong>de</strong> una manera <strong>de</strong>terminada -ridícula<br />

cuando miramos las fotos <strong>de</strong><br />

antaño-, y teníamos preferencias y<br />

opiniones que por fuerza <strong>de</strong>bían <strong>de</strong><br />

ser contrarias a los <strong>de</strong> los mayores,<br />

esa gente siniestra, enigmática e<br />

incombustible que sólo pensaban en<br />

trabajar y apenas sacaban rendimien-<br />

11


Núm. <strong>42</strong> · Agosto 2011<br />

to a su trabajo.<br />

Cuando aún no he acabado con<br />

mi <strong>de</strong>sayuno, me pregunto por el<br />

dudoso genio que inventó la consigna,<br />

quién sería, qué será <strong>de</strong>l él: los<br />

genios <strong>de</strong>l rock, que sería su origen<br />

más probable, ya se sabe, murieron<br />

jóvenes como vivieron, o con los<br />

años se enriquecieron, se aburguesaron,<br />

incluso hasta se pusieron corbata,<br />

como es el caso <strong>de</strong> ese <strong>de</strong> la sgae<br />

que ahora tanto sale en la prensa. Y lo<br />

que es notorio, aunque nos pese, es<br />

que nadie permanece joven para<br />

siempre, ni siquiera los nuestros, pero<br />

lo cierto es que aquello que se acabó<br />

convirtiendo en una especie <strong>de</strong><br />

dogma oficial, está hoy día presente<br />

en el arte más i<strong>de</strong>ológico <strong>de</strong> todos<br />

que sin duda es la publicidad. En las<br />

vallas, en la televisión, en el cine, en<br />

la prensa, la utopía <strong>de</strong> los pasados<br />

Cansado <strong>de</strong>l ajetreo <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong><br />

semana me he <strong>de</strong>splomao en el sofá y<br />

he cogido al azar un periódico olvidado<br />

en mi revistero en el que acabo<br />

<strong>de</strong> leer la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> cómo se<br />

