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<strong>Roberto</strong> <strong>Manzano</strong><br />
Poemas<br />
QUÉ LUCIDEZ TEMIBLE ES ASENTARSE, SÚBITAMENTE…<br />
Qué lucidez temible es asentarse, súbitamente,<br />
en el nadir: captar a Gnosis cuando baila en las gradas<br />
del sentido, y en los cóncavos<br />
salones de la frente. Qué resplandor<br />
de cometa hacia lo hondo del follaje.<br />
Uno pasa labrando, con círculos concéntricos,<br />
dentro de los asuntos de la propia vida,<br />
una atención: como quien alza un vidrio<br />
y adivina el betún poderoso que fulge en el nácar.<br />
Sentir, de súbito, que la visión alcanza.<br />
Instante en que el viajero flecha el enigma<br />
y hacia el final de las arenas<br />
habla, con labios líquidos, la Esfinge.<br />
Al fin, tras los ramajes, crece la luna.<br />
Se cosen las tablillas con agujas leales.<br />
En una uña del mundo canta el dominio.<br />
Para entonces el sueño ya tiene otro cenit,<br />
ya tiene otro cenit la intuición, petrel del entendimiento.<br />
Ya va, con potros rápidos, de ribera a ribera, la duda.<br />
Ya suena, timbre de árbol más glorioso, la osadía.<br />
Y entonces, hacia el fondo, cuál es el fondo?<br />
Y hacia la altura, dónde está la cúspide?<br />
Y hacia el costado, dónde está la linde?<br />
Esos remos que reman en lo oscuro, oh Colón,<br />
van entrando en los deltas más escogidos de la luz!<br />
<strong>Roberto</strong> manzano Poemas 1
<strong>Roberto</strong> <strong>Manzano</strong><br />
Poemas<br />
Y BIEN ESTÁ QUE YO, QUE SOY UN POBRE DIABLO…<br />
Y bien está que yo, que soy un pobre diablo,<br />
me cante un salmo: Loado sea el día cuando aparece<br />
en las jambas gastadas, cuando se va<br />
con pañuelos oscuros por las tapias,<br />
y sea para siempre ensalzado en los caminos,<br />
en los recesos de los escolares, en las meriendas<br />
de los obreros, en las curvas blancas<br />
de las cariátides, y entre los mármoles del bosque.<br />
Loada sea el alba cuando lee febril su partitura<br />
y cuando el soldador baja su máscara,<br />
en el instante mismo en que aquel gladiador de la orilla<br />
vio nacer de su casco cuatro águilas caudales.<br />
Loada sea cuando la niña trenza su trenza<br />
y el pequeño varón traza el navío absorto de la noche.<br />
Loada cuando el tímpano asordó las campanas<br />
y la leche cerró su rostro con la nata.<br />
Loada sea la mañana cuando partimos hacia la penuria<br />
sin botones, sin suelas, con cucharas de ácido.<br />
Loada sea cuando el limón fermenta al cemento<br />
y nos satura la melancolía de la sed y del hambre.<br />
Loada porque estamos vivos, latiendo en el espacio,<br />
fluyendo con Heráclito hacia todos los capítulos.<br />
Está muy bien que yo me cante un salmo, que yo sea<br />
el arpista, el que oye, el que dice las gracias<br />
y el deseo. Yo voy por entre el polvo,<br />
y soy de polvo, y urdo mi destino con manos polvorientas.<br />
<strong>Roberto</strong> manzano Poemas 2
SI ME DESMEMORIARA, A DÓNDE IRÍA…<br />
<strong>Roberto</strong> <strong>Manzano</strong><br />
Poemas<br />
Si me desmemoriara, a dónde iría!<br />
A dónde, sin memoria, sino a un aire sin soplo,<br />
a unas libras de tierra ya dispersa,<br />
hacia un pozo sin bordes ni gravedad instantánea.<br />
Si me desmemoriara estallaría infértil, sin aviso.<br />
Quién pondría por mí las letras en la página?<br />
