ANTONIO ARROYO SILVA, CANARIAS, ESPAÑA - Rostros y Versos
ANTONIO ARROYO SILVA, CANARIAS, ESPAÑA - Rostros y Versos
ANTONIO ARROYO SILVA, CANARIAS, ESPAÑA - Rostros y Versos
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<strong>ANTONIO</strong> <strong>ARROYO</strong> <strong>SILVA</strong>, <strong>CANARIAS</strong>,<br />
<strong>ESPAÑA</strong><br />
ANTOLOGÍA PARA ARTEPOÉTICA<br />
Casi luz<br />
Farallón de farolas Casi luz el ojo mudo<br />
que no mira hasta el cielo porque otro cielo baja<br />
a rozar cataratas<br />
Casi luz pero nada casi nada<br />
ni al principio acercarse de la lluvia<br />
No mojarse en su llanto no llegar del adiós<br />
al chopoteo ausente en las charcas de la vida<br />
Casi luz Te has parado delante de tu sombra<br />
a mirar el destello de ti mismo<br />
y no eres aquél que vaciaba corazas<br />
de cenizas ajenas ni ese aquél silencioso<br />
detrás de tus pestañas<br />
No eres aquél que salía a soñar sin palabras<br />
y encontraba la noche de sus palabras todas<br />
Casi luz de clavarte los dientes en la encía<br />
de astillarle la boca a la luz por querer encenderla<br />
más allá del presagio<br />
Ya no seas el árbol de mi sombra:<br />
casi luz casi vértigo pero nada que es todo<br />
lo volátil lo inmerso en la carnaza azul<br />
que brilla en el anzuelo<br />
Ya no seas la hoja caída de mi otoño<br />
ni el pájaro que enciende el ojo de los peces<br />
ni el pez que se apaga en los mares del cielo.<br />
Casi luz. Inédito.<br />
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS<br />
POESÍA<br />
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<strong>ANTONIO</strong> <strong>ARROYO</strong> <strong>SILVA</strong>, <strong>CANARIAS</strong>,<br />
<strong>ESPAÑA</strong><br />
No quisiera quitarle este nudo<br />
al pájaro que sueña como Dios<br />
No quisiera quitárselo después de calzarlo<br />
al hueco que diluye este azúcar unitivo<br />
tengamos compasión del betún<br />
esa tintura incierta que no encuentra zapatos<br />
donde signar un pie que nos alcance<br />
metafísica infiel rodando al duermevela<br />
de cloroformo exacto para vivir la muerte<br />
la cuerda donde penden los cordajes azules<br />
de mejillones huecos de secarse en salinas<br />
tengamos compasión del ojo de la aguja<br />
su pupila invisible que es mirada del hilo<br />
vórtice de otro vórtice alejado huracán<br />
he zurcido el pellejo de una sombra<br />
a la piel que le escuece a tu santa perfección<br />
y has bajado del hielo como un mamut insólito<br />
a soltarte del nudo que te amarra al abismo<br />
Casi luz. Inédito.<br />
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POESÍA<br />
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<strong>ANTONIO</strong> <strong>ARROYO</strong> <strong>SILVA</strong>, <strong>CANARIAS</strong>,<br />
<strong>ESPAÑA</strong><br />
Ser quijote sin yelmo<br />
mambrino quizás de andar por bulevares<br />
Salvaguarda de entuertos en la mudez me paro<br />
a contemplar mi estado<br />
me desnuco en el quicio como un pez de otra historia<br />
No soy la perfección me escondo cuando pisa<br />
el cantero que habito tal vez entre los cardos<br />
o en la verja me pierdo sin encontrar la llave<br />
Esa señora hostil que me observa de lejos<br />
con el plumero en alto para limpiarme el polvo<br />
y dejarme invisible pues soy polvo en el viento<br />
Soy justo imperfección del viento al levantarse<br />
y arreciar contra el muro de la excusa ingeniosa<br />
al ingenuo desquite habitante del verso<br />
No estoy ahí no busques con el lápiz<br />
No circules en rojo la sombra que te mira<br />
desde un río de letras estoy en otra parte<br />
escondido de ti donde menos lo esperas<br />
si acaso me he olvidado si era yo el escondido<br />
o eras tú el que se esconde en la hojarasca mía:<br />