produce el amor, que, si soy capaz,<br />

resumo: uno ve aparecer en su vida a<br />

otra persona con un <strong>de</strong>terminado<br />

patrón (aquí me tire un rato pensan-<br />

12<br />

setenta se ha cumplido: no hay nadie<br />

que tenga más <strong>de</strong> treinta años, a no<br />

ser un padre muy guai o un político<br />

acartonao. Ambos, para su promoción<br />

personal, han <strong>de</strong> hacerse presentes<br />

también en los mensajes publicitarios,<br />

el político pareciendo simpático<br />

y enrrollao, y el padre mostrándose<br />

coleguita <strong>de</strong> su hijo, yendo <strong>de</strong> copas<br />

o jugando al fútbol con él, aunque al<br />

final no sólo no engañan a nadie, sino<br />

que a<strong>de</strong>más hacen el ridículo queriendo<br />

ocultar su lamentable condición<br />

<strong>de</strong> adultos.<br />

Pero, como he apuntado, si los <strong>de</strong><br />

nuestra generación hemos hecho realidad<br />

la utopía <strong>de</strong> la eterna juventud,<br />

por lo que estamos oyendo, y por lo<br />

que estamos viendo, nuestros hijos<br />

protagonizarán la conquista <strong>de</strong> la<br />

sociedad por los jubilados. Claro que,<br />

para po<strong>de</strong>r jubilarse, o mucho ten-<br />

eL chispoRRoTeo <strong>de</strong>L amoR<br />

do, en el patrón que nos llama la<br />

atención <strong>de</strong> la otra persona) que hace<br />

que algo se ilumine en nuestro interior<br />

(ésto, los hombres lo tenemos<br />

fácil, lo <strong>de</strong> iluminarnos me refiero).<br />

Con el amor se encien<strong>de</strong>n nuestras<br />

neuronas que envían una señal a<br />

nuestro cerebro y éste, como si <strong>de</strong> un<br />

laboratorio se tratase, comienza a<br />

La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />

CÁDIAR<br />

YÁTOR Y NARILA<br />

drán que cambiar las cosas, o nuestros<br />

nietos tendrán que matarse a trabajar,<br />

echando horas como chinos,<br />

para po<strong>de</strong>r sacar a<strong>de</strong>lante el cotarro<br />

que se les avecina. Visto con los parámetros<br />

<strong>de</strong> hoy, a medio plazo, la<br />

actual hegemonía <strong>de</strong> la juventud dará<br />

entrada a un mundo espectral don<strong>de</strong><br />

proliferará la vejez. Para el 2070 tendremos<br />

que convertir las aulas <strong>de</strong> la<br />

universidad en hogares <strong>de</strong> la tercera<br />

edad, y los campos <strong>de</strong> rugby y fútbol<br />

en pistas <strong>de</strong> petanca y minigolf, y el<br />

calimocho o el mojito <strong>de</strong> las noches<br />

<strong>de</strong> botellón darán paso a tímidas tar<strong>de</strong>s<br />

a<strong>de</strong>rezadas <strong>de</strong> partidas <strong>de</strong> dominó<br />