Quién saldría o entraría por los portillos?<br />
Sobre qué silla se sentaría el alma?<br />
Yo tengo que venir de lejos, porque vengo de lejos.<br />
Tengo que acicalar los círculos.<br />
Tengo que sostener estas figuras contra el viento.<br />
Y tengo que pasarlas, en su luz, a los hijos.<br />
Tan sólo así, pasando estas visiones por el hilo,<br />
estaré un día junto a ellos, ya incluido.<br />
Yo he pisado la hierba que aquellos pies pisaron.<br />
He encendido las brasas que otros encendieron.<br />
Brindé alzando los mismos frascos,<br />
con los mismos silencios, con los mismos bullicios.<br />
Y me senté a torcer unas pocas palabras<br />
en idénticos quicios.<br />
Volví y volví, volviendo siempre:<br />
junté y junté, juntando siempre:<br />
surqué y surqué, surcando siempre:<br />
cuando se cierre, sólido de sombra y de esperanza,<br />
<strong>Roberto</strong> manzano Poemas 3
el horizonte para alcanzar otros horizontes fugitivos,<br />
estaré dentro del nuevo espacio, acordándome de todo.<br />
<strong>Roberto</strong> manzano Poemas 4
<strong>Roberto</strong> <strong>Manzano</strong><br />
Poemas<br />
AHORA NO ME SIENTO EL HUESO, Y NO ME SIENTO EL MÚSCULO…<br />
Ahora no me siento el hueso, y no me siento el músculo;<br />
estoy sentado yéndome, y soy el pensamiento.<br />
Soy fábula y figura de un sitio, de una hora<br />
que han urdido, urdirán la estación más alta.<br />
Así cruzo, sediento de todo cuanto pasa,<br />
en la totalidad del único, terrestre y minucioso<br />
como un arbusto móvil del pensar.<br />
Padre Goethe, así cruzo con esta sed de todo;<br />
con esta hambrienta evocación de todo, tío Proust.<br />
Ahora que estoy vivo, suscribiendo las órbitas<br />
más lúcidas de polvo, dentro<br />
de las secuencias, yendo con mis propelas hacia el horizonte.<br />
Pasando con mi caspa, con mi linterna, con mi búho,<br />
con mis palas, mis fiebres, mis lupas, mis canastos...<br />
Me gusta el árbol, el mar, la montaña:<br />
me gusta el tren, la dársena, la urbe:<br />
la multitud que pasa, hacia todos los rumbos, buscando algo:<br />
las muchachas bajando las gradas del colegio:<br />
el ruido silencioso de las casas:<br />
las grandes ediciones, con muchas láminas:<br />
me gustan los países, las álgebras, los actos, los sueños...<br />
Ahora que estoy vivo, y que puedo; ahora<br />
que yo pudiera, si tuviese un poco más de suerte!<br />
Ahora que camino, y me limpio la oreja, y consumo el zapato.<br />
Que poseo estos ojos de avaricioso búho,<br />
esta lengua de canto que canta segura en la tormenta.<br />
<strong>Roberto</strong> manzano Poemas 5
Porque luego me iré hacia mi sitio, a la honda<br />
distribución del átomo, y entonces<br />
iré fluyendo como una sombra que poseyó su sed.<br />
<strong>Roberto</strong> manzano Poemas 6
<strong>Roberto</strong> <strong>Manzano</strong><br />
Poemas<br />
FUIMOS EN NÚMERO, ESTAMOS SIENDO EN NÚMERO…<br />
Fuimos en número, estamos siendo en número.<br />
En número nos vamos derecho al holocausto<br />
si a tiempo, y con guarismo justo, no sujetamos al número.<br />
Pues el número tiene un imán:<br />
va de número en número, vertiginosamente, al Número.<br />
Número soy que entra en la totalidad<br />
más gruesa, cejijunto del orden, comprimido del orden.<br />
Y nos ordenamos, con residuo o cociente,<br />
unos a otros, de a gusto o por fuerza<br />