maldita perfección ser quijote sin yelmo<br />
Casi luz. Inédito.<br />
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POESÍA<br />
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<strong>ANTONIO</strong> <strong>ARROYO</strong> <strong>SILVA</strong>, <strong>CANARIAS</strong>,<br />
<strong>ESPAÑA</strong><br />
Fue un instante. Extraño parece<br />
que haya pasado delante de mí y se haya vuelto a<br />
mirar mi codicia<br />
reflejada en la fruta.<br />
Quedarse en suspenso con la miel rodando<br />
de las pestañas y el chapoteo del rictus<br />
en el pie eriza el amaranto,<br />
bulle en la garganta<br />
con ese silbido que viene lejano<br />
a callar el rubor del presentimiento.<br />
El tiempo es un durazno:<br />
va a remontar nacientes.<br />
La redondez del néctar no es dulzura,<br />
llega a la desazón de haber mordido<br />
una sombra<br />
agazapada en la voz del escarabajo.<br />
Un instante del tiempo, un instante es todo el tiempo<br />
de morder la acidez de la fruta.<br />
Su discurso es un delta<br />
remontando los mares,<br />
va vivir capturado delante de mis ojos<br />
mirándome pasar derramado en mi sed.<br />
De Symphonia. Ed. Idea, Santa Cruz de Tenerife, 2011.<br />
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POESÍA<br />
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<strong>ESPAÑA</strong><br />
CABALLO DEL FULGOR<br />
1<br />
Caballo del fulgor,<br />
tú eres mi luz azul.<br />
Sueña mi otra muerte<br />
de caballero adarga en ristre,<br />
tuerto de tanto entuerto, exhausto de sentido:<br />
no saber qué osamenta se le oxida<br />
a la triste figura del espejo,<br />
no saber que morimos del hastío<br />
en la contienda, que de gozo nacemos<br />
para morir de ausencia, sin subir<br />
a tu grupa, Pegaso de la vida.<br />
Más allá no hay abismo<br />
de partida,<br />
el horizonte es el punto.<br />
2<br />
Hasta el mar del nacer<br />
que cabalga la sangre<br />
tu voz en mis palabras:<br />
Que se haga carne<br />
hacia el grito que espanta tu aleteo<br />
que boga por la Estigia de mí mismo<br />
más allá del no ser agazapado.<br />
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POESÍA<br />
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<strong>ANTONIO</strong> <strong>ARROYO</strong> <strong>SILVA</strong>, <strong>CANARIAS</strong>,<br />
<strong>ESPAÑA</strong><br />
Tu caricia fugaz de tan eterna<br />
enciende el estallido de la aurora<br />
en esta cárcel cóncava del ser.<br />
3<br />
A entender el lenguaje del destello<br />
con el hálito fértil del conjuro,<br />
llévame a tu espuma,<br />
deslumbra mi conciencia de encontrarme.<br />
Caballo del fulgor,<br />
apágame los ojos.<br />
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POESÍA<br />
Caballo de la luz, El Vigía editora, Santa Cruz de Tenerife, 2010.<br />
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<strong>ESPAÑA</strong><br />
Pongamos una guitarra azul en las manos de Pablo Guerrero:<br />
el diablillo Wallace Stevens—de Pensylvania— dirá<br />
las cosas como son con la guitarra roja.<br />
Pongamos los cántaros que hubieron de llover<br />
y siguen descantados cayendo sobre ríos<br />
y mares, sobre tierras baldías, sin que salga<br />
el arco iris, sólo la espesura del cielo…<br />
Pongámoslos en fila y que gatos y perros<br />
les arañen los ojos a hombres que no llueven.<br />
Pongamos la torsión del guitarrista pintada<br />
en la tela de araña, el agujero oscuro<br />
paralelo al negror de la mirada oblicua<br />
al perderse y llegar hasta la exhalación<br />
del sonido en el cántaro azul de la guitarra…<br />
y la lluvia de Pablo—como los pies de agua—<br />
subirá toda al cielo.<br />
Blues de los Duiablos Azules. Inédito.<br />
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POESÍA<br />