con la atrevida licencia <strong>de</strong> una<br />

cervezasin o un salobreña como excitante<br />

<strong>de</strong> uso tópico.<br />

José F. Alvarez<br />

fabricar anfetaminas, que causan la<br />

excitación (ya me imaginaba yo que<br />

las anfetaminas tenían que estar por<br />

medio). Para calmar estas sustancias<br />

se ponen en marcha otras neuronas<br />

con una corriente compensatoria, lo<br />

que explica ese lío o alternancia <strong>de</strong><br />

entusiasmo o ardor guerrero y abatimiento<br />

que sigue al flechazo amoroso


La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />

CÁDIAR<br />

YÁTOR Y NARILA<br />

(aquí entre el amor, la pasión, la tempestad<br />

y la calma, me perdí y me confundí,<br />

porque esto <strong>de</strong>l ardor y la<br />

<strong>de</strong>presión antes lo tenía clarito, ahora<br />

resulta que es por la corriente compensatoria<br />

que vaya usted a saber qué<br />

compensan). Como la excitación<br />

tiene un límite, en algún rincón secreto<br />

<strong>de</strong>l cerebro un duen<strong>de</strong> enrollado<br />

produce entonces unas sustancias<br />

opiáceas llamadas endomorfinas, que<br />

alimentan ese efecto que llamamos<br />

amor (qué razón tienen los que dicen<br />

que el amor es una droga. Seguro que<br />

Cupido unta la punta <strong>de</strong> las flechas<br />

con ella). La producción <strong>de</strong> la droga<br />

también es limitada, solo dura unos<br />

tres años, <strong>de</strong>spués, para que el laboratorio<br />

no se hunda, tenemos que<br />

enamorarnos <strong>de</strong> nuevo, ya sea <strong>de</strong> la<br />

misma persona, cosa poco probable<br />

según el autor, o <strong>de</strong> otra distinta que<br />

nos recuer<strong>de</strong> más o menos a la primera<br />

(en cuanto a la duración <strong>de</strong>cía lo<br />

<strong>de</strong> los tres años, pero no aclaraba si<br />

influía la intensidad y la pasión, el<br />

ahínco que se pone; claro, el autor no<br />

pue<strong>de</strong> estar en todo. Lo <strong>de</strong> que nos<br />

recuer<strong>de</strong> a la primera creo que no<br />

estaba expuesto en sentido positivo).<br />

Y yo que siempre había creído que<br />

eso <strong>de</strong>l amor era cosa <strong>de</strong>l corazón,<br />

aunque con los años he ido sospechando<br />

que los hombres los situamos<br />

un poco más abajo, sospecha que<br />

Hotel<br />

RestauRante<br />

todo tipo <strong>de</strong><br />

celebRaciones<br />

c/. Real, 21<br />

(junto a la iglesia)<br />

telf/Fax 958 768 064<br />

tengo casi confirmada. Y como he<br />

creído siempre que las cosas <strong>de</strong>l corazón,<br />

por situarlo a guisa <strong>de</strong> ejemplo<br />

en este órgano, no tienen explicación,<br />

nunca la han tenido; si la tuvieran<br />

porqué, como dice José Luis, iba<br />

el hombre a per<strong>de</strong>r el tiempo con las<br />

mujeres, con lo bien que se está con<br />

los amigos echando una partidilla o<br />

simplemente hablando <strong>de</strong> fútbol; si la<br />

tuviera porqué iba la mujer a per<strong>de</strong>r<br />

el tiempo con los hombres, con lo<br />

bien que se está con las amigas<br />

hablando <strong>de</strong> arte, poniendo ver<strong>de</strong>s a<br />

las ausentes, o simplemnte viendo<br />

escaparates sin que te empuje ningún<br />

pesado, o disfrutando a sus anchas<br />

<strong>de</strong>l mando a distancia... (aquí cada<br />

uno seguro que, a éstas universales,<br />

añadirá sus propias razones).<br />

Yo, la verdad, hubiera preferido no<br />

leer este artículo. Hubiera preferido<br />

no saber. Todo era más sencillo cuando<br />

los sentimientos los movía <strong>de</strong> verdad<br />

el corazón: frente a la complejidad<br />

<strong>de</strong> la química, ese golpeteo <strong>de</strong>l<br />

corazón que late más o menos agitado,<br />

pero siempre acelerado en estos<br />

casos. Todo era más fácil cuando los<br />

amantes, sin más explicaciones, con<br />

los ojos vidriosos, un poco espachurrados<br />

y con cara <strong>de</strong> bobos, se miraban<br />

con la manos cogidas y enlazaban<br />

sus corazones, como se simbolizaba<br />

en aquellas rancias postales <strong>de</strong><br />

Núm. <strong>42</strong> · Agoso 2011<br />

boda <strong>de</strong> hace unos años.<br />

Sabiendo que es cosa <strong>de</strong>l cerebro<br />

la cuestión se complica. Cuando<br />

alguien nos ilumina, por <strong>de</strong>cirlo finamente,<br />

no da tiempo a pensar, podríamos<br />

<strong>de</strong>cir que todo pasa inadvertido<br />

menos el asunto que nos ocupa y<br />

afana, que no aten<strong>de</strong>mos a nada por<br />

mucho jaleo que se monte a nuestro<br />

alre<strong>de</strong>dor; pero ahora, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

saber, yo estoy seguro <strong>de</strong> que a mí, la<br />

próxima vez, me distraerán estas gilipolleces<br />

científicas. Ya sabemos que<br />

con el conocimiento vienen las preguntas,<br />

y nos las haremos: ¡vaya por<br />

Dios!, ¿quién encendió otra vez mis<br />

neurotransmisores?, ¿cuándo se extinguirá<br />

esta nueva pasión?; ¡qué <strong>de</strong>rroche<br />

<strong>de</strong> endomorfinas este verano!,<br />

voy a tener frenar un poco la euforia<br />

para guardar algo para el invierno que<br />

se presenta fresquito...<br />

Así que, como he dicho, mantengo<br />

que hubiera sido mejor no saber.<br />

Conocer ciertas reacciones <strong>de</strong>l cerebro<br />

pue<strong>de</strong> ser muy interesante, incluso<br />

útil, pero en cuanto al amor es<br />

mejor guiarse por la ignorancia científica.<br />

Es mejor seducir y <strong>de</strong>jarse seducir<br />

a oscuras, sin ver los colores ni las<br />

chispas que arman nuestras neuronas<br />

cuando se embalan.<br />

Blas <strong>de</strong> Santiago<br />

13


Núm. <strong>42</strong> · Agosto 2011<br />

El niño tiene <strong>de</strong>recho al juego, al reposo,<br />

a la diversión… La sociedad y las<br />

autorida<strong>de</strong>s públicas se esforzarán por<br />

promover el disfrute <strong>de</strong> este <strong>de</strong>recho.<br />

Declaración <strong>de</strong> los Derechos <strong>de</strong>l<br />

Niño. ONU, 1959. Art. 31.<br />

El juego ha sido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> siempre<br />

mucho más que un divertimento puntual.<br />

En mi infancia jugar era recrear la<br />

vida, <strong>de</strong>sfogar pasiones, crecer sintiendo,<br />

<strong>de</strong>safiar los límites. Las teorías<br />

sobre la naturaleza <strong>de</strong>l juego se agrupan<br />

en dos polos: a) El niño juega porque<br />

sí, <strong>de</strong> forma espontánea y gratuita;<br />

b) El niño juega como si fuera <strong>de</strong> verdad<br />

y ensaya los roles adultos.<br />

Nosotros jugábamos porque sí y como<br />

si fuera <strong>de</strong> verdad, y “espontáneamente”<br />

aprendíamos y reproducíamos las<br />

funciones <strong>de</strong> los adultos e íbamos más<br />

allá, reinventándolas. Jamás tomé<br />

nada más en serio que los juegos que<br />

organizábamos en las huertas y cámaras<br />

<strong>de</strong> las casas y en otros paraísos<br />

lúdicos.<br />

Diversas teorías <strong>de</strong>stacan el valor educativo<br />

<strong>de</strong>l juego, su carácter transversal,<br />

intercultural y propedéutico, y<br />

aquellas que <strong>de</strong>scriben la epigénesis<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo intelectual (Piaget,<br />