creciendo en volúmenes y dientes, en crímenes y cantos.<br />
No sucede, me interpela el retórico. No sucede,<br />
me grita el demagogo. No sucede, me canta el inocente.<br />
Yo digo que sucede ahora, aquí y allá,<br />
delante de esta vara, y después de esta vara,<br />
sobre la mediatriz de los deseos y los logros.<br />
De modo que ha de incluirse en la cuenta, porque es cuenta: yo cuento<br />
con verbo saturado de emoción, que ama las cuentas,<br />
los órdenes y números. Toco sobre la mesa<br />
con este dígito: Atended al número, a su cinemática<br />
triste, a su espuma que desborda el vaso de súbito.<br />
El ojo no percibe el rudo crecimiento<br />
sino como un vértigo. Oh la progresión estática, enfática.<br />
La progresión linfática del vértigo<br />
adentro de la lucidez infinita del Número!<br />
<strong>Roberto</strong> manzano Poemas 7
<strong>Roberto</strong> <strong>Manzano</strong><br />
Poemas<br />
ME QUEDÉ MEDITANDO, LO INCÓGNITO EN EL PUÑO…<br />
Me quedé meditando, lo incógnito en el puño:<br />
Qué es la vida? Será una mera contracción zafada?<br />
Será los mil semblantes de una mónada sola?<br />
Será lo accidental que se enrumbó como una esencia?<br />
Fui a ver la piedra para decirle: Qué es la vida?<br />
Me senté al lado del que estaba llorando: Qué es la vida?<br />
Del que comía por primera vez con su novia: Qué es la vida?<br />
De Vernadski, que unía la biomasa en una cifra.<br />
De Kandinsky, que había trazado una rayita blanca.<br />
El que pasó vendiendo ajo puerro me dijo: Deja eso.<br />
El administrador, de pie en la puerta: Qué te pasa?<br />
La joven, balanceando su caderamen: No moleste.<br />
El cirujano, de visita en casa del partero: Es tu invitado?<br />
Yo seguí, proseguí, perseguí. Traía la pregunta<br />
esculpida en la sangre, como el exergo bronco de una moneda.<br />
A veces, reparando cómo se abría el clavelón, la pregunta.<br />
A veces, viendo desfilar los trenes, la pregunta.<br />
O viendo descender del carro al importante forastero.<br />
O mirando las caras harinosas que exhiben los payasos.<br />
Cómo es posible que yo tenga de por vida esta pregunta?<br />
Cómo es posible que no pueda responderme a gusto?<br />
Oh las tazas, las heces, el café, los labios, el sabor.<br />
Oh la justicia, el canto, la abundancia, la paz, el éxito.<br />
Cabello por cabello fui, indagando. Pero siempre,<br />
manto sonoro, la cabellera general cantaba: Qué es la vida?<br />
<strong>Roberto</strong> manzano Poemas 8
GUSTO DE VER SOBRE LA MESA…<br />
<strong>Roberto</strong> <strong>Manzano</strong><br />
Poemas<br />
Gusto de ver sobre la mesa ciertas frutas agrupadas como pétalos, pues ellas<br />
saturan los ojos, ávidos del color diverso de la vida;<br />
pero me gusta más ver tu mirada de semilla, tus manos en mis manos, palpar con<br />
mis yemas el ritmo intermedio de tus senos;<br />
sentir el roce de la hermosa fruta de tu vientre, curvada y promisoria, ese geoide<br />
fascinante que ofrece tu cintura;<br />
tu vientre equidista de todo, distribuye arquitecturas deliciosas, centralidad del<br />
mundo, Macchu Pichu del cielo;<br />
desde tu vientre parten expediciones invisibles, los cordeles espumosos de la gracia,<br />
los fósforos fragantes del fervor;<br />
en tu vientre canta la espiral de tu ombligo, cenote de Liliput, moneda cóncava, ojo<br />
primario de la vida;<br />