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<strong>ESPAÑA</strong><br />
juzgado de menores bajando las callejas<br />
antiguas más atrás de los años pisados<br />
la abrasión de palomas enfermas de salitre<br />
un dedo que apuntala el corazón abrupto<br />
un socavón de asombro de las bocas ecuánimes<br />
y todos esperamos convictos invidentes<br />
la extrañeza el espasmo esperamos el juicio<br />
el veredicto a tanta inocencia a tantísimo<br />
cejijunto en la ceja del impúber desahucio<br />
la esperanza quizás fue un caramelo enorme<br />
o los zapatos limpios que calzan<br />
los bosques más inhóspitos del tedio<br />
con agujero ya ni asombro del eclipse<br />
juzgado de menores bajando a las palabras<br />
gastadas de la acera<br />
Material de nube. Inédito.<br />
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<strong>ESPAÑA</strong><br />
ay el viento<br />
los hongos en los pies los callos en la mente<br />
nada queda en el lomo del animal cansado<br />
de llevárselo todo siquiera las preguntas<br />
que dejó Joan Baez suspendidas a él<br />
el zumbido del viento entre las calas<br />
ay el viento su voz silbando en las corolas<br />
blancas como el olvido y el dolor vegetal<br />
las caletas se ponen en huelga de naufragios<br />
ni un ahogado se llevan a esa vera de erizos<br />
el verano se acopia de valor en las nubes<br />
ya no baja a endulzar el panal de la abeja<br />
después de su estallido en las umbrosas cumbres<br />
allí a nutrir al níspero se queda entre sus belfos<br />
de caballo apacible<br />
ay el viento lo copia ad infinitum la mentira<br />
de ser más que el vilano y se pierde en su boca<br />
a soplar para sí<br />
El viento rompió aguas. Inédito<br />
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POESÍA<br />
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<strong>ESPAÑA</strong><br />
.<br />
somos el maremoto que sube a la poesía<br />
pero a veces la nieve nos repliega de golpe<br />
—la que apenas existe en el alto azulado<br />
de esas islas del Polo que a veces son las cumbres—<br />
somos incluso gotas de agua que contienen<br />
el maremoto aquel que fuimos al principio<br />
y si mota de escarcha quedara de nosotros<br />
sobre el brillo tan leve del espejo del mundo<br />
una estrella seremos —después un maremoto<br />
El viento rompió aguas. Inédito.<br />
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POESÍA<br />
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<strong>ESPAÑA</strong><br />
Para Cristiane Grando<br />
el chillido del fuego cuando llega a la mar:<br />
lo has oído apagarse<br />
entre las mariposas<br />
y los peces de luz carbonizada<br />
que de improviso tierra son de los tsunamis<br />
hacia el humo del cielo<br />
el silencio has oído<br />
de esa lengua al callar<br />
cuando el rompiente roza<br />
su pliegue anaranjado<br />
El viento rompió aguas. Inédito.<br />
ARTEPOÉTICA-ROSTROS Y VERSOS<br />
POESÍA<br />
un tormento indomable<br />
onda, tremor, tsunami<br />
furor divino cuando el yo se astilla<br />
para ser otro<br />
blanco y bermejo se disuelven<br />
en tierra, agua, viento, fuego<br />
Cristiane Grando, Titá<br />
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<strong>ANTONIO</strong> <strong>ARROYO</strong> <strong>SILVA</strong>, <strong>CANARIAS</strong>,<br />
<strong>ESPAÑA</strong><br />
aire azul, polvareda y un gorjeo insistente<br />
de pájaro anónimo suben la buganvilla<br />
sus flores de papel no son para escribir<br />
mensaje alguno:<br />
el pico como punta de grafito que canta<br />
y polvo enamorado<br />
serás si lo respiras al perderte en el aire<br />
bajo tus aguas quietas<br />
El viento rompió aguas. Inédito.<br />
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POESÍA<br />
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