14<br />

a visTa <strong>de</strong> pájaRo. juegos<br />

1895-1980), moral (Kohlberg, 1927-<br />

1987) y social (Vigotsky, 1896-1934),<br />

ven en los juegos y sus reglas un instrumento<br />

inexcusable <strong>de</strong> la calidad <strong>de</strong><br />

dicho <strong>de</strong>sarrollo. De aquellos juegos<br />

guardo dos sensaciones nítidas: la<br />

intensa felicidad que nos proporcionaban<br />

y que niños y niñas jugábamos<br />

juegos distintos.<br />

Los juegos <strong>de</strong> niños implicaban mayor<br />

energía física, más libertad, mayor<br />

dominio <strong>de</strong>l espacio, más dominantes<br />

y agresivos, menos enfocados a cuidar<br />

a las personas y que permitían mayor<br />

exploración <strong>de</strong>l entorno. Por ejemplo,<br />

los niños iban a cazar pájaros y a<br />

comer moras por barrancos y ríos y,<br />

ocasionalmente, podían sentarse rezagados<br />

en el bar a observar a los parroquianos.<br />

Las niñas jugábamos juegos<br />

más se<strong>de</strong>ntarios como los alfileres, el<br />

teje (la rayuela) y las cuartas; limitados<br />

a espacios concretos y próximos<br />

como la comba, el escondite y la<br />

rueda, y ligados a la reproducción biológica<br />

y al cuidado <strong>de</strong> las personas<br />

como casitas, muñecas y mamás.<br />

Jugábamos en la casa propia o en la <strong>de</strong><br />

una amiga, en la propia calle y en la<br />

esquina <strong>de</strong>l patio escolar. Los niños<br />

jugaban en las casas, en el patio esco-<br />

La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />

CÁDIAR<br />

YÁTOR Y NARILA<br />

lar, en las calles <strong>de</strong>l pueblo y en sus<br />

alre<strong>de</strong>dores. En el hogar se extremaban<br />

algunas diferencias y se limaban<br />

otras. Algunos juegos como Tres en<br />

raya lo jugaban los niños y las niñas, si<br />

bien separadamente.<br />

Qué es el juego<br />

Decía Mark Twain (1835-1910) que el<br />

trabajo es todo lo que se está obligado<br />

a hacer; el juego es lo que se hace sin<br />

estar obligado a ello. El filósofo<br />

francés Michel <strong>de</strong> Montaigne (1533-<br />

1592) señalaba que los juegos <strong>de</strong> los<br />

muchachos no son tales juegos; mas<br />

bien <strong>de</strong>ben consi<strong>de</strong>rarse como sus<br />

acciones más serias. Los niños y sus<br />

juegos son mensajes vivientes que<br />

envían al futuro. Algunos sostienen<br />

que la madurez <strong>de</strong> los adultos es proporcional<br />

al tiempo y calidad <strong>de</strong>l<br />

juego cuando niños, y a las preguntas<br />

<strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nadas por este que les fueron<br />

a<strong>de</strong>cuadamente respondidas.<br />

Podría ser.<br />

Una <strong>de</strong> las acepciones <strong>de</strong>l DRAE <strong>de</strong>fine<br />