tu vientre se clausura arriba, se ciñe contra tus vísceras hasta que es una faja y un<br />
gozne de movida elocuencia;<br />
la piel de tu vientre es como una pulida sortija, como una transparencia de caracol<br />
rosado, como un paladar celeste;<br />
hacia arriba tu vientre es solidario y se prolonga en dos colinas estrábicas hacia<br />
donde corre ansiosa la boca;<br />
<strong>Roberto</strong> manzano Poemas 9
hacia abajo tu vientre se abre desde el abejeo oscurecido del pubis en dos litorales<br />
donde demorar los labios;<br />
tu vientre es un blando cosechero, todo lo coordina y expande hacia la edificación<br />
soterrada del hijo;<br />
tu vientre zarandea al planeta, como un péndulo líquido, gira sobre los arranques<br />
rítmicos de la entrega;<br />
tu vientre crece hacia los costados con la misma voluntad de las guayabas, con la<br />
misma amplitud de los cometas;<br />
a tu vientre me echo, bajo tus manos de gladiolo, para oír como un indio qué bisontes<br />
de ternura trae el horizonte.<br />
<strong>Roberto</strong> manzano Poemas 10
<strong>Roberto</strong> <strong>Manzano</strong><br />
Poemas<br />
ASÍ A DÓNDE VAMOS A IR, SI NECESITAMOS TANTO…<br />
Así a dónde vamos a ir, si necesitamos tanto? Si todo se gasta un jolongo de algo,<br />
un tranvía de eso y de aquello, un triste diapasón de utensilios;<br />
porque no hay manera, no basta con las manos, no basta con añadir los pies, las<br />
rodillas, los codos, los hombros, la cabeza;<br />
no basta: siempre urge una prolongación, un abarque mayor o menor, una hendidura<br />
más larga, una extensión casi planetaria;<br />
en cuanto se viene desnudos y desnudos nos marchamos, debíamos tener una desnudez<br />
intermedia, pero no es posible;<br />
nos vamos entretejiendo, envolviéndonos, esposándonos, hilándonos y deshilándonos,<br />
oh Penélope;<br />
y nos vamos alargando, demorando, sucediéndonos repletos de botones, bocinas,<br />
barrenas, oh Odiseo;<br />
grandes son las alforjas de nuestro destino, crecen como los gajos de un milagro,<br />
pues vivimos de adminículos;<br />
dependemos de los artesanos que se especializan, de las industrias que se<br />
especializan, de los países que se especializan;<br />
toda nuestra libertad radica en el aceite, la sal, la tinta, el petróleo, el papel, el fósforo,<br />
el antibiótico;<br />
toda nuestra existencia pasa como un hilo por el que trae el ajo, el distribuidor<br />
hidráulico, el mecánico de las imágenes y los dientes;<br />
<strong>Roberto</strong> manzano Poemas 11
oh Edison, cómo es posible? hacia dónde vamos a ir si ya necesitamos de este modo?<br />
hacia dónde, si somos tantos, y demandamos tanto?;<br />
cuántas cucharitas de diversos tipos, cuántos cuchillitos para los pies, los panes, los<br />
pescados;<br />
cuántos espejos y cremas, cuántas tenazas y esmeriles, cuántos títulos y expedientes,<br />
cuántos galones y planillas;<br />
cuántas sogas y diademas, detectores y lentes, armas y bebidas, aviones y peinetas,<br />
espátulas y misiles;<br />
y hemos olvidado los matices simbólicos del cielo, el sabor del rocío o de la yerba<br />
macerada bajo las caderas del amor;<br />
a qué olían las costas de los ríos vírgenes, los langostinos de los arroyuelos, las<br />
manos de la amada dentro de las hojas del sasafrás solemne?;<br />
fíjate bien, Tersites, que todo es agotable, insostenible, deleznable, expulsable, pero<br />