el juego como ejercicio recreativo<br />

sometido a reglas, en el cual se gana o<br />

se pier<strong>de</strong>. Se trata <strong>de</strong> un concepto rico,<br />

versátil, polisémico y <strong>de</strong> difícil categorización,<br />

máxime si se incluye el juego


La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />

CÁDIAR<br />

YÁTOR Y NARILA<br />

adulto. El juego es una actividad libre,<br />

espontánea y original; limitada en el<br />

espacio y en el tiempo; tiene un carácter<br />

incierto pues el resultado fluctúa<br />

constantemente; es una actividad gratuita<br />

y <strong>de</strong>sinteresada con finalidad en<br />

si misma; se <strong>de</strong>sarrolla en un mundo<br />

simbólico, y es una actividad convencional<br />

pues todo juego es el resultado<br />

<strong>de</strong> un acuerdo social establecido. Es<br />

una actividad necesaria para el <strong>de</strong>sarrollo<br />

y <strong>de</strong>leite <strong>de</strong> las personas que<br />

permite ensayar conductas sociales y<br />

<strong>de</strong>sarrollar capacida<strong>de</strong>s intelectuales,<br />

motoras, afectivas y éticas. Para que<br />

surta estos efectos, <strong>de</strong>be realizarse <strong>de</strong><br />

forma placentera y voluntaria. Es <strong>de</strong>cir,<br />

lúdica.<br />

Los juegos en mi infancia<br />

Tras la escuela, el juego era la principal<br />

ocupación <strong>de</strong> los niños.<br />

Jugábamos a juegos convencionales<br />

como el diábolo, el pañuelo, los trabalenguas;<br />

a otros que conjugaban las<br />

normas previas con la creatividad tipo<br />

Antón pirulero, Veo veo, <strong>de</strong> La Habana<br />

ha venido un barco cargado <strong>de</strong>…,<br />

improvisar cuatertas durante el canto<br />

tras un estribillo; inventábamos otros<br />

tomando i<strong>de</strong>as y reglas <strong>de</strong> acá y <strong>de</strong><br />

acullá como teatros, disfraces, personajes,<br />

cuentos. Inventar un juego con<br />

éxito no era fácil y cuando ello ocu-<br />

rría, su autora o autor recibía el reconocimiento<br />

y la envidia <strong>de</strong> sus iguales.<br />

Los juegos estaban pautados en cuanto<br />

a lugar, horario y fechas, si bien era<br />

posible ir más allá <strong>de</strong> lo dado.<br />

Para jugar, por un lado, elegíamos<br />

lugares que nos protegían <strong>de</strong> las inclemencias<br />

<strong>de</strong>l tiempo y <strong>de</strong>l tránsito animal<br />

y rodado; por otro, escogíamos<br />

aquellos que convenían a los adultos<br />

ya para vigilarnos y gozar con nuestra<br />

ingenuidad y energía, ya para espantarnos<br />

si interferíamos con los negocios<br />

<strong>de</strong>l vivir. A ciertas eda<strong>de</strong>s, y sobre<br />

todo los chicos, se elegían lugares algo<br />

alejados <strong>de</strong> la supervisión adulta.<br />

Tenían un horario flexible. Se jugaba a<br />

<strong>de</strong>terminadas horas, <strong>de</strong>terminados<br />

días y había juegos propios <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadas<br />

épocas. Cuando llegaba la<br />

primavera, las niñas jugábamos a la<br />

rueda y a otras variantes como A la flor<br />

<strong>de</strong>l romero, De quién son las cabras,<br />

Yo tenía un castillo, juegos <strong>de</strong> exterior<br />

que tenían el canto y el ritmo acompasado<br />

como motivo central. Estos juegos<br />

corales encerraban vistosidad y<br />

coordinación psicodinámica y los<br />

adultos disfrutaban contemplándolos.<br />

En invierno se imponían los que<br />

requerían ejercicio físico como la<br />

comba, las cuartas, la pelota, y los <strong>de</strong><br />

interior, que jugábamos en las casas,<br />

en cuyo caso, la cámara y las habitaciones<br />

<strong>de</strong>socupadas se convertían en<br />

Núm. <strong>42</strong> · Agoso 2011<br />

lugares fantásticos don<strong>de</strong> todo era<br />

posible. En verano, el huerto era el<br />

lugar i<strong>de</strong>al.<br />

mujercitas<br />

Algunos juegos eran privativos <strong>de</strong> las<br />

niñas. Las comiditas, las casitas, las<br />

muñecas y otros pertenecían a esta<br />

categoría. Realmente era un solo<br />

juego con distintas variantes encaminadas<br />

a hacernos amar el trabajo<br />

doméstico y el cuidado <strong>de</strong> la familia.<br />

A casitas jugábamos a lo largo y ancho<br />

<strong>de</strong>l año y <strong>de</strong> los años, y evolucionaban<br />

tanto la complejidad <strong>de</strong> las casas<br />

como las funciones que asumíamos y<br />

otorgábamos a las participantes.<br />

Había tar<strong>de</strong>s en que el juego llegaba a<br />

semejar un vecindario y hasta un pueblo<br />

con su organización social pues<br />

ejercíamos <strong>de</strong> padres, madres, abuelos,<br />

hijos, maestros, médicos y ten<strong>de</strong>ros;<br />

preparábamos comidas usando<br />

imaginativamente productos que cogíamos<br />

<strong>de</strong> la casa o huerta <strong>de</strong> turno;<br />

atendíamos a las muñecas cual bebés<br />

y las aseábamos, amamantábamos y<br />

estimulábamos socialmente; respetábamos<br />

las fiestas <strong>de</strong> guardar y las vestíamos<br />

<strong>de</strong> gala para ir a los oficios religiosos<br />

o al mercado. Madres y tatas<br />

vigilaban e impulsaban estos juegos y,<br />

a veces, se veían <strong>de</strong>sbordadas por<br />

nuestras <strong>de</strong>mandas.<br />

15


Núm. <strong>42</strong> · Agosto 2011<br />

Coser vestidos para la muñeca y ajuar<br />

para la casita era otro juego común y,<br />

a veces, llegamos a hacer muñecas <strong>de</strong><br />

trapo que actualmente competirían<br />

con ciertos diseños. Los Reyes Magos<br />

y otras festivida<strong>de</strong>s reforzaban los intereses<br />

<strong>de</strong> género. A las niñas les traían<br />

<strong>de</strong>l Lejano Oriente muñecas, cocinitas,<br />

casitas, costureros y objetos <strong>de</strong><br />

coquetería femenina combinados con<br />

una pelota, un diábolo, un saltador y<br />

algún cuento. A los niños Sus<br />

Majesta<strong>de</strong>s les traían balones, pequeñas<br />

herramientas <strong>de</strong>l campo, juegos<br />

<strong>de</strong> guerra, juegos <strong>de</strong> azar, trampas y<br />

escopetas <strong>de</strong> cazar pájaros, bicicletas<br />

(escopetas y bicis solo a los privilegiados),<br />

tebeos. Cajas <strong>de</strong> seis o doce lápices<br />

<strong>de</strong> colores y carteras <strong>de</strong> cartón<br />

papa la escuela eran regalos asexuados.<br />

Durante los temporales invernales, nos<br />

reuníamos a veces a comer en casa <strong>de</strong><br />

una amiga llevando usualmente cada<br />

invitada un huevo, un trozo <strong>de</strong> longaniza<br />

y una patata, menú que preparaba<br />

a cada comensal la madre que<br />

hacía <strong>de</strong> anfitriona, que enriquecía el<br />

ágape con un postre <strong>de</strong> iniciativa propia.<br />

Íbamos pocas, conocidas las familias<br />

y con el atuendo algo mejorado.<br />

La sobremesa lúdica ocupaba toda la<br />

tar<strong>de</strong>.<br />

El “Día <strong>de</strong>l pucherito” era un juego<br />

social anual similar al anterior pero<br />

más generalizado. Ese día nos reuníamos<br />

las amigas a comer potaje <strong>de</strong><br />

hinojos, el pucherito, adornado según<br />

imaginación y posibles. Creo que<br />

llegó a ser un juego social mixto.<br />

hombrecitos libres<br />

Aunque niños y niñas estuviéramos<br />

juntos, no se esperaba que jugáramos<br />

el mismo tipo <strong>de</strong> juego, salvo excepción.<br />