goza de un acabado perfecto;<br />
fíjate que todo fosforece en líneas puras, pero es para un sólo golpe de boca o para<br />
el paréntesis fugitivo del mes;<br />
qué se fizieron los ebanistas que levantaban aquellos muebles sólidos, aquellas mesas<br />
que atravesaban como barcos las aguas de los siglos?;<br />
qué se fizieron los artefactos solos, que no formaban cadenas de cadenas, que eran<br />
inderivables unos de otros como zafados eslabones?;<br />
oh Plutón, vivir para tantas cosas grandes y chiquitas, urgentes y bellas, frágiles y<br />
mancomunadas, terminables y extensas;<br />
con cuántos racimos vive el hombre, dentro de qué férulas, árbol que nunca acaba<br />
de gajear hacia la totalidad del viento.<br />
<strong>Roberto</strong> manzano Poemas 12
LOS DEGRADADORES<br />
<strong>Roberto</strong> <strong>Manzano</strong><br />
Poemas<br />
A este paso lo dejarán todo árido. A este paso, atilas de la tierra, césares segando la<br />
flor recién formada, todo quedará seco como hueso lavado por los meses, como un<br />
maltrecho omóplato blanco tirado sobre la arena.<br />
Qué va a quedar, oh Dios? Qué continente, qué atolón, qué mar entre las encías<br />
pardas de los continentes, qué continente recogiendo cosechas y alzando ciudades<br />
en los perímetros diluidos?<br />
Todo será arrasado. Ya veo venir la cuchilla ultimando, la cuchilla que ya se vuelca<br />
sobre sí misma cercenando los propios dedos en que se sostiene para la crueldad y<br />
el exterminio.<br />
Trancado polvo entre las cejas, oh corazón tapiado. Es terrible ver a lo largo y<br />
ancho de los ojos, tener la vista suficiente, armónica con la frente y la página.<br />
Se queman los jardines. Arden las umbelas, las espigas, las brácteas, los cañutos.<br />
Sudan rápidamente los troncos, caen carbonizados los gajos azules del planeta, los<br />
derrames anaranjados de las distancias.<br />
Crepitan las carnes, y se evaporan las alas, las mandíbulas, los pelos, los profundos<br />
cartílagos. Hierven los nidales. Huyen hacia los últimos humedales las zarpas, las<br />
crisálidas, las piaras, los enjambres.<br />
Todo se encuentra cada vez más árido. He aquí las costillas del mundo. Superficies<br />
de calor por donde rueda el plasma. Los dedos, llenos de anillos luminosos,<br />
despiden sus haces suprimidores, proyectan sus conos de depredación sin término.<br />
<strong>Roberto</strong> manzano Poemas 13
Sal al proscenio, poeta. Ven, con tus ojos órficos. Saca un poco las manos de tu<br />
ombligo. Oh tú, poeta, que gozas entre los mortales de la gracia de ejercer una<br />
repoblación dulce, llena de música y sentido.<br />
Todo lo han parcelado, comprado, vendido, expedientado, cancelado. Se fueron en<br />
el viento las últimas grandes mariposas y los últimos conglomerados de polen.<br />
Todo se va al viento, hacia el viento, tras el viento.<br />
La sal subiendo del polvo, el polvo entrando en el agua, el agua pasando al fuego,<br />
el fuego derramándose lentamente desde las suelas efímeras. Hay un túnel,<br />
ensortijado y movido, como una tromba sin banderas.<br />
Sal al proscenio, poeta. Asoma al viento tu corazón de dos alas, y da al viento tu<br />
palabra escogida, tu frente de cristal soñoliento y esperanzado. Porque es la hora<br />
de la hora, ya sólo queda la hora de la hora, ya es la Hora!<br />
<strong>Roberto</strong> manzano Poemas 14