Era propio <strong>de</strong> los niños jugar al<br />

16<br />

fútbol, al frontón, al trompo, a tirar piedras,<br />

a las cartas y a hacerles perrerías<br />

a los animales domésticos. Por ejemplo,<br />

en las matanzas ataban un carbón<br />

encendido en el rabo <strong>de</strong>l gato y lo soltaban<br />

para verlo correr maullando lastimosamente.<br />

También solían apedrear<br />

o corear ñaca, ñaca cuando sorprendían<br />

a una pareja <strong>de</strong> perros fornicando<br />

en la vía pública. Si las niñas coreábamos<br />

con ellos contagiadas por la<br />

novedad, los adultos nos reñían y murmuraban<br />

que éramos machorras y<br />

guarras por gritarle al animal y por<br />

hacerlo durante el fornicio. A los niños<br />

les mandaban <strong>de</strong>jar en paz a los animales.<br />

Un juego <strong>de</strong> niños era cazar pájaros.<br />

Estaba precedido <strong>de</strong> la búsqueda <strong>de</strong>l<br />

cebo, las alúas, insectos que buscaban<br />

en los hormigueros y guardaban en un<br />

tubo. Nunca jugué a él y no por falta<br />

<strong>de</strong> ganas. Simplemente a las niñas no<br />

nos compraban trampas ni nos permitían<br />

ir al campo a armarlas y a esperar<br />

furtivamente el resultado. Menos aún<br />

nos <strong>de</strong>jaban ir con los niños. Estos volvían<br />

con uno o dos pajarillos y, excepcionalmente,<br />

con varios <strong>de</strong> ellos enristrados<br />

que una madre les cocinaba<br />

con amor. Alguno llegó a tener escopeta<br />

<strong>de</strong> perdigones y la caza adquiría<br />

un valor añadido. Esta libertad ancestral<br />

para andar por calles, campos y<br />

ciuda<strong>de</strong>s, es una <strong>de</strong> las explicaciones<br />

plausibles <strong>de</strong>l mayor <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la<br />

capacidad espacial <strong>de</strong> los hombres<br />

frente a las mujeres, que se va reequilibrando<br />

en la medida en que las niñas<br />

acce<strong>de</strong>n tempranamente a los diferentes<br />

tipos <strong>de</strong> estudios. Por ejemplo, los<br />

estudios <strong>de</strong> arquitectura actualmente<br />

los siguen casi por igual los chicos y<br />

las chicas mientras que ingeniería <strong>de</strong><br />

caminos, canales y puertos (aún) sigue<br />

siendo elegida mayoritariamente por<br />

los chicos.<br />

La <strong>Casa</strong> <strong>de</strong><br />

CÁDIAR<br />

YÁTOR Y NARILA<br />

Montar en bicicleta era un placer<br />

escasamente común entonces y cuando<br />

había alguna, pertenecía a un<br />

chico. Sobredimensionaba la sensación<br />

<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r y libertad y era impensable<br />

que una niña pudiera tener su<br />

bici y pudiera ir en ella hasta el Cortijo<br />

<strong>de</strong> la Paloma o al empalme <strong>de</strong> Yátor. Es<br />

una <strong>de</strong> mis asignaturas pendientes. Los<br />

que no tenían bicicleta preparaban<br />

ingeniosos carromatos poniendo cuatro<br />

ruedas artesanales sobre dos palos<br />

laterales o ejes, y añadiéndoles dos<br />

prácticos frenos. Tuve oportunidad <strong>de</strong><br />

subirme a alguno en un huerto vecino,<br />

con la <strong>de</strong>saprobación paterna cuando<br />

la exhibición rodada ocurrió en la vía<br />

pública. Echar el cenacho, ir <strong>de</strong> fiesta<br />

a los pueblos próximos, callejear sin<br />

rumbo era propio <strong>de</strong> niños y <strong>de</strong> jóvenes.<br />

Ir al “agua agria” (nacimiento <strong>de</strong> agua<br />

ferruginosa), pasear, sentarnos a cantar,<br />

a leer y contar cuentos, chistes y<br />

adivinazas, breves silencios, todo ello<br />

iba apareciendo en los niños, en las<br />

niñas y entre niños y niñas.<br />

colofón<br />

Decía Friedrich Nietzsche (1844-<br />

1900) que la madurez <strong>de</strong>l hombre es<br />

haberse reencontrado <strong>de</strong> mayor con la<br />

seriedad que <strong>de</strong> niño tenía al jugar. Lo<br />

comparto. Como comparto que la<br />

suerte baraja las cartas y nosotros las<br />

jugamos, que <strong>de</strong>cía otro filósofo,<br />

Arthur Schopenhauer (1888-1960).<br />

Jugar, apostar, implicarse, per<strong>de</strong>r,<br />

levantarse. Volver a apostar es la esencia<br />

<strong>de</strong> la vida misma y nos iniciamos<br />

en tan ineludible oficio a través <strong>de</strong>l<br />

juego. El <strong>de</strong>recho a jugar equivale al<br />

<strong>de</strong>recho a la infancia.<br />

Carmen Jiménez